La conquista del oeste (How the west was won, 1962) de Henry Hathaway, John Ford, George Marshall

La conquista del Oeste fue un espectáculo especial absolutamente pensado para aprovechar las posibilidades técnicas de un nuevo sistema para hacer películas con una proyección especial en pantalla gigante a través de tres proyectores. Este sistema era el cinerama. Un adelanto técnico pensado para competir con el mayor rival del cine en los años 50 y 60, la televisión. Los estudios pensaban sistemas para atraer a los espectadores y que pasaran una tarde en el cine y no delante de la pantalla pequeña. Ahora se recupera esta película en una edición especial en DVD.

Así que con La conquista del Oeste no se escatimaron recursos, además de los avances técnicos, se aprovechó para llevar a pantalla una película épica y espectacular sobre el Oeste y su historia a través de generaciones de la familia Prescott. Largo metraje y toda una galería de estrellas al servicio de las imágenes más espectaculares además contaron con dos grandes directores y un buen artesano John Ford, Henry Hathaway y George Marshall  para narrar los diferentes segmentos de esta mega historia. También se escucha a un narrador de lujo que ofrecía su voz y unía los distintos segmentos, Spencer Tracy. Otro asunto que no descuidaron en absoluto fue la banda sonora a cargo de Alfred Newman, uno de los imprescindibles.

Como ven el adjetivo más empleado hasta ahora es espectacular. De eso se trataba. Y el western era el género apropiado para poder crear escenas que hicieran vibrar al público en sus butacas y pudieran sentir ‘el adelanto tecnológico’, la grandiosidad que ofrecía el cinerama en proyección en pantalla gigantesca. Así que La conquista del Oeste introduce todos los ingredientes imprescindibles del género: descenso peligroso por un río con rápidos trepidantes, caravana de colonos hacia California con emocionantes persecuciones de indios, grandiosa construcción del ferrocarril, estampida alucinante de bisontes, escenas de batalla de la guerra civil americana, asalto y persecución en un tren a toda mecha…

La conquista del Oeste también recrea todo tipo de personajes identificables en la mitología del género y también enlaza con presteza momentos emocionantes con momentos íntimos. No es una película original de este género ni aporta nada nuevo sino que bebe más bien de esta mitología creada para que sirva como fin de este adelanto técnico y para que el público disfrute a tope.

En esta recreación de la historia del Oeste, desde el punto de vista de los colonos y de la creación de una nación virgen, los directores se encargan de cinco segmentos diferentes que estructuran la película. Destacaría que cuenta una historia épica pero muestra la dura vida de aquellos que conquistaron, hombres y mujeres, fuertes que sobrevivían a los cambios; la muerte era un compañero de viaje habitual. También señalar que a pesar de que los indios aparecen como colectivo y como meros secundarios, sí se muestra que fueron los colonos, la construcción de trenes, los nuevos asentamientos los que fueron arrebatando tierras e historia a los pueblos indios. Y que aunque hubo intentos de acercamiento y momentos de paz, el hombre blanco arrasó. También destaca cómo habla de la guerra civil, que no fue el momento de gloria que muchos esperaban, sino una triste, cruel y dura guerra entre el Norte y el Sur. Estos segmentos son Los ríos, Las llanuras, La guerra civil, El ferrocarril y Los forajidos. Henry Hathaway se ocupó de dar vitalidad y garra a Los ríos, Las llanuras y Los forajidos. Un John Ford inspirado muestra el horror y la poca heroicidad y gloria que supone una guerra en La guerra civil, y George Marshall dirigió El ferrocarril con la impresionante estampida de bisontes.

Todos estos segmentos siguen las andanzas de la familia Prescott centrándose en los destinos de dos de las hijas del matrimonio formado por Zebulon (Karl Malden) y Rebeca (Agnes Moorehead). Son unos cincuenta años de historia. Las hijas después de quedarse huérfanas toman rumbos distintos: Eve (Carroll Baker) se queda asentada en las tierras donde murieron sus padres y une su destino con un cazador, un fuera de ley, que deja su vida itinerante por ella. Ambos sacan adelante una granja y la vida es dura. Él es Linus (James Stewart), un hombre aventurero que decide asentarse por amor, posteriormente sabemos que el antiguo aventurero tiene que luchar en la Guerra Civil.

La otra hermana, Lilith (Debbie Reynolds) no puede quedarse quieta y se convierte en una exitosa chica de Saloon que va de un espectáculo a otro. Ahí conoce a un jugador de póquer, un hombre atractivo que siempre tiene una apuesta a punto (Gregory Peck). Sus vidas se unen para siempre cuando emprenden un viaje hacia California. Ella para heredar una mina de oro…, y él para ver que puede sacar de provecho… Pero el amor llama a ambas puertas.

Eve y Linus tienen dos hijos, uno de ellos, será como su padre no puede estar quieto en un sitio concreto. Se llama Zeb (George Peppar) y no sólo vive el horror de la guerra civil sino que después como miembro del séptimo de caballería vive la dificultad para mantener la paz entre el hombre blanco que arrasa las tierras con los trenes y las nuevas ciudades y los indios que ven cómo van perdiendo terrenos y cotos de caza. Sus andanzas ante la desilusión que vive por no poder mantener la paz le llevan a convertirse en Sheriff de esas nuevas ciudades que nacen sin ley alguna. Estas poblaciones sufren las luchas entre los ganaderos y los agricultores, y también los fuera de ley que roban y matan para conseguir sus objetivos. Zeb tiene difícil encontrar la tranquilidad para su familia. Finalmente, unirá su destino a una viuda y fuerte tía Lilita que posee un rancho al que hay que sacar adelante. Y ella, por supuesto, cuenta con Zeb…

El reparto combina apariciones de grandes actores habituales en películas del Oeste como James Stewart, Gregory Peck, un John Wayne grande o un Henry Fonda en papel agradecido como un hombre fuera de ley, solitario y cazador, que vive en las montañas y se entiende con los indios, antiuo conocido de Linus y consejero de Zeb. Con secundarios de Oro como Walter Brennan, Lee J. Cobb, Richard Widmark, Robert Preston, Thelma Ritter, Andy Devine o Raymond Massey. Y con jóvenes promesas que en aquellos momentos eran un reclamo para un público ávido todavía de nuevas caras: la rubia que se quedó en promesa Carroll Baker, el joven George Peppard que empezó con fuerza en la gran pantalla y se desinfló al poco tiempo con la caída de los estudios, Debbie Reynolds reina del musical se enfrenta a papel serio de vital chica de Saloon y no decepciona o un secundario Russ Tamblyn en alza desde West Side Story que deja la danza a un lado para enfrentarse a un rol dramático, breve pero intenso.

Preparense en su sillón…, no conseguiremos el efecto de proyección en pantalla gigante, pero entenderemos su espectacularidad. Una historia entretenida aunque no redonda y la oportunidad de ver todo un elenco de estrellas. Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons 

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