Opening night (Opening night, 1977) de John Cassavetes

John Cassavetes fue el ejemplo de lo que es cine independiente. Un rodaje de Cassavetes era una reunión de amigos y familiares que creían en una película e historia y se entregaban de lleno con los medios disponibles para crear una obra cinematográfica. John era director, guionista, productor…

A Cassavetes le interesaban las emociones extremas, el alma, de sus personajes y dejó retratos con fuerza que van directos a la cabeza y al corazón. Desnudaba a los actores en personajes que reflejaban el amor, el odio, los miedos personales…

Sus obras, bien preparadas aunque siempre lograba imprimir un aire de improvisación, pueden gustar o no gustar. Pero no dejan indiferentes. En Opening night surge su amor hacia el cine y el teatro centrándose en una diva de los escenarios, una gran Gena Rowlands (su esposa) que se transforma en una mujer en una encrucijada de emociones. Encrucijada que refleja el miedo a envejecer, a perder los atributos de mujer, las emociones y alegrías que se experimentan en la juventud, la ilusión por vivir. Rowlands realiza un personaje descarnado, que duele, desequilibrado que busca identificarse con su papel en su nueva obra de estreno, que habla precisamente de lo que huye, cuando una mujer envejece. Un descenso hacia los infiernos en busca de la esperanza, de una identidad que le permita reflejar que también hacerse mayor puede ser una nueva etapa de esperanza, de vida y ganas de seguir viviéndola.

Además Opening night (y es la parte que me resulta más atractiva) es un canto de amor al teatro. A cada una de las personas que hacen posible una representación. A la extraña familia que forman actores, director, dramaturga, productor, tramoyistas, asistentes… Nos muestra lo que es llevar una obra a un escenario donde se exponen a un público que reacciona y todo lo que transcurre tras las famosas bambalinas. Y es un ejercicio maravilloso y lleno de fuerza que recoge toda la fuerza del teatro y como cada noche de representación muestra que una obra tiene vida propia.

A sus descarnados primeros planos y a esos diálogos que a veces nos descolocan, Cassavetes habla del fracaso, del éxito, de la muerte, de la juventud, de la vejez, de las complicaciones de las relaciones de pareja, de la camadería, de la esperanza, de la soledad, del alcohol, de un amor extremo al teatro.

Y, desde luego, se cumple la máxima de pase lo que pase el espectáculo debe continuar. Así la Rowlands nos estremece cuando en la noche del estreno, y después de un viaje infernal a sus más profundas emociones, llega absolutamente alcoholizada. Sin embargo, con una fuerza increíble y rodeada de “la extraña familia” sale al escenario y realiza su interpretación sin que el público sea consciente de que no se tiene en pie.

Hay varios asuntos curiosos en Opening Night, entre ellos, que el público que acude al teatro es real, no son extras, y sus reacciones son reales. Que como en muchas ocasiones Cassavetes se rodea de sus amigos actores (podemos ver a Ben Gazzara o una vieja gloria como Joan Blondell) pero también daba papeles a personas que nunca se había puesto ante una cámara, es decir, a actores no profesionales. Otro es que el propio director adoraba películas sobre el mundo del teatro y el cine, y éste era su particular homenaje, como Eva al desnudo o Ha nacido una estrella. Después Cassavetes y la Rowlands serían fuente de inspiración con su Opening Night para otros directores como Almodóvar y su Todo sobre mi madre. La escena, al principio de la película, de la muerte de un joven fan de una diva del teatro es un claro homenaje a también el principio de esta película donde la Rowlands vive su catarsis después del accidente de una joven y exaltada fan.

Cassavetes te rompe con unas frases y unos diálogos directos y duros. En esta película hay una escena entre Ben Gazzara (que es el director de la obra) y su esposa en que en un momento de intimidad, entre risas y otros gestos, se dicen cosas durísimas a la vez que se siente su complicidad. En un momento la esposa le dice: Me estoy muriendo, estoy tan harta, que noto que me estoy muriendo. Increíble.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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