Diccionario cinematográfico (14)

Comida: uno de los grandes placeres que puede permitirse una parte privilegiada –no olvidemos, muy privilegiada– de la humanidad. Que se lo digan a los afables ancianos que disfrutan del festín de Babette o nos vamos a olvidar de las exquisiteces de deliciosa Marta. La vida puede cambiar con un Chocolat que nos ofrezca Juliette Binoche o nada será igual en la mesa de Celebración…, sinceramente prefiero sentarme con Lemmon y Mastroianni en Macarroni o divertirme con las chicas entre harinas y guisos en Tomates verdes fritos. Se me van los ojos en el restaurante del hijo de la novia, no tras la deliciosa pasta –que la verdad es que la huelo y siento en el paladar–, sino tras la sonrisa cansada de Darín. Busco las recetas de la edad de la inocencia y a veces me siento como Julia Roberts en Pretty Woman…, disimulando que entiendo de cubiertos, vasos, copas, mezclas y platos. Los olores y sabores traspasan la pantalla ante la delicada mesa de Los muertos… porque la vida, de unos cuantos privilegiados es comer, beber y amar.

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