El ojo de la aguja (Eye of the Needle, 1981) de Richard Marquand

Para Isis

El ojo de la aguja

Dos amantes trágicos en la isla de las tormentas

La isla de las tormentas es el título de la novela de Ken Follet que adapta Richard Marquand en la película El ojo de la aguja. Y es curioso porque los dos títulos hacen justicia a esta cinta. El primero, el de la novela, más simbólico, describe perfectamente la naturaleza emocional de la película y su parte de historia de amor desatada con aires de melodrama exaltado… El segundo, El ojo de la aguja, más incisivo nos describe la frialdad y racionalidad del mundo de los espías en la Segunda Guerra Mundial. La película funciona a la perfección porque alcanza el equilibrio justo entre esas dos perspectivas: entre la película de espías y el romanticismo desesperado. El ojo de la aguja va preparando la incisión perfecta, como si Marquand tuviera el estilete del protagonista, para llegar al clímax final con las dosis suficientes de ritmo, emoción y tensión.

Pero hay otros elementos que hacen no solo que funcione El ojo de la aguja, sino que la película permanezca en el recuerdo y sea además una película sumamente entretenida. Por una parte el personaje del espía nazi, el malo de la función, aquel que se apoda El aguja (porque su arma más eficaz es un estilete), pues curiosamente el espectador lo conoce como un frío, solitario, inteligente y calculador asesino para convertirse, de pronto, en un hombre enamorado y atrapado en una guerra que no le deja alcanzar la felicidad. El aguja se transforma en el héroe romántico por excelencia. Su talón de Aquiles será una mujer aislada y también atrapada en una isla que arrastra unas trágicas circunstancias personales, pero que no dudará en convertirse en sujeto activo de una historia que la tenía al margen…, aunque la suponga de nuevo la soledad. Estos personajes tienen el rostro de dos actores con carisma y mucha química: Donald Sutherland y  Kate Nelligan, una secundaria de carácter en uno de sus pocos personajes protagónicos.

También la ambientación, que alcanza su máximo esplendor en esa isla de las tormentas: la sensación de aislamiento, del mar bravo, de la lluvia constante, de la niebla…, como si fuera otro tiempo, otro espacio… y, sin embargo, un sitio clave para determinar el curso de la guerra… y en el centro, fatalmente, un hombre y una mujer amándose en el momento y en el sitio equivocados. Donde culmina la tempestad emocional, pero también la de un mundo en guerra. Una isla donde hay pocos sitios donde ir, pero fundamentales para la trama: la casa de la mujer, donde vive con su marido y su hijo pequeño; y el faro, único sitio que permite que no vivan totalmente aislados, y sitio estratégico y fundamental pues es donde está la radio que les permite comunicarse con el exterior. Pero antes de que todos los personajes lleguen a la isla de las tormentas, hay otros lugares y otros ambientes que preludian una emoción continua: la primera casa del espía o uno de los trenes donde huye El aguja…

Por otra parte como todo buena película de espías, especula con la historia y con la posibilidad de que El aguja descubriese, tomase fotografías y fuera capaz de comunicarse con Hitler para informar sobre los planes estratégicos de los aliados, que obviamente lograría cambiar el rumbo de la guerra. Así la misión del espía es averiguar si los aliados van a desembarcar en Francia por Normandía o por Calais. De este modo durante sus pesquisas descubre uno de los secretos mejor guardados de la operación Fortitude: la base fantasma de Calais. Pero también encuentra todos los obstáculos posibles para poder proporcionar esta información a los alemanes… y termina en la isla de las tormentas. Y ahí encontrará su tragedia, pero también la posibilidad de convertirse en un hombre que ama y que siente…, dejando a un lado la frialdad que arrastra y sus aires de asesino. Es una película de persecución continua, pues el espía protagonista siempre será acosado por los aliados, que siempre están a punto de atraparlo, pero este siempre logra esquivarlos.

Y, por último, el director Richard Marquand (que logró un puesto en la memoria cinéfila de la generación de los 80 por dirigir El retorno del Jedi de la primera trilogía de La Guerra de las Galaxias), que tiene entre las manos una buena historia y una efectiva banda sonora de Miklós Rózsa, sabe cómo contar una trágica historia de amor con el fondo de guerra. Y cómo ir uniendo la dos tramas de los protagonistas para desembocar, en el colmo del paroxismo donde se une el amor y la muerte con unas gotas de erotismo…, en la isla de las tormentas.

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14 comentarios en “El ojo de la aguja (Eye of the Needle, 1981) de Richard Marquand

  1. Qué bonito tu comentario. Y la imagen con la que lo ilustras no puede ser mejor, la de los amantes heridos no sólo físicamente sino, sobre todo, en su interior. Me parece una película intensamente dolorosa y profundamente noqueante. Cómo la apariencia de un frío asesino puede verse rota por la impactante presencia de una mujer que levantará en él pasiones que creía dormidas y cómo una mujer deseosa de ser amada encontrará en un hombre (¡un nazi! olé por el director, por atreverse a humanizar a personas que por lo corriente se las utiliza en el cine para enaltecer lo que esta película acertadamente desprecia) sensaciones que le devolverán la felicidad durante un período muy breve de tiempo.
    Me parece una de las películas antibélicas más hermosas que he visto nunca. Igual parece que la estoy magnificando, pero… ¿cuántas veces vemos una película de estas características con personajes tan humanos? Yo creo que el gran acierto del film está en que el director no juzga, sólo filma los rostros de los protagonistas, en los que se refleja todo su dolor – el de ella, desde el momento en que averigua la verdad sobre su amante y el de él, desde el instante en que se da cuenta que ella busca su fin -. Además, y esto creo que es otra de sus infinitas virtudes: que el marido rápidamente cala al personaje de Sutherland y del que observaremos que siente celos del nuevo visitante. La escena de la pelea de ambos es brutal, devolviéndole al marido algo por lo que luchar.
    Creo que es una de las historias de amor más inmisericordes que he visto nunca. No digamos ya la labor de Sutherland y Nelligan, que están excepcionales: mantienen una química que desborda la pantalla. Y la última secuencia me parece de lo mejor del cine. A riesgo de resultar cursi diré que, además de concurrir una mezcla de sentimientos en ella (dolor, decepción, sentirse manipulada …) me parece un acto supremo de amor. Y él… qué decir. Esperando junto a la barca… con resignación… Buff!! Siento como si pasase un camión de alto tonelaje sobre mí. Me identifico con uno, luego con el otro…Los entiendo a los dos, cada uno a su manera. La apoteosis del amor en tiempos de guerra.

    Muchísimas gracias por tu texto querida Hildy. Un abrazo.

  2. Querida Isis, sí, la escena del fotograma es uno de los momentos claves de la película, así como las palabras que dice en ese momento el personaje de El aguja. También creo que la escena que mencionas de la lucha entre el espía y el marido es brutal y es de las más impactantes, dando además todo el sentido al personaje del marido.
    Sí, es una película que cobra su sentido por el perfecto equilibrio entre la historia de amor trágica y la historia de espías y guerra que se desarrolla.
    Qué gozada cuando una película te toca tanto, te llega…

    Beso
    Hildy

  3. Jajaja, querido crítico abúlico, así da gusto contar y contar sobre películas. El ojo de la aguja es una película tremendamente entretenida, además de estar bien hecha y tener dos actores como protagonistas con carisma y química. Cine de espías con fondo de romanticismo trágico…

    Beso
    Hildy

  4. La he visto, sí, pero de esto hace ya muchos años. La tenía arrinconada en mi memoria pero con este post has desempolvado mis recuerdos (solo a medias; tendría que volver a verla). Pero puedo decirte que a mí también me causó en su día un impacto considerable por lo oscura y terrible que resultaba aquella historia y lo despiadado de algunas escenas (por ejemplo, aquella en que el escindido personaje de Kate Nelligan consciente ya de que el hombre que la está poseyendo sexualmente es un frío asesino que ha matado a su familia). Una película muy pesimista, como otras que conozco de este director.
    Un abrazo.

  5. Querido Teo, qué sensación más bonita es esa de ir desempolvando buenos recuerdos que están almacenados en la memoria, ¿verdad? Y, sí, a mí me ocurre con las películas también. Esas que a lo mejor has visto solo una vez, pero te han dejado un poso especial. Y quizá no recuerdas el argumento, pero sí una sensación, un momento, una escena, un gesto o la emoción que te causó. Y luego vuelves a verlas y la magia ocurre de nuevo… Sí, El ojo de la aguja es una película que deja un poso triste, desesperado.

    Beso
    Hildy

  6. Me gusta mucho esta película. Mezcla un montón de elementos y los mezcla muy bien. Se echa algo de menos, tal vez, algo más de creatividad visual, que no pesen tanto argumento y diálogos sobre la imagen, pero, con todo, muy estimable. Especialmente, en su forma de variar el cliché del amor reñido con el cumplimiento del deber y la incompatibilidad entre ambos, y lo que de ello cabe aplicar al contexto en que se sitúa la historia. Muy buena.

    Besos

  7. Sí, tienes razón, mi querido Alfredo, mezcla elementos y lo hace fenomenal. En cuanto a lo visual es clásica, pero creo que consigue un ambiente, una atmósfera que logra imprimir inquietud, ritmo y emoción.

    Beso
    Hildy

  8. Podría contarte muchas cosas al respecto de esta película, su director, sus actores. Me gusta mucho este tipo de cine, mi querida Hildy, y eso que no me gusta nada Ken Follet, es un escritor muy mediocre si lo comparamos con John le Carré o Frederick Forsyth, además de algunas adaptaciones cinematográficas que me parecen magníficas. Ay, ¿quién recuerda el caso de Richard Marquand? Director muy irregular que falleció prematuramente y donde es difícil buscar cosas sobre él. No hay que olvidar que fue el director elegido para la película «El retorno del Jedi», además de ser deudor de una película completamente olvidada pero, desde mi punto de vista, interesante: Corazones de fuego con Fiona Flanagan, Rupert Everett y Bob Dylan en uno de sus mejores papeles cinematográficos. Me gusta mucho esta película nostálgica y poética.

    El ojo de la aguja es final de una manera de hacer cine. Ya estaban instalados George Lucas y Spielberg para infantilizar al espectador y acostumbrarlo de por vida a ver un tipo de cine donde el guion y el rigor estará ausente. Ya sabemos que con estos dos tipos empezaron a planificarse las películas a través del storyboard. ¿Por qué te cuento todo esto, mi querida Hildy? Porque quiero recomendarte (igual ya la has visto) una película dirigida por Nicholas Roeg en 1973 titulada «Amenaza en la sombra» interpretada por Donald Sutherland y Julie Christie, basada en el magnífico relato de la gran Daphne Du Maurier. Por cierto, acaba de publicarse en la editorial «La biblioteca de Carfax» un recopilatorio de los relatos de Maurier con una portada insuperable del relato «No mires ahora» del cual se basa esta película. ¡Corre! ¡Cómpralo! ¡Léelo! Me lo agradecerás de por vida, amiga Hildy. Tanto el relato como la película vemos a una pareja que se muda a Venecia (todas las películas rodadas en Venecia tienen algo especial) tras el fallecimiento de su hija. La ciudad de los canales se convertirá en un marco de pesadilla donde una anciana vidente y un misterioso asesino con gabardina roja, deambularán a través de un título de atmósfera opresora con un desenlace absolutamente perturbador.

    Nicholas Roeg y Daphne Du Maurier y la editorial Carfax. Casi nada.

    Un fuerte abrazo.

  9. ¡Mi querido Francisco, cuánto tiempo y qué alegría leerte! ¡Tomo nota del libro de Daphne Du Maurier, qué ganas! Mil gracias. Y sí ¡me gusta mucho Amenaza en la sombra…, qué película más inquietante y extraña! Qué Venecia cinematográficamente más distinta.
    Mil gracias por recomendarme el libro de Du Maurier. Me apetece leer más de ella, ya que solo he leído Rebeca.
    Yo estoy encantada ahora con Ursula K Le Guin. Me he leído un libro de ensayos de la autora que es una joyita, «Contar es escuchar» y una de sus novelas más conocidas, «La mano izquierda de la oscuridad».
    ¿Te has leído más novelas de Penelope Fitzgerald, aparte de La librería? Me está llamando bastante la atención.

    Beso enorme
    Hildy

  10. Hola de nuevo, mi querida amiga. Ursula K Le Guin es una escritora magnífica. Sí, también he leído «Contar es escuchar». Me sorprendió mucho cuando escribe que la obra de Tolkien está escrita para ser leída en voz alta. Yo a mi hijo se la leí hace ya muchos años cada noche cuando se iba a la cama, y es cierto, aunque siempre he dicho que a Tolkien se le debería de traducir mejor al castellano.

    Y sí, he leído otras obras de Penelope Fitzgeral en la misma editorial. Me gustan mucho El inicio de la primavera, Inocencia, La puerta de los ángeles, y ahora tengo pendiente A la deriva y La flor azul. La librería es una obra maestra de la sensibilidad. Solo se puede apreciar si eres un lector empedernido y te gustan las librerías de antaño, el silencio y la quietud. La película de Isabel me gustó mucho. ¿Sabías que Isabel es mi amiga? La conocí cuando yo estaba estudiando cine. Ella estuvo allí para dar una serie de conferencias y nos conocimos. Luego, nuestra amistad perduró. Ella me decía que su sueño era montar una librería por mucho que le atrajera las lavanderías, ja ja ja. Es bastante despreciable cómo la han tratado aquí en Cataluña por no estar de acuerdo con toda esta locura que nos envuelve. Su película ha sido denostada, precisamente por este tema. Si la película hubiese venido firmada por un autor o autora del extranjero, habría sido todo un éxito. Yo he hablado mucho con Isabel sobre este asunto. Le dije también que me gustó mucho las introducciones que hizo ella de cosecha propia en su película, que es más un poema que no otra cosa. Me encantó ese final donde la niña mira cómo se aleja el barco abrazada a la novela «Huracán en Jamaica», de Richard Hughes, una de las mejores novelas, junto a El señor de las moscas, de William Golding, que se han escrito nunca sobre la desmitificación de la infancia. Golding bebió mucho de ella. Ay, Isabel es una gran mujer; inteligente, culta, sensible, con carácter, ingeniosa, gran escritora. Siempre le digo que debería escribir más y publicar.

    De Daphne Du Maurier te recomendaría que buscaras todo lo de ella o, lo que puedas encontrar en iberlibro, Amazon o librerías de viejo. Esta mujer es sensacional. Hitchcock estaba loco por ella: Rebeca, Los pájaros, La posada Jamaica. Esta última se puede encontrar todavía en novela. Mi prima Rachel es soberbia. Tiene otra novela traducida al castellano titulada Perdido en el tiempo, donde anticipa la historia de Richard Mathenson En algún lugar del tiempo que luego sería llevada a la pantalla y que creo que tú bien conoces, amiga Hildy. Y paro ya, que hay que dosificar las recomendaciones literarias. ¿Sabías que yo también soñaba con montar una librería? Me imaginaba ya de mayor siendo una especie de señor Koreander.

    Besos desde una librería igualita a la que montó Florence Green.

  11. Sí, querido Francisco, tiene ensayos preciosos, el que nombras, o también en el que habla de La bella durmiente. La importancia que da a la literatura oral, al ritmo, a la buena puntuación, al arte de escribir…

    Qué bueno todas las recomendaciones que me haces de Penelope. Sí a mí también me gustó La librería de Isabel Coixet. Y por la película estoy leyendo La librería (y me voy a poner con más de Fitzgerald) y me leí Huracán en Jamaica que me resultó fascinante. Yo no conozco a Isabel Coixet, pero cuando veo su cine o leo cosas sobre ella o la leo me cae bien y conecto con su sensibilidad. Y me alegra saber por ti que no me equivoco.

    Yo cuando cada uno no puede expresar lo que piensa y ser escuchado con respeto, aunque no se esté de acuerdo, me pone triste y me preocupa. En los dos sentidos. Cuando no se puede argumentar, debatir, encontrarse, discutir, buscar puntos de encuentro…, ¿por dónde se puede tirar? Todo deriva en un sinsentido difícil de entender. Y, sí, me pone triste y con una sensación muy grande de impotencia.

    Qué ganas de ponerme con Daphne… Ay, qué ganas de Perdidos en el tiempo.

    Y qué bonitos sueños… Las librerías son espacios de encuentro, de tranquilidad. Como en los cines, tengo la sensación en esos espacios de que ahí nada malo puede pasarme…

    Beso…, desde tu preciosa librería… y con una taza de té (serías un librero magnífico… Seguiría tus recomendaciones a ciegas).
    Hildy

  12. Me sucede igual que a Teo, esto es, la tengo muy lejana. No obstante, más quisiera yo tener su memoria pues recuerda perfectamente momentos y secuencias de la misma. En la lejanía de la memoria siempre la tuve por una excelente película. Me han entrado muchas ganas de volver a verla, máxime leyendo tu excelente crónica. Siempre es un placer pasarme por esta tu casa. Un beso grande

  13. ¡Querido Altaica, qué alegría leerte! ¡Me alegra que te haya apetecido con el texto volver a verla! Sí, es una película que por muchos aspecto atrapa.
    Para mí también es un placer leer tus comentarios.

    Beso
    Hildy

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