John Frankenheimer y Burt Lancaster, dos tipos muy serios

 

Estreno sección. Dúos de cine. Matrimonios cinematográficos. Dos actores, dos guionistas, un productor y un actor o actriz, un director y un actor o actriz…, todas las combinaciones son posibles.

Para empezar lo hago con mi querido, querídisimo Burt Lancaster, que durante su carrera siempre quiso evolucionar como actor serio, muy serio. Y además elegir sus papeles con tino. Lancaster además quería participar en un cine de compromiso social y de actualidad del momento. No quería películas vacías sino que expresasen y contasen algo importante. Y uno de sus directores cómplices con el que realizó cinco películas fue el también serio John Frankenheimer. Y cuando estaban los dos unidos en los créditos… algo surgía que merecía la pena. De sus cinco películas he visto cuatro y me queda por ver y disfrutar Los temerarios del aire. De las otras cuatro, todas me parecen buen cine y de interés pero mi favorita sin duda es El tren, que me parece una pasada de película bélica. Los jóvenes salvajes es un buen drama social. El hombre de Alcatraz es la más ‘popular’ y es un intimista drama carcelario. Y Siete días de mayo es un thriller político con pulso y grandes actores.

Los jóvenes salvajes (1961)

Cuando estaba triunfando el musical West side story que ponía en clave de Romeo y Julieta el enfrentamiento entre pandillas de jóvenes de distintas nacionalidades (los puertorriqueños y otros inmigrantes con una situación marginal –polacos, italianos…–) provocando delincuencia juvenil y un malestar entre ellos y el barrio en el que habitan. Pandillas que van enredando sus existencias hasta terminar en dramas diarios… donde ellos sobreviven (y protegen su ‘territorio’, lo único que tienen, lo único a lo que aferrarse) y nadie hace nada por mejorar la situación social de cada uno de los chicos. Pandillas que siguen sus andanzas y dramas hoy. Bien, cuando estaba triunfando este musical de calidad con aires sociales se cruzó en cartelera con el primer trabajo juntos de Burt Lancaster y John Frankenheimer (su primer largometraje en el cine. El director  había hecho anteriormente televisión) que presentaban el mismo tema en clave de realismo social. Un hispano ciego es asesinado por una pandilla de tres italo-americanos. El asesinato lo vemos a través de sus gafas oscuras (ya vemos ahí cómo se las gasta Frankenheimer que sabe narrar a través de la imagen, conoce el lenguaje cinematográfico).

Burt Lancaster es un hombre con ambiciones profesionales y políticas, ayudante del fiscal del distrito, que ve en un principio un caso fácil y para conseguir metas laborales. Así que sin dudarlo acusa a los tres italo-americanos de la pena máxima. Pero pronto se deja llevar por el caso y se da cuenta de que todo es mucho más complejo. Así poco a poco va sintiéndose presionado por su pasado (él también fue un inmigrante italiano marginal que cambió su apellido para subir en la escala social), también aparece la madre de uno de los acusados que es ni más ni menos que una antigua novia suya (Shelley Winters que borda su papel de madre trabajadora en situación precaria), su propia esposa (una mujer rica pero progresista y totalmente en contra de la pena de muerte), ambas pandilla, su jefe (que aspira a gobernador y ve en este caso una posibilidad de ganar votos si emplea un castigo ejemplar para los culpables)… La película consigue el estilo Frankenheimer: tener al espectador siempre en vilo hasta el final de la proyección.

El hombre de Alcatraz (1962)

Su siguiente trabajo unidos da una de sus interpretaciones más recordadas a Burt Lancaster. La película es un intimista drama carcelario. Un conflictivo preso, Robert Stroud, al que condenan durante más de una década al aislamiento más absoluto no pierde su dignidad humana (desde luego no gracias al sistema penitenciario) sino porque un día entra en su celda un pajarillo herido, le cuida y le cura. A partir de ahí se convierte, con tesón y mil y una dificultades, en un especialista de los pájaros. El hombre-bestia contra la sociedad que le golpea una y otra vez se convierte en el hombre sensible y apasionado que se vuelca en aquello que le devuelve como ser humano. Los pájaros y sus alas le dan libertad a su cabeza. De nuevo Burt Lancaster y Frankenheimer con su mirada intensa devuelven una historia apasionante de un hombre gigante que se vuelca en seres pequeños… y es lo que convierte en forma de lucha para combatir un sistema penitenciario que trata no de mejorarlo como persona sino de anularlo cada día… Por ahí secundarios de oro como Karl Malden y una estupenda Thelma Ritter (sólo ella podía ser la madre de Lancaster).

El tren (1964)

Sin duda una película emocionante donde Lancaster se sale y Frankenheimer sigue mostrando que es un maestro del relato cinematográfico y de ponernos de los nervios hasta el final. Cine emocionante. De tensión. Y con historia maravillosa. Transcurre en París, un París que pronto va a ser liberado, pero antes los nazis cargan un tren con los cuadros más importantes que se encuentran en el seno de la capital francesa para llevárselos a Alemania. La película cuenta como un grupo de partisanos (muchos de ellos no conocen los cuadros pero sí viven su pertenencia, sí viven que es algo que no se pueden llevar los nazis…) trata de evitar por todos los medios (incluso arriesgando sus vidas) que esos cuadros no salgan de Francia. El uso que hace Frankenheimer del tren como espacio cinematográfico es absolutamente asombroso. El viaje es intenso y emocionante. Al mando de los partisanos un maravilloso y ágil héroe, Burt Lancaster. No se la pierdan.

Siete días de mayo (1964)

La última que he visto, ha sido Siete días de mayo, thriller político, género en el que Frankenheimer mueve los hilos con pulso. Adapta un bestseller y pone en pantalla una situación ficticia que en cualquier momento podría ser real. Es película de la Guerra Fría. Y película que defiende la democracia como el mejor de los sistemas políticos dentro de sus fallas y desequilibrios. Así vemos como un presidente de EEUU (fantástico Fredric March) vive durante siete días la peor de sus pesadillas. Vive un momento político delicado en que la firma de un tratado con la URSS para el desarme no ha caído bien a un pueblo que vive bajo el yugo del miedo ni entre los militares que con el capitán Scott a la cabeza (poderoso Burt Lancaster) deciden derrocar al presidente con un golpe de estado. La sombra del fascismo es alargada…

La película narra el pulso entre el presidente y sus hombres de confianza y los militares que preparan minuciosamente el golpe de estado. En medio de los dos mundos se encuentra Kirk Douglas un militar que tiene claro (que aunque él tampoco apoya en exceso el tratado) que están ahí para defender la constitución y el sistema democrático… y no para derrocarlo. Por ahí se escapa una belleza decadente con mucha vida a cuestas que sólo podía dar rostro Ava Gadner. Y como siempre entre secundarios de oro un Edmon O’Brien que se sale.

Un dúo cinematográfico que merece la pena rescatar y recordar, ¿no creen? A mí me queda todavía la asignatura pendiente de Los temerarios del aire.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

10 comentarios en “John Frankenheimer y Burt Lancaster, dos tipos muy serios

  1. Qué buen repaso… Frankenheimer es un director muy muy irregular, con grandes aciertos y tremendas pifias. Pero, ya octogenario, se marcó «Ronin», que en sus escenas de acción bien vale la pena (esa persecución por el casco antiguo de Niza, por ejemplo). La colección que nos ofreces es impagable.
    Besos

  2. Ay, Alfredo, sí la verdad es que me gusta lo que hizo este dúo profesional. Frankenheimer tiene trabajos que llaman mi atención por su rareza como El mensajero del miedo o la extraña Plan diabólico que adquirí hace muchísimos años en una versión en vhs (que ya no tengo). Por cierto ¡Ronin no la he visto!… Recuerdo tu entrada maravillosa sobre El Tren, cómo me gusta esa película.
    Besos
    Hildy

  3. Un post delicioso para un director que realizó unas películas estupendas y para un actor (perdón;un actorazo). El tren y El hombre de Alcatraz son dos de mis películas favoritas.En El hombre…cabe destacar la magnífica actuación de Karl Malden.Siete días de mayo es para mí también una excelente película.Burt Lancaster es uno de esos actores inolvidables del cine clásico.Se amoldó a todos los géneros,incluso los de aventura,que por cierto,el actorazo había trabajado en el circo.El halcón y la flecha y su segunda parte de piratas con aquel amigo suyo mucho que también era un acróbata.Trapecio,es una película muy olvidada y que a mí me parece una maravilla.Y El gatoparto y Forajidos… podríamos estar hablando horas y horas de este actor.Es que,mi querida Hildy,yo no vivo la vida,yo no he vivido la vida.He vivido dentro del cine y para el cine y me parece que cada día estoy más contento con el resultado.Entre la vida y el cine elijo lo último.Y te puedo asegurar de que he vivido.

    Un placer pasarse por aquí.

    Besos,Hildy.

  4. Mi queridísimo Francisco:
    ¡Qué importante son las pasiones! ¿Que son las pasiones sino vida? Leyéndote sé que has vivido, no hay duda alguna. Y que parte de esa vida la forman tus pasiones que sin duda (aunque sé que habrá muchas más) son la escritura, la lectura, el cine… Y esas pasiones las transmites (y transmitir es un don).

    Y esas pasiones a mí me hacen disfrutar de momentos felices, los cuales hay que atesorar, para recibir con fuerza desilusiones, desencantos o tristezas.

    Así que ¡viva Burt Lancaster, Frankenheimer y horas y horas que podemos pasarnos con ellos y hablando o escribiendo sobre ellos! Comparto contigo mi adoración por la filmografía de Lancaster. ¿Has visto Chantaje en Broadway de Alexander MacKendric?

    Un placer leerte.

    Besos
    Hildy

  5. ¿Y qué me dices de «The unforgiven», que se llamó aquí, creo, «Los que no perdonan», de John Huston? Ese Lancaster y esa Audrey bellísima como ella sola… Qué gran western, y qué bien está Burt en plan hermano protector-enamorado incestuoso…
    «Ronin» es un producto de acción más bien típico, pero perfectamente confeccionado; además, contiene un homenaje directo a «47 Ronin» de Inagaki. Lo de las rarezas de Frankenheimer venía a propósito de «Tiro mortal», ésa en la que Don Johnson es un agente del FBI que persigue a unos nazis usamericanos con la ayuda de un sheriff negro…
    Besos

  6. ¡Me encanta LOS QUE NO PERDONAN! Tiene escenas además impagables. Como esas vacas pastando por el tejado de esa casa tan especial… Y Burt y Audrey… una pasada. Mi querido Alfredo, como siempre, gracias por compartir… Sabes que siempre me lo apunto todo en la memoria…
    Besos
    Hildy

  7. Sabeis de una peli de bruht lancanster de los años 40 creo que hace de cura? Haber si alguien me dice el titulo

  8. Estimada Celia, de los años cuarenta no recuerdo ninguna en la que Burt Lancaster haga de cura. Así rápido se me ocurre una en la que hace de falso predicador pero es de 1960, «El fuego y la palabra». Su primera película como protagonista fue en 1946 en «Forajidos». Después ya fue encadenando una película con otra… pero de sus primeras películas no recuerdo que en alguna hiciera de cura. Siento no dar con el título que estás buscando. Es curioso pero, por ejemplo, Gregory Peck sí que consiguió su primer papel protagonista en 1944 encarnando a un cura en «Las llaves del reino».

    Besos
    Hildy

  9. Querida Hildy, otro de mis descubrimientos de este viaje fue «Siete días en marzo». El DVD no tiene subtítulos en español así que por poco me pierdo toda la trama, por suerte hay una escena en la que Kirk Douglas le explica todo a Fredric March, jaja, pero ¡qué gran película! Te mantiene en vilo en todo momento sin necesidad de grandes despligues de acción. ¡Y qué reparto! La encontré por casualidad en un negocio al que me gusta ir en Nueva York (creo que ya te lo mencioné una vez), es un hermoso caos de DVD usados, los empleados no tienen base de datos, así que la única forma de saber qué tienen es quedarse durante horas a revisar los estantes. Ay, el paraíso de cualquier coleccionista de películas…
    ¡Ah! y el DVD viene con un audiocomentario grabado por el director en 1999, ¿qué más se puede pedir?
    Un beso enorme, Bet.-

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