Diccionario cinematográfico (59)

Erotismo (5º parte): vuelo rumbo años setenta con flores en el pelo, larga melena y con ganas de cambio. Estos años fueron los del erotismo y amor libre. Cayeron muchas censuras. Lo explícito ya no estaba prohibido. Sin embargo, dentro de lo explícito seguía lo erótico y sensual. En ellos y ellas. Dejemos a un lado la cursilada que hizo historia Love Story pero fíjemonos en sus dos estrellas: Ryan O’Neil y Ali MacGraw. Y recordémoslos eróticos ellos en otras apariciones. Ella al lado de McQueen (La huida) y él si me apuran al lado de Barbra Straisand como hombre despistado y bello (¿Qué me pasa doctor?).

Por lo menos dos años antes, el cine americano ya estaba avisando que los tiempos estaban cambiando y que el erotismo caminaba de la mano de dos sex-symbol indiscutibles, ¿quién no recuerda a Bonnie&Clyde?¿Quién no suspira por Faye Dunaway con su boina y el siempre hermoso y perfecto Warren Beatty con esa sonrisa que a mí me puede?

Woody Allen nos trae una musa llena de encanto, atractivo y un erotismo suave. Siempre estará en esas películas de los setenta la gran Diane Keaton. Sorpresa de un nuevo erotismo. Y, sí, sí ahí está ella la que llaman patito feo pero que creo escenas de sensibilidad y erotismo cuando tenía química con sus compañeros de reparto. ¿Recuerdan Tal como eramos con el rubio Robert Redford?¿Yqué me dicen de esa mala pero curiosa película (yo siempre la recuerdo con cariño) donde Barbra era estrella de rock y recreaba la vieja historia de Ha nacido una estrella junto a un actractivo y erótico Kris Kristofferson?

De italia siguen exportando belleza por belleza, grandes maggioratas, y en los setenta le toca a Ornella Muti. No ha dejado grandes títulos ero sí imágenes para recordar. O Francia sigue dejando sus belleza frías a lo Isabelle Adjani. Y, Gran Bretaña regala grandes actrices, las señoras bellas y confusas con rostros de Vanessa Redgrave, Glenda Jackson o la genial Julie Christie.

No puedo dejar aquí sin nombrar dos obras del género musical que dieron otro concepto sobre lo erótico. El hortera y mítico por parte de un chulo John Travolta y una melosa Olivia Newton Jonh en Grease. Y, el trío maravilloso, en el musical por excelencia de estos años, Cabaret, con una Sally Bowles inmortal, con su pelo corto, su body negro y su sombrero ladeado (portentosa Liza Minelli), un joven escritor bixual con la dulzura de Michael York, y una figura inquietante, un maestro de ceremonias con rostro de Joe Gray.

De los setenta es el erotismo explícito y desgarrado de una joven Maria Schneider y un maduro Marlon Brando que se entregaron desnudos en apartamento vacío en la triste y desoladora El último tango en París.

Son los años del cuarteto de oro masculino. Los cuatro hombres feos pero enamorables y con escenas en el que el erotismo sube enteros. Da igual su altura, sus enormes narices, sus rasgos extraños… (sus sonrisas son siempre mágicas) yo me enamorado una y otra vez de Al Pacino, Dustin Hoffman, Jack Nicholson o Robert de Niro. Su lista de películas impecables es interminable. Por ahí, les sigue un Harvey Keitel. Y, de los bellos, Clint Eastwood no para, también ésta es su década y mención especial a Jon Voight, su pelo rubio, cuerpo despampanante, y sonrisa que desarma (¿se han dado cuenta lo erótico que me parece una buena sonrisa?) llenaron películas como Cowboy a Medianoche o la genial El regreso. Muchos le lloraron en otro remake de Campeón como boxador derrotado.

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