La muerte se equivocó… y una sombra. El difunto protesta (Here comes, mr. Jordan, 1941) de Alexander Hall/El cielo puede esperar (Heaven can wait, 1978) de Warren Beatty, Buck Henry/Sombra enamorada (The gift of love, 1958) de Jean Negulesco

Uno de los temas estrella del cine y que ha recibido distintos tratamientos a lo largo de su historia ha sido sin duda la muerte. Y sobre todo tratando de responder una pregunta: ¿qué hay después de la muerte? O ¿qué ocurre con los seres queridos? La sesión doble parte de una obra de teatro de Harry Segall que saltó a la pantalla en los años cuarenta y luego ha tenido otros remakes, pero rescatamos el de Warren Beatty. Y de propina un melodrama especial y desconocido de Jean Negulesco. Las tres tienen en común el elemento fantástico. Y ese elemento es lo que une a un ciclo de películas maravillosas (muchas de ellas reseñadas en el blog) como Las tres luces (también conocida como La muerte cansada) o Liliom, ambas de Fritz Lang; La muerte de vacaciones, de Mitchell Leisen; A vida o muerte, de Michael Powell, Emeric Pressburger o Dos en el cielo, de Victor Fleming. Aportamos tres más a esta colección que merece la pena.

El difunto protesta (Here comes, mr. Jordan, 1941) de Alexander Hall

El difunto protesta

En la mirada de una persona está el secreto…

Nos encontramos con un personaje muy capriano, un boxeador al que le gusta tocar el saxo y también volar. Un hombre sencillo y bueno. Antes de un campeonato muy importante para él, tiene un accidente de avión, que termina con su vida… ¿o no? Vemos a nuestro protagonista Joe Pendleton (Robert Montgomery) acompañado por un hombre muy eficiente (Edward Everett Horton), en una especie de cielo, quejándose de que no le corresponde morir, que tiene que regresar para el combate. Niega su muerte. Pero el eficiente funcionario del cielo quiere que suba a un avión. Por fin se encuentran con el tranquilo mr. Jordan, del título original, con el rostro de Claude Rains, que es el jefe de todo el cotarro, de llevar a los destinatarios al cielo. Mr. Jordan descubre que el eficiente funcionario es nuevo y que no ha esperado a la muerte de Joe, sino que se lo ha llevado antes. Descubierto el error, cuando van a devolver a Joe a su cuerpo… se dan cuenta con horror de que ha sido incinerado. ¡No hay más remedio que buscar otro cuerpo del gusto de Joe!, que le permita además alcanzar sus sueños: ser el campeón de boxeo. Y en el camino de esa búsqueda, siempre en compañía de mr. Jordan y el eficiente funcionario, se topará con el cuerpo de un millonario, Bruce Farnsworth, que no ha sido muy buena persona y además va a morir asesinado por las dos personas más cercanas de su vida (su mujer y su secretario personal)… Joe quiere huir despavorido hasta que ve a miss Logan (Evelyn Keyes), que quiere entrevistarse con el millonario, porque por sus decisiones su padre se encuentra injustamente en la cárcel. Se enamora totalmente de ella y quiere ayudarla. Decide tomar ese cuerpo de manera provisional…

Ya solo por el argumento, que engancha, vemos el derrotero fantástico de la película de Alexander Hall. El realizador cuenta además con un reparto de protagonistas y secundarios que son una auténtica gozada. Además de los nombrados también está un secundario de oro, James Gleason, que se le daban de miedo los papeles de hombres malhumorados o desencantados pero de corazón grande, como entrenador de Joe. Hall presenta esa antesala del cielo como un espacio infinito y rodeado de nubes o neblina, que causa gran tranquilidad. Y todo perfectamente organizado por eficientes tipos con pinta de serios funcionarios. Y un jefe, mr. Jordan, como un ser encantador, pero gran solucionador, sin perder nunca la calma, que no podría tener otro rostro que el de Claude Rains. Juega sobre todo con la importancia de las miradas y los ojos de Joe, pues ahí está su alma, su esencia. De esta manera, las secuencias románticas con el personaje de Evelyn Keyes son sencillas, jugando con la mirada, y encuadrando a nuestros protagonistas en planos medio corto y primer plano, con fondos limpios, consiguiendo de esta manera no solo intimidad, sino un halo especial, fantástico y mágico. El difunto protesta es una comedia fantástica que deja un buen sabor de boca y sonrisa perpetua…

El cielo puede esperar (Heaven can wait, 1978) de Warren Beatty, Buck Henry

El cielo puede esperar

El cielo puede esperar… ellos no…

Warren Beatty crea una comedia con encanto para trabajar por tercera vez con Julie Christie (las otras dos fueron en Los vividores y en Shampoo) y para ponerse por primera vez detrás de las cámaras. Mantiene al héroe capriano, pero esta vez más consciente de sus reivindicaciones y su carisma, y en vez del boxeo, cambia el deporte por el rugby. Es importante este matiz porque señala que el protagonista está acostumbrado a trabajar en equipo, y estas dotes se notan cuando empieza actuar en el cuerpo del millonario. La importancia de trabajar en equipo para conseguir buenas cosas para la comunidad, para un mayor número de personas. En la primera versión es un personaje mucho más solitario e individualista, y actúa más por el amor; aquí el héroe también actúa por amor, pero se siente bien mejorando la situación de otros. Y, sí, también la decisión de meterse en el cuerpo del millonario asesinado es la visita de Betty Logan. Pero Betty es una activista ecológica preocupada por su comunidad. De nuevo, la colectividad y la comunidad. Y es una mujer de los años setenta reivindicativa, luchadora y que pelea por sus derechos. El personaje de Julie Christie es mucho más activo y con más carisma que el de Evelyn Keyes, pues esta tenía un motivo más personal y solitario (el encarcelamiento de su padre por las malas artes del millonario, aunque luego la acción de Joe para ayudar a Betty suponga el beneficio de toda una comunidad… y veamos así el idealismo del personaje femenino, que cae rendida ante el millonario).

Warren Beatty no modifica la forma de presentar la antesala al cielo. Y busca como mr. Jordan a alguien con el carisma, la eficiencia y la paz en el rostro que tiene el personaje de Claude Rains en la primera, un magnífico James Mason. Tampoco cambia la magia que desprende y la importancia de las miradas en los encuentros entre Joe y Betty (hace más hincapié en la historia de amor). Por otra parte, presenta como puros personajes de vodevil a los asesinos del millonario. Sus actuaciones son más caricaturescas que los de la película original. Y juega más con la confusión de los mayordomos ante el cambio de personalidad del millonario. También se rodea de una galería de secundarios entre los que destaca el personaje del entrenador, que esta vez tiene el rostro de Jack Warden.

Digamos que Warren Beatty mantiene el espíritu de la primera, apenas la modifica, e incluso también la manera de llevarla a la pantalla de cine. Pero sí la actualiza a los tiempos que corren, a unos años setenta donde el cine del nuevo Hollywood y su estela sigue en marcha.

Sombra enamorada (The gift of love, 1958) de Jean Negulesco

Sombra enamorada

… uno de los dos se convertirá antes en sombra enamorada.

A veces la televisión recupera clásicos olvidados que hacen que te quedes hasta las dos de la mañana. Así me ocurrió con Sombra enamorada de Jean Negulesco. La película es un puro melodrama de los años cincuenta, con la estética, el color y la elegancia heredara de los melodramas transgresores de Douglas Sirk, que a su manera presentaba las sombras del sueño americano. Pero Sombra enamorada es un melodrama atípico y no ahonda en lo oscuro de ese sueño, sino que tira por otros derroteros. Sombra enamorada es un melodrama con elemento fantástico. Y el buen hacer de Negulesco como realizador y de los actores protagonistas logran el momento mágico y catártico de todo melodrama.

La película empieza con el amor a primera vista entre Julie y Bill (o Lauren Bacall y Robert Stack, los dos ya habían sido pareja de melodrama de Sirk en Escrito en el viento), una secretaria de un médico y un científico con dolores de cuello. A partir de ahí surgen unos créditos con letras rosas y de fondo la historia de la pareja, que une sus vidas, y son felices en su matrimonio. Arranca de nuevo la película y han pasado cinco años desde ese encuentro, se nos hace hincapié en que siguen tan enamorados como el primer día. Pero también que no tienen hijos, y que Julie se dedica en cuerpo y alma a un Bill absolutamente entregado a su trabajo, tanto que a veces se aísla del mundo. Y se refleja que el matrimonio es como si Julie además fuera una madre que cuida y Bill, un niño grande e inmaduro, egoísta, pero eso sí, profundamente enamorado.

El melodrama empieza cuando Julie descubre que tiene una grave dolencia de corazón, pero decide ocultárselo a su esposo. En la consulta de doctor, surge la idea de la adopción de un niño. Y Julie piensa en esa adopción, pero con otro fin. Dar a Bill un motivo para aferrarse a la vida, y llevar mejor su ausencia cuando falte. Julie se lo plantea a Bill, y este como científico despistado accede, pero sobre todo por hacer feliz a su mujer. Al final adoptarán a una niña, que ya ha vivido varias veces la experiencia de ser devuelta por la familia adoptiva, inteligente pero con una fantasía desbordada (que le permite encajar los golpes). Jean Negulesco parece que está presentando la vida de color de rosa hasta que se va introduciendo la oscuridad, las sombras. La llegada de la niña no trae la felicidad, sino el conflicto. Julie la quiere, pero está empeñada en crearla a su imagen y semejanza y transmitirle la única labor del cuidado diario de Bill. Y por otra parte Bill no encaja con la niña, su mente científica choca con la fantasía desbordante de la niña, que plantea cosas que nada tienen que ver con la ciencia. Como un niño grande además Bill empieza a tener unos tremendos celos por el amor que ahora Julie ofrece también a la niña. Cuando esta se da cuenta del fracaso de su plan, y está a punto de planteárselo a la niña, sufre un ataque. Y Negulesco regala una elipsis demoledora de la cama de la enferma a su tumba y a un Bill desolado.

Y llegamos al clímax fantástico y mágico de Sombra enamorada. La niña trata de cuidar a Bill y además le confiesa que lo hace bajo el dictado de Julie, Bill no soporta la fantasía de la niña ni sus cuidados y se lo demuestra. La niña por iniciativa propia regresa al orfanato. Y se plantea un tema de fondo interesante: los a veces motivos equivocados de adopción, que no es para el bien del niño, sino para el de los padres, y cuando no se cumplen las expectativas… el proceso de convivencia es un fracaso. De esta manera, se quedan otra vez los dos solos, Bill y la niña. Pero entonces se produce el elemento fantástico donde se nos hace ver de la forma más elegante y mágica, en una secuencia maravillosa, la unión entre estos dos personajes. Y en esa unión está presente Julie. Jean Negulesco se sirve de un retrato, de un recuerdo concreto de la vida cotidiana de los tres, de una noche de tormenta, de un caballito de juguete, de un mar embravecido, de una niña que huye en mitad de la noche como un caballo sin rumbo, de un hombre intranquilo en su estudio… y de una sombra enamorada que vuelve a presentarse cuando ha logrado su objetivo.

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17 comentarios en “La muerte se equivocó… y una sombra. El difunto protesta (Here comes, mr. Jordan, 1941) de Alexander Hall/El cielo puede esperar (Heaven can wait, 1978) de Warren Beatty, Buck Henry/Sombra enamorada (The gift of love, 1958) de Jean Negulesco

  1. ¡Cuánto me has tentado con la primera película! Ya me imagino la cara del querido Edward Everett Horton cuando se da cuenta de su error. Me hizo recordar el cuento de Woody Allen del tipo que juega ¿al póquer? (no recuerdo bien) con la Muerte para lograr que no se lo lleve.-
    Te mando un beso enorme desde este lado del más allá, Bet.-

  2. No es un punto de arranque que me convenza mucho, en particular porque me mosquean mucho las historias de redención, máxime si van acompañadas de punteados cristianos… Pero la primera resulta muy interesante en su desarrollo y muy atractiva por el reparto. Si me olvido del punto de partida, la disfruto mucho. Warren Beatty… Bueno, pues me lo pasé bien, sin más, a ratos.

    La última sí me interesa enormemente porque es la que más se vuelca en la contradicción, la que más chicha contiene. Creo que habría que reivindicar, o al menos que tratar adecuadamente, la obra de Negulesco como director, que es muy interesante por momentos. Y también lo es cómo esta película, por ejemplo, habla del personaje de Bacall, casi una forma de hablar de ella misma. Muy estimable, más que por lo que muestra, por lo que sugiere. El cine es, sobre todo, eso, ¿no?

    Besos

  3. ¡Ya sabía yo, querida Bet, que te podía llamar la atención El difunto protesta! Sí, la cara de Horton es genial. Es una película con mucho encanto.

    Beso
    Hildy

  4. Alfredooooo, querido mío, yo solo creo en los milagros en el cineeeee. Y este tipo de películas que se plantean que hay después de la muerte, me encantan. ¿Crees que en El difunto protesta y en El cielo puede esperar hay redención? ¡Yo creo que hay un error gordo del destino… y que no encuentran rápida solución por la incineración del cuerpo! Me hace gracia la pinta de funcionarios eficaces y muy serios que tienen los que reciben en esa especie de limbo…
    Yo, Alfredo, no había visto nunca Sombra enamorada. Como digo la pillé el otro día en la tele y fue una sorpresa que me fascinó.

    Beso
    Hildy

  5. Hola Hildy:
    De las 3 películas que comentas solo he visto “El cielo se equivocó”. La emitieron por televisión en los 80 y al día siguiente todo el mundo la comentaba en clase. La recuerdo divertida y agradable. Con un Warren Beatty en plenitud (¡resulta sexy y elegante en chándal!) con gran química con Julie Christie y sobre todo con Jack Warden. De las comedias más “caprianas” que nunca dirigió Capra. Y con todas sus constantes: la importancia que se da a lo colectivo, la riqueza que se utiliza como medio para ayudar a la os demás, el personaje femenino decidido y profesional, el valor de la amistad, incluso el toque fantástico. Y con un final agridulce que corrige el posible tono tontorrón e intrascendente que puede adoptar en ciertos momentos.
    No he visto su precedente “El difunto protesta”. Edward Everett Horton es uno de eso actores (“un característico” se les llamaba) cuya sola presencia provoca hilaridad. Siempre hizo el mismo personaje circunspecto y afectado del que burlarse por su elegancia impostada. Me gustaría saber si se le hizo alguna entrevista en la que hablara de su carrera ¿Se sentiría frustrado o satisfecho de interpretar siempre el mismo personaje? Claude Rains, en cambio, fue un actor tremendamente versátil al que te creías de pérfido, de loco, de bondadoso, de figura de autoridad, de pusilánime…El mejor actor con el que trabajó nunca afirmaba Bette Davis. Con todo no sé si tan excelentes secundarios me compensarían a la pareja protagonista. Evelyn Keyes me resulta antipática. La encuentro cursi y repelente, como si la sombra de la Suelen de “Lo que el viento se llevó” la acompañara siempre. Y en cuanto a Robert Montgomery…Es uno de esos casos donde el “Star-System” se equivocó. Pero ¿Qué le verían a este hombre? No solo no me parece en absoluto atractivo, con su piel lechosa y su cara anodina, sino que me parece un actor cargante: siempre haciendo muecas, abriendo desmesuradamente los ojos. Buff! Infumable. ¡Y pensar que en la década de los 30 (hasta la llegada de otro Robert, Taylor) fue el galán romántico por excelencia de la Metro (Spencer Tracy era “el actor” y Clark Gable “El héroe”) protagonizando películas con las 3 reinas del estudio, Shearer, Garbo y Crawford. En fin, que no puedo con él. Puede que una de las peores interpretaciones que haya visto en cine sea la suya en “Alma en la sombra” (“Rage in heaven”). Confunde la psicopatía con estar catatónico.
    Conocía, pero tampoco he visto, “Sombra enamorada” que recuerdo que fue la película que escogió TVE para homenajear al director por su fallecimiento, tradición tristemente perdida. Al director se le recuerda ( y se le critica) por sus comedias románticas en cinemascope y Technicolor para la Fox de los 50. De hecho, creó un subgénero: “americanos en Europa en busca del amor”.
    El punto de locura y de fantástico que dices que adopta la película me la hace atractiva y espero poder recuperarla algún día. Con todo me atrevo a decir que la etapa más interesante del director está en los 40 y en el blanco y negro. Espléndidos melodramas como “Humoresque” y “Belinda”. Y ese cine negro que tengo aún por descubrir: “La máscara de Dimitrios”, “Nadie vive para siempre”, y “Tres extraños”.
    Hasta pronto Hildy

  6. Por cierto, a través de tu última entrada he recuperado tu reseña sobre «La muerte de vacaciones» y me ha parecido fantástica. A ver cuándo puedo ver la película.

  7. Ja,ja,ja,ja, querídisima Lilapop, tienes razón con lo del chándal de Beatty. Y lo de la química entre Warren y Julie es verdad. Y Warden también había trabajado con ellos dos en la estupenda «Shampoo». Y en aquella hacían un trío muy peculiar.
    «El difunto protesta» es una película muy agradable. No tengo mucho dominio de la filmografía de Montgomery. Me resulta interesante su manejo de la cámara subjetiva y la forma de contar que tuvo cuando se puso tras las cámaras en La dama del lago. Le recuerdo en No éramos imprescindibles, de Ford. Y en una con la diva Garbo, Inspiración, donde no es él el que más destacaba en el reparto, eso es cierto. Sí, no tiene una cara simpática Evelyn Keyes, ¿sabes donde me parece estupenda? En «El merodeador» de Joseph Losey. Y también me gusta mucho otra película donde sale, «El misterio de Fiske Manor». «La muerte de vacaciones» es deliciosa, una película a la que tengo gran cariño. ¡Para mí ha sido un bonito descubrimiento «Sombra enamorada»! Los títulos que señalas de Negulesco, «Humoresque» y «Belinda», me gustan muchísimo. Sí, es un director muy interesante, reivindicable.

    Beso
    Hildy

  8. Ja, ja, ja. Robert Montgomery es un tipo al que le tengo mucha manía ¿A ti no te pasa que hay intérpretes con los que, simplemente, no puedes? Otro actor al que también detesto y que curiosamente también se llama Robert es Robert Cummings. No han superado ninguno demasiado bien el paso del tiempo, no son demasiado recordados por los cinéfilos (afortunadamente) pero fueron galanes arquetípicos en su época y sus carreras duraron bastante ¡Y ambos trabajaron con Hitchcok! Evelyn Keyes no me produce tanta animadversión, pero no me gusta ¡Que ganas de ver “El misterio de Fiske Manor”! Seguro que Ida Lupino se la come con patatas. “El merodeador” es un buen film, muy incisivo en su crítica a las frustraciones que produce “el sueño americano” en aquellos que no lo consiguen. Keyes, resulta apropiada en su papel de actriz mediocre convertida en “mujer florero” de un famoso locutor de radio. Frustrada vital, sentimental y sexualmente. Pero quien brilla en esa película es Van Heflin ¡Qué personaje más complejo e interesante! Y ¡”Un homme fatale”!

  9. ¡Síiiiii, me pasa exactamente lo mismo que a ti! Yo tengo manía al pobre Glen Ford, aunque reconozco que hay varias películas de su filmografía que me parecen buenísimas. También me cuestan Robert Taylor y Tyrone Power, aunque de ellos dos también hay bastantes películas que salvo. Sí, Ida Lupino es una de mis consentidas, y brilla en El misterio de Fiske Manor. Y Van Heflin es un intérprete que cuando encuentra papel… ¡me gusta un montón!

    Beso
    Hildy

  10. Pues se cumple la frase de para gustos los colores, ja,ja,ja. A mi Glen Ford me gusta mucho. Creo que es una actor infravalorado. Me encanta su sobriedad iterpretativa. Precisamente una de las cosas que comparten Montgomery y Cummmings (aparte del nombre) es la propensión a «poner caritas» todo el tiempo.
    A Robert Taylor y a Tyrone Power les tengo cariño. Creo que toda su vida les pesó lo de ser demasiado guapos para ser tomados en serio como intérpretes. Power no era el hombre con más matices del mundo pero tiene mucho encanto y estuvo estupendo en una película oscura como «El callejón de las almas perdidas» (Nightmare alley) de la que Guillermo del Toro amenaza con hacer un «remake» (¿Cuándo Dios mío? ¿Cuándo acabará la fiebre de los «remake»?)
    Y cuando a Robert Taylor le dejan sacar su lado oscuro demuestra ser un intérprete con más trastienda de la que aparenta ( «La última caza», «Corrientes ocultas») Yo siempre lo llevaré en mi corazón por su Armand Duval de «Camille». Pocas veces me he creído más a un hombre enamorado en el cine. Una interpretación con una frescura y una verdad radiantes.

  11. Sí, con «El callejón de las almas perdidas» empecé a mirar a Power de otra manera. Qué peliculón. Y me abrí a más títulos de su filmografía. Y, fíjate, Robert Taylor protagoniza uno de mis western, «Caravana de mujeres», pero… Lo de Glenn no sé explicarlo y eso que tiene películas tan buenas como «Los sobornados». Es curioso, ¿verdad?
    De todas formas siempre me gusta descubrir las películas incluso de los actores que no son mis favoritos para descubrir de pronto aquella que me haga mirarlo de otra manera. ¡Y es otro disfrute!
    Hay actores y actrices con los que de pronto conectas de una manera muy especial y otros que nada…, se resisten. Es otro de los misterios del cine.

    Besooooo
    Hildy

  12. «EL DIFUNTO PROTESTA» es una de esas comedias con premisa fantástica que cuenta entre sus posibles virtudes la circunstancial (si tenemos en cuenta el momento en que se rodó) de dar una reconfortante elucubración de la muerte y del Más Allá. No obstante, el director, lejos de la capacidad y el talento de un McCarey, Capra o Lubitsch, entreteje con desigual fortuna una serie de situaciones más ingeniosas y divertidas sobre el guión que en la pantalla, a lo que contribuye la insulsa composición de Robert Montgomery (no me produce tanto rechazo como a Lilapop pero siempre le encontré demasiado melifluo). Aparte de innumerables imitaciones, existe una secuela, “LA DIOSA DE LA DANZA”, realizada también por Alexander Hall (en la que el impar Edward Everett Horton repetía papel) y el remake de 1978, «EL CIELO PUEDE ESPERAR», que también se comenta aquí. Ésta tampoco me parece gran cosa. Contó, eso sí, con un guión algo más pulido que el del original, buenos actores y, en un sentido industrial, una sólida puesta en escena. Pero no fue suficiente para conseguir lo más difícil, una buena comedia. Nota: el «ángel» interpretado por Mason, estaba previsto en principio para el retorno de Cary Grant a los platós, quien finalmente no aceptó. Lástima.
    En cuanto a «SOMBRA ENAMORADA» que pude revisar hace unos días vía televisión, me sigue pareciendo un elegante (es lo menos que se le podía pedir a Jean Negulesco), pero algo empalagoso y formulario remake de “CONFLICTO SENTIMENTAL”, película dirigida por Walter Lang en 1946, con Maureen O’Hara y John Payne. En aquella, los aspectos melodramáticos y sentimentales de la historia, incluyo el toque «fantástico», estuvieron tratados con un mayor grado de eficacia, dejando en evidencia a la que ahora nos ocupa como un producto que Negulesco realizó -diría que- de mala gana.
    Un abrazo.

  13. Teooooo, cómo me alegra leerte. Y como siempre aportaciones interesantes entre tus líneas. Efectivamente las dos primeras no son piezas maestras, pero para mí son dos películas con muchísimo encanto. Me apunto La diosa de la danza que nunca he visto. Y gracias por nombrar la peli original de donde viene el remake «Sombra enamorada». ¡Mientras veía la peli Negulesco y leía sobre Conflicto sentimental, más me apetecía verla! Y ahora leyéndote a ti más ganas tengo. La de Jean Negulesco me pareció todo un descubrimiento, me resultó fascinante, sin bien para mí hubiese ganado más con otro casting para el papel de la niña protagonista (la pobre mía no me ha hecho nada, pero quizá su papel y la manera de interpretarlo fue lo que más me sacó de la película). Con otra protagonista infantil me hubiese sumergido totalmente en el éxtasis y en la elegancia de Negulesco. Y aun así me emocionó profundamente, sobre todo la secuencia final, el extasis…

    Beso
    Hildy

  14. querida hildy, a Robert Taylor y Tyrone power les pesó el que les doliera la cara por ser tan guapos, pot lo mismo,fueron actores menospreciados, los dos tienen muchas películas rescatables. de Taylor podríamos decir que su mejor época como actor fue cuando entró en la madurez, SOBORNO DE ROBERT Z. LEONARD Y V. MINELLI, ÑSPIEERTA DEL DIABLO DE ANTHONY MANN Y SOBRE TODO LA ROSA DEL HAMPA DE NICHOLAS RAY, ADEMÁS DE LA YA MENCIONADA CARAVANA DE MUJERES. NO PUEDO IMAGINAR A OTRO ACTOR EN LLEGARON LAS LLUVIAS, SANGRE Y ARENA. EL PRÍNCIPE DE LOS ZORROS, UN CAPITÁN DE CASTILLA Y MELODÍA INMORTAL. ME QUEDÉ CON LAS GANAS DE VERLO EN SALOMÓN Y LA REINA DE SABA, NUNCA QUISE VER ESTA PELÓCILA CON EL VERDADERAMENTE INFUMABLE YUL BRINNER.

  15. OLVIDÉ MENCIONAR UNA PELÍCULA EN DONDE POWER MUESTRA SU FACETA COMO COMEDIANTE, SE TRATA DE UN PRODUCTO NO MUY CONOCIDO DE JOHN FORD: «THE LONG GREY LINE» DE 1955 Y POR SUPUESTO, MENCIONAR TAMBIÉN: «EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS» PELÍCULA QUE ME IMPRESIONÓ CUANDO LA VÍ SIENDO UN ADOLESCENTE DE 13 AÑOS.

  16. ¡Me encanta, querido Jorge! En este apartado de actores a los que tenemos cierta manía se te escapa uno, Yul Brinner.
    Te voy a contar un secreto: a mí me fascina, ja,ja,ja. Y viene de herencia, cuando a mi abuela le preguntabas qué actor de Hollywood le gustaba, ella siempre decía: el calvo.

    Tienes toda la razón con Power y Taylor. Ya digo más arriba que de ambos he ido rescatando películas que me han hecho ir mirándolos de otra manera. ¡El callejón de las almas perdidas es una pasada!

    Beso
    Hildy

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