El rostro de Brad Pitt

Todavía recuerdo la primera vez que vi a Brad Pitt. Me dejó en otra dimensión. No me podía creer que pudiera existir un muchacho como ése. Lo recuerdo en vaqueros, sin camiseta y con sonrisa chulesca en Thelma y Louise (1991). Sin palabras. Sólo aparece unos minutos pero yo ya no lo olvidé. Y lo de Pitt es extraño. Ya sabéis –si conocéis al amor de mi vida, Walter Burns– que me gustan morenos. No suelo tener simpatía por los rubios, cachas, con ojos azules. Brad Pitt es la excepción a la regla.

Después le rescató Robert Redford para darle uno de los papeles que hubiera hecho él cuando era más joven. Un héroe romántico, rebelde y atormentado. El rubio de Pitt lo borda en El río de la vida (1992). También, por estos años empieza su gusto por pequeños personajes secundarios a cada cual más estrambótico y su gusto por películas independientes y originales. En Amor a quemarropa (1993) siempre aparece como un “colgao” que no se entera de nada. Pasado de rosca. Brad Pitt siempre sabe que un éxito comercial a tiempo viene bien y se mete de lleno como el vampiro bueno y sufridor en Entrevista con el vampiro para mayor gloria de Tom Cruise.

Su papel de romántico rebelde no lo abandona. Sabe que funciona. Y enamora a todo el personal femenino en una historia épica. Una crónica familiar americana con todo el drama y el dolor que haga falta. Pitt nos ofrece uno de sus personajes más atormentados y aparece salvajemente bello en Leyendas de pasión (1994).

A continuación, nos sorprendió a todos como el policía joven y lleno de fuerza, ira y energía en la magnífica Seven (1995). El asesino en serie, que se sirve de los siete pecados capitales para realizar cada uno de sus asesinatos, nos ofrece uno de los finales más impactantes de los últimos años. Y Brad Pitt lo sufre bien.

De nuevo, el rubio hermoso se deja llevar por un personaje secundario llamativo. Una especie de loco, profeta o inventor en la mágica 12 monos (1995) que antes que una película de ciencia ficción es una preciosa historia de amor. Al año siguiente forma parte del grupo de amigos que quedan traumatizados por un error cometido en la infancia, la entretenida y bien hecha Sleepers.No sé por qué pero me volví a enamorar profundamente de Pitt con una película menor pero muy bien hecha. En ella, Brad se convertía en un terrorista del IRA que tiene que ir a EEUU a proveerse de armas y le acoge –sin saber que es del IRA– un honrado policía. De nuevo, ofrece una interpretación de héroe atormentado que derrite en la olvidada La sombra del diablo (1997). De vez en cuando, se permite un desliz como Siete años en el Tibet (1997) soporífera película que jamás he podido ver entera en sus innumerables pases televisivos.

Regresa con fuerza en dos personajes secundarios y extravagantes en la película de culto El club de la lucha (1999) y en Snatch: cerdos y diamantes (2000). En la primera hace de Tyler, un líder con una filosofía absolutamente nihilista y destructiva de la vida. En la segunda, sorprende en su divertida caracterización de un gitano boxeador al que nadie entiende cuando habla. Después, otra película fallida aunque tiene algún momento brillante en The Mexican (2001). Ese mismo año empieza la saga con sus colegas y amigos, las entretenidas películas de Ocean’s Eleven, donde siempre nos encontramos con una panda de ladrones y timadores que se ríen y se mondan del personal y saben vivir bien.

Después de unos años de vacas flacas aparece más bello que nunca en Troya (2004) como un Aquiles tan bestia como hermoso. Tan atormentado como apasionado en todo lo que emprende. Su vida da un cambio de 360 grados. Deja a su novia friends y se va tras la Jolie con la que protagoniza Señor y Señora Smith. Y se convierten en inseparables. Pitt se mete en todas las movidas de su señora. Viaja con ella y denuncia la situación injusta de diversos países. Adopta niños y además tiene uno biológico. Y en la pantalla nos sorprende a todos con su magnífica interpretación en Babel como turista norteamericano al que una bala le cambia la vida.

Brad Pitt sigue igual de bello y enlaza un proyecto con otro. Cerca queda el estreno de El asesinato de Jesse James, otra de la saga Ocean y bastantes películas más para el 2008. Tenemos Brad para mucho tiempo. Bienvenido sea.

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