Diccionario cinematográfico (74)

Amistad: Dice la RAE que amistad es “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.  La amistad a veces llena más que el amor. Esas personas que están ahí y que desinteresadamente te quieren con tus virtudes y tus defectos. Esas amistades que perduran a lo largo de los años o esas amistades nuevas que nacen fuertes, nunca es tarde para la amistad. Y, claro, el cine no podía estar lejos de este concepto. No podía. 

Ayer, por cierto, volví a ver y disfrutar de El cazador junto a un grupo de personas muy queridas. Cine, perritos calientes y amistad. Y curiosamente viendo una película que entre muchos temas trata la amistad entre Nick, Michael, Steven, Linda, Ángela, Axel, Stan, John…, lo único que finalmente les merece la pena. 

Entonces me vienen a la cabeza momentos de amistad cinéfilos que de alguna manera recuerdas. Sentimientos que a veces tú también has vivido. Entonces me voy con los amigos de Peter o me reuno con los desencantados de Reencuentro, trato de reírme con los extraños y divertidos de Cuatro bodas y un funeral o me pongo tierna con los de Notting Hill. Me vuelvo niña en la pandilla de Cuenta conmigo. Lloro con Julia. No puedo evitar querer estar día sí y día sí con las Magnolias de Acero tan diferentes, tan auténticas. O de pronto cojo de la mano a las protagonistas de Tomates verdes fritos y  tiro un poco de harina. Y lloro cuando pienso en los dos hombres desesperados pero que se tienen el uno al otro en De Ratones y hombres, entonces les cojo de la mano y les digo que me cuenten su sueño, el sueño de ambos. Y la amistad llega a extremos como los de Thelma y Louise que para encontrar la libertad extrema juegan con la muerte. Las digo que se cuiden, que si es necesario que sean tan radicales, que se lo piensen dos veces. Me agacho junto a Clarissa en Las horas y trato de consolarla porque lleva toda la vida entregada al amigo que es duro porque se muere. A Richard. O acompaño a Max a visitar al amigo que ha perdido la cabeza, Lionel. Esos dos hombres que en El espantapájaros descubren que juntos pueden hacer proyectos y que ya no están solos. Que pueden reírse y protegerse… Hoy he quedado con dos Princesas que se miran a los ojos y se entienden sobre todo si hablan de nostalgias.

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