Diccionario cinematográfico (124)

Mike y Scott: Qué tengais un buen día.

Mike, con sus ataques de sueños cuando el mundo le pesa.

Scott, el niño rico con vocación de rebeldía.

Chaperos de Portland.

Oyen las campanadas de medianoche con su maestro sin techo, Bob.

Uno vende su cuerpo por necesidad.

El otro porque le toca ser rebelde y libre antes de encorsetarse en las normas sociales y convertirse en rico heredero.

Juntos, siempre, recorriendo carretera con cara jodida en una moto.

Scott avisa desde el principio que olvidará su pasado. Cerrará los ojos.

Mike, siempre desnudo, desnuda hasta su alma.

Mike sueña con una madre vestida de blanco que le acaricia la cabeza y le dice al oído que todo irá bien.

Mike y Scott viajan.

Amigos con fecha de caducidad. Scott ya lo ha avisado. Mike camina en presente.

Una pequeña hoguera.

Mike se confiesa y desnuda. Ama a Scott. Se moriría por darle un beso. Porque ambos se amaran… Scott no ama. Mike sabe que siempre estará solo en una carretera con cara jodida.

A Bob, el enorme sin techo, se le rompe el corazón cuando su joven amante y amigo Scott le da la espalda. Scott pasa a la otra línea. Con cara fría e inmutable.

Bob se apaga. Mike sigue adelante con sus ataques de sueño cuando el mundo se derrumba a sus pies.

Sigue adelante.

En la carretera con cara jodida.

Esperando, siempre, pasar un buen día.

Mike amaba a Scott.

Y quería una vida normal, con una familia normal, una casa blanca y un perro.

Scott, frío, se vuelve el heredero que no rebasará la otra línea.

Mike se queda solo.

Ya lo sabía.

Una madre que crea en su mente le acaricia la cabeza: todo irá bien, todo irá bien.

Que pasen un buen día.

 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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