Farley Granger, la despedida de un extraño

La desaparición de Liz Taylor ha hecho que pocos recuerden o pocos se hayan despedido de Farley Granger que murió el pasado 27 de marzo a los 85 años. A Granger pocos le recuerdan…, y siempre sobre su trabajo como actor se han vertido los siguientes calificativos: soso, aburrido o mediocre…, reconociéndole que era tan sólo un bonito rostro que tuvo su momento de gloria durante los años cuarenta y cincuenta. Quizá su valoración como actor también se deba al propio Granger el cual nunca se lanzó piropos y él mismo se desprestigiaba en distintas declaraciones. Yo no opino como él. Farley Granger tenía una personalidad que le hizo no encajar en el mundo de Hollywood de los años cuarenta y cincuenta. Además durante esos años ya se sabe que la ciudad del celuloide se dejó llevar por una ‘doble moral’ de cara al público y Granger nunca entró en el juego. El bello de Farley nunca ocultó su bisexualidad, amaba a hombres y mujeres por igual y no hizo nada por esconderlo ni permitió que la maquinaria publicitaria se inventara historias, amores y rumores que no sentía. Por otra parte tampoco le ofrecieron muchos papeles en los que pudiera mostrarse versátil… pero sí pudo entrar en el Olimpo por cuatro películas que hacen que nunca se le olvide. Y en ninguna de las cuatro valoro que Granger sea soso, aburrido o mediocre.

Desde la primera vez que vi el rostro de Granger me enamoré de él. Siempre me llamó la atención. Farley protagonizó dos películas del maestro del suspense y en el momento y edad mi mirada no fue consciente de los matices de sus personajes en La soga o en Extraños en un tren. Sólo observé a un hombre bello, delicado, arrepentido y débil que pedía a gritos una pizca de compresión y cariño. Según iba creciendo me iba dando cuenta de otras complejidades ocultas tras estos personajes aparte claro está de una homosexualidad latente (pero sin ser nombrada) de ambos personajes.

Después me quedé absolutamente noqueada con Los amantes de la noche de Nicholas Ray. Ahí era el joven Bowie abocado a un destino trágico, a la mala suerte, un joven delincuente al que se le tuerce la vida sin quererlo y que no puede tener una tranquila y bonita relación con la chica que ama, Keechie. Así el poeta Ray ofrece una historia de amor fou y dramático desenlace donde Granger se muestra sensible y perdedor junto a su compañera Cathy O’Donnell. Ambos volverían a encontrarse en otra historia de cine melancólico y negro de la mano de Anthony Mann, Side Street (que todavía no he podido ver).

En otro papel que no puedo olvidarle donde el bello Granger es además perverso (y depravado) y te lo crees es en una producción italiana de Luchino Visconti, la maravillosa (para la que esto escribe) Senso. Visconti crea la historia de Livia, una aristócrata italiana que se enamora perdidamente de un oficial del ejército austriaco con rostro de Granger. Que la embauca, la enamora, la abandona, se burla de ella…, pero él no espera las trágicas consecuencias ni cómo reaccionará la Livia despechada que ha sido capaz de dejar todo y de traicionar a muchos por amor.

El debú de Granger fue como un joven adolescente ruso en la interesante, no por su calidad artística sino por su valor histórico, (ya hablé ayer de ella) La estrella del norte, película no bien recibida por la cadena de periódicos de Hearst que ya era acérrimo anticomunista y no concebía que se presentara a los rusos como pueblo amable y sufridor con una banda sonora con La internacional de fondo… aunque los rusos fueran aliados en la Segunda Guerra Mundial en la lucha contra el nazismo.

Su carrera cinematográfica no fue mucho más larga ni prolífica en el mundo del cine. Él mismo veía que no protagonizaba grandes películas así pasea correcto por Vida de mi vida o por las películas con varias historias como Cuatro páginas de la vida y Tres amores o por curiosidades como El fabuloso Andersen o La muchacha del trapecio rojo.

Fue un hombre que amó y fue amado. Sus distintas relaciones con hombres y mujeres fueron bastantes, siempre fue fiel a sus amigos y conservó la amistad con aquellos con los que vivió una historia de amor. Quizá su historia más conocida fue con una actriz que a mí me parece magnífica y siempre a reivindicar Shelley Winters.

El que fue una estrella extraña que nunca se creyó actor se marchó hace unos días pero ahí sigue en la gran pantalla con ese rostro bello que oculta una personalidad compleja y unas interpretaciones que estaré encantada de volver a ver…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.  

Un comentario en «Farley Granger, la despedida de un extraño»

  1. Sí, a mí también me parecía más que correcto y que pudo haber hecho muchos más papeles…, pero no tuvo suerte con las elecciones que le tocaron y pronto él se cansó también de esperar el ‘papel’. Precisamente en las de Hitchcock, en la de Ray (que a mí me conmueve profundamente) y en Senso demostró que tenía registros suficientes para haber abordado más tipos de personajes.
    Besos
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.