En otro país (Da-reun na-ra-e-suh, 2012) de Hong Sang-soo

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En otro país ha sido mi primera incursión en el cine del director y guionista coreano Hong Sang-soo y también la primera vez que una obra de este cineasta se ha estrenado en salas de cine en este país. Algunos espectadores además de conocerle por su paso en festivales nacionales, quizá hayan disfrutado de un cofre de dvds con cinco de sus películas editadas también aquí (Noche y día, Mujer en la playa, Un cuento de cine, La puerta de la vuelta, La mujer es el futuro del hombre), no es mi caso. La sorpresa ha sido muy grata. Un aliciente para ver más películas suyas. En otro país me pareció no sólo una película fresca y libre sino también tremendamente divertida y entrañable. O por lo menos yo no paré de reírme. Hacía tiempo que no me sentía tan bien en una sala de cine. Y bajo su aparente sencillez esconde una estructura y construcción más compleja de lo que parece.

No es fácil contar el argumento. Una madre y una hija huyen de las deudas que ha provocado un familiar cercano… ante la angustia la hija, que es una estudiante de cine, se sienta a escribir un cortometraje. En ese cortometraje hay una mujer extranjera, francesa, que visita la playa de Mohang y que se hospeda en un pequeño y acogedor edificio. Esta mujer busca un pequeño faro, se encuentra con un amable socorrista (que por las noches trabaja en el hotel encendiendo las brasas de las barbacoas y que vive en una tienda de campaña al lado del mar), tiene importancia en la historia un paraguas o una botella de soju y es atendida siempre con dulzura por la hija de los dueños del sitio donde se hospeda. Ese cortometraje se repite tres veces con tres mujeres extranjeras que se llaman Anne. Cada una distinta pero que se cruzará con los mismos personajes, objetos, paisajes, situaciones, anécdotas… y alguna que otra variación (como un nuevo personaje o una nueva situación). La mujer extranjera tiene el rostro de Isabelle Huppert pero con distinta vestimenta: primero viste de azul, después de rojo y más allá un vestido negro con motas verdes. Primero es una directora francesa de éxito, después es una mujer que va al encuentro de su amante coreano y por último es una mujer abandonada por su marido que se ha ido con una coreana.

Y en estas tres variaciones Isabelle Huppert disfruta de lo lindo (como los demás actores coreanos) y crea tres personajes diferentes. Y ya sólo por verla a ella merece la pena. Parece que no pasa nada y pasa de todo. Parece que no se habla de nada y se habla de todo. Ríes pero también sientes cierta melancolía… porque sus personajes ficticios están atrapados en un paraje solitario y sufren. Como dice uno de los personajes va a filmar ahí una película y va a tratar descubrir de dónde viene el sufrimiento. En las tres historias se habla de mujeres, hombres, celos, sexo, abandonos, amantes, borracheras, la posibilidad de una historia, se pierden objetos y se encuentran, se piden y se dan besos, se canta una canción, se escribe una carta e incluso se sueña que viene el amado o se habla con una cabra.

Otra de las peculiaridades de la película es mostrar a la perfección la sensación de ser una extranjera en un país con un idioma muy distinto y una cultura diferente. Las conversaciones, malentendidos, sonrisas y situaciones extrañas que se producen. Pero también la sensación de poder buscar un faro pequeño, pasear, encontrarse con un amable socorrista, hablar con un monje… y sentirse de alguna manera totalmente libre.

Una película sencilla y compleja a la vez donde el director y guionista rompe con la narrativa cinematográfica habitual (y juega a la ficción dentro de la ficción) pero además se siente el conocimiento y el amor de este creador coreano hacia el cine de la Nouvelle Vague y algunos de sus directores. Yo me senté y disfruté como espectadora ante una imagen icónica de una Isabelle Huppert de espaldas andando con un paraguas azul… sea vestida de azul, de rojo o de negro con motas verdes.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

8 comentarios en “En otro país (Da-reun na-ra-e-suh, 2012) de Hong Sang-soo

  1. Coreana, desconocida y con Isabelle Huppert… Lo tiene todo para ser la gran taquillera de este año…
    En fin, nunca se sabe; de aquellas demarcaciones nos llegan sorpresas absolutas y estimulantes y también bodrios solemnes con ínfulas de trascendencia que no hay quien los soporte.
    Pero si tú lo dices, por algo será.
    Besos

  2. Ja, ja, ja… sí, tiene todos los ingredientes… Pero lo dicho para mí fue una sorpresa muy pero que muy agradable. La disfruté mucho. Sencilla pero compleja. Fresca pero de estructura interesante… Y una Isabelle Huppert fuera de sus roles dramáticos y realmente divertida con un poso siempre de melancolía, claro está.

    Besos
    Hildy

  3. Esta es de las que en provincias no se les ocurre poner. Por tanto me tendré que conformar con tu deliciosa crónica. Isabelle es ya casi una garantía, y si además juega con el sentido del humor aun más. Y la trama por lo que desvelas resulta interesante ciertamente.
    Ahora entiendo la razón de que tengas un baul…Para conservar estos celuloides que no deben pasar desapercibidos. Un abrazo.

  4. Sí, de verdad, querido Victor, que es una película fresca y libre. Y que probablemente sí que saquen pronto en dvd pues las películas de este director coreano no se han estrenado en salas pero sí que han salido los dvds. Así que no tengo duda de que esta que es la primera que se estrena en sala… va a tener su dvd correspondiente. Y efectivamente a Isabelle la sienta bien el sentido del humor con una pizca de melancolía. Para mí fue una grata sorpresa encontrarme con esta película.

    Beso
    Hildy

  5. ví esta película el otro día en los Verdi de Barcelona y me decepcionó un poco. Posiblemente iba con grandes expectativas: primera película que se estrena de este director en España, con buenas críticas en festivales…Y normalmente el cine coreano es de lo más novedoso que podemos encontrar, pero a mí esta «En otro país» no me ha acabado de llenar, ni me ha hecho reir tanto como creo que es su intención. La verdad es que me cansó un poco la repetición de situaciones aunque tuvieran pequeñas variaciones de matiz. Intentaré ver algo más de Hong Sang-soo para cambiar mi opinión sobre él.
    Un beso.

  6. Me encanta, amigo Manel, compartir las distintas percepciones y miradas que nos provoca una película. Al igual que tú yo tampoco había visto nada de Hong Sang-soo… yo no sabía muy bien lo que iba a encontrarme en la sala de cine. Y es curioso porque yo me divertí muchísimo y disfruté de los matices y variaciones de las tres Anne… Ésa es también la magia que provoca el cine. Una película puede removerte a ti y a mí no decirme nada, otra puede parecerme bellísima y a ti aburrirte sobremanera… pero al compartir nuestras miradas, seguro que ambos sacamos algo valioso de cada película.

    Besos
    Hildy

  7. Hola Hildy,
    Aunque yo diría que a ti te ha gustado algo más que a mí, comparto tu aprecio por esta película. Tiene la ligereza de unas relajantes vacaciones playeras, y ya que mencionas la Nouvelle Vague, a mí me recordó por el tono y los devaneos sentimentales en vacaciones a algunas películas de uno de mis favoritos, Eric Rohmer, como “La rodilla de Clara”, “La coleccionista” o “Cuento de verano”, cambiando el punto de vista masculino por el femenino, y con menos discurso y reflexión (y también calado) que el francés.
    Me quedo con la historia central, en la que incluso vi vagas conexiones con Woody Allen a través de ese peculiar director de cine coreano que en un divertidísimo momento estalla en un ataque de celos a causa del inevitable socorrista.
    Y la Huppert continúa en la senda viajera de “Villa Amalia”.
    Salí de la sala con unas enormes ganas de beberme una botella de soju, lo cual también es mérito de Hong Sang-soo.
    Besos,
    Javier

  8. … Efectivamente pulula el alma de Rohmer, querido Javier. Qué buena la referencia a Woody Allen. En una crítica realizaban comparaciones con Melinda y Melinda de Allen por el tema de ficción dentro de otra ficción. Es divertidísimo el ataque de celos y ahí, en ese fragmento central, el personaje de Isabelle es delicioso, con sus sueños y esa forma que tiene de andar o de hablar con las cabras… Una Isabelle que viaja y nos cuenta historias… Me gusta cuando muestra su vena cómica (como en 8 mujeres).

    Besos con una botellita de soju
    Hildy

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