Chaplin en imágenes

El otro día fui a Caixa Forum Madrid y disfruté como una enana con la exposición de Chaplin en imágenes. Y es que yo tengo debilidad por Charlot. El viaje que propone la muestra me sedujo totalmente además está montada con muchísimo cariño —por lo menos ésa fue mi sensación—.

También, me parece muy interesante el programa de actividades alrededor de la exposición y espero poder acercarme a alguno de los eventos. De momento, en este mes de julio hay programado un interesante ciclo con algunas de las películas más emblemáticas de Chaplin y Keaton. Y en el mes de octubre hay preparado un ciclo de conferencias para analizar desde distintas perspectivas el fenómeno de Chaplin. También, trataré de acercarme algún día al espectáculo organizado para las noches de verano: Chaplin, los herederos. Acciones gestuales itinerantes.

Charlot y su fuerza visual es mágica. Me quedo pasmada al comprobar como Charlot sigue haciendo reír a carcajadas. Fue un momento especial cuando varias personas, de todas las edades, estábamos viendo la escena del combate de boxeo en Luces de la ciudad (una de mis películas favoritas de Charles Chaplin) y ver como todos reíamos. Niños, jóvenes, mayores… todos al unísono.

Disfruté con la cuidada selección de fotografías tanto de rodajes, como de películas, como de la vida familiar de Chaplin…y con selección de escenas. Me volvieron a encantar los cárteles que anunciaban las películas. Viajabas por la vida pública de un creador.

La exposición es muy completa para hacerte una idea del fenómeno Charles Chaplin: su influencia en el arte y otras disciplinas, los imitadores, los comienzos, el arte de la pantomima, la evolución del personaje…, por supuesto, no podía faltar ese momento prodigioso y despedida de Charlot cuando el creador le dio por vez única una voz, una canción en lenguaje inventado, en la maravillosa Tiempos modernos. Charlot es un personaje universal y ahí radica su misterio. Difícil es quien no identifica hoy en día esas botas desgastadas, el bombín y el bastón. O esos andares peculiares o esa mirada tierna o esa travesura entrañable. Charlot evolucionó ante la vista de todos: le vimos cómo le iba creciendo el corazón pero sin perder la gracia. Charlot sufre, siente, y su vida está plagada de risa ante la adversidad, con alguna que otra lágrima, sobrevive en el día a día, a veces, se queda con la chica otras la pierde. A veces avanza solo por el camino, otras veces le dan la mano. Charlot es humano y a veces comete errores, o es duro con el otro pero siempre le queda un halo de ternura.

Y me fui con una sonrisa, dando una patadilla hacia atrás.

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