Diccionario cinematográfico (41)

Tango: “Caminito que el tiempo ha borrado/que juntos un día nos viste pasar/ he venido por última vez/ he venido a contarte mi mal./ Caminito que entonces estabas/bordeado de trébol y juncos en flor/ una sombra ya pronto serás/ una sombra lo mismo que yo./ Desde que se fue/ triste vivo yo/ caminito amigo/ yo también me voy./ Desde que se fue/ nunca más volvió/ seguiré sus pasos/ caminito, adios,/ caminito que todas las tardes/ feliz recorría cantando mi amor/ no le digas si vuelve a pasar/ que mi llanto tu suelo regó/ Caminito abierto de cardos/ la mano del tiempo tu huella borró/ y a tu lado quisiera caer/ y que el tiempo nos mate a los dos./ Desde que se fue/ triste vivo yo/ caminito amigo/ yo también me voy./ Desde que se fue/ nunca más volvió/ seguiré sus pasos/ caminito, adiós.” 

Me vino a la mente cuando decían en todos los periódicos y televisiones que a Fernando Fernán Gómez le despidieron con uno de sus tangos favoritos. El tango es un baile hecho de sensualidad, de dos cuerpos que se encuentran y se arrastran, se desgarran y se aman. Y sus letras, lloran. Y cuenta pasiones lejanas y duras. Y hablan de realidades e historias que rompen el alma. Los tangos son realismos de vidas y experiencias que duelen…, pero son tan bellas. 

Al fondo, a veces, se oye el sonido nostálgico y dulce del bandoneón. 

Metros de celuloide tangueros recuerdan y gritan un baile rioplatense que nació en los puertos fruto de la soledad y la nostalgia. De los bajos fondos. 

¿Quién no recuerda un Rodolfo Valentino arrollador bailando un tango en Los cuatro jinetes del apocalipsis? 

¿Quién no rie al acompañar a un Charlot algo borrachín, en esa joya que es Luces de la ciudad, viendo la pasión y el desprecio, el amor y el odio, que transmiten dos bailarines de tangos…, que le hace intervenir? 

Y salto a la actualidad –por eso de unir pensamientos– a la película filandesa Luces al atardecer y se me saltan las lágrimas del héroe perdedor que muere de soledad… con música de fondo. Dos tangos de los de siempre, de los de Gardel, Volver y El día que me quieras. 

Me doy cuenta de que mi adorado Al Pacino me regaló una escena de tango y sueño en Perfume de mujer. Claro, un hombre que no ve pero al que no le falta tacto y sensualidad. Sus dedos y su olfato tienen ojos. Oye música, siente y huele a una mujer bella…, y empieza el baile. 

Sólo recuerdo de la película La lección de tango de la directora Sally Potter a Pablo Verón y su rostro fuerte y su baile…, y el tango. 

De pronto, me entra la risa, y veo a Jack Lemon con rostro de Daphne y con una rosa en la boca bailando un tango con el rostro imposible de un millonario impagable. 

O vuelvo a emocionarme en un gran escenario y con una Roxane arrabalera en esa mezcla de músicas que es Moulin Rouge. O, me viene, esa cárcel de mujeres y de historias desgarradas y tristes en Chicago a ritmo de tango.  

Y, de pronto, pienso que qué atractivos están los hombres bailando tangos, aunque sepan poco y mal, y entonces me encuentro con un Richard Gere en su papel de ejecutivo cansado y estresado que descubre el mundo del tango en ¿Bailamos? 

Y, vuelo al blanco y negro y al intérprete por todos recordado –cuidado, que no el único–, su nombre está pegado al tango. Él es Carlos Gardel que dio su voz, su rostro, su romanticismo y su forma de vivir el tango en películas como Melodía de arrabal, El tango de Broadway, El día que me quieras, Tango bar… hasta que tuvo un fatal accidente en avión. Y, abandonó el mundo, de forma desgarrada, como las letras de sus canciones. Dejó a corazones solitarios. 

Yo mientras espero. En una esquina, bajo un farol, con falda negra y estrecha y raja lateral. Espero una voz grave, que me diga al oído, El día que me quieras…, y una pista enorme, y un cruce de piernas. Una lucha de a dos. Sensual y bella, real y cruda. Pasión con bandoneón de fondo.

2 comentarios en “Diccionario cinematográfico (41)

  1. Cuando relaciono el tango con el mundo del cine siempre me viene a la cabeza la fascinación que esa música tan nostálgica y cautivadora me produjo al ver «Happy together», una película de Wong Kar-Wai que narra la tormentosa historia de amor de una pareja gay en tierras bonaerenses. No sé si has tenido oportunidad de verla, Hildy, pero las piezas de Astor Piazzola, incluso un tema de Caetano Veloso, devienen una experiencia hipnotizadora. La historia no está nada mal, pero la banda sonora es absolutamente imprescindible.

    Un fuerte abrazo tanguero.

  2. … ¡No la he visto, querido Antonio! y eso que Wong Kar Wai me provoca bastante fascinación… y si en su banda sonora aparecen los tangos… ya ni te cuento ¡y Caetano Veloso! Apunto la recomendación.

    Beso
    Hildy

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