Destellos de cine

Liliom (Liliom, 1934) de Fritz Lang

Antes de su exilio a EEUU, cuando Lang dejó Alemania pasó por Francia. Y creo una película. Pocas veces nombrada o estudiada se convierte en sorpresa. Y como no puede dejar de hacer Lang hay destellos de puro cine. Así toma a un jovencísimo y vital Charles Boyer y lo hace pasear en una historia que respira realismo poético francés y que termina decantándose por lo fantástico con un tono de broma. El pesimismo y también la sensualidad de Lang envuelve la cinta pero con un punto de humor negro. Así nos deja imágenes imborrables de las que sólo nombraré unas pocas: la presentación de la trama en el espacio de una feria con protagonismo especial de un tiovivo. Donde con precisos y vitales movimientos de cámara conocemos a Liliom, el golfo seductor, y a la que será la amada, la ‘chica extraña’.

Su escena de amor en el banco bajo la luz de una farola dará paso a una transición preciosa: los nuevos amantes escriben sus nombres en la madera… y entonces van superponiéndose otros nombres encima… el tiempo pasa.

El fallecimiento de Liliom nos deja escenas claves como la liturgia de la feria que guarda unos minutos de silencio por la muerte del ex trabajador (y el amor perdido de la ‘patrona’ que le dio trabajo en el tiovivo) así se produce un buen efecto de sonido. Lo que demuestra que el cine también cuenta con lo que deja oír. O con el silencio. El cuerpo yacente de Liliom entre velas, y la despedida de la ‘chica extraña’, que a pesar de la vida perra que la ha hecho sufrir, es dulce con él (a pesar de ser tristemente consciente del maltrato recibido). Y la transición sencilla al mundo fantástico y onírico cuando el ‘alma’ de Liliom es elevada a los cielos por dos inspectores vestidos de negro.

Y una de las mejores sorpresas: Dios es un cineasta. Y a todos nos tiene controlados a través de las películas de nuestras vidas… además en la banda de sonido capta también los pensamientos. Tiene un ojo similar al de Lang así que nos deja vislumbrar que no es mal director. Y viene la duda: ¿fue antes Dios o el ojo de Lang?

… Y los destellos de cine siguen interminables… danzando por esta obra desconocida con muchas sorpresas.

Fish Tank (Fish Tank, 2009) de Andrea Arnold

A la espera de su Cumbres borrascosas me adentré en su película anterior y de nuevo vislumbré destellos de cine. Andrea Arnold tiene una personal manera de mirar. Y aunque la historia de la adolescente cabreada con el mundo no me sedujo en exceso, sí lo hizo la manera de contármelo.

Así vislumbré la importancia de los espacios y las arquitecturas para la personalidad y el espíritu de una ciudad. Y cómo los espacios determinan también las formas de vida de los ciudadanos. Las diferencias entre las casas de la periferia y una buena urbanización. La falta de espacios de encuentro, creación y de ocio para los jóvenes. Los elementos extraños pero bellos como esa vieja yegua atada que obsesiona a la protagonista en medio de un descampado urbano.

La directora nos deja ver también su comunión con la naturaleza. Y nos deja imágenes poéticas y sensuales como la pesca del pez o la secuencia final de la protagonista con una niña que huye.

Nos narra también el lenguaje de los cuerpos. Sobre todo a través del baile. Para eso toma un papel fundamental la música y el movimiento. Llegando al máximo nivel al mostrar como la familia de la protagonista (formada por la madre y una hermana pequeña) la única forma que tienen finalmente de comunicarse y expresarse es a través de sus cuerpos, la música y el baile.

Y por último la evolución de un personaje con el rostro de Michael Fassbender que muestra de nuevo su versatilidad y matices. Fassbender nos hace creer en una aparición casi de cuento (no olvidemos que lo vemos bajo la mirada de una adolescente que lo idealiza —y nos regala imágenes bellísimas de esta idealización—… cree que puede llegar a comunicarse con él y que él traerá la felicidad a su familia) hasta mostrarnos las partes más oscuras y mezquinas (que desgraciadamente le vuelven humano) del personaje que representa.

Poesía (Shi, 2010) de Lee Shang Dong

Ya era la segunda vez que la veía. Y la emoción vuelve a embargarme. Más destellos de cine. Esta vez Shang Dong hace hincapié en la mirada a través de un personaje luminoso: una dulce y sonriente abuela (que muestra que es especial y peculiar desde la primera vez que aparece)… su sonrisa y dulzura esconden una tristeza y amargura honda. La protagonista se siente perdida pero trata de encontrar un rumbo. Sin embargo no pierde su capacidad de observar, de aprender, de sorprenderse. Ni tampoco de buscar o atrapar la belleza en un mundo gris que la rodea. Un mundo de un capitalismo salvaje que apenas la deja sobrevivir. Y dentro de este mundo salvaje que habita (que permite el suicidio de una colegiala y una frialdad en la manera de ‘vivir’ este suceso)… encuentra imprescindible apuntarse a un curso de poesía con el objetivo de lograr escribir un poema.

Todo lo que la rodea es sórdido, triste y conflictivo pero ella, que va olvidando ya los sustantivos (la diagnostican un principio de Alzheimer), trata de mirar el mundo y extraer la belleza.

Así Lee Shang Dong acompaña a su heroína y nos hace vislumbrar lo bello en el horror. Y su filme se convierte en un poema.

Incendies (Incendies, 2010) de Denis Villeneuve

Incendies es la adaptación de una obra teatral de impacto. De contenido político. Nos cuenta la historia de la mujer que canta, la presa número 72. Nos narra el sinsentido y la violencia de las batallas, como la guerra del Líbano (la de 1975 a 1990), que provoca tragedias y víctimas. Y como una tragedia griega (a lo Edipo y a lo Medea) con escena catártica Incendies remueve al espectador. La tragedia se centra en una familia: una mujer libanesa que vive en Canadá con sus dos hijos gemelos. Cuando muere deja como herencia dos cartas, muchos secretos y acertijos. Dos cartas, una para entregar a un hermano y a un padre desconocidos. Los gemelos inician un viaje interior y exterior donde conocerán a su madre (que guardaba múltiples secretos y nunca se había comunicado con sus gemelos) y su historia, y donde sabrán mucho de sus orígenes y raíces. Un viaje pesadilla y de aprendizaje. Un viaje al ayer para entender su presente. Un viaje de odio y violencia pero también de un amor desatado…

El destello de cine del canadiense Denis Villeneuve se produce en la estructura que da a la historia. En las claves que nos va dosificando y nos va devolviendo para construir un puzzle que lleva al espectador al golpe y la catarsis. En el viaje de la hija (y después su hermano gemelo) a los mismos sitios donde transcurrió la historia de la madre. Una vivió y la otra va descubriendo. Ambos entienden por qué en Canadá su madre era una muerta en vida… Los misterios dispersos que finalmente serán revelados…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

4 comentarios en “Destellos de cine

  1. Sólo he visto «Fish tank» e «Incèndies» (me falta la de Lang, imperdonable). «Fish tank» me parece lo que quedaría si descafeinaras lo mejor de los hermanos Dardenne y lo mejor de Ken Loach. «Incèndies» me parece una de las mejores películas que he visto en los últimos años. Andamos muy justos de buenas historias, y aunque la dosificación esconde en última instancia siempre una trampa, posee momentos de una fuerza que son como un derechazo en pleno mentón.
    Besos

  2. Me encantó descubrir Liliom. Llevaba tiempo detrás de ella y la pedí de regalo de Navidad… y ahí estaba. Toda una sorpresa. ¡Destellos de buen cine! La película francesa de Lang… con muchísimos matices y elementos que analizar. Lo escrito sólo es un pequeñísimo esbozo…

    Fish Tank, efectivamente, no aporta mucho respecto la historia que cuenta pero lo que sí me gustó fue la mirada de Andrea Arnold. Es decir cómo narra cinematográficamente algunas escenas.

    Incendies, un derechazo. Me llamó la atención como reconstruye el puzzle. La estructura. Y como nos pone en pantalla toda una tragedia griega con catarsis incluida.

    Por cierto, Poesía, una pasada.

    Besos
    Hildy

  3. Qué casualidad, compa Hildy: estoy en la misma circunstancia que Alfredo (es decir, he visto Fish tank e Incendies, y no las otras dos), y, en cuanto a apreciaciones, tampoco ando nada distante de las que ambos haceis; si acaso, sí me gustaría llamar la atención sobre el tremendo potencial de las dos protagonistas de ambas pelis. La pequeña de Fish Tank tiene un poso en la mirada y una contención que me llamaron mucho la atención; y en cuanto a la prota de Incendies, ya me había impresionado gratamente en Paradise now (que no sé si habreis visto; en caso de que no, os la recomiendo vivamente…), y aquí vuelve a estar impresionante. En fin, cine del bueno (y que no nos falte…).

    Un fuerte abrazo y buen día.

  4. Efectivamente, Paradise now también es otra película impacto.

    Me da, amigo Manuel, que te dejarías llevar por POESÍA. Creo de veras que te encantaría… Si la ves y es así no dejes de contármelo, por favor.

    Sí, las dos protagonistas de las películas son especiales pero están perfectamente secundadas.

    Y Liliom… una gozada mirarla.

    Besos

    Hildy

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