El mundo según Tim Burton

Estoy preparándome para el ritual de esta noche: ir a la sala oscura y dejarme llevar por Sweeney Todd: el barbero diabólico de la calle Fleet o, de nuevo, soñar con el mundo según Tim Burton.

Y es que lo de Tim viene de lejos y siempre me ha cautivado su capacidad de cuentacuentos contemporáneo y, sobre todo, su peculiar puesta en escena que hace de sus películas mundos inconfundibles.

Tim Burton tiene un muso, que también es el mío (no voy a mentir), y es Johnny Depp y su poder de transformación que llega en las películas del director a registros insospechados.

Así los viví tiernos en ese cuento de hadas tenebroso con personaje fantástico asustado y aislado… pero dulce. ¿Cómo olvidar a Eduardo Manostijeras (1990) y ese ser incompleto con manos como cuchillas que las emplea para el arte de la jardinería o la peluquería? ¿Cómo no suspirar hacia la ternura y los suspiros de un ser que ama a su princesa pero a la que no puede tocar por miedo a dañarla?

Inolvidable ese homenaje al cine de bajo presupuesto, de serie B, que visita el terreno fantástico o explora los límites de género y sexualidad. El Ed Wood de Depp es un personaje para la mitología cinéfila. Viajamos a un mundo de ilusión y cutrez de la mano de una triste vieja gloria del Hollywood clásico, un olvidado y drogodependiente Bela Lugosi (inmenso Martin Landau) y un Ed Wood que sueña con ser otro Orson Welles del séptimo arte, que no ve obstáculos. Un mundo de ensueño, en blanco y  negro, con Vampira y otros seres paranormales que se unieron al universo particular del artesano cutre pero enamorado de su arte, Ed Wood.

Saltamos a un cuento fantástico-romántico-gótico de la literatura de Washington Irving y ahí está el bueno de Burton contándonos desde su peculiar visión la leyenda del jinete sin cabeza. Terror, sangre, ternura y amor de la mano de un bello y estrambótico Depp y una dulce y siniestra Ricci. Con Sleepy Hollow volvemos al universo de Burton.

Y de un salto presenta la película que menos me gusta del dúo pero que a la vez tiene momentos mágicos (esa cama que comparten los cuatro abuelos del niño pobre). Ahora Burton se adueña de la literatura de Roald Dahl y su Charlie y la fábrica de chocolate. Rescato a Depp genial e inquietante como Willy Wonka. Lo que me estropea la película son ciertas intervenciones musicales repetitivas (y eso que adoro el musical).

Ahora nos vamos a un tesoro del cine de animación –pero cómo recuerda el muñeco protagonista a Depp– con La novia cadáver. Un cuento romántico donde los haya sobre un ser humano que vive una pesadilla linda cuando se casa accidentalmente con una novia cadáver llena de encanto y bondad.

Películas sin Johnny Depp

Cuando Tim se separa de su muso sigue con la magia o se pega batacazos. No le fue bien su recreación del cómic Batman (aunque algunos opinan que es lo mejorcillo de la serie) ni su visita al Planeta de los simios. Mark Attacks es un viaje alucinógeno, cómico y loco a un mundo invadido por unos extraterrestres con muy mala baba.

Pero sin su Depp me quedo con esa joya que para mí es Big Fish sobre la importancia de contar historias y cuentos. Con un Ewan McGregor genial. Me vi transportada a una historia que me llegó a lo más hondo con personajes fantásticos. Cómo la capacidad de imaginar otros mundos y de contar las anécdotas de la vida puede transformar a un individuo de vida gris en un genio y con un mundo interior mágico. Sin olvidar tampoco esa maravilla del cine de animación que dirigió Henry Selick adaptando una historia de Burton (y él actuando también como productor): Pesadilla antes de Navidad. De nuevo se mezcla lo siniestro con lo tierno y surge una película especial.

Mañana os contaré mis experiencias cinéfilas con el barbero diabólico…

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