Sherlock Holmes con cara de Basil Rathbone

Últimamente he tenido la oportunidad de ver tres películas con un único protagonista: Basil Rathbone como Sherlock Holmes.

Este gran actor se pasó desde 1939 hasta 1946 interpretando para el cine y para la radio al detective privado más famoso de Londres creado por la pluma de Sir Arthur Conan Doyle. Lo abandonó por puro aburrimiento y miedo al encasillamiento.

La serie cinematográfica estuvo compuesta por catorce películas (dos en los estudios Twenty Century Fox y los demás en Universal) muchas de ellas dirigidas por Roy William Neill y todas ellas interpretadas por Rathbone junto a su inseparable doctor Watson con cara de un secundario ilustre, Nigel Bruce.La mayoría de estas películas son para pasar el rato. Algunas se inspiran veladamente en los relatos de Conan Doyle y otras tan sólo toman a los personajes y algunas de sus características para crear historias originales.

Las tres películas que he logrado ver (reunidas en un dvd de la colección Joyas del cine, 5, Sherlock) son: Sherlock Holmes y el arma secreta (1942), Terror en la noche (1946) y Vestida para matar (1946). Hace tiempo, mucho tiempo, disfruté también de El perro de los Baskerville (1939). Todo esto me hace recordar que tengo una misión pendiente y es empaparme del Holmes literario.

Lo que sí es cierto es que Basil Rathbone es uno de los actores más recordado de los que han interpretado al famoso detective. Alto, delgado, british, elegante, inteligente y atleta… especialista en transformarse, si hace falta, con todo tipo de disfraces. Y su compañero Watson, un genial Nigel Bruce, es todo lo contrario, hombre maduro, despistado, también muy british, en peor forma física, divertido y también muy lúcido aunque a veces es Holmes el que descubre los destellos inteligentes de su inseparable compañero.

Ambos se llevan de maravilla, trabajan y viven juntos. Jamás su vida se ve perturbada por asuntos amorosos. Emplean la lógica para desentrañar cada uno de los casos en los que se ven envueltos. Que son muchos. Y así pasan sus días, y así son felices. Entre té y té, entre deducción y deducción…

Las películas son cortas, ligeras, ingeniosas, amenas y entretenidas… ¿qué más se puede pedir en una calurosa tarde de verano? Siempre hay tramas interesantes, asesinatos, múltiples personajes sospechosos y malvados con carácter. Y Holmes, por supuesto, siempre se adelanta al mal con su cerebro lógico y apoyado casi siempre por su inseparable Watson y algún que otro policía de Scotland Yard. Siempre hay códigos que descubrir, víctimas que salvar y malvados con los que luchar. Holmes continuamente se encuentra en peligro pero siempre, con cabeza, sabe sobrevivir. Su inteligencia supera a la de sus adversarios.

Los escenarios pueden ser un Londres nocturno y brumoso, un tren con diversos compartimentos, bares de los bajos fondos, elegantes casas…y el espectador viaja inocente de la mano de un estirado pero simpático Holmes y de un divertido Watson hacia la solución del enigma.

Elemental, querido Watson, nuestra frase favorita es dicha en alguna ocasión por el detective privado. Es de anecdotario saber que esta frase no existe en el original literario. En ninguna de sus aventuras en las novelas y relatos, Holmes pronuncia esta oración que ha pasado a convertirse en referente popular y de reconocimiento del personaje.

Ya saben tarde de verano, pongan una aventura de Sherlock Holmes. Seguro que lo pasan bien.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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