Diccionario cinematográfico (137)

Cartas: querida Ninotchka, querido Valmont, querida lady Olenska, querida Charlotte, querido Billy…

Declaraciones de amor, rupturas, secretos inconfesados, explicaciones, esperanzas, cartas cerradas, cartas nunca leidas, cartas que traen buenas noticias, otras que las traen malas, telegramas, confesiones, mails enviados a la dirección equivocada…

El cine está poblado de cartas.

De buzones.

De carteros.

O también mensajeros.

Las cartas se escriben a máquina.

A ordenador.

O a mano…, con firma temblorosa, firma feliz o culpable.

A veces, no se envían.

Otras se guardan en el corazón hasta que casi amarillean.

El remitente a veces es desconocido. O demasiado conocido. Hay incluso cartas que matan. Otras vienen del más allá.

A veces la carta la escribe un ausente pero da fuerzas.

Ahí va queridos lectores. Una carta de cine. De un ausente.

“A mi hijo Billy.

Querido Billy: ahora te pareceré un recuerdo lejano, lo cual creo que es buena señal. Habrá pasado mucho tiempo, y yo no te habré visto crecer, ni llorar, ni reír, ni gritar. Y no habré podido regañarte, pero por favor, debes saber que he estado a tu lado, contigo en todo momento…, contigo en todo momento, y que siempre lo estaré. Estoy orgullosa de haberte conocido, orgullosa de que hayas sido mío, no dejes de ser tú mismo, siempre te querré. Mamá.”

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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