El intercambio

Una de las cosas que más me gustó ayer al ser espectadora de El intercambio fue su banda sonora. Me atrapó. Y cual es mi sorpresa al descubrir que el compositor es ni más ni menos que su director, Clint Eastwood. Una faceta que yo no había tenido en cuenta para mi vergüenza y eso que también ha realizado la música de Los puentes de Madison. 

Eastwood merece un estudio profundo de su obra como actor, guionista, director, músico y productor. Es de los pocos que pueden decir que llevan en la industria cinematográfica sin parar un solo instante desde que fue descubierto allá en los años cincuenta. Y ahora casi con ochenta años sigue deleitando con buen cine clásico. 

El intercambio cuenta con todos los ingredientes de una narración cinematográfica clásica. Una estrella protagonista, Angelina Jolie, unos secundarios de lujo, una ambientación de los años veinte fabulosa y una buena historia. 

Eastwood toma una noticia de los años 20 y la pone en bandeja para plantear cuestiones humanas como en Million Dollar Baby o Mystic River. Esta vez toma una dramática historia —una realidad que recrea— que en tiempos hubiera protagonizado en tremendo melodrama una Bette Davis o una Joan Crawford y nos cuenta la historia de una heroína que se enfrenta al sistema. Una historia de corrupciones y terror donde se delimitan perfectamente los buenos y malos. Donde se delimita lo justo e injusto. Donde vuelve a presentar las tremendas consecuencias de una tragedia infantil, del daño a los más pequeños. Jolie se enfrenta a un departamento de policía incapaz de reconocer un error, a un sistema psiquiátrico no muy preocupado por el bienestar de sus enfermos o por la mejoría de las distintas enfermedades mentales. Pero la protagonista también recibe diversas ayudas y apoyos. Eastwood sabe de la importancia de los personajes secundarios bien construidos. Y aquí los mima. Cada actor secundario tiene su momento robacámaras. 

Sólo pondría un pero a este melodramático film perfectamente rodado (construido) y con las dosis de emoción muy bien dosificadas…, y es que aquí, a la presente, le pareció que rodaba demasiados finales. El guión no presenta un clímax final claro sino por los menos tres finales…

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