Feliz Navidad… Una invitación al ascensor de Fran Kubelik

Fran Kubelik

Fran Kubelik, una sonrisa y una flor.

Feliz Navidad, felices fiestas. Y no podía faltar un regalo en este rincón cinéfilo. Imaginemos un edificio alto, muy alto…, quizá ni siquiera divisemos los pisos que tiene. Hay muchos ascensores… y en uno de ellos está Fran Kubelik. Mucha gente se fija en ella sobre todo por una razón: se distingue de los demás trabajadores porque en su uniforme siempre lleva una flor. Pero además de esa flor, otras cualidades hacen que todos deseemos ir a su ascensor: tiene una sonrisa sincera, no le cuesta ser amable, escucha con agrado tu conversación y no falta la palabra necesaria o certera que sale de su boca… Subir con ella es un rato agradable asegurado… hasta llegar al piso deseado. Además su ascensor es especial. En cada piso que para se cumple un deseo. Da igual el número que pulse, que suba o que baje… Siempre te deja en un buen sitio.

Yo conozco bien a Fran. Subo o bajo muchas veces en su ascensor y nos hemos hecho viejas amigas. Así que no faltan confidencias. Y bajo su alegría, amabilidad y espontaneidad, esconde también un espejo roto. Sí, es una mujer fuerte, pero a veces es consciente de su fragilidad o de que puede romperse o la pueden romper… Pero una vez que pasa esos días rojos (como los de mi buena amiga Holly Golightly), vuelve a ser la misma de siempre. Y la flor otra vez colocada en el ojal de su chaqueta.

Así que sube con nosotras, con Fran y conmigo, Hildy Johnson, en el ascensor. En cada parada te espera un deseo.

Piso 24. No cuesta nada sonreír. ¿Por qué es tan difícil una sonrisa? Es un gesto tan sencillo y puede cambiar un instante, un momento. Lo sabe bien Fran. La sonrisa es necesaria. De verdad, es una buena medicina. Y puede querer decir tantas cosas…, pero sobre todo: aquí estoy, y voy a tratar de que sea agradable nuestro encuentro y conversación. No te preocupes, todo va ser fácil. Vamos a esforzarnos ambos para que esto salga adelante. En fin, ¿os acordáis de la sonrisa de Johnny a Kathy en la película Salvaje? A él le sirve para dar las gracias.

Piso 25. Cuento de Navidad en varias películas. Me gusta Charles Dickens por muchos motivos, pero recuerdo desde mi infancia su Cuento de Navidad. Y ese amargado señor Scrooge que se enfrenta a los fantasmas del pasado, del presente y del futuro… y cómo este acontecimiento le convierte en un hombre nuevo, pues le hace darse cuenta de las cosas que merecen la pena. Pues cada nuevo año, espero disfrutar y transmitir mi pasión por el cine del pasado… Un cine de sombras y fantasmas que me atrapa en sus redes en todo momento. No dejar de navegar por las salas de cine y cazar películas del presente que tienen muchas cosas que contarme. Y, por supuesto, no dudo que en un futuro seguiré una senda de películas que harán que muchos días me merezca la pena acudir a la sala de cine o descubrir nuevos dvd, blu ray u otras plataformas para encontrarme con más películas que me ofrezcan miradas sobre el mundo. Y que esas películas del pasado, del presente y del futuro me sigan aportando una visión del mundo. Rara es la vez que un personaje de una película de Woody Allen no va a una sala de cine… Un niño es el que calma sus fantasmas diarios acudiendo a la sala de cine en Wonder Wheel (sí, lo habéis adivinado, pronto hablaré de ella… y me ha gustado mucho, pero mucho. Hace pensar…). Un niño que sigue dos caminos o quema todo lo que le hace sufrir o se refugia en un cine.

Piso 28. Cada libro, una casa. Fran acude habitualmente a clubes de lectura, como la narradora de La librería, piensa que cada libro es una casa donde refugiarse. Así que leer crea hogares. Por eso es importante no dejar de visitar librerías y bibliotecas. No dejar de descubrir un escritor o escritora nueva. De cazar al vuelo un cuento, un ensayo, un poema o una novela. Quizá encuentres las palabras para describir lo que te está ocurriendo o lo que estás sintiendo. Quizá puedas entender mejor a las personas que te rodean o el mundo en el que vives. Puede que encuentres claves para enfrentarte al día a día. O simplemente que disfrutes de un momento íntimo y solitario. ¿Alguien duda de que los libros no tienen vida? ¿Quién no ha viajado por las páginas del libro que leía el abuelo para contar La princesa prometida?

Fran Kubelik

Fran Kubelik y un encuentro especial.

Piso 31. Deseos para un año que empieza. Siempre hay algo que se desea. El otro día dije algo tan tópico como que por desear, deseaba que me tocase la lotería y la persona que estaba conmigo me dijo: Lotería ya tenemos, querida, con tener salud. Con poder tener un techo donde resguardarnos. O con saber que podemos acudir a alguien para que nos ayude cuando lo necesitemos. Lotería es no estar totalmente solos. Y no le faltaba razón. Es inevitable que en este punto me acuerde de los deseos de George Bailey (no puede faltar en ninguna Navidad), incluso ese de atrapar la luna para Mary. Bailey descubre que la vida no es fácil, ni muchas veces es bonita, que los sueños no se alcanzan y que a veces caemos y nos asaltan las dudas… pero finalmente algo nos ata a la vida… para seguir ilusionándonos y soñando también.

Piso 12. Magia en las reuniones. Y esa ilusión puede ser una simple reunión. No despreciemos la magia de una buena reunión, de un buen encuentro. A Fran y a mí nos gusta vivir esos momentos. Buena comida, buena conversación, un brindis en el momento adecuado… y que no falten las risas. A veces, un buen debate. Apasionado. Y escuchar a los otros. Y aprender. Y valorar. Y querer. Hay reuniones o encuentros para recordar al que falta… y también pueden tener magia. No hay que temer los silencios o las lágrimas. No hay que temer un beso o un abrazo. Hay encuentros para la alegría y el alborozo, para dejarse llevar por la música y el baile. No hay que temer los altibajos ni las pequeñas tormentas. Para querer a los otros, hay que tener experiencias y vivencias juntos… Muchas reuniones y algún desencuentro para que luego sea posible el reencuentro con lazos más fuertes. Cada vez nos entendemos más. Que se lo digan a los amigos de Peter.

Piso 1. Cuidar las pasiones. No puedo entender la vida sin las pasiones. Mi máquina de escribir tiene que teclear. Siempre tengo que tener una exposición, un libro o una película o una canción en mente. Soñar con viajar. Descubrir otras gastronomías. Encontrarte a otras personas. Y a esas pasiones hay que mimarlas, pues forman parte de nuestra memoria y recuerdos. Fran hoy se va a un restaurante chino, tiene querencia por estos locales, y luego a bailar, cómo la gusta. Yo me voy a cuidar a mi gata que también me apasiona. Quizá me pase por la tienda de antigüedades de mi amiga Gillian Holroyd. ¿Sabes? También tiene un nombre de gato imposible, Pyewacket. Le pediré que me hable de conjuros y brujería.

Piso 6. Regalar, siempre. No hace falta que sean cosas materiales. Basta con una palabra amable. Con abrir una puerta. Ayudar con unas bolsas. Saludar. Despedirse. Compartir una onza de buen chocolate, un dulce delicioso o deleitar con una buena conversación. Ofrecer un paseo por las calles de la ciudad… Dar una mano. Consolar cuando es necesario es todo un arte… y si se hace bien es de agradecer. Simplemente, ser amable. Siempre hay algo que puede hacer la vida más agradable, incluso en los días más negros. ¿Recuerdas a Parry, al rey pescador, regalando a su amada un bonito presente que consigue de un cubo de la basura?

Y ya hemos llegado a la planta 0. Fran Kubelik te pone su flor en el ojal de tu chaqueta, con cuidado y cariño; no te vas sin una sonrisa y te dice, con cariño: Que tengas un bonito día… Bueno, ya sabéis, felices fiestas. Feliz Navidad. Yo voy a seguir tecleando…

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25 comentarios en “Feliz Navidad… Una invitación al ascensor de Fran Kubelik

  1. Hildy querida, de cada piso me llevo algo. Este año ha sido de lo más increíble para mí en cuanto a cine y libros, podría decirse que me lo pasé entre los pisos 28 y 25, con los pies bien afirmados, por suerte, en el primer piso de la mayor de mis pasiones que son los viajes. Pero también he tenido mi cuota de sonrisas, de lágrimas propias y ajenas, de encuentros largamente proyectados, de mi vieja compañera soledad (que ambas nos llevamos tan bien), hasta no ha faltado un gato amoroso que llegó a mi ventana una noche y al que intenté llamar Pyewacket, pero no hubo caso, terminó llamándose Mascarita porque parece que tuviera puesta una…
    Y sobre todo siempre tuve, en ese recorrido en ascensor de 365 paradas, tu presencia invisible, aunque muchas veces no dejé comentario porque no tuve la menor idea sobre la película que comentabas (este cine moderno… jaja). Perdón por los sentimentalismos, ya sabés que en estas fechas me pongo así.-
    Te mando un abrazo gigantesco y propongo un brindis temprano por muchos textos más, productos de esa máquina gloriosa en la que tecleás.-
    Bet.-

  2. Qué texto más hermoso, mi querida Hildy. Qué suerte tenemos contigo…

    Felices fiestas, querida. Disfruta muchísimo de todos los pisos, plantas y rellanos de ese maravilloso edificio tuyo, y nuestro.

    Besos

  3. Hummm… en un primer momento pensé que ibas a hablarnos de la película de Wilder (una opción muy adecuada en estas fechas previas a la Navidad). Enseguida comprendí que utilizabas a la señorita Kubelik solo como pretexto e hilo conductor para un positivista discurso cargado de bonhomía. Gracias por esos buenos deseos que te inspira cada planta de ese rascacielos.
    Maravillosa ascensorista esa Kubelik pero ¡ay! tras su sonrisa disponible y su flor en la solapa la pobre tenía lo suyo. Tal vez (solo tal vez) su predisposición a posicionarse del lado positivo de la vida se debía a que vivía engañada, con una vana ilusión, un trampantojo emocional creado por el desalmado de su jefe. Ese sí que representaba al mundo en que vivimos. Nosotros, los empleados de esa gigantesca Compañía de Seguros, tenemos que procurar mejorarlo, claro, pero es más fácil escapar ilusoriamente de él como al final hacen Fran y C.C. Baxter. ¿Qué futuro les espera? Ah, no soy muy optimista al respecto.
    Un abrazo.

  4. Querídisma Bet, ¡bravo por Mascarita y los sentimentalismos, que de vez en cuando nos vienen de maravilla! Tu presencia la he sentido yo también durante todo este año. Y el año que viene ¡también estaremos comunicadas!
    Cerremos el año 2017 con lo que nos dio de bueno, los momentos malos seguro que algo nos han enseñado… Y que el 2018 venga cargado de buenos instantes… y entre esos buenos instantes estarán mis paseos por La chica del parasol blanco.

    Beso
    Hildy

  5. Mi querido novelista, qué ganas de leerte. Felices, felices fiestas. ¡Disfruta de las mieles de las letras y de tantos buenos y bonitos proyectos!

    Seguiremos en 2018 subiendo escalones y más escalones… o yendo en ascensor, pero siempre sabiendo el uno del otro… a base de tecleos.

    Besos
    Hildy

  6. Querido, querido Teo, sí, qué bella es El apartamento. Y, sí, detrás de la sonrisa y la flor de Fran, hay un espejo roto. Pero ella sigue adelante, se reconstruye. ¿Sabes? Yo no pienso que les vaya a ir mal en el futuro. Tampoco me planteo si seguirán juntos o no. Simplemente los dos se atreven a cerrar una puerta de sus vidas que no les estaba haciendo felices… y se atreven a abrir otras… Quizá no les vaya tan mal sea juntos o separados… pero siempre recordarán que hubo un momento que ambos despertaron juntos.

    Muy pero que muy Felices fiestas, Teo (y considera el positivista discurso cargado de bonhomía como si te tomaras el dulce que más te guste, ¿el turrón de chocolate, el de jijona, un buen bombón…, un pastelillo?, o un chupito de la bebida que más te guste después de una copiosa comida… Un pequeño presente hecho con cariño). Ya sabes que seguiré tus pasos por Movie movie.

    Beso
    Hildy

  7. Recomponernos de los «400 golpes» que nos da la vida y seguir intentando mantener una actitud positiva ante la existencia diaria es quizás una de las claves para avanzar. Para hacer cosas interesantes o creativas. A todos nos gustaría mucho montarnos en este 2018 con Fran Kubelik y contigo, Hildy, en ese atractivo ascensor lleno de buenas intenciones que nos propones. No porque seamos ingenuos o ignorantes -¿queda alguien ingenuo hoy en día, en nuestro mundo globalizado, deshumanizado y cínico?-, sino por el hecho de no morirnos de asco. Por eso nos apasionamos con el cine, con los libros, con la música, con la esperanza en la posibilidad del amor o con lo que más le gusta a cada uno. Digamos que existe la voluntad de ser optimista aunque seamos perfectamente conscientes de la dureza de la realidad. Quizás esa pareja de «El apartamento» no sea feliz junta, o puede que sí. ¿Quien tiene la respuesta a todas las preguntas?
    Felices fiestas, querida Hildy.

    Un abrazo o un beso.

  8. Querido, querido Luis, tú lo has dicho en este mensaje tan certero… ¡sienta bien subirse a un ascensor así…, ilusionarnos por nuestras pasiones… y no bajarnos del mundo, sino tener fuerza suficiente para levantarnos por las mañanas! Efectivamente ¡nadie tiene la respuesta a todas las preguntas!
    Felices fiestas, Luis… y es un placer, siempre, leerte. Leeros a todos es una suerte y un chute de energía.

    Beso
    Hildy

  9. Bello mensaje,Hildy.
    Nos encontraremos en ese ascensor de la vida que cada vez nos lleva a pisos más altos y desconocidos.
    El ser humano,cual Próspero apoyado en el espíritu, Ariel y la bestia ,Calibán(a propósito,recordar la simpática interpretación de La Tempestad de Shakespeare que hizo Peter Bogdanovich) es capaz de crear así como la guerra,la discriminación y el desastre ambiental,también el arte,la literatura y lo que nos ha unido aquí:el cine,espejo de todas esas virtudes y defectos,fuente inagotable de diversión y reflexión.
    Felices fiestas,Hildy y todos los cofrades de este entrñable blog.
    IVÁN

  10. Perdón,pero por citar de memoria tuve un lapsus,la Tempestad que mencioné no es de Bogdanovich,sino de Paul Mazursky
    Vale

  11. ¡¡¡¡Querido Iván, felices fiestas! ¡Subidos en el ascensor de la vida!… Síiiii, recuerdo lejanamente esa película de Paul Mazursky. Shakespeare y el cine, binomio que me gusta muchoooo. Efectivamente, dentro del ser humano puede estar lo más bello y lo más horrible. Pero ¡siempre nos quedará el cine!

    Beso
    Hildy

  12. Me paro contigo en cada uno de esos pisos, el algunos incluso asiento mientras me digo «sì, eso es, esa es la manera» por si me vieras.

    Y sé que tampoco ves las palomitas que como y la cara de niña golosa al leerte, porque un buen texto, como una buena peli, provoca esa expresión en mí.

    Felices días, Hildy. Y que entre ellos, los que llegan nuevecitos, haya bastantes que se vean iluminados con esa magia que desprende una sala al apagarse las luces y encenderse la pantalla.

    Un abrazo!

  13. ¡Querida Marga, pero qué alegría leerte y saber de ti! Sí, nos esperan un montón de días con esa magia que comentas. Y esas películas proyectadas seguiremos compartiéndolas. Qué bueno volver a leerte y mil gracias por tu comentario tan, tan bonito.
    Beso
    Hildy

  14. No has podido hacer una elección mejor para proponer una felicitación de Navidad. Comparto esos deseos que propones con cada piso, especialmente el del primero: «cuidar las pasiones». Será todo un placer seguir cuidando recíprocamente nuestra pasión por el cine. Te deseo unas Felices Fiestas con un par de besos y un fuerte abrazo.

  15. Casi me gusta tanto «La princesa prometida» como «El apartamento», qué cosas…

    De tus deseos o propósitos de nuevo año me quedo con los libros y con el muy sabio «cuidar las pasiones», que parece un contrasentido pero es todo lo contrario (perdón por el juego de palabras).
    Sobre los regalos, ojo, el que regala necesariamente obliga a la otra persona a devolver la atención. Regalar puede ser un castigo.
    En cualquier caso, feliz Navidad con Wilder, Capra, Berlanga, Desplechin o quien más os llene.

  16. Querido, querido Antonio, ¡sí, qué importante es cuidar las pasiones! Para mí es un placer compartir y cuidar contigo el amor por el cine y por las palabras.

    Muchos besos y pasiones
    Hildy

  17. Querídisimo Licantropunk, ¡cuánto tiempo leyéndonos! Felizzz Navidad. Jajajaja, sí, ninguno de los deseos es inconfesable… ¡y nos hará más llevadero el 2018! De momento, uno de mis placeres será pasarme por tu hogar cibernético.

    Beso con luna llena
    Hildy

  18. Querido, querido Luis, cuidemos nuestra pasión por el cine. ¡Disfrutemos con las películas y escribiendo sobre ellas! Felizzz Navidad. Jajajaja, sí, como dices hay regalos envenenados…, lo bonito es regalar sin esperar nada a cambio, por el simple placer de hacerlo (jajajaja, parece una frase sacada de Love Story).

    Beso con un lazo de regalo
    Hildy

  19. ¡Qué gozada transitar por este ascensor! No sabría en qué piso quedarme, creo que, por tiempos, en todos ellos.
    Como los libros, las películas cobran vida cada vez que nos sumergimos en sus historias y, simultáneamente, vivimos doblemente a través suyo, entre los sentimientos que nos provocan y la experiencia personal que nos generan.

    Felices fin de fiestas y nuevo año. Sonrisas, cuentos de Navidad, libros-hogares, ilusiones, magia, pasión y detalles-regalo que nos acompañen y sepamos compartir a lo largo de este 2018.

    Beso grande.

  20. Querida Ana, subamos en ese ascensor todo el año, por favor. Seguiremos compartiendo películas y momentos, ¡no tengo duda!
    Un beso mágico
    Hildy

  21. Insisto en decir que «Con faldas y a lo loco» es la mejor película de Wilder. Entonces una amiga siempre me dice «El apartamento», y me tengo que callar porque quizás tenga razón.
    Es una delicia leerte.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

  22. ¡Alberto, qué alegría leerte! Wilder lo pone difícil. A mí las dos que has nombrado me gustan mucho, pero ¿qué me dices de El crepúsculo de los dioses o Perdición? Y es que cuando se pone serio…

    Beso
    Hildy

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