De dioses y hombres (Des hommes et des dieux, 2010) de Xavier Beauvois

El secuestro y el asesinato de siete monjes cistercienses del Tibhirine en un Monasterio de Atlas, Argelia, en 1996 ilustra la violencia provocada por las luchas de poder entre un gobierno corrupto con un ejército brutal con unos grupos de islamistas fanáticos que pretenden derrocarlo. Existe una fotografía real, y la película refleja ese instante, donde se ve en un momento cotidiano y posando a los ocho monjes (en el momento del secuestro les visitaba otro padre. Dos de ellos se salvaron) que tuvieron la determinación de quedarse en el pueblo y con el pueblo con el que siempre habían estado y con el que siempre habían convivido desde la amistad, el respeto, la armonía y la admiración que se profesan ambos.

La película de Xavier Beauvois no sólo me ha conmovido profundamente sino que además cinematográficamente me ha parecido hermosísima. Durante su visionado estuve al borde de la emoción continua esperando el estallido de violencia o la resolución de esa muerte anunciada mientras estos hombres valientes siguen con su día a día, su vida cotidiana, superando las dudas y los miedos y tratando de ser coherentes hasta el final. Así recorremos su cotidianeidad y vida monástica de 1993 hasta 1996 en el momento de su secuestro. Y la película va en un crescendo desde la armonía y la buena convivencia hasta el estallido último de violencia hacia un grupo de hombres religiosos que incomodan a unos y otros. Y las imágenes nos dejan un estudio de rostros humanos increíble que culmina en una última cena que dispara las reflexiones y las emociones con El lago de los cisnes de Tchaikovski de fondo.

La película está regada de detalles y momentos. De imágenes bellísimas. De diálogos ricos para la reflexión que se mezclan con vivencias reales de los monjes y con la lectura del testamento real del padre Christian, que habla con un lenguaje de paz y de rechazo del fanatismo y la violencia. Ese testamento se escucha en off, en unos minutos finales excepcionales, por las habitaciones vacías del monasterio. Y ahí seas o no creyente sientes que esos hombres han sido coherentes y han luchado por una cultura de paz en una situación de violencia y han mediado para la paz en una situación de conflicto. Y han sido coherentes (muchos en proceso de dolor y duda, como el que sufre el más joven de ellos) con su religión, su pensamiento y su forma de vida. Y mientras ves cómo se alejan en la nieve, en ese paseo impresionante, no puedes evitar (por lo menos yo como espectadora) una profunda admiración.

Pero además es que De dioses y hombres es una obra cinematográfica construida con deleite que ofrece momentos de belleza indescriptible, no sólo esa última cena, sino ese momento de oración mientras va pasando un helicóptero por encima del monasterio. Esas conversaciones con los miembros del pueblo musulmán. Los cánticos, las reuniones de los monjes, las comidas, sus trabajos cotidianos en el campo, en el mercado, en sus celdas, las consultas médicas de doctor (precioso personaje)…

Y vives en cada minuto las palabras de ese salmo 82 que aparece al principio de la película “aunque sean dioses y todos sean hijos del Altísimo, morirán como todos los hombres, caerán como cualquier príncipe”.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

6 comentarios en “De dioses y hombres (Des hommes et des dieux, 2010) de Xavier Beauvois

  1. Obra maestra. Los momentos finales poseen una fuerza y una emoción que yo no recordaba haber visto en las salas desde hacía mucho tiempo. Pero toda la película en sí es un prodigio, por más que en algunas de sus fases bucee en lo manido y previsible. Es capaz de darle la vuelta a los tics en los que se siente tentada de caer y ofrecer una película absolutamente magnífica.
    Besos

  2. Sí, como me gusta decir, película absolutamente redonda.
    Y sí unos minutos finales increíbles.
    Todo está confabulado para formar una gran obra.
    Besos
    Hildy

  3. No he tenido ocasión de verla aún, compa Hildy, pero no es la tuya la primera referencia positiva que tengo de ella; una buena compa bloguera, Carmen Lorigados –cuyo blog (En búsqueda), por otro lado, no está dedicado al cine, aunque no por ello sea menos recomendable-, le dedicó una reseña también muy hermosa, y en la que recalcaba, en línea con lo que tú apuntas, la tremenda sensibilidad con que la historia retrata a sus personajes protagonistas. O sea, para no perdérsela bajo ningún concepto…

    Un fuerte abrazo y buen día.

  4. Leeré con cariño la reseña de Carmen porque seguro tiene mirada interesante. Sí, la sensibilidad es la clave.
    No, de verdad, Manuel, no te la pierdas. Y si la ves por favor deleitanos con una de tus reseñas. Comparte tu mirada que seguro abre puertas.
    Beso
    Hildy

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