Nick Nolte, príncipe de las mareas

Sin ninguna duda El príncipe de las mareas es Nick Nolte.

Hay películas que se identifican con un actor.

Y la que nos ocupa tiene rostro curtido, rubio, de ojos azules.

Entrenador, vital, que trata de reirse continuamente, que trata de ser sarcástico, un hombre de campo, un hombre del sur, que toda su vida se ha tragado las lágrimas, que toda su vida ha guardado secretos que le destrozan por dentro…, aunque no quiere ser derribado.

Un hombre que siente que cae por un tobogan pero quiere mantenerse a flote. A toda costa.

Un hombre que todavía trata de querer…, pero tiene un tapón en su interior. Un hombre que no quiere que el odio le coma el alma.

Un día se convierte en la memoria de su hermana suicida.

Tiene que contar su vida a una psiquiatra judía con cara de Streisand. Ella es Lowenstein. Es una mujer con ojos tristes que le escucha y le destapa. Que le deja libertad para que llore sin parar en su regazo.

Ella es Lowenstein. Él logra abrirse y contar lo que le destroza por dentro.

Lowenstein le pregunta, triste, si él quiere más a su esposa. Y él la mira y le dice que no es cierto, sólo que a su esposa la quiere desde hace más tiempo. Que no se equivoque. Y es una declaración preciosa.

El príncipe de las mareas es Nick Nolte y por él hay escenas inolvidables.

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