William Wyler y Lillian Hellman, con mucha conciencia social

Sigo alimentando y mimando la nueva sección de Dúos de cine. El mundo del cine también acoge grandes amistades y eso fue lo que se dio entre Wyler y Hellman a lo largo de los años. En los buenos y malos momentos. Y además también llevaron a cabo una colaboración profesional que dio obras cinematográficas que ahora recordamos. A Wyler le adoro como director y contador de historias. De Hellman desconozco su labor de dramaturga y conozco más su papel como guionista cinematográfica y su propia historia junto al escritor de novela negra Dashiel Hammett o sus dificultades en la época de la Caza de Brujas. La Hellman escribió obras muy autobiográficas entre las que se encuentra Pentimento, una de sus partes fue adaptada al cine por Zinnemann en Julia, una película que me encanta.

Las películas firmadas por ambos son: Esos tres de 1936 donde la Hellman adapta uno de sus éxitos teatrales pero pasándolo por el código Hays mucho más cerrado para ciertos temas que los escenarios teatrales. Wyler se está convirtiendo en un director a tener en cuenta. Después la maravillosa fábula social Dead end en 1937 donde ambos demuestran que en Hollywood no sólo se realizaba un cine de evasión sino otro cine con otras miradas diferentes y compromisos distintos. Para aterrizar en una creación genial de Wyler y Hellman, La loba, donde nos encontramos en el seno de una familia con la corrupción del dinero y el poder, 1941. Aquí Wyler ya era un mito. Y por último un remake de Esos tres pero en otros tiempos, La calumnia, de 1961.

Esos tres

Cuenta la historia de un triángulo amoroso que no se ha consumado. Todo transcurre en un colegio de niñas bien donde hay dos maestras jóvenes, el prometido de una de ellas, un doctor vital, y una niña que es una mala pécora. Y es la niña la que difama con mirada sucia (pero con un poso de verdad) y escandalosa a sus maestras que comparten hombre con desagradables consecuencias para todos. Sólo años más tarde podríamos ver la versión real de la historia, de la obra de teatro.

Wyler ya se muestra contador de historias que cuida a sus actores y que emplea con sumo mimo al lenguaje cinematográfico… con un uso siempre efectivo de los espacios. El triángulo amoroso no consumado lo conforman unas jovencísimas Miriam Hopkins (el papel con más matices) y Merle Oberon… y un actor que quiero reivindicar una y otra vez y que pronto le haré un perfil, Joel McCrea.

Dead end

Dead end es una fábula social donde se mezclan distintas historias de gentes de un barrio. Un barrio especial porque se esconde la miseria a la vez que ven continuamente ricas casas de poderosos vecinos. Cada uno tiene sus sueños, sus desilusiones y sus complejas historias. Es una película de personajes que ocurre en un mínimo espacio, en un trozo de calle, y como siempre Wyler hace un manejo genial del espacio. Una película donde se reflejan los contrastes sociales y las hipocresías. Un tema al que es sensible la siempre reivindicativa Hellman.

La labor maravillosa también se realiza con los actores del reparto que cada uno de los cuales tiene unos papeles con jugo. También supone el estreno de los Dead end, un grupo de muchachos-adolescente que harían una serie de películas y que empezaron con ésta su andadura. Sus primeras películas tenían siempre un toque social sobre las dificultades de los jóvenes en ambientes marginales. Algunos de los actores que ‘circulan’ con su personaje por este callejón sin salida son: Sylvia Sidney, Joel McCrea (de nuevo), Humprhey Bogart y Claire Trevor.

La loba

En la época dorada de los grandes melodramas de Wyler con el rostro de Bette Davis (otro dúo de cine) también se inmiscuyó la Hellman creando un personaje perverso, el de Regina Giddens seguida de sus dos hermanos a cada cuál peor. Los tres persiguen el poder económico y social y harán lo que sea por conseguirlo. En un ambiente sureño rancio estos personajes van minando cualquier tipo de sentimiento positivo y arrastran a la perdición a la buena gente. Todo por la herencia familiar, por el dinero y el poder. Se llevan por delante a marido, mujer, hijos… Y entre ellos se comportan como tarántulas. Una historia sobre la corrupción y la decadencia… Un placer sin igual.

Wyler ofrece sus mejores artes y cuida cada vez más el lenguaje en una obra elegante, sofisticada y bien construida. La Hellman crea unos diálogos y unas situaciones memorables. A Bette Davis le acompañan Teresa Wright (el espíritu inocente que se dará cuenta que su hogar está podrido) y Hebert Marshall (el marido honrado y enfermo que protagoniza muerte terrible). Por ahí ya hace sus pinitos uno de los malos oficiales del cine (sobre todo en el cine negro de Lang), un joven Dan Duryea.

La calumnia

Lo que en los años 30 hubiera sido un escándalo si se lo hubieran dejado contar a Hellman y Wyler en Esos tres… en los años sesenta quedó como película correcta y sensible pero sin ápice de escándalo. No chocó a los espectadores del momento, como sí quizá podría haberlo hecho algo más en los 30. Sin embargo el trasfondo de esta historia sí que subsiste. El drama tremendo queda. La decisión final de una de las protagonistas de la historia sobrecoge. Esto muestra que la obra teatral de la Hellman está bien construida y es buena… porque lo que cuenta va más allá del escándalo.

De nuevo un colegio de elite, de niñas, y dos sensibles profesoras. Otra vez niña mentirosa y odiosa de mirada sucia que difama a las maestras y destroza sus vidas. De una mentira surge el rechazo social, la hipocresía y las acciones injustas que irán minando la salud mental de las protagonistas. La odiosa niña difama a las maestras… porque entre ellas tienen una relación lésbica escandalosa que puede ver ‘una inocente niñita’.  La difamadora recibe toda la credibilidad y a las maestras no las dejan explicación alguna. Son juzgadas sin piedad por toda la sociedad, por las familias de las niñas ricas, como si estuvieran haciendo lo peor del mundo. Además una de las maestras realmente va descubriendo que sí que siente más que amistad por su compañera de trabajo…

Wyler de nuevo crea una obra cinematográfica elegante y cuidada con una Audrey Hepburn y una Shirley McLaine absolutamente entregadas a sus papeles. El paternaire masculino es un siempre atractivo James Garner (perfecto como hombre florero). Como unión a la obra de los años 30 vemos en un papel secundario importante a una anciana Miriam Hopkins.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

4 comentarios en “William Wyler y Lillian Hellman, con mucha conciencia social

  1. No he visto ninguna de las que mencionas. De Wyler he visto otras cuantas, pero no las que dices. La calumnia la quiero ver desde hace tiempo (ya sabes que soy fan de Audrey Hepburn) pero no la he conseguido en ningún lado. Ahora que hablas de ella desde un punto de vista diferente me entra más impaciencia. Y tampoco quiero perderme Esos Tres. La verdad es que me entraron ganas de ver todas las que mencionas, porque Wyler me encanta, y quiero conocer a Lillian Hellman.

  2. ¡¡¡Te van a encantar!!! Y LA LOBA (The little foxes) es buenísima. Tanto Esos tres como La calumnia merecen la pena. Audrey Hepburn está magnífica pero Shirley MacLaine borda su papel. Y yo tengo inmenso cariño a Dead End. ¡Ojalá las puedas ver pronto!

    A mí también me fascina William Wyler y nunca me decepciona.

    Lillian Hellman es interesante y se dan unas pinceladas de sus recuerdos, de sus emociones en la película JULIA de Zinnemann, una película que a mí me gusta bastante donde Hellman tiene el rostro de Jane Fonda.

    Beso enorme
    Hildy

  3. Qué buena La loba… De título original intraducible literalmente por cosas de los malos entendidos, digo yo, como ocurre siempre que hay raposas de por medio.
    Y qué buena La calumnia, que es de mis favoritas de la Hepburn, que es de mis favoritas de always jamais… Las dos primeras me faltan, sorry.
    Besos

  4. Qué maravilla La loba… yo es que cada vez que la veo me estremezco. La calumnia está genialmente hecha e interpretada. Hepburn está muy bien pero el personaje de Shirley y cómo lo hace también es para tenerlo en cuenta. Las otras dos son propuestas muy interesantes del dúo Wyler-Hellman. A mí me parece fascinante por muchos motivos DEAD END con un reparto buenísimo.
    Besos
    Hildy

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