Distrito Apache, el Bronx (Fort Apache, the Bronx, 1981) de Daniel Petrie

fortapache

Hace poco apareció por el blog una desconocida película de Petrie, La tercera víctima, con Kirk Douglas y Jean Seberg, y ahora el mismo director se encuentra detrás de Distrito Apache, el Bronx. Siendo las dos de una temática diferente hay algo que las une: un aire de desencanto y melancolía. Daniel Petrie se mete en una comisaria del Bronx, un barrio difícil y marginal, que los agentes apodan Distrito Apache, como si fuera un fuerte contra un mundo hostil. En el interior los agentes hacen lo que pueden, algunos caen en corrupciones y otros trapicheos, otros se limitan a realizar su trabajo sin que les molesten mucho y otros tratan de ejercer correctamente su profesión, como el agente Murphy (Paul Newman) y su joven compañero y amigo Corelli (Ken Walh).

El Bronx es otro protagonista más de la película que filma lo que es el día a día de estos dos agentes (en realidad, tomaron como referencia las experiencias de dos exagentes de policía, Thomas Mulhearn y Pete Tessitore) en las calles del difícil distrito. Distrito Apache, el Bronx arranca de manera impactante y brutal. En un lugar desolado hay dos agentes en un coche de policía haciendo guardia. De pronto se les acerca una explosiva prostituta drogodependiente (Pam Grier) y en un instante saca una pistola y los dispara a bocajarro. Parece que ese va a ser el móvil que haga avanzar a la película pero nada más lejos, solo es un apunte más de una realidad brutal y salvaje. En realidad es la disculpa para entrar dentro de la comisaria, que vive además un momento nuevo: su comisario jefe se jubila y llega el nuevo, Connolly (Edward Asner), un hombre con mano de hierro dispuesto a que la comisaria funcione como es debido, aunque eso no le impide llevar a cabo ciertas acciones que ponen patas arriba tanto a la comisaria como el propio barrio…

En cómo se articula la película, su estructura, y en el tratamiento de los personajes se nota la educación televisiva de su realizador. La película es un mosaico donde se radiografía la vida de los agentes, dentro y fuera de la comisaria, y donde se sigue también las andanzas de algunos personajes del barrio. Así junto a Murphy y Corelli, con algunos de sus compañeros como Morgan (Danny Aiello) que representa la corrupción y la impunidad con la que actúan algunos agentes (y que dispara el conflicto moral en el que se ve envuelto el agente Murphy además del estrés de cada día), nos encontramos con las andanzas de la prostituta, de los camellos del barrio o de la enfermera (Rache Ticotin) que coquetea con las drogas para “salir” del barrio y que enamora a un desencantado Murphy. Es curioso que ese año arrancaría también una serie sobre la vida cotidiana de una comisaria que se mantendría seis años en antena, Canción triste de Hill Street.

Así Paul Newman se mete en la piel de un policía de calle, que a pesar de su cansancio y su desencanto, muestra que es policía por vocación y que trabaja con la honestidad por bandera y tratando de ser justo. No abandonan su rostro ni sus ojos azules de leyenda, ni su pelo cano, ni un palillo que no se quita de la boca.

Distrito Apache, el Bronx es una cinta policiaca con momentos emocionantes (algunas de las intervenciones policiales) y otros impactantes (la angustia de una sobredosis en uno de los personajes protagonistas), que respira autenticidad. Y que equilibra los momentos de acción con los más íntimos. La cinta no pierde su melancolía, su desencanto pero de vez en cuando deja el paso a una cierta luz y pone, con acierto, unas gotas de humor…, cuando puede.

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4 comentarios en “Distrito Apache, el Bronx (Fort Apache, the Bronx, 1981) de Daniel Petrie

  1. Vi el estreno de esta película y me gustó mucho. Es de 1981 pero todavía está en los setenta; la manera de vestir, el trasunto callejero con esos negros horterísimos vestidos de colores chillones, pantalones acampanados, el pelo a lo afro y chulísimos (hoy va la cosa de superlativos), incluso diría la forma de dirigir de Daniel Petrie con mucha calle (pero sin los rojos intensos en la fotografía), y los malos muy colocados diciendo gilipolleces (luego vendría Tarantino para joderlo todo). Barrios en ruinas tan caro a lo West Side Story y la mujer fatal lejos de las mujeres fatales de los años cuarenta y cincuenta: una yonki flipada, majadera que da mucho miedo, y una hermosa historia de amor con tragedia incluida. Conversaciones sentados en un parque y siempre alguien trae el café (todavía se hace pero sin fondo, sin autenticidad), y un argumento muy bueno, fresco, con gotas de humor. Genial cuando el gran Paul Newman se pone el gorro al revés y hace el idiota para hipnotizar al idiota de verdad. El leitmotiv (por decirlo de alguna manera) de ese camicaze que siempre corre me parece muy bueno. Danny Aiello se hace aborrecer de verdad porque está clavado. Edward Asner creo que nació para hacer siempre el mismo papel por eso le queda siempre tan bien. Rachel Ticotin está magnífica y si no me creen que vuelvan a ver la peli y la vean allí en pijama caminando como un zombi por las calles. No obstante, no me gusta nada Ken Wahl con esa cara tan larga y tan inexpresiva, no me extraña que su carrera se truncara. Y para ir terminando, esos finales donde los actores acaban corriendo me encantan. Algún día tendremos que escribir sobre ello, ¿no te parece, mi querida Hildy? ¿Recuerdas el final de la película de Pedro Masó La familia bien, gracias (la última secuela de La gran familia) donde vemos a Alberto Closas y José Luis López Vázquez corriendo? En fin, acaba de contarte la película como lo hacía mi abuela: clarita y sin pedantería. Ay, me gustaría saber escribir como contaba las películas mi querida abuela. No te daban muchas ganas de ir a verla pero lo importante era ella y la emoción que transmitía. Hoy, me parece a mí que eso de la emoción…

    Besos emocionados.

  2. Ay, los abuelos y sus maneras de contar historias…, qué recuerdos. ¿A qué esperas, mi querido Francisco, para realizar un pedazo texto sobre películas que terminan con carrreras: como, por ejemplo, los 400 golpes o el carrerón de Mel Gibson en Gallipolli…?
    Y, sí, la Ticotin está impresionante e impactante en la escena del pijama. Y Paul Newman, qué bien hace de tipo desencantado. A mí me parece bueno el contrapunto del italiano guapete…

    Beso
    Hildy

  3. Me gusta esta película. Es como darle un barniz serio y riguroso a todas esas ensaladas de tiros que montaba Charles Bronson en los 70, buscando condicionantes sociales a lo que realmente pasaba en las calles (hay que pensar lo que eran las calles de ciertas zonas de Nueva York, Chicago, Los Ángeles, etc., en aquellos años). Me encanta Newman haciendo el tonto, y también el cariz moral del problema de fondo, que es intemporal, que ocurre en todos los sectores de la vida, en cualquier momento, y siempre es igual pero, por añadidura, aquí más grave, cuando de la moral pública se trata. No es que sea una obra maestra, pero sí muy efectiva. Da más de lo esperado, y eso siempre es de agradecer. Ahora bien, sin Newman, Asner, la Ticotin, hablaríamos de una peli del montón, probablemente.

    Besos

  4. A mí también me ha gustado. Yo no la vi en su momento ni en ningún pase de televisión. Y la verdad que la he disfrutado bastante. Newman de héroe desencantado pero con su punto de humor e ironía siempre es una agradable visión. Y Ticotin o Grier (con su personaje tan extremo, prácticamente no pronuncia palabra pero su personaje y su destino está siempre presente) me han gustado mucho. En cuanto la película en sí y Petrie como director me parece que encuentra el tono y ese estilo realista que busca este tipo de películas y que su escuela empezó en los setenta…

    Beso
    Hildy

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