Adiós al paciente Anthony Minghella

Ayer amaneció el día con la muerte del director Anthony Minghella. Nos dejó el realizador romántico que prometía con historias de las de siempre. Un director de historias clásicas que todavía tenía mucho que darnos.

Después de alguna que otra historia irregular, pero que ya mostraba a un artesano, despertó para todos con una epopeya romántica en 1999. La adaptación de la novela de Michael Ondaatje, El paciente inglés, lo elevó a los altares de la sala oscura. Por lo menos para mí.

Ya guardo en mi memoria de cine escenas de la escotadura supraesternal, de un desierto que entierra el amor entre un hombre de rostro quemado y una elegante mujer que cuenta cuentos a la luz de la hoguera. La cueva de los nadadores, la enfermera de corazón roto que vive con horror la muerte en guerra, de sus seres amados, el hindú que desactiva bombas y con su pelo moreno y largo muestra las maravillas de una iglesia o la música envolvente de una historia desgarrada y sin retorno de unos seres perdidos para siempre pero que viven momentos bellos porque todavía mantienen intacto la sensación de felicidad al juntar mejilla con mejilla.

Anthony Minghella regaló otra historia de amor, de las de siempre, de las inolvidables con actores que escondían rostros de mito. La enfermera Juliette Binoche, el paciente Ralph Fiennes, la dama elegante Kristin Scott Thomas, el marido con dolor por amor arrebatado Colin Firth…

Después, siguió con las adaptaciones y sorprendió con otra versión del cara de ángel con corazón duro que juega a la suplantación en El talento de Mr Ripley. El universo de Patricia Highsmith regresa con fuerza y Matt Damon engaña con su dulce rostro.

Cold Mountain le devuelve como un narrador épico, otra novela de éxito y otra historia de amor apasionado con guerra de fondo. Otra guerra, la guerra civil americana, muestra una aventura épica entre el soldado desencantado, Jude Law, que vive por regresar junto a la amada, una Nicole Kidman que aguarda al guerrero. Y de regalo una René Zellweger que no deja de luchar.

Ahora, después de una historia de encuentros y desencuentros, con sus actores fetiches Law y Binoche, otra historia de sentimientos en Breaking and entering, esperábamos el resultado de su última película, otra adaptación de una popular novela sudafricana (de Alexander McCall Smith) sobre una agencia de detectives dirigida por una mujer, The No. 1 Ladies Detective Agency.

El paciente Minghella se apagó ayer con mil y una historias en su mente romántica. Nos deja un montón de imágenes para revivirlo una y otra vez en la sala oscura.

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