Universo western (I). El árbol del ahorcado (The Hanging Tree, 1959) de Delmer Daves / Monte Walsh (Monty Walsh, 1970) de William A. Fraker

El árbol del ahorcado y Monte Walsh inauguran un nuevo ciclo de películas del Oeste: Universo western. Según voy leyendo el ensayo El universo del western, de Georges Albert Astre y Albert Patrick Hoarau, me ha apetecido ir viendo mientras tanto largometrajes de este género que no han pasado todavía por este blog. Los westerns me gustan mucho, tanto disfrutarlos como analizarlos.

Y es que es cierto, hay un universo western especial y unas historias que hablan de un mundo determinado, entre la idealización y la realidad. Los westerns son complejos, contradictorios, hermosos y terribles a la vez, duros, tristes, alegres, con momentos delicados y otros violentos… y llenos de seres humanos con todos sus defectos y virtudes. En estas películas fluye la vida, con toda su dureza, pero también su belleza. Para esta primera entrada me decanto por dos western intimistas. Uno, de Delmer Daves, uno de los nombres clásicos del género; y otro de un buen director de fotografía, William A. Fraker, que decidió pasarse a la realización, y debutó con un hermoso western crepuscular.

El árbol del ahorcado (The Hanging Tree, 1959) de Delmer Daves

Universo western: El árbol del ahorcado, una película del Oeste con mucha sensibilidad.

Una muchacha al borde de un precipicio con miedo a mirar, un hombre que la acompaña le dice que tiene que superar ese miedo, que no aconseja ir por la vida con los ojos cerrados. Ella es una inmigrante suiza que busca una oportunidad en la tierra prometida. Él es un curtido doctor que arrastra un pasado y va por distintos poblados ejerciendo su profesión.

Delmer Daves realizó el último western de su carrera e hizo que sus personajes deambularan en una historia intimista y emocionante. La acción arranca con la llegada a una nueva aldea, durante la fiebre del oro, a finales del siglo XIX, de Joseph Frail (Gary Cooper) para ejercer como doctor. Como él, llegan otros nuevos habitantes, y uno de ellos, desde el carro, observa un árbol con una cuerda colgando y dice que es bueno que exista un árbol del ahorcado para que haya un cierto respeto. Así ya se nos habla de una sociedad dura, de un relato de frontera, de sociedades que se construyen y que imparten justicia de una manera arbitraria y brutal. La llegada del héroe, con su pasado a cuestas, es envuelta por una hermosa canción, que ya nos cuenta en su letra la esencia de la historia.

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La ley de talión (The last wagon, 1956) de Delmer Daves

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Comanche Tod es un héroe complejo de un western que ha caído en olvido de Delmer Daves. Comanche Tod (con el increíble rostro de Richard Widmark) es presentado en las primeras escenas como un fugitivo y asesino a sangre fría de sus perseguidores. Finalmente es capturado y su superviviente capturador con estrella de sheriff es un hombre desagradable que en todo momento le tortura y le trata como si fuera un animal, peor. Inmediatamente el espectador se pone de lado de Comanche Tod (sin haber entendido todavía su frialdad matando a sus perseguidores) como les ocurre a muchos de los colonos que se cruzan en el camino de tan singular pareja, sobre todo a un niño y su joven hermana. Todos se encuentran además en el peligroso territorio apache. Empieza así un camino de redención del héroe, de Comanche Tod.

Delmer Daves es de esos cineastas que se sabe que existe pero se les deja en un discreto segundo plano. Sin embargo si se indaga en su carrera cinematográfica se descubre a un director interesante que además hizo evolucionar un género como el western, sobre todo a nivel de contenido. Daves fue de los primeros que trató desde otro prisma y punto de vista a los indios. Ya no eran los malos sino también las víctimas. El problema entre vaqueros e indios se ‘reviste’ de muchos más matices y complicaciones. Ni unos son tan malos ni los otros tan buenos. Daves muestra cómo el pueblo indio en realidad está siendo masacrado y lo que intenta es defenderse y defender lo que hasta ahora han sido sus tierras. Así Daves empieza a crear héroes-puente entre los dos mundos o concepciones de vida en el salvaje Oeste. Y así nació en 1950 Tom Jeffords (James Stewart), héroe que en Flecha rota trata de llevar a cabo un tratado de paz con el apache Cochise y su pueblo… y de paso se queda prendado de una hermosa india. Comanche Tod es otro héroe-puente, él es un hombre blanco adoptado de niño por los indios. Un fuera de ley muy especial.

Así La ley de talión se convierte en un viaje lleno de obstáculos donde un grupo de jóvenes colonos con niño se verán solos en un paisaje hostil cuando los apaches terminan con sus familiares. El único superviviente con más edad es un asesino que iba camino a la horca (así se lo han presentado), Comanche Tod. Deberán confiar ciegamente en él para sobrevivir. Y él no les abandonará en esta empresa…, es más está dispuesto incluso a morir por ellos. Siempre se dice que es de buen nacido ser agradecido… y especialmente lo será con tres de los jóvenes que mostraron simpatía y compasión desde que le vieron aparecer.

Así todos jóvenes están perfectamente construidos: algunos muestran su total rechazo ante el nuevo líder y otros no sólo le seguirán sino que se irá transformando su admiración hacia el héroe… Es más una de las jóvenes se enamorará y su hermano se sentirá atraído desde el principio por Comanche Tod (como el niño de Raíces profundas por el pistolero desconocido)que terminará sintiéndole como una figura paterna. Entre los jóvenes hay además dos hermanas con una compleja historia, ambas son hermanas de padre: una es blanca y la otra es mestiza. La blanca es una joven que odia profundamente al otro, al diferente: se avergüenza de su hermana y rechaza la autoridad y experiencia de Comanche Tod.

Delmer Daves presenta una aventura de ritmo trepidante en que no deja ni un solo segundo de respiro y a la vez va construyendo las relaciones y los lazos de esta ‘extraña familia’. Comanche Tod va dejando ver a un hombre desencantado que ha sufrido de pasado duro y oscuro que va recuperando una ilusión por el futuro incierto al recibir la admiración y el afecto sobre todo de una joven y su hermano. También deja una escena de romanticismo exacerbado, en un momento de máxima tensión, cuando Comanche Tod le cuenta a la joven (con rostro de Felicia Farr, habitual en varios de sus western y que se convertiría en señora de Jack Lemonn) que él prefiere tener a las estrellas por techo. Que para él hogar es estar con las personas que ama. Y le va contando un hipotético e imposible futuro… donde llevarán su tienda india a lugares hermosos y donde serán libres para amarse.

La ley de talión es un western para rescatar del olvido.

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