Testigo de cargo (Witness for prosecution, 1957) de Billy Wilder

Testigo de cargo es de esas películas-divertimento. Lo tiene todo para pasarlo bien. Creo que Wilder tuvo que disfrutar mucho haciéndola. En ella reconocemos todo su universo pero además gozamos durante el metraje porque nos divierte y entretiene en muchos sentidos. Tiene humor, intriga, drama, juicio, romanticismo, calidad… y grandes personajes interpretados por actores míticos. ¿Qué más quieren?

Charles Laughton encandila con la recreación magnífica del abogado criminalista londinense sir Wilfrid Roberts… personaje para la eternidad. Un abogado con una salud precaria pero que se niega a rendirse ni ante la enfermedad, ni ante los placeres de la vida (un buen cigarro, una copilla de vez en cuando…) ni quiere dejar nunca de ejercer con pasión su profesión. No quiere rendirse… y sin duda le gustaría morir trabajando o defendiendo. Es un perro viejo a mucha honra. Y un hombre divertido, muy divertido. Ahora sigue igual pero enfermo y además detrás tiene una especie de ángel de la guardia molesta a la vez que encantadora enfermera (sólo podía ser Elsa Lanchester) que siempre estará a su lado construyendo ambos una relación más allá del lazo profesional, de admiración-odio-fidelidad mutuos.

A sir Wilfrid Roberts se le presenta un nuevo caso criminal al que se aferra con pasión… y con el que juguetea. Como jugueteamos todos los espectadores. Un hombre atractivo y encantador, una especie de buscavidas, es acusado del asesinato de una viuda rica. No tiene coartada de ningún tipo, se sabe que estuvo con ella el día de la muerte y además para sorpresa de todos es el heredero de una cantidad vertiginosa de dinero. El hombre encantador tiene el rostro de Tyrone Power (en el que sería su último papel) que confía a Roberts que quien le salvará el pellejo, porque sabe toda la verdad y la hora exacta a la que llegó a casa, es su amantísima esposa (Marlene Dietrich, toda una leyenda) a la que conoció en Alemania durante la guerra.

Billy Wilder se mete de lleno, además de en su propio universo, en el de la escritora Agatha Christie (¿quién no ha leido de adolescente alguna de sus novelas?)…y adapta con agrado una exitosa obra teatral de la autora (que a su vez había convertido en teatro un relato corto propio). Así juega con el espectador y llena la película de sorpresas, giros y laberintos hasta llegar a final digno de trama de suspense. Y hace que todos lo pasemos fenomenal en el camino. Porque todos los personajes juegan con nosotros en un mundo de apariencias que nos atrapan…

Así no sólo nos encanta asistir a los interrogatorios de la sala de juicios y a la investigación de nuestro abogado favorito que siempre tiene la mosca detrás de la oreja sino que queremos un nuevo giro cada vez que nos haga regodearnos y acomodarnos en el sillón mientras continúa la trama.Testigo de cargo es además una buena película de juicios y no podía faltar tampoco un romanticismo fatal y cautivador.

Desde el principio hasta el final es un… empieza el espectáculo. Una y otra vez. Un deleite. Sólo tenemos que meternos en el juego propuesto y disfrutarlo. Pero a la vez también podemos reconocer como antes he dicho todo el universo de Wilder. Toda su trayectoria como artista y sus temas futuros. Así está su deleite por la intriga (como en Perdición y después en la exquisita La vida secreta de Sherlock Holmes), nos encontramos con esa Europa herida posterior a la guerra y lo que afecta a sus personajes en ese flash back a lo Berlín-Occidente donde conocemos el principio de la relación entre el personaje de Power y el de Dietrich. También nos muestra amores fatales (de nuevo Perdición), la vida como puro teatro y el tema de las apariencias (Irma la Dulce o Bésame, tonto), los profesionales que aman su trabajo sobre todas las cosas (otra vez Perdición y el personaje de Robinson…o Un, dos, tres, o Primera plana), las relaciones amistosas entre un hombre joven encantador con ganas de futuro y una mujer madura (El crepúsculo de los dioses…) y todo lo que puede tejerse alrededor. Así podríamos nombrar más temas que nos muestran Testigo de cargo como parte del universo especial de Wilder.

Se me ocurre que si tienen una tarde de fin de semana libre y les apetece deleitarse y sorprenderse, jugar con el cine, disfruten de nuevo o por primera vez de Testigo de cargo… y llevense a Charles Laughton a tomar una copilla con un cigarrillo o a que juegue un rato en su pequeño ascensor para la escalera…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

14 comentarios en “Testigo de cargo (Witness for prosecution, 1957) de Billy Wilder

  1. Tienes razón en todo lo que dices. Es una película divertidísima. Y ese final… No digo nada para los que no la han visto. Creo que voy a verla otra vez un día de estos.

  2. Una de mis favoritas; el hecho de que Laughton y Lanchester fueran marido y mujer hace cobrar a su relación en la película una dimensión extra, ironía típicamente British…
    Tyrone no me termina de encajar (en realidad, nunca me termina de encajar en nada), pero el grupo de secundarios es soberbio.
    Besos.

  3. Mi querida Carmen, qué bueno que me escribas. Sí que esta película es para verla de nuevo una y otra vez. La verdad es que es divertida hasta decir basta y juega con el espectador como juegan cada uno de los personajes. Los giros y sopresas hasta final apoteósico buscan asombrar una y otra vez… empieza el espectáculo.
    Un beso enorme
    Hildy

  4. Alfredo mío, me pasa lo mismo con Tyrone, nunca me ha entusiasmado, aunque reconozco que aquí ese cierto gesto extraño que tiene le viene al papel que ni pintado. Sin embargo, me llevé hace poco una sorpresa con Tyrone porque me pareció estupendo, me encajo y me gustó en una película maravillosa: EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS.

    Y sí, Laughton y Lanchester en este pareja desternillante para llevártelos a tomar el té un rato…

    Besos
    Hildy

  5. Ay,mi querida amiga;creo que llevo por lo menos diez post sobre el dios Wilder,sí,como lo digo:dios.Debería ser el santo patrón del cine.Yo lo pongo en mi lista personal entre los cinco mejores directores de la historia del cine.Como guionista:todavía no ha sido superado,y dudo mucho que esto ocurra.Genial,cínico,terriblemente inteligente.Después de los hermanos Marx,él ha sido el que más me ha hecho reír.Testigo de cargo es otra obra maestra y el gran Laughton realiza su mejor papel.
    No veas,podríamos estar hablando horas y horas,es un tema inagotable y claro;Nadie es perfecto.

    Besos y un fuerte abrazo.

  6. … Wilder es de esos directores que provoca charla inagotable. Acabo de disfrutar de nuevo en televisión de Primera plana… (y aunque como sabrás soy más de Luna nueva) me he quedado atrapada y enganchada desde los créditos… viendo cómo se componía antes una primera plana…, qué maravilla.

    Si bien he reído con Wilder y mucho (y no me agoto)… también me encanta su vena de desencanto. Así me estremecen El gran carnaval, Días sin huella, El crepúsculo de los dioses, Perdición o Traidor en el infierno…

    Querido Francisco, claro que sí, qué grande es poder mantener una buena charla o correspondencia de cine…, alrededor de una mesa con buena comida y sin tener que mirar al reloj o frente un teclado de ordenador…

    Besos
    Hildy

  7. Las películas que mencionas son colosales.El gran carnaval no tuvo éxito por el tema que toca y cómo toca la nación americana.Magistral.Días sin huella me parece uno de los alegatos más contundentes sobre el alcoholísmo en la sociedad americana.Ray está magnífico.Un actor muy versátil.También está muy bien en La mayor y la menor.El crepusculo de los dioses es la mejor película jamás filmada sobre el mundo del cine.Creo que después viene Cautivos del mal,del gran Minelli.Perdición representa un antes y un despúes en el cine negro,que llegaría hasta Chinatown de Polanski.Traidor en el infierno anticiparía la obra maestra de Sturges La gran evasión…bla bla bla bla bla bla…¿qué quieres tomar?
    Besos.

  8. … Tú lo has dicho charla interminable de Wilder…, si es que no hay líneas ni palabras suficientes.

    Ahora mismo me apetece un buen café con leche y degustación de varios helados artesanos… ¿cómo te quedas? todo rebozado con una buena charla de cine clásico con Wilder, Lang, Wyler, Welles, Hitchcock…

    Beso
    Hildy

  9. Hablar, compa Hildy, de título legendario, quizá sea hasta quedarse corto, cuando de glosar un título como éste se trata, lleno, como bien señalas, de momentos y elementos mágicos, sorprendentes: el truco del monóculo; el bastón-escondite; la sillita sube-escaleras; los piques entre sir Wilfried y su «cancerbera»; la «testigo-sorpresa»… En fin, todo un festival de genialidades. Eso sí, si he de quedarme con un momento, lo tengo muy claro: el monólogo de sir Wilfried reivindicando el derecho a la defensa de su cliente, y su determinación de asumirlo hasta las últimas consecuencias (que, dado su estado de salud, ya se sabe cuáles pueden ser -y no son muy buenas-). Para los que nos dedicamos, de alguna manera, al «leguleyeo», y sentimos un mínimo de respeto por sus principios más puros, no es difícil que te lleve al borde de la lágrima (algo que a lo que ayuda, cómo no, la lección interpretativa de ese monstruo que fue Charles Laughton). Una maravilla.

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

  10. Es estupenda tu nueva presentación pues al menos mi me gusta mucho ver las caras de los actores o alguna secuencia de las películas que tan amenamente comentas… Te doy la enhorabuena y las gracias.

  11. Pocos, muy pocos, serían capaces de hacer comulgar algo tan divertido con Agatha Christie. Luego están los actores y la dirección de actores. Vaya par, geniales!. En especial, Laughton me encanta, precisamente estoy enfrascada en escribir sobre él, pero de su aventura como director: una sola película -fracaso de taquilla estrepitoso- pero sobresaliente de verdad. Hace mucho que vi Testigo de Cargo, pero recuerdo bien la película y algunas escenas, es de las que se te quedan para siempre. Igual te hago caso y la reviso otra vez.

    Salu2

  12. … Laughton… qué hombre más curioso. Y qué personajes componía. ¡Estaré deseando leer tu texto sobre el Laughton director y esa maravilla que es La noche del cazador, Dios, cómo me gusta! Siempre recuerdo esa mujer en el lago con sus cabellos rubios ondeando…

    Besos enormes, Babel, nos vemos por ahí tomando un te con el señor Laughton, Robert Mitchum y Elsa Lanchester.
    Hildy

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