María Estuardo (Mary of Scotland, 1936) de John Ford

María Estuardo

María Estuardo junto a su mejor amigo.

María Estuardo es una película denostada, poco analizada e incluso no fue muy amada por el propio director. Todavía no se había especializado en su género estrella (pero no el único que cultivó con éxito), el western. Durante la década de los 30, Ford se paseaba por distintos géneros e historias de toda índole… forjando su personalidad como cineasta. Y es una década, además del periodo silente, llena de descubrimientos, además de ser de más difícil acceso y, por ello, más desconocida. Donde tiene obras tan interesantes como El delator o El joven Lincoln u obras tan olvidadas como Carne… y es una gozada indagar en ella. María Estuardo es una película histórica y se centra en una reina trágica, bajo la óptica fordiana. Puede parecer una película alejada de la coherencia que fue adquiriendo su filmografía, pero no es así. María Estuardo alcanza momentos donde se muestra el buen hacer del cineasta y tiene distintos elementos que no la aíslan de su obra artística.

Una óptica desde la que se puede analizar su filmografía es desde la plasmación de sus creencias religiosas en el cine, es decir, John Ford y el catolicismo. Desde sus raíces irlandesas y católicas el tema de las creencias religiosas y la espiritualidad de algunos momentos cinematográficos de su cine está muy presente en su obra. Y dentro de esa trayectoria el retrato que realiza de María Estuardo como reina que defiende sus creencias religiosas, pero también la libertad de religión, es una baldosa de lo más interesante dentro de esta mirada de su obra. Así esta película histórica no es un eslabón perdido dentro de la filmografía del autor y casa con obras como El delator (película con la que además comparte al guionista, Dudley Nichols), Las uvas de la ira, El fugitivo, El hombre tranquilo, Tres padrinos, Caravana de paz o Siete mujeres.

Otra característica que enmarca a María Estuardo dentro de la obra fordiana es la riqueza y la complejidad de sus personajes (de los principales a los secundarios), creando un universo especial (como lo hacía en cada una de sus películas). Personajes con sus virtudes y sus defectos, con luces y sombras, en momentos solemnes, pero también cotidianos e íntimos. Además, ya se empieza a ver cómo el director trabaja cómodo con ciertos actores con los cuales repite a lo largo de su filmografía, dejándoles la creación de personajes principales o secundarios con carácter y dosis de humanidad. Es difícil descubrir un personaje plano en la filmografía de Ford, aunque dicho personaje aparezca tan solo unos segundos. Así en esta película están presentes John Carradine y Donald Crisp, dos actores que trabajarían varias veces bajo la batuta del director. En el caso de Carradine, este levanta uno de esos personajes que es imposible que pasen desapercibidos, por su peculiaridad y complejidad. La presencia del actor los hace más especiales todavía. En María Estuardo es su secretario personal y mejor amigo, David Rizzio. Y además protagoniza una de las secuencias clave de buen cine en dicha película: a través de su persecución y muerte por varios lores de la corte escocesa, se inicia la traición política a María Estuardo.

María Estuardo

María Estuardo, de negro y de pie, en su juicio.

Por otra parte María Estuardo presenta dos fuertes personalidades femeninas: la propia María Estuardo y su prima Isabel I de Inglaterra, y su enfrentamiento. Siempre se ha analizado más el cine de Ford desde sus personajes masculinos, pero, sin embargo, en su filmografía no faltan fuertes personalidades femeninas. E incluso su última película fue principalmente protagonizada por mujeres, Siete mujeres. María Estuardo tendría el rostro de una jovencísima Katherine Hepburn, y Ford la regala (algo no muy habitual en él) unos primeros planos brillantes… hasta el último, antes de su ejecución, con sus ojos llorosos y una belleza especial, lista para la muerte. Unos primeros planos que denotan el cuidado hacia la representación del rostro de una actriz con una belleza distinta. Y también plasma ese momento de director enamorado de su actriz principal, pues Ford y Hepburn protagonizaron una relación muy especial, conectaron. No volvería a regalar unos primeros planos similares hasta que descubrió a otra pelirroja: Maureen O’Hara. Otra actriz de belleza peculiar que Ford daría unos primeros planos sublimes…, no hay más que volver a El hombre tranquilo. Y se podría unir esa muerte de una María Tudor hacia el sacrificio final, con una profunda espiritualidad, con otra muerte femenina trágica, que cierra su filmografía, con una sombra magistral. La muerte y sacrificio de la doctora doctora Cartwright (Anne Bancroft) en Siete mujeres.

Pero además María Estuardo cuenta con ese romanticismo fordiano de hombres y mujeres de temperamento que unen sus destinos… o, a veces, no pueden, pero siguen unidos a través del tiempo. Y para expresar el amor no les es necesario un beso: basta con una mirada, un gesto, una espera, un anhelo…, pero también se vislumbra toda la sensualidad. Así es la trágica historia entre María Estuardo (Katherine Hepburn) y Earl of Bothwell (Fredric March). Y, por último, es una película con momentos que vislumbran a un buen director: la ya mencionada traición y muerte a David Rizzio o una maravillosa secuencia, el juicio a María Tudor, ella vestida de negro y solemne, rodeada de hombres poderosos en lo alto… donde cae su fuerza, pero no su dignidad, al enterarse de la muerte del amado, el momento en que ve todo perdido. O el uso especial que siempre ha hecho Ford de un fenómeno metereológico: las tormentas. Momentos inolvidables en El hombre tranquilo, El joven Lincoln y también en María Estuardo. Como tampoco falta en pequeños momentos el sentido del humor fordiano con ciertos personajes y situaciones (el momento de Earl of Bothwell frente al chimenea así como la presentación de dicho personaje o su oposición física y de comportamiento con el que se convertirá finalmente en el primer esposo de la reina en Escocia, pisó tierras escocesas siendo viuda), Lord Darnley. No obstante ambos personajes tendrán finalmente destinos trágicos).

Por eso merece la pena deleitarse con María Estuardo, una película que esconde más cine de Ford de lo que parece.

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12 comentarios en “María Estuardo (Mary of Scotland, 1936) de John Ford

  1. Pues esta es de las que me faltan de John Ford, a ver si le echo el guante. ‘Carne’ también, que le tengo ganas por aquello de la referencia paródica que le hacen en ‘Barton Fink’.

  2. En aquellos tiempos a Ford le interesaba hacer películas «a la europea», o más bien «a la alemana», con referentes como Lang o, sobre todo, Dreyer y Murnau. Así ocurre en El delator o en este reconocido desastre que, con el paso del tiempo y visto el desgaste de otras propuestas contemporáneas, tampoco era para tanto. El lastre es, evidentemente, ese romanticismo pictórico que Ford se gasta aquí, y en el que ya no volvería a caer. Su idilio con Kate cuentan que tuvo la culpa, y ella pasó de inmediato a ser «veneno para la taquilla». Tan desastrosa fue que, como sabes, a Ford le provocaba una vergüenza insoportable. De hecho, durante el rodaje de La diligencia, cuando Ford había elegido a Thomas Mitchell para meterse con él durante el trabajo (Ford siempre elegía a un actor al que torturar anímicamente durante los rodajes), este se le acercó y, en voz baja, le susurró: «yo también vi María Estuardo». Ford no dijo nada y dejó de meterse con él durante el resto del rodaje. Prefirió machacar a Wayne…

    María Estuardo es una película ya anticuada para 1936, y no tan moderna y ágil como las biografías de Enrique VIII con Charles Laughton o de Isabel I con Bette Davis. Vista hoy tampoco es tan horrible, pero poniéndola en el contexto de su tiempo y en comparativa con otras películas históricas del tipo de las producidas por los hermanos Korda, es un poquito sonrojante.

    Besos

  3. Me encanta la anécdota de Thomas Mitchell, que precisamente volvía a leerla hace poco. Y además es un actor que me encanta. Pues era tan mala prensa la que tenía María Estuardo… que me sorprendió descubrir momentos de la película que me gustaban mucho, además de no verla, como trato de explicar en el texto, como un trabajo aislado en la filmografía de Ford. Sí, tu apunte sobre las influencias europeas durante estos años es un elemento importante para estudiar a Ford.

    Beso
    Hildy

  4. Creo que esta vez John Ford se plegó con humilde eficacia a la confec­ción de un retablo histórico reducido –como era costumbre en Hollywood cuando abordaba estos asuntos– a un «love story» difilcultado y aguijoneado hasta la tragedia por envidias e intereses de los que los regios amantes se hacían de nuevas. Y es lo que digo yo: hay que estar a lo que hay que estar cuando se es histórico.
    Bromas aparte, esta «MARÍA ESTUARDO» es de esos Ford (muy pocos) que nunca me han gustado y en este apartado también incluiría «EL DELATOR», un clásico poco menos que intocable, cuyas imágenes, de un estilizado barroquismo cercano por momentos al expresionismo alemán hacen que, visto hoy, detectemos un cierto agarrotamiento narrativo (digo, en las dos películas), agudizado por una total ausencia de humor, inhabitual en su autor.
    En cuanto a hermanar «MARÍA ESTUARDO» y «SIETE MUJERES» en virtud de sus respectivos finales… no sé. Creo que son dos películas muy diferentes y abismalmente alejadas tanto cronológica, argumental, conceptual, estética y narrativamente.
    Un abrazo.

  5. Querido, querido Teo…, ¡no veas lo sensual que está Fredrich March con su falda escocesa, su kilt, y acompañado siempre por las gaitas! Y es que te lo digo yo que los hombres con kilt son de lo más atractivo. No me extraña que María Estuardo-Hepburn caiga a sus pies.
    El delator la vi hace bastante y recuerdo que me emocionó Victor McLaglen y una conversación que tiene con Katie, su novia prostituta. No te voy a mentir…, fue una película que me llegó. Sí, uno muerte, espiritualidad y el sacrificio de la heroína en María Estuardo y Siete mujeres. En ese sentido busco su unión y en las fuertes personalidades femeninas y sus enfrentamientos de poder y razón… Pero, querido Teo, qué buen final y qué hermoso es el de Siete mujeres con esa Anne Bancrof en la sombra. Lo que me ha pasado con María Estuardo es que había leído siempre cosas tan tan tan negativas…, y me he encontrado con una película bastante entretenida y, como digo, con huellas fordianas que no la aíslan de obra cinematográfica.

    Beso
    Hildy

  6. Me anoto esta película, querida Hildy. Lo ignoro todo acerca de la filmografía de Ford y Hepburn a veces me parece demasiado, siento que por momentos se esfuerza demasiado por marcar su posición (no quiero dar la impresión de que no me guste, todo lo contrario, pero a veces me siento así frente a ella) y sin embargo tu texto – como siempre – me ha despertado mucho interés en esta película. Sobre todo estando allí Fredric March (con kilt y todo, jaja) a quien tengo un poco abandonado pero que sigue siendo uno de mis adorados.-
    Te mando un beso grande, Bet.-

  7. Ay, ese March con falda, querida Bet. El personaje que mejor define a la Hepburn de los 30 y 40 es el de Historias de Filadelfia… Una estatua… que cuando se rompe arrasa, brilla. Yo creo que una de las primeras películas que vi de Ford y que me conquistó fue La diligencia. ¿La has visto? Además se inspiró, de fondo, en un cuento maravilloso Bola de Sebo.
    Beso
    Hildy

  8. Coincido… Hepburn brilla cuando se rompe, el tema es esperar a que se rompa (confieso que en eso me identifico con ella y con Tracy Lord, glup).-
    Tengo «La diligencia» en mi lista de deseos, pero no creo que pueda hacerme de una copia hasta mediados del año que viene, porque como te había comentado básicamente consigo DVD cuando viajo. Otr peli de Ford que me llama mucho la atención es «Cameo Kirby», con mi querido Gilbert y una Jean Arthur debutante, pero la única edición que se consigue en DVD parece que es de mala calidad (la peli es de dominio público y no ha sido restaurada), así que ya veré si sacrifico calidad con tal de tenerla…
    Te mando más besos, Bet.-

  9. Mi querida Bet, ¡no conozco Cameo Kirby de John Ford! La verdad es que de su periodo silente conozco muy pero que muy poco. Diría que solo he visto El caballo de hierro.

    Beso
    Hildy

  10. Querido Alberto, yo había leído y oído cosas tan malas sobre esta película… que me llevé una sorpresa pues no me pareció tan mala como me había imaginado. Es más me resultó muy interesante su análisis.

    Beso
    Hildy

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