Carrie (Carrie, 1952) de William Wyler

No hay manera. No logro encontrar película de Wyler que me decepcione. Llevaba tiempo detrás de una de sus películas más olvidadas y menos distribuidas, Carrie. De hecho en su tiempo fue una película que sufrió varios contratiempos a la hora de su estreno y fue uno de los fracasos del director en su carrera. Y no fue por su falta de calidad e interes sino porque los años cincuenta americanos y en plena caza de brujas no eran un buen momento para presentar la adaptación cinematográfica de la polémica novela de Theodore Dreiser (que un año antes había sido exitosamente adaptada otra de sus novelas dando como resultado todo un clásico, Un lugar en el sol de George Stevens). El autor además había poseido una clara ideología política que colocaba su corazón a la izquierda y que siempre en sus obras tocó el lado amargo y crítico del sueño americano.

Es curioso porque cuando Dreiser publicó Sister Carrie la novela fue un escándalo editorial, hasta tal punto, que la novela fue retirada de la venta y no volvió a publicarse hasta la década de los ochenta. Y parte de ese escándalo fue motivado por la naturalidad con la Dreiser describía el comportamiento sexual de sus protagonistas. Y la película corrió la misma suerte que la novela aunque se realizara cinco décadas más tarde. Yo no la he leído como tampoco la más famosa del autor, Una tragedia americana (de donde sale Un lugar en el sol). Otra asignatura pendiente que se me acumula.

Y Carrie no era película adecuada para años cincuenta que elevaban el sueño americano y las familias típicamente americanas y protagonistas de comedias o melodramas que finalmente defendían un modo de vida. Porque Carrie se ponía en la piel de una adúltera de finales del siglo XIX que lograba ascender, tener éxito y asentarse, sin castigo alguno (como siempre se exigía en los cánones de aquellos momentos). Pero ante todo Carrie no dejaba ser el reflejo de una amarga historia de amor donde un hombre elegante y con una posición social y económica consolidada abandona todo por un amor desesperado hacia Carrie, como último baluarte para alcanzar su felicidad sentimental, y finalmente se va deteriorando y termina devorado por ese amor que le conduce a ser un sin hogar.

Como siempre Carrie muestra el buen hacer de Wyler como director y su habilidad para contar en imágenes una historia y su cuidada dirección de actores. Si alguien se lleva la palma de oro o su subida al Olimpo de los actores en sin duda la interpretación de Laurence Olivier que en su personaje de elegante caballero que termina enfermo y sin hogar realiza un alarde de transformación. Olivier ya había trabajado con Wyler en su primera incursión en Hollywood (cuando además despreciaba el arte cinematográfico) en la mítica Cumbres borrascosas. Ahí Wyler le dio bastantes claves de interpretación cinematográfica y en Carrie las lleva a la práctica (cuando además ya tenía otro concepto del mundo del cine) creando un personaje complejo y creíble. Por otra parte, está la reina de la lágrima y del drama o sufrimiento extremo, una Jennifer Jones que no desentona en su recreación de la joven Carrie, adúltera a su pesar, y que debido a una serie de malentendidos entre ambos y por las circunstancias sociales que les rodean provoca la caída del amor de su vida. Y no desentona a pesar de que Carrie al principio de la historia tiene unos 18 años y la actriz en aquel momento tenía unos 31 años.

Así Carrie muestra una cuidada ambientación, una buena banda sonora, una detallada realización con momentos buenísimos de Wyler tras la cámara (como ese travelling en las alturas que muestra un albergue de personas sin hogar donde sus inquilinos duermen como en una especie de celdas y que nos lleva a la celda donde ya se encuentra un deteriorado y enfermo Olivier). También un cuidado guión de Ruth y Augustus Goetz que ya habían trabajado con Wyler en La  heredera aunque la primera opción del director había sido su gran amiga Lilliam Hellman.

En Carrie no faltan escenas en escaleras (especialidad de Wyler) ni en espacios cerrados (sea en el restaurante de lujo donde trabaja Olivier o en la casa de Carrie con su primer amante) o esa fábrica de calzado donde trabaja Carrie cuando llega por primera vez a la ciudad. Ni tampoco maravillosa escena al bordo de un tren, sublimación del enamoramiento de los personajes protagonistas.

Y es que Carrie te arrastra primero por un melodrama que parece que va a ser la historia de degradación de una joven chica de campo que va a conquistar la ciudad y se encuentra en su camino a hombres que quieren mantenerla a una trágica historia de amor que degrada y deteriora a un hombre que deja su posición social y económica por conseguir vivir su amor. Así vemos a un elegante caballero que deja su estatus y al que le es imposible adaptarse a su nueva situación económica y social. Mientras el elegante caballero cae por un tobogan sin final, abandonado por todos, Carrie con su juventud a cuestas decide sobrevivir y ascender hasta convertirse en famosa estrella de comedia ligera.

La escena final es escalofriante en la que vemos a un caballero sin hogar, desesperado, enfermo y con hambre que acude a pedir limosna porque no puede más a su amor, famosa actriz. Y en la que intuimos el triste final que espera al caballero derrotado (que en la novela es más explícito pero que no fue posible llevar en toda su crudeza en pantalla por la posibilidad de que no pasara el visto bueno de la censura).

Carrie es una película que merece la pena recuperarla. Y disfrutarla. Merece la pena ver la transformación e interpretación de Laurence Olivier genial.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

6 comentarios en “Carrie (Carrie, 1952) de William Wyler

  1. Quiero encontrarla y volverla a ver, la vi hace años, es muy estremecedora, como un hombre lo pierde todo, por querer a una mujer

  2. Bienvenida, Juany
    Qué película más buena y más olvidada es esta Carrie de William Wyler. Y tu comentario y volver a leer el texto que realicé en su momento me hace recordar que me apetece verla otra vez y quizá volverla a analizar. Sí, la recuerdo como estremecedora, y con dos actores principales que construyen perfectamente sus personajes. Y es que ver una película de Wyler siempre merece la pena.

    Beso
    Hildy

  3. Maravillosa, la vi hace un montón de años, más de treinta, en la tv, y se me quedó grabado en mi mente aquella frase, tengo hambre, Dios que duro aquello, me emocione muchísimo

  4. Buenas noches: acabo de ver el filme Sí: en verdad Wyler no deja de sorprender. Y, respecto a este filme, en verdad me ha conmovido. Olivier realiza una interpretación desgarradora. Me impresionó, en verdad.

  5. Bienvenido Andrés: sí, que bueno es William Wyler. Efectivamente, Olivier está absolutamente desgarrador. Y una oportunidad de ver a Jennifer Jones en todo su esplendor, siempre con complejas heroínas.
    Me repito todo el rato: pero tengo que volver a verla.

    Beso
    Hildy

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