Origen de Christopher Nolan

Confieso que iba con expectativas demasiado altas y quizá ya me había creado mi propia película en mi cabeza. Sin embargo, aunque Origen no cumplió cien por cien mis ambiciones como espectadora, sí le reconozco virtudes aunque capté también aquellos elementos que no me llenaron. Reconozco también que Origen me pide a gritos dentro de un tiempo un segundo visionado pues hubo ciertas cuestiones en las que me gustaría fijarme más. Pero así en frío digo:

Que Origen me entretuvo y me llenó sobre todo en los aspectos más intimistas de su trama. Que visualmente, y ya me gustaría hablar con un arquitecto, me atrapó como había pensado que iba a atraparme. Que cuatro o incluso los infinitos niveles del sueño que presenta, a veces, me produjo un sentimiento de confusión que enredaba innecesariamente su trama…

Pero que la incluyo en esa serie de películas en las que ya intuyo un nuevo género cinematográfico del siglo XXI (aunque también ha sido tratado en el cine del siglo XX pero no con tanta continuidad) como ya adelanté en la crítica de Las vidas posibles de Mr Nobody…, un nuevo género de un tema muy antiguo filosófico e intelectual. Qué es real, qué es sueño, qué es el subconsciente, cuál es el poder de nuestra mente y qué poco la empleamos…, tema apasionante.

Origen me atrapó por su héroe romántico desencantado enamorado de un imposible que arrastra una historia que le rompe y que ya es un muerto en vida. Un héroe en el que se está especializando de manera genial un Leonardo DiCarprio que no decepciona. Un héroe con un sentimiento de culpa y con un poder mental que no le permite la huída sino avanzar y avanzar pero ir destrozándose por dentro en cada segundo y atrapando siempre a la mujer amada que le daña pero de la que nunca puede prescindir. Un héroe que se va hundiendo en cada fotograma y que realiza esfuerzos brutales por atrapar la realidad o volver a vivir pero fracasa una y otra vez en el intento. En la concepción del héroe ¿no ven en Origen una continuación de Shutter Island?

Es la historia del extractor de sueños —que ahora va a realizar la operación contraria: introducir una idea en el sueño de un joven empresario— con su esposa ausente pero siempre presente en el subconsciente la que me atrapa. Y es la historia de esa compleja relación entre padre e hijo, empresarios ambos, y esa idea que deben infiltrar DiCaprio y su equipo las que me seducen. La parafernalia alrededor de estos acontecimientos a veces me atrapaba y otras me alejaba…, llega un momento que los cuatro niveles de sueño me resultaban cargantes —con sus sucesivas tramas— y deseaba atrapar esas intimidades que me seducían.

Pero dentro de la parafernalia el mundo de ‘esa arquitectura de los sueños’, esa capacidad para crear espacios y mundos imposibles, pero únicos y artísticos, me dejaban noqueada. Lástima que con tanta trama y subtramas no se desarrolle algo más la conexión que se establece e incluso enamoramiento platónico entre la joven arquitecta y el protagonista. Lástima que con tanta trama y subtrama queden tantos personajes secundarios con un esbozo simple, demasiado simple. Lástima que con tanta trama y subtrama me de la sensación de producto inacabado…, cuando yo estaba deseando perderme en los laberintos del sueño.

Quizá ése es otro defecto que no hizo perderme por esos laberintos. Porque creo que había un interés en exceso de construir un guión tan racional y milimétrico que Nolan no deja que nos perdamos en el subconsciente y que busquemos continuamente explicaciones a ese mundo de sueños que nos plantea, que intentemos construir las claves que nos va dejando a lo largo de la película —esa importancia a los pequeños objetos que nos hablan de en qué nivel nos podemos encontrar o si es real o sueño lo que estamos visionando— y trata de explicarnos tanto que a veces sentimos las incoherencias…, y molestan… Pero ¿y si se hubiera metido realmente en el subconsciente de los sueños, en lo irracional…? Seguro que no hubiesemos buscado coherencia alguna.

Así para mí Origen supuso una visión de luces y sombras. Tan pronto me conectaba como me desconectaba. Tan pronto me sentía atrapada como de repente desconectaba entre persecuciones, tiros y distintos niveles. Sí, sin embargo, digo que me merece un segundo visionado. Y ya os lo he confesado me quedo con su héroe roto y con complejo de culpa pero héroe romántico.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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