Cold war (Cold war, 2018) de Pawel Pawlikowski

Cold war

La historia de amor imposible entre Zula y Wiktor en Cold war

Las notas de saxo de John Coltrane en una sala de fiestas y un viejo tocadiscos con música de Bach, preludiaba ya en Ida el idilio del director polaco Pawel Pawlikowski con la música. Y de la música se sirve para contar una historia de amor imposible durante varios años, entre finales de los cuarenta y principios de los sesenta. Zula (Joanna Kulig) y Wiktor (Tomasz Kot) se ven por primera vez en la audición de unas pruebas… y sus destinos ya no dejarán de cruzarse y revolverse. Y es que Cold war recorre las variaciones de una misma canción, un amor que cambia y se transforma, pero que nunca deja que sus protagonistas encuentren el sosiego… Sí, ni contigo ni sin ti. Una historia de amor a golpe de elipsis. En una época en que todo era en blanco y negro y donde no había posibilidad de color. Y es que esa guerra fría no es solo el panorama de la política internacional, sino la guerra que se declaran unos protagonistas eternamente insatisfechos, pero sin poder dejar de amarse…

Pawel Pawlikowski no renuncia al formato 4:3 que también empleó en Ida. Así la historia se encierra en un cuadrado que recupera la fuerza e intensidad de los primeros planos. Blanco y negro, música, primeros planos, distintos escenarios (Polonia, París, Berlín, Yugoslavia) y elipsis… son los ingredientes para construir una trágica y triste historia de amor. La historia arranca en 1949 en Polonia… y los primeros rostros que surgen de la pantalla son de unos campesinos tocando y cantando una canción del folclore polaco. Varios rostros y varias canciones. Poco a poco van tomando relevancia Wiktor, compositor y pianista, e Irena (Agata Kulesza) que están grabando, recopilando y recogiendo el folclore popular del país. Grabadoras en marcha. Lo que se pretende es que constituyan un grupo folclórico que sirva para transmitir la cultura polaca en un Estado Socialista. En las audiciones que organizan para encontrar los cantantes y bailarines del grupo, Wiktor se fijará en una joven mujer con una voz y una presencia especial, de pasado conflictivo, Zula. Ahí, la protagonista cantará la canción que se irá repitiendo en distintas versiones (tal y como también evoluciona su amor) durante la película. Y, a partir, de ese momento la historia se centra en esta pareja.

Los miedos, las decisiones equivocadas, el exilio, la nostalgia del otro, la manera de vivir la música, la imposibilidad del regreso, las discusiones, las heridas, las contradicciones, las huidas, los bailes, los paseos al anochecer, las noches en el apartamento o en un club nocturno, las separaciones, el dolor, los encuentros, las reconciliaciones… construyen a base de momentos y elipsis temporales un amor trágico que quizá solo puede ser detrás de un eclipse (como se llama uno de los locales testigos de su amor a golpe de jazz, L’éclipse), donde nadie los vea…, donde ellos tenga mejor vista para un bello e imposible destino.

Pawel Pawlikowski deja constancia de cómo sabe contar con una fuerza visual y una belleza que duele. La secuencia de dos enamorados que bailan, que se besan, que discuten, que se reconcilian, que se desean, que están cansados de no poder estar juntos… O lo poderosa que resulta una imagen para saber en qué se va transformando el inicial grupo folclórico, en un instrumento político… Los rostros sobre un coro de jóvenes cantando con los trajes típicos… y un telón que se va subiendo, mostrando el rostro de Stalin.

Cold war con música de fondo. Un tocadiscos que no deja de dar vueltas y que devuelve una y otra vez, con distintas notas y estilos musicales, una misma historia: el amor imposible entre Zula y Wiktor. Ellos se niegan a dejar de sonar…

Nota: Cold war se estrena el 5 de octubre… y, por favor, no os la perdáis.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

15 comentarios en “Cold war (Cold war, 2018) de Pawel Pawlikowski

  1. Tomo nota, mi querida Hildy. Últimamente no va la cosa mal de estrenos, hay un buen puñado de cosas interesantes. Así que apunto esta para aumentar la cuenta, que pronto vendrán las vacas flacas, en cuanto empiece la psicosis oscarizante.

    Besos

  2. Bueno, el mismo día leo una opinión en contra y otra a favor de esta película. Yo me siento predispuesto a opinar a favor de ella, cuando la vea, impulsado por el recuerdo de la estupenda «Ida». Pero ya veremos.
    Saludos.

  3. Estoy casi segura, querídisimo Licantropunk, de que Cold war te va a gustar una barbaridad… Y esa es la magia de muchas películas… que las miramos distintos ojos y las sensaciones que nos provocan son diferentes creándose así una historia viva, muy viva.

    Beso
    Hildy

  4. Me has dejado con unas ganas enormes de ver la película.
    El hecho de que en la reseña aparezca la palabra «elipsis» me devuelve la fe.
    Es un placer leerte.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

  5. Querido Alberto, seguro, seguro, seguro, que la vas a disfrutar. ¡Me cuentas cuando la veas! Sí, uno de los secretos de la narración de esta película es la elipsis.

    Beso
    Hildy

  6. Emocionada, sin palabras y con los ojos húmedos he salido de “Cold war” (¿Por qué ese título en inglés cuando el original es en polaco?) Sin duda una de las películas del año. Por fin una gran historia de amor. Cada vez menos en el cine se hacen películas donde el amor está en primer término, donde la pasión amorosa sea el centro de la historia. Supongo que responde al escepticismo amoroso generalizado en el que vivimos. “Cold war” me ha parecido radicalmente romántica. El romanticismo también está devaluado. Se confunde con lo ñoño, con lo sentimentaloide (que no sentimental) y es todo lo contrario. El romanticismo genuino, el del XVIII y el XIX siempre subvierte el orden, siempre aboga por la libertad, por ello tiene tantos enemigos. Y también por ello suele acabar trágicamente para sus protagonistas.
    Lo que me llevó a ver la película de Pawlikowski no fue tanto su anterior “Ida”, como el hecho que el director se inspirara en la historia de amor de sus padres (40 años de “ni contigo ni sin ti” unos románticos auténticos, sin duda) Y que presentara el film como una historia de amor y no como otra cosa. Formalmente comparte con “Ida” muchas cosas. El blanco y negro que le aporta una cualidad atemporal y a la vez transmite la grisura de la época en la que transcurre la acción. El formato cuadrado. La importancia de la música para contar la historia y transmitir la emociones de sus personajes como esa canción leitmotiv que se va repitiendo a lo largo del film (“Ojos negros”) que muestra tanto una evolución musical como vital. El uso de la música es capital en ambas películas pero en esta es el hilo conductor de la historia. Desde las desnudas y vibrantes baladas rurales, pasando por su adaptación orquestal para los coros convirtiéndolas en música culta, su apropiación por parte del totalitarismo político (sobrecogedora la imagen en que se despliega la cara de Stalin) el jazz que representa Paris y el exilio y por último esos impostados ritmos latinos que muestran el talento prostituido y la decadencia final. Y ambas películas acaban con unos personajes que toman una decisión definitiva mientras suena Bach. En ambos films, a través de la historia de los protagonistas se nos cuenta la historia de ese país maltratado, Polonia. Pero sin pesada vocación historicista. La frialdad (aunque solo fuera una frialdad aparente) que me trasmitió “Ida” se ha transformada en emoción y fascinación en “Cold War”. Para mi no hay nada mejor en cine que una buena historia de amor. Una buena historia de amor lo contiene todo. Y “Cold war” lo es. Una mención aparte a su espléndida pareja protagonista: Tomas Kosz y una Joana Kulig que ya aparecía en “Ida” así como Agata Kulesza. Apuesto a que ni Kosz ni Kulig serían los protagonistas de una peli de Hollywood. El es un atractivo demasiado singular y duro y ella, muy bella, no está la suficientemente delgada para los (opresivos) cánones actuales. Eso también me ha encantado. Me ha subyugado como él expresa tanto con tan poco y la vitalidad desbordante y desbordada de ella.
    He leído en algún sitio que el final es desolador. Quizá esté equivocada o loca pero a mi no me lo ha parecido. Me ha parecido trágico (lo trágico no es lo mismo que lo deprimente, aunque algunos lo confundan) liberador y atrevido para los tiempos actuales. Un final romántico. Y, como ya decía al principio, vemos muy pocas películas verdaderamente románticas hoy en día.
    Un abrazo Hildy y gracias por tus textos y tus recomendaciones

  7. ¿Te puedes creer, querida Lilapop, que el viernes me metí a verla otra vez? ¡Y que además de analizarla mucho más, me fascinó todavía más! Sí, cómo me gustó esa dedicatoria final a sus padres y cómo dice en las entrevistas que ellos fueron su referente para esta película. ¡Tiene momentos y secuencias tan hermosas… desde la primera imagen con esos pastores cantando… hasta la última de ellos dos fuera de campo, y ese banco desnudo! Y esa canción que se repite una y otra vez… Y el atractivo y química de la pareja protagonista… Ayyyy, sí, cómo me ha gustado Cold War.

    Beso
    Hildy

  8. Me lo creo del todo. Para mi es una de las películas esenciales del año. Gran película y gran historia de amor.

  9. Emocionada y fascinada salí del cine…y además creo que también voy a volver a verla, pues tiene tantos bellos detalles que casi imposible captarlos todos la pimera vez. Si Ida me gustó muchisimo esta me ha emocionado muchisimo… Tu comentario a la película querida Hildy es magnífico. Gracias, muchas gracias por sabernos transmitir y contar toda la belleza que tú descubres cuando vas al cine…

  10. Querida María Rosa, qué alegría leerte de nuevo. ¡Sí, recomiendo verla otra vez! A mí también me fascinó Ida y su forma de contar esa historia.

    Beso
    Hildy

  11. Busqué si habías publicado algo sobre Cold War en estos últimos meses porque, como te publiqué en la reseña de Roma, pude ir a un festival de cine donde se presentó Cold War con todo y Pawel Pawlikowski. Nos pareció muy interesante en ese momento, y ya he visto la comparación en otros lados, que de manera independiente Cuarón y él hayan hecho películas, y cito lo que dijo Pawlikowski de Cold War cuando la presentó, «hechas a mano» y que tienen elementos en cierto modo paralelos. Haberlas visto una detrás de la otra, pero que además ambas películas se encuentren en festivales y galas de premios, me daría para una entretenida discusión cinéfila. Espero que sea pronto.

  12. Disculpas de nuevo mi querida Carmen por contestarte tarde.
    Buena discusión, sí. Y buen dúo para analizar tanto Cold war como Roma.
    Lo que me gustaría saber es ¿qué te pareció Cold War?¿Qué impresiones te produjo?¿Te gustó?

    Beso y un placer leerte una y mil veces
    Hildy

  13. ¡Me encantó la película! Me emocionó y la disfruté mucho. Justo creo la elipsis continua le da su belleza y potencia. Se me quedó grabada otra cosa que dijo Pawlikowski cuando presentó la película, donde explicó que la historia es semi-biográfica de sus padres: que durante mucho tiempo estuvo pensando cómo contar una historia que en realidad era muy larga, y que terminó siendo una película muy corta.
    Y creo que me encanta el resultado porque efectivamente ese retrato de momentos y sus correspondientes saltos temporales retratan a los dos personajes y los tiempos que viven, pero los espacios «ausentes» creo que enriquecen de una manera que, no sé explicar cómo (pero voy aprendiendo), añaden a la historia de manera distinta a lo que harían las imágenes (que bueno, al final es uno de los principios fundamentales del cine, ¿no? La suma de imágenes es más que las imágenes por separado).

    Pd. Otra película de la que ya quiero leerte es Shoplifters… ¿ya la viste/ escribiste sobre ella?

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