Momentos inolvidables de Love Actually

Sí, sí, no se echen las manos a la cabeza. No griten desesperados. Sí, sí es película manipuladora que recoge los resortes de los sentimientos y los exprime. Sí, sí, todo lo que ustedes quieran. Ingredientes que en cualquier otro mal intento nos hubiésemos ahogado en almíbar. Sí, sí todo lo que ustedes quieran. Pero hay algo innegable Love Actually está bien construida, cuenta con un reparto absolutamente maravilloso, y dentro de todas sus clases de amor vomita unas escenas que emocionan. Sí, sí comedia romántica pura y dura haciéndonos creer en cuentos de hadas, que el amor puede ser así de hermoso y siempre rodeado de una buena banda sonora y buenos tópicos. Sí, sí lo confieso, en tardes melancólicas puedo caer en la tentación de plantarme frente al televisor y emocionarme como una descosida ante las múltiples historias. O llorar desconsolada diciéndome que es mentira lo que me están contando pero al final… me encanta creérmelo. Algunas de sus historias me gustan más y otras menos pero siempre acabo en esta película de bienvenidas y despedidas en aeropuertos y de tiempos navideños con una sonrisa enorme. Y me digo quizá mañana sea otro día…y es que el amor, por lo visto, está en todas partes. Piensen sólo una cosa que quizá ayude a los escépticos de las películas románticas con dosis de almíbar: simplemente imaginen que están viendo un cuento y que por eso todo es posible. Sí, la película me engaña y está siendo tramposa conmigo, qué se le va a hacer.

Billy Mack y Joe

Billy (Bill Nighy) es un roquero en horas flacas. Un abuelo totalmente pasado de rosca con una vida en tiempos mejores de sexo, droga y alcohol. Ahora totalmente olvidado vive de lo que le consigue su representante fiel un buen tipo llamado Joe (Gregor Fisher) que vuelve a regalarle un éxito con una mala adaptación de una buena canción. Inolvidable la escena en que un Joe, solo, en su casa después de dejar a Billy en la cima del éxito, recibe una visita y no es otro que Billy diciendo que no hay mejor manera de pasar la Navidad que con su mejor amigo… Pero como siempre de manera muy peculiar.

Jamie y Aurelia

Una de las historias que más me gustan de la película gracias a ese escritor desastre (adorado Colin Firth) que ha sufrido una pena de amor…y se va a Francia. Entonces solitario en su labor de creador pero acompañado de una joven portuguesa, Aurelia (bella Lúcia Moniz), que le limpia la casa. Él sólo sabe inglés, ella sólo portugués. Ninguno sabe francés. Pero…

Así los dos hablando distintos idiomas pero con mismo lenguaje corporal se van enamorando. Aunque él sea un desastre, aunque ella no le entienda nada…Al final él regresa a Gran Bretaña y decide estudiar portugués y ni corto ni perezoso se presenta en Lisboa la noche de Navidad para declararla a su bella Aurelia en chapucero portugués que la ama en un restaurante donde todos los comensales y parte del barrio son testigos.

Daniel y Sam

Daniel (Liam Neeson) acaba de perder a su esposa, el amor de su vida, entre tanta melancolía trata de acercarse a su hijastro, un niño, Sam. Ambos superan la ausencia de la madre implicándose en el primer amor escolar de Sam. Y así se aconsejan para no callarse que están enamorados…, así llevan la historia hasta las últimas consecuencias y Daniel anima a Sam a que corra y se salte las normas en el aeropuerto para decirle a la niña que ama sus sentimientos… para poner un happy end a su historia.

John y Just Judy

Dos actores porno (Martin Freeman y Joanna Page) se encuentran actuando desnudos y con escenas de mecánico sexo pero se miran a los ojos y a pesar de las incómodas posturas… Ambos son tímidos… pero poco a poco se irán enamorando. Geniales esas escenas que en las posturas más carnales se va sucediendo una tierna historia de enamoramiento.

Mark y Juliet

El amor inalcanzable e ideal tiene como protagonistas a Mark (Andrew Lincoln) y Juliet (Keira Knightley). Ella está casada con su mejor amigo. Ella cree que él apenas la estima. Sin embargo, la realidad es otra muy distinta. Mark está apasionadamente enamorado de Juliet pero no puede confesarlo.

Esta historia tiene las escenas más románticas. Cuando Juliet va a casa de Mark para ver el vídeo de la boda y se da cuenta de que sólo la ha grabado a ella ante la mirada angustiosa de él. Y la escena en que finalmente Mark en silencio —y con el mejor amigo ausente viendo un programa de televisión— y con unos carteles le confiesa a una emocionada Juliet su amor eterno.

El primer ministro y Natalie

La historia entre el primer ministro (siempre Hugh Grant) y su ayudante (Martine McCutcheon) es todo un cuento de cenicienta y príncipe. Mientras el primer ministro arregla el mundo y humilla —a pesar de pertenecer a un pequeño país pero muy suyo— a la gran potencia política, EEUU, se enamora locamente de su ayudante, un poco gordita y desastre, que además vive en la parte chunga de un barrio de Londres.

Por supuesto, genial la búsqueda del primer ministro de la amada en el barrio chungo llamando puerta por puerta.

Sarah y Kart

También el amor regala historias tristes como esa chica trabajadora y tímida (Laura Linney) absolutamente entregada al cuidado de su hermano recluido en un sanatorio de salud mental. Es tal su entrega que cuando por fin tiene la oportunidad de conquistar y enamorar a su bello compañero de trabajo Kart (Rodrigo Santoro, dios, qué hermoso) pierde ese momento precioso para atender al hermano enfermo.

Bella la escena en la que por fin se van a acostar y sin embargo esa noche de pasión es interrumpida por las llamadas del hermano. O esa última escena de ella en el despacho, con lágrima por el momento perdido, en que vuelve a despedirse como siempre de un Kart al que ha dejado escapar…, suena el móvil. Y ella habla con el hermano.

Harry y Karen

Un típico matrimonio de clase media alta (Alan Rickman y Emma Thompson) con dos hijos y una vida ya construida quizá aderezada de monotonía se rompe cuando él coquetea con una joven secretaria. La escena en que una dolorida Emma descubre la infidelidad del esposo a través de un regalo no tiene desperdicio.

Colin y sus sueños eróticos

El típico joven metepatas que sólo piensa en ligar cumple su sueño erótico viajando a los EEUU… Entra en un solitario bar americano y una a una van apareciendo lindas y jóvenes muchachas ávidas de sexo con… él que no puede creerse el cumplimiento de sus máximos sueños eróticos.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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