Irene Nemirovsky y el cine

De las últimas lecturas que más me han deleitado en estos meses, me quedo con Irene Nemirovsky. Su relato El baile y su novela inacabada Suite francesa me han dejado fuera de juego. La potencia de sus historias, personajes e imágenes son difíciles de olvidar. Así como su vida. Su huída de la revolución rusa, su difícil relación con su madre, su asesinato junto a su esposo en Auschwitz, el periplo de sus dos hijas huyendo de la muerte con una maleta donde dormitaban los papeles de su madre y la novela inacabada, el rechazo de la abuela de salvar a sus nietas (“puesto que vuestros padres han muerto, tendréis que vivir en un orfanato”)…, la publicación póstuma de su obra, su conversión en una autora reconocida después de más de sesenta años, asesinada.

 ¿Por qué un post de Irene en este blog de cine? Aparte de la fuerza visual de su obra (lo que he podido leer hasta ahora), encuentro relaciones de esta escritora con el séptimo arte. Su primera novela publicada David Golder (ansiosa de conseguirla y publicada de nuevo en la editorial Salamandra al igual que las otras dos obras nombradas), enseguida la hace popular. David Golder fue editada por primera vez en 1929 y es tal su repercusión que al año siguiente se realizan dos adaptaciones una para cine y otra para teatro. La adaptación cinematográfica corre a cargo del director y guionista Julien Duvivier. Buceando en esa magnífica base de datos que es imdb encuentro que hay otra adaptación de esta novela que se realizó en Reino Unido y cuyo protagonista es el gran Edward G. Robinson. 

Después escribió en 1930 el impresionante relato de El baile donde se ve una relación más de odio y venganza que de amor entre una madre, nueva rica y absolutamente insensible, y una adolescente desgraciada que da un paso al mundo de la crueldad. Todo en un lenguaje sobrio y sencillo. Un relato que es un volcán, una obra perfecta de relojería. Curiosamente, al año siguiente se realiza su adaptación al cine, un director austriaco (Wilhelm Thiele) realiza dos versiones –una en su tierra natal y otra francesa–, obtiene más popularidad esta última porque la adolescente fue el descubrimiento para el cine de Danielle Darrieux (a la que recordamos hace poco en esa especie de comedia musical policiaca de divas francesas que fue Ocho mujeres donde Darrieux se paseaba, magnífica, como abuela insoportable que finalmente cantaba la canción más bonita de todo el film –para mí, claro está–). 

Indagando algo más de Irene por la web –porque una mujer que hace que se te salten las lágrimas de emoción y tiembles cuando lees lo que escribió, se merece una y mil búsquedas– descubro en Wikipedia que fue amiga de Jean Cocteau (ahhh, la bella y la bestia, a ese Orfeo bello…). 

Y, por último, leo que parece ser que la Universal compró el año pasado los derechos de Suite francesa para su adaptación cinematográfica y que puede que el guionista elegido sea el que escribió El pianista, Ronald Hardwood. Pero ya se sabe que hasta que un proyecto así se pone en marcha pasan uno y mil nombres. Si se hace una buena adaptación, adaptación inteligente, puede surgir una película interesante…, ojalá mantenga la complejidad y riqueza de los personajes. Sería una película coral llena de personajes apasionantes.

Al final he disfrutado con esta brevísima y pobre investigación. Me pongo triste. Lo triste es que a Irene Nemirovsky no la dejase la crueldad y violencia del ser humano –y cuando hablo de crueldad y violencia me refiero a cualquier tipo de crueldad y violenia en el pasado y en el presente– continuar con una obra que ahora se empieza a reconocer. Lo triste es que la crueldad humana, asesinase a una escritora que podría habernos ofrecido más arte y letras. Lo triste, y lo injusto, es que ella estaba viendo su destino y no pudo encontrar a nadie que la salvara de una muerte segura…, su marido trató de apoyarla, y también fue asesinado. Como a miles de personas que nadie recuerda ni sus rostros ni sus nombres, que no pudieron o no pueden dejar nada para ser recordados. Lo triste es que pasen y sigan pasando estas cosas en el mundo. Irene sabía demasiado del ser humano. Y, lo más hermoso, lo comprendía. No tienen más que leer Suite francesa. Impresionante.

2 comentarios en “Irene Nemirovsky y el cine

  1. una bella suit francesa para el mas terrible espanto, empecé con ese y leí todos uno tras otro, salvo los que no han sido traducido al español. No dejes de leer los perros y los lobos, jezabel, y una joya que escribió a los 24 años que se llama un niño prodigio.

  2. Bienvenido, Jorge, y gracias por tu comentario. Apunto todas tus recomendaciones sobre Irene, por supuesto. Como digo hasta ahora todo lo leído me ha gustado mucho. Sí, me han hablado mucho de Jezabel. Cuando vuelvo a leer este post, veo que ya se ha hecho realidad la película de Suite francesa pero que poco ha tenido que ver con la novela.

    Beso
    Hildy

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