Me llaman calle. Historia de una canción

Los making off son una faceta del cine a tener en cuenta. Algunos dvd los incluyen en sus contenidos extras. En unos se ve una única función de marketing y publicidad. Son correctos y fríos. Otros son todo un documento histórico de películas de ayer llenos de imágenes e información maravillosa para aquellos que el cine va más allá del arte. Y, otros, son producto de la ilusión, del trabajo bien hecho, del amor por una labor que significa tanto…, y que convierte la pieza en sí, en puro cine, en puro documental, en puro sentimiento y en pura pasión. Y eso ocurre con el making off que voy a comentar, Me llaman calle. Historia de una canción de Mamen Briz y Lucas Fuica.

Su historia es curiosa. Primero, es un director que quería contar una historia sobre la prostitución. Después, en su tarea de documentación y acercamiento al tema se pone en contacto con el colectivo Hetaira (que lleva años demostrando como a través de la militancia y la pasión por lo que creen salen cosas grandes y se avanza a pesar de los pesares, a pesar de los mil y un obstáculos…, las mujeres de la calle, las trabajadoras del sexo encuentran su propia voz en este colectivo que avanza siempre).

Después, fue la película –con un guión que por sólo el monólogo (que tan bien interpreta Candela Peña) sobre la nostalgia merece un monumento (me encanta la exageración, ya lo sabéis)–. A continuación, fue idea de ese director  que un cantante cuya música disfruta creara una canción para esta historia sobre dos prostitutas, dos princesas. El cantante se empapa y crea una “rumbita honesta”, en el momento. La inspiración le viene de golpe, rápido. El tema le llega a lo más hondo y lo expresa de la forma más bella.

Más tarde, Ceremonia de los Goya, la canción está nominada. Y gana. No sube el cantante ni el director sino una trabajadora del sexo que lo coge en nombre de todas las mujeres que ejercen la prostitución.

La canción sigue con su vida larga. Y no sólo se incluye en el último trabajo discográfico del cantante y se hace un video dirigido por el director sino que se realiza un making off maravilloso sobre la historia de esta canción, sobre el video, sobre las trabajadoras del sexo, sobre Hetaira (un colectivo siempre apasionado) y su lucha, sobre un director enamorado del tema y del cine y sobre un cantante, sonriente pero que dice cosas muy serias con un encanto y una honestidad que desarma.

El director entregado se llama Fernando León de Aranoa. La película fue nombrada Princesas. El cantante encantador es Manu Chao. Y la canción protagonista de esta pequeña historia, Me llaman calle.

El making off tiene momentos que difícilmente caen en el olvido. El casting de trabajadoras del sexo para ser figurantes en el video musical. Cada una debe escribir la frase de la canción con la que más se identifica y explicar por qué. Impagable. Los momentos de rodaje en ese bar mítico que es El Palentino y sus calles madrileñas. Los momentos de la entrevista a un Manu Chao sonriente (¡¡¡bendita sonrisa!!!) expresando y contando su experiencia con la canción, con los problemas de las trabajadoras del sexo, con el cine, con el director, con la grabación del video, con esa entrega del Goya. Los momentos recuperados de las manifestaciones y lucha de las trabajadoras del sexo…

Me llaman calle. Historia de una canción merece la pena porque es mucho más que un making off. Es un trabajo apasionado (me consta que lo es). Pasión en los que están detrás de las cámaras, pasión en los que están delante.

Os dejo un fragmento de una canción, que es poesía, que es una “rumbita honesta”.

“Me llaman siempre
y a cualquier hora,
me llaman guapa
siempre a deshora,
me llaman puta
también princesa
me llaman calle sin nobleza.
Me llaman calle
calle sufrida,
calle perdida de tanto amar.”

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