El tercer asesinato (Sando-me no satsujin, 2017) de Hirokazu Koreeda

El tercer asesinato

Frente a frente

Dos caras frente a frente. Un vis a vis… y un cristal que los separa. En un momento dado ese límite se rompe y las dos caras quedan de perfil. Un rostro contiene al otro. Uno es recipiente del otro. El abogado Shigemori y su defendido, Misumi. Y es que El tercer asesinato no es un thriller judicial, sino una pesimista radiografía sobre la justicia y la verdad. Hirokazu Koreeda deja la compleja luminosidad de sus dos películas anteriores Nuestra hermana pequeña y Después de la tormenta, centradas además en el universo familiar, para confeccionar un relato oscuro donde la verdad de un caso baila una y otra vez para descubrir a un seguro abogado que el sistema de justicia en el que cree se tambalea… o que nada es tan sencillo como parece. A veces la justicia marca un camino, sin posibilidad de cambio…, y la verdad es mucho más difícil de encontrar.

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El club (El club, 2015) de Pablo Larraín

elclub

El club de Pablo Larraín pertenece a un grupo de películas que provoca al espectador, lo agita y lo remueve, le hace pensar y dar vueltas a la cabeza sobre lo que está viendo. Le impacta. Hay películas que sorprenden no solo por lo que cuentan y cómo lo cuentan sino por la mirada proyectada. Si buscamos títulos, podemos hablar de Funny games de Michael Haneke, continuar con Canino de Giorgos Lanthimos, seguir con la trilogía Paraíso de Ulrich Seidl… y si nos vamos a un referente más lejano, podemos llegar a Pasolini y Saló, o los 120 días de Sodoma. Tanto los directores como las películas nombradas son muy diferentes, lo que une a esta ristra de títulos es el poseer una mirada original, perturbadora y catártica hacia temas conflictivos que mueven y remueven…, un enfoque diferente para reflejar y mostrar la realidad que nos rodea.

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Dos sesiones dobles sobre retratos femeninos…

Dos se encuentran en la cartelera. Otra es relativamente reciente y la última lejana en el tiempo. Cuatro retratos de mujeres muy diferentes. Una americana, dos italianas y una británica… Y todas tienen algo que decir y que contar. Y las cuatro son muy diferentes entre sí. Tanto en sus personalidades como en sus opciones de vida.

Las vidas de Grace (Short Term 12, 2013) de Destin Cretton

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Grace es una joven que trabaja en un centro de adolescentes en riesgo de exclusión social. Y poco a poco vamos descubriendo que ella también soportó heridas incurables en la infancia que todavía se encuentran latentes en su interior. Y esas heridas vuelven a sangrar por tres acontecimientos que trastocan su vida: la llegada de una nueva adolescente con la que se siente identificada, la maternidad y una llamada telefónica que devuelve brutalmente su pasado.

Película independiente donde se nota que Destin Cretton conoce el mundo que refleja en pantalla (trabajó durante una temporada en uno de esos centros). El riesgo de este relato cinematográfico era caer en el drama extremo, en lo morboso o en un estrenos tv. Y sin embargo ofrece autenticidad, naturalidad y emoción. Destila respeto por los adolescentes que habitan esas paredes y por los cuidadores que cada día se enfrentan a distintas situaciones.

Antes de este largometraje había tratado el tema en un cortometraje, cuando se ‘vistió’ de largo decidió cambiar al protagonista masculino por Grace. Así presenta el retrato duro de una mujer herida desde la infancia, y mientras es buenísima en su profesión, ella cada día se hunde más en el abismo, la incomunicación y el silencio… incapaz de pedir ayuda, por ejemplo, al hombre con el que comparte su vida y que no hace más que pedirla que hable con él…

Viajo sola (Viaggio sola, 2013) de Maria Sole Tognazzi

viajosola

Irene vive sola, sin pareja. Porque así se lo ha montado y así lo quiere. Tiene más de cuarenta años y las personas más importantes de su vida son su hermana (marido y sobrinas en el cupo) y su mejor amigo, Andrea, con el que tuvo una relación en el pasado. Su trabajo absorbe mucho de su tiempo: es inspectora de hoteles de lujo… viaja por todo el mundo…

Así la directora Maria Sole Tognazzi presenta una película elegante y amable sobre una mujer que viaja por su vida como realmente quiere…, sola e independiente. Pero a veces en el viaje, ante imprevistos, surgen dudas de si el camino elegido es el adecuado. Pero ella es siempre la que decide. Tres motivos harán tambalear su modo de vida: la posibilidad de perder el apoyo emocional que le aporta su amigo, Andrea; los roces con su hermana y el conocer a una mujer solitaria como ella que le habla de vivir, apasionarse y disfrutar de las imperfecciones de la existencia. Y es esa mujer la que le dice que precisamente la vida perfecta de los hoteles de lujo no es un hábitat real…

La prima cosa bella (La prima cosa bella, 2010) de Paolo Virzì

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Anna es una ‘mamma’ italiana bellísima, vital y con muy mala suerte con los hombres…, arrastra a sus dos hijos en sus alegrías, penas y situaciones complicadas. Se come la vida a bocados. Los años han pasado y su hijo mayor Bruno, infeliz y desencantado, vive alejado de ella hasta que un día va a buscarle su hermana pequeña para decirle que a su madre apenas le queda tiempo por vivir. A Bruno le vienen todos los recuerdos de su infancia y adolescencia junto a ella…

Tragicomedia que termina emocionando, ríes y lloras a la vez. Anna tiene dos rostros: durante su juventud es Micaela Ramazzotti y de anciana a punto de fallecer por una enfermedad terminal, Stefania Sandrelli. Imposible no empatizar con esta mujer vital que a su pesar hace sufrir a sus hijos sobre todo al mayor, el sensible y nostálgico Bruno (que se convierte en el narrador del pasado). Inolvidable ese momento en que un Bruno ya mayor va a buscar a su madre, que ha escapado del centro de salud, a la sala de cine donde proyectan una película de amor. Y cómo luego ella le pide un paseo por la calle, en moto y terminar bailando juntos en una fiesta de barrio. Y como en esa fiesta, Bruno vuelve a los brazos de su madre y le pregunta desesperado, casi susurrando, por qué es tan infeliz…

Inocencia y juventud (Young and Innocent, 1937) de Alfred Hitchcock

inocenciayjuventud

Erica es una joven y moderna chica de los años 30. Conduce con orgullo su coche y ayuda a su padre viudo en el cuidado de un montón de hermanos más pequeños que ella. Su padre es comisario de policía. Ella se mueve bien en el mundo de hombres en el que trabaja su padre. Allí conocerá a un ‘falso culpable’ (uno de los leitmotiv de la filmografía del maestro del suspense), Robert, un joven guionista que se ve involucrado sin comerlo ni beberlo en el asesinato de una famosa actriz. Por Robert, Erica se saltará las reglas de su mundo dentro de la ley y el orden. Intrépida y aventurera apostará por la inocencia de Robert y le ayudará a demostrarlo.

Película vital y tremendamente entretenida (eso es, puro entretenimiento) de Hitchcock en su periodo británico. Erica es una chica moderna e inocente a la vez, que enamorada y práctica decide ayudar, intrépida, al falso culpable… y meterse en toda una aventura. Sus compañeros de viaje para solucionar el caso: el falso culpable acosado y perseguido por la policía (donde se encuentra el propio padre de Erica) y un sin hogar que es el único que posee una pista muy importante para demostrar la inocencia de Robert. Hitchcock ya muestra su mirada especial, y cómo el cine corre en sus venas: con escenas tan inolvidables como la aparición del cadáver, los encuentros entre los jóvenes en el molino abandonado, la fiesta de cumpleaños o toda la escena final cuando descubren al verdadero asesino en una sala de baile…

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