La jungla de asfalto (The asphalt jungle, 1950) de John Huston

La jungla de asfalto

… planeando el atraco perfecto en las cloacas de la jungla de asfalto

John Huston cierra La jungla de asfalto con un final lírico y tremendamente trágico y culmina así la historia de uno de sus perdedores, personajes que pasean por la mayoría de sus películas. Dix Handley (Sterling Hayden), un pistolero del montón, que persigue su sueño de infancia de regresar a la granja paterna de caballos lucha hasta el final por alcanzarlo. Pero el pistolero no es el único que pierde, sino que poco a poco van cayendo cada uno de los implicados en un atraco, en un principio, perfecto. Y es que la película es cine negro puro: el destino trágico sobrevuela todos los fotogramas, la ambigüedad campa a sus anchas y el fatalismo se pinta de blanco y negro. Todos los personajes se mueven en una jungla de asfalto, en una ciudad que los hace devorarse unos a otros, y algunos de ellos buscan la felicidad fuera de las calles amenazantes y los garitos de mala muerte. Los sueños pueden ser una granja en el campo, una playa lejana, algún país europeo o México como meta. Pero el destino todo lo tuerce.

Dentro de esos perdedores hay distintos perfiles: los que perpetran con minuciosidad y perfección el robo y realizan con profesionalidad un “trabajo” de los bajos fondos, el robo de una joyería. Son supervivientes de una sociedad que excluye. Y aquellos que sostienen la logística, más unidos al poder y bailando junto a la corrupción del sistema, que son los que se precipitarán al vacío y arrastrarán a los demás con ellos. Después está la investigación policial, que no diferencia entre supervivientes y corruptos, y donde también hay garbanzos negros que también precipitan el destino trágico.

John Huston se sirve de la novela de William R. Burnett para indagar en la psicología de varios perdedores. Por una parte la banda que ejecuta a la perfección el robo cuenta con el ladrón profesional e ideólogo del plan, Doc Erwin Riedenschneider (Sam Jaffe), cuyo talón de Aquiles es su obsesión por las mujeres jóvenes. Perfeccionista e inteligente, quiere dar el golpe maestro en cuanto sale de la cárcel para retirarse del negocio y vivir en México. Dix Handley, un pistolero que sobrevive en la gran ciudad cometiendo robos y hurtos, pero que sueña con volver al campo y criar caballos, como hacía en la infancia. El experto en abrir cajas fuertes, Louis Ciavelli (Anthony Caruso), que lucha por mantener a su familia, a su mujer y a su hijo. Y, por último, el conductor, Gus (James Whitmore), que regenta un bar de mala muerte y arrastra su joroba con la misma dignidad con la que es fiel a sus amigos, a su banda. Invevitablemente hay una empatía con esos personajes. Y la parte unida a la corrupción y el poder cuenta con Alonzo D. Emmerich (Louis Calhern), un abogado arruinado, que trata de mantener su nivel de vida, y vive una doble vida con su mujer enferma y su joven amante (Marilyn Monroe), que ve el robo como una oportunidad para recuperar su situación económica y no duda en no ser leal. No verá salida ni a la caída ni a la humillación. Un detective privado (Brad Dexter) que quiere sacar tajada. Y un ambicioso corredor de apuestas que quiere codearse con el poder, Cobby (Marc Lawrence). Uno por uno van cayendo al igual que sus sueños y objetivos.

La jungla de asfalto, con una economía de la narración cinematográfica, contando lo justo y necesario, articula una tragedia urbana en tres actos: presentación de los personajes y plan, ejecución del plan, y caída de cada uno de los componentes del grupo. Y John Huston se sirve de los primeros planos de una galería de actores que se transforman en sus personajes y de secuencias reveladoras e impactantes para ir contando una historia oscura y dura, como la ejecución del robo, la identificación de sospechosos al principio de la película que sirve como presentación de Dix o la detención de Riedenschneider, que se entretiene en una bar de carretera viendo bailar a una adolescente. Para culminar la película con la bella secuencia del único personaje al que deja tan solo rozar su sueño, precisamente al pistolero, Dix, que logra salir de la ciudad, de la jungla…

En esta Jungla de asfalto también hay cuatro mujeres atrapadas en la gran ciudad. La más conmovedora es Doll (Jean Hagen), que arrastra una historia de amor imposible con Dix, y aunque sabe que solo le espera la caída junto a él, decide seguir adelante… hasta el final. Después está la esposa del abogado Emmerich (Dorothy Tree) postrada en la cama y aislada de todo, prefiere no saber, y solo quiere la atención del esposo; y su joven amante (Marilyn Monroe), que le llama tío, una especie de inconsciente mujer fatal, que va detrás de aquel que le solucione la vida. Y, por último, la mujer de familia humilde y harta de las penalidades (Teresa Celli) que desconoce lo que hace su marido, Louis Ciavelli, para que puedan sobrevivir.

John Huston hace puro cine negro, pero con la lírica especial que desprenden siempre sus historias sobre perdedores.

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12 comentarios en “La jungla de asfalto (The asphalt jungle, 1950) de John Huston

  1. … Queridísimo crítico abúlico, efectivamente, cine negro, negro, noir, noir… ¡y cómo me gusta a mí también! Además ¡qué galería de personajes y de intérpretes!

    Beso
    Hildy

  2. Obra maestra, mi querida Hildy. Uno de esos milagros que ocurren solo de vez en cuando. Desde Sam Jaffe al final del personaje de Hayden, pero, en particular, todas las secuencias de la preparación del golpe, sin olvidar esa aparición fulgurante de Marilyn Monroe. Una de esas que hay que ver de vez en cuando. Una vez al año, por ejemplo.

    Besos

  3. Sí, mi querido Alfredo, me ha vuelto a entusiasmar en este nuevo visionado. Sí, Sam Jaffe está magnífico, pero es que no hay actor que no esté bien en esta película. Y cada vez adoro más a Sterling Hayden. Sí, la aparición de Marilyn es interesante, pero atención a la estupenda Jean Hagen. Sí, hay que verla de vez en cuando, siempre hay algo en lo que fijarse de nuevo.

    Beso
    Hildy

  4. Una maravillosa película azabache que, gracias a tu reseña, querida Hildy, volveré a ver en breve, pues hace unos años que no la veo. Junto a Fat city y Vidas rebeldes, mi tríada favorita de Huston – cómo amaba este hombre a los perdedores, sin edulcorar sus vidas ni hacerlas más justificables, simplemente haciendo buen cine – ésa secuencia con el compañero pendiente de su hijo recién nacido y su mujer me parece de una ternura extraordinaria.
    Por encima de otros papeles suyos, como el de Johnny en la multicolorista Johnny Guitar, creo que el Dix de La jungla de asfalto es el personaje más jugoso de toda la carrera de Sterling Hayden. Y ese final… poético hasta la médula. Para una servidora uno de los mayores epílogos, con mayúsculas, de la historia del cine.
    Entre ésta y Rififí, de Jules Dassin nos hacemos una buena dupla de cine negro con atracos estudiados. Y ya si añadimos, variando el género, las dos comedias hechas respectivamente en Italia – la descacharrante Rufufú de Monicelli – y la nuestra – o sea, Atraco a las tres, de Forqué, nos haremos un miniciclo bien sustancioso. ¡Ahora que caigo! Añadámosle Atraco perfecto, de Kubrik y tendremos sesión completa de atracos a tutiplén, jajaja.

    Un abrazo guapa.

  5. Querídisima Isis, qué placer leerte de nuevo. ¡Menudo ciclo maravilloso de atracos! Yo también añadiría de aquí, de la tierra, Los dinamiteros. Una delicia de robo perpetrado por tres abuelos. Y otra de demoledor cine negro de Robert Wise, Apuestas contra el mañana.
    Yo cada día amo un poquito más a Sterling Hayden. ¡Cómo está también en Atraco perfecto! Pero aquí Huston le regala un final de lo más lírico y triste a su personaje Dix.
    Y, sí, buen trío de películas de este director nos regalas. Otra buena tarde de verano con este visionado. Qué buenas las tres.
    ¡Disfruta de nuevo de La jungla de asfalto!
    Beso
    Hildy

  6. Un clásico sin lugar a dudas.
    Tanto que inspiró una adaptación británica ambientada en Egipto,llamada CAIRO,que tiene una escena cerca del final en que George Sanders es detenido por demorarse mirando a una bailarina del vientre.
    Otra actuación memorable de Sterling Hayden:el general enloquecido de «Teléfono rojo,vamos a Moscú» que en América se llamó «Doctor Insólito»
    Besos

  7. Querido Iván, qué interesante tu comentario. No he visto la película de George Sanders, otro actor que me fascina. Y, sí, Hayden está magnífico en la peli de Kubrick.
    Beso
    Hildy

  8. John Huston se quedó siempre como el talento no genial de una generación hollywoodiense irrepetible.
    Hoy los estudios de Hollywood matarían por un tipo así.
    Claro, que a lo peor sólo se les ocurría ofrecerle hacer una secuela de héroe marvelita.

  9. … ¡y a saber qué hubiese hecho con ese héroe marvelita… convertido en un perdedor que no salva…! Guauuu.
    Qué películas hizo. Incluso las más denostadas tienen la cualidad de enganchar, de contar bien una historia… Yo me recuerdo de niña viendo emocionada el único partido de fútbol que me ha gustado y que he aguantado mordiéndome los dientes… Ay, Evasión o victoria… Qué fuerte.

    Beso
    Hildy

  10. Adoro esta película. La vi siendo niño, quizás adolescente, y recuerdo nítidamente la escena del que se queda a ver bailar a una jovencita. Y además está Sterling Hayden.
    Una auténtica joya.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

  11. Sí, querido Alberto, efectivamente La jungla de asfalto es una joya. Y la secuencia que recuerdas es difícil de olvidar. Tensión al cien por cien. Ay, Sterling Hayden cómo me gusta y qué bien está aquí, en esta película.

    Beso
    Hildy

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