Tres estrenos: Creed. La leyenda de Rocky, Spotlight, Mia madre

Creed. La leyenda de Rocky (Creed, 2015) de Ryan Coogler

creed

Cuando veo aparecer a un Rocky mayor en el cementerio, coger una silla de un árbol, ponerse frente a dos lápidas, una de su cuñado Paulie y otra de su amada esposa Adrian, y que empieza a charlar con ellos…, entonces no solo me atrapa la película sino que veo a Rocky alias Sylvester Stallone como leyenda. Y me viene a la cabeza otra leyenda, el Duque o John Wayne, en uno de sus personajes con John Ford en La legión invencible (1949), mientras charla también con su esposa fallecida, Mary, frente a su lápida.

Y ya no puedo evitar acompañar a este personaje y no abandonarle en este homenaje continuo que realiza el director Ryan Coogler a la saga. La premisa es sencilla: el hijo de su eterno rival, Apollo Creed, y luego mejor amigo le localiza y le pide que le entrene para boxear como un profesional. Y los dos batallarán, juntos, contra sus distintos fantasmas (Rocky nunca ha dejado de luchar y esta vez tiene que combatir duro, como ha hecho siempre). A la vez que se cuenta el recorrido personal de los protagonistas, no faltan no solo guiños a toda la saga (incluso en la propia estructura de contar la historia del joven Creed), sino también puesta en escena en cada una de las luchas de boxeo (dos de ellas magníficas y emocionantes) y un buen ritmo que hace que no descanses ni un minuto.

Batallas de otras películas de la saga que se rescatan de YouTube, momento mítico de la banda sonora que identificaba a Rocky, las famosas escaleras o el chándal gris son las más evidentes… y te mueres de la alegría cuando las identificas. Pero sobre todo Creed recupera un personaje que ha crecido y envejecido con aquellos que nacimos en los setenta. Cuando lo descubrimos era como nuestro padre joven y lo hemos visto envejeciendo, haciéndose mayor, como el nuestro. Una escena de Rocky de espaldas que pone su mano en el hombro del joven Creed mientras se dirige al combate… me hizo ver la enorme mano de mi padre.

Spotlight (Spotlight, 2015) de Thomas McCarthy

spotlight

Dejando de lado la algarabía que se pone siempre al lado de películas que compiten a los oscar y que las alzan como si fueran las mejores de la temporada, Spotlight es una buena y efectiva película de un subgénero que cuenta con una extensa filmografía: periodistas de investigación destapando una trama. Así el director Thomas McCarthy (Vías cruzadas, The visitors), con el aire que tenían las producciones de este tipo en los años setenta (su máximo referente puede ser Todos los hombres del presidente), cuenta el trabajo de investigación que llevó a cabo un grupo de periodistas del Boston Globe que denunció en el año 2002 cómo la práctica de la pederastia de algunos curas de Boston, Massachusetts, no era algo aislado. La investigación además abrió la veda: no solo ocurría en su ciudad sino en todo el Estado (y en todo el mundo). Así llegaba a los lectores cómo el número de curas y víctimas no era una excepción sino una cantidad preocupante. Y cómo se silenciaba a las víctimas, cómo la Iglesia acogía, escondía y silenciaba también a los verdugos y cómo todos los estamentos de la sociedad (policía, abogados, periodistas, políticos…) colaboraban o daban la espalda a un problema sangrante.

El aire de las producciones de los años setenta está en su estilo frío y directo, donde la vida personal de los periodistas apenas se toca (sí se dan pinceladas importantes del cada uno que nos hace imaginar su biografía), sino que lo que hace avanzar la trama es la propia investigación y los obstáculos que se van encontrando hasta la publicación final (esa siempre emocionante imagen de la imprenta con la página impresa… y los periódicos preparados para ser leídos). Lo que importa es lo que se descubre y denuncia. Y el lugar más emblemático de la trama: la redacción, y en concreto, el despacho del grupo de periodistas de investigación.

Dos asuntos destacan tras el visionado de Spotlight (además de haber disfrutado de un buen reparto): el canto que hace la película a un periodismo de investigación pausado y serio, que no publica hasta que no tiene todos los cabos atados. Y el ver cómo hay dos películas que cuentan y denuncian lo mismo pero desde dos miradas cinematográficas absolutamente distintas: El Club de Pablo Larraín y Spotlight de Thomas McCarthy.

Mia madre (Mia madre, 2015) de Nanni Moretti

miamadre

A Nanni Moreti le pilló la enfermedad y el fallecimiento de su madre mientras rodaba una película. Si en La habitación del hijo reflexionaba sobre la muerte inesperada de un ser querido y analizaba cómo afectaba a una familia la muerte del hijo/hermano; en Mia madre habla de una crónica de una muerte anunciada, la de nuestros padres, y cómo afecta a cada uno de los hijos (si son varios hermanos o al hijo único).Y además habla con conocimiento de causa. Y se nota.

Así Moretti vuelca una película de emociones y explica maravillosamente a través de sus personajes, tremendamente humanos, esa sensación de desvalimiento, de que todo se hunde bajo nuestros pies, de incertidumbre, de ensoñación, de emotividad a flor de piel, de meditación sobre la herencia recibida, de mirada al pasado… que supone la enfermedad y el fallecimiento de los progenitores.

Esta vez Moretti deja el protagonismo a Margherita Buy, que hace de una directora de cine social que está en pleno rodaje de una película sobre la realidad laboral italiana y que ha contratado a un actor de cine americano bastante peculiar (adorado John Turturro)… Y esta directora se encuentra en una encrucijada emocional al enfrentarse a la próxima muerte de su madre (ay, el rostro de Giulia Lazzarini), que la hace estar sumergida en un mapa fluctuante de sentimientos, al borde de la ensoñación, la desesperación y la incertidumbre. Y el personaje, que también se llama Margherita, tiene un hermano que lleva la pérdida de otra manera pero junto a ella (Nanni Moretti), una hija adolescente (muy perdidas las dos… pero avanzando como pueden) y todo un equipo de personas que depende de sus decisiones para la marcha de la nueva película que tiene entre manos (actores, equipo técnico, extras…).

Y así Moretti aborda la muerte de la madre vomitando una película emocional y a la vez vital con brotes de lágrima y risas, como la vida misma.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

14 comentarios en “Tres estrenos: Creed. La leyenda de Rocky, Spotlight, Mia madre

  1. La de Stallone me parece un bodrio de categoría industrial. En su línea, vamos. El primer «Rocky» (que a mí tampoco es que me entusiasme, es el lado blandorro y cursi del cine de boxeo, que mira que ha dado buenas películas) debió de hacérsela un primo listo.

    «Spotlight» es otra cosa. A mí me ha encantado. Cine a la vieja usanza, tan importante por la forma en que revela el contenido como por lo que calla sobre los personajes pero permite adivinar entre líneas. No cuesta averiguar las circunstancias vitales de cada uno de ellos a la vista de cómo miran, cómo viven, cómo callan. Pero McCarthy, que maneja a la perfección los silencios, las elipsis y la sugerencia al espectador («Vías cruzadas», «The visitor») no lo explicita porque no le hace falta. Me ha parecido una película soberbia, de esas que no necesitan hacer ruido (Iñárritu, Tarantino) para ser buenas por sí mismas.

    Y Moretti es una gozada. Dura, pero gozada. Cada vez que pienso en gente como Moretti y en la gala de los Goya, me pregunto qué le pasa a este país.

    Besos

  2. Pues, mi querido Alfredo, yo me emocioné y, sobre todo, me lo pasé de miedo con el Rocky de Stallone. Cuando vas a Creed, sabes lo que quieres encontrar y lo encuentras. Los combates de boxeo me parecieron buenos y muy inteligentes en cuanto puesta en escena, los dos más importantes están rodados de manera diferente y muy efectivos.
    Spotlight la disfruté y me gustó un montón que se mostrara lo bonita y útil y compleja que puede ser la profesión del periodismo bien hecha (como tantas y tantas profesiones).
    Y Moretti me tocó porque conecté con sus emociones… y la muerte de la madre o el padre provoca los seísmos que viven los personajes.

    Besos
    Hildy

  3. Me perdí ‘Spotlight’ y la tendré que recuperar por vías ilícitas… A mí no me entusiasmó tanto ‘Mia Madre’ como a Alfredo, pero aprecio la franqueza y la madurez con la que Moretti se lanza, a pecho descubierto, contra asuntos tan espinosos, que como señalas ya son recurrentes en su obra. Aunque la tendrás apuntada seguro, se recomienda ‘Carol’.

  4. Ufff la peli de Stallone me la salto alegremente. Nunca he visto ninguna de él y no me parece momento de empezar, jeje. Por cierto, sabéis que es un tipo con un alto coeficiente intelectual? pobre, qué triste vida ha debido de llevar, pensé al enterarme, jajaja. Ya, soy malisssissima. Pero me gusta ejercer de bruja de vez en cuando.

    Spotlight la vi este fin de semana. La película me encantó, me mantuvo pegadita a la butaca con las idas y venidas de los periodistas. Y sí, me recordó el buen cine de investigación periodística de los años 70.
    Que por otro lado normal que se vaya perdiendo: en las facultades de periodismo se habla ya más de operaciones estéticas que del respeto a los lectores me comenta un amigo profe. El lodo Sálvame engendra monstruos, ays. Se acabó el espíritu y con él las películas de periodistas

    La de Mía madre se me ha pasado pero no sé yo, que luego lloro a lo salvaje. En casa la veré.

    Se me acumulan las pelis y cada vez con menos tiempo y más ganas, maldita sea. Tengo pendientes para ya la de Carol y la da la Gran apuesta, a ver si me dejan.

    Besos!

  5. Sí, me apetece muchísimo Carol. Adoro a Todd Haynes. Jajaja, veo que echas un tupido velo sobre Creed…, te juro que si gana Stallone el Oscar, yo creo que se lo merece. Con Moretti me llegó cómo plasma en pantalla las emociones que provoca la muerte de un padre o una madre, yo identificaba esas emociones con las que sentí durante la enfermedad y muerte de mi padre.

    Beso
    Hildy

  6. Mi querida Marga, ¡qué estrés, cuántas pelis se nos acumulan para ver!
    Ay, mi Stallone, pobrecito, nadie me cree cuando digo que en Creed está estupendo…, jejeje, ya es una leyenda… más allá de las opiniones de los mortales, jejejeje…
    Y Spotlight me interesó una barbaridad y me devolvió una profesión apasionante, necesaria y útil. Y también me hizo pensar en el magnífico doblete que hacia con El Club. Un tema tratado desde dos ópticas muy diferentes.

    Beso
    Hildy

  7. Inicialmente mi opinión sobre Creed hubiera estado más del lado de Alfredo, pero tu comentario me ha conmovido, querida Hildy. Tal vez la mire si tengo oportunidad. Me anoto para las otras dos, eso seguro.-
    Un beso grande, Bet.-

  8. Ay, mi querida Bet, es muy tierna. Y no miente, uno sabe lo que va a ver cuando se acerca a una película del legado Rocky… pero es que además está muy bien hecha… y el personaje de Rocky-Stallone es una delicia. Qué mano tiene, querida, qué mano tan grande, tan trabajada, tan luchadora y protectora. Y las otras dos vas a disfrutarlas seguro una barbaridad, cada una en su estilo y por distintos aspectos (lo que cuentan y cómo lo cuentan) son dos propuestas cinematográficas interesantes.

    Beso
    Hildy

  9. Ay, mí querida Hildy, cada vez que entro en tu espacio suspiro mucho porque no veo, casi, ninguna de las películas de tan bien reseñas. Y es que ya no voy al cine. Lo que sí te puedo decir es que la primera de Rocky me gustó mucho. Hay que añadirle que la vi en el momento de su estreno en el cine en 1976, es decir, tenía doce años. La película tuvo un enorme éxito y todo eso era lo que la impregnaba a la hora de hacer cola para comprar una entrada. Luego no la he vuelto a ver, pero me quedo con la primera impresión: muy neoyorquina con ese color de tonos rojos tan característicos del cine de los setenta. Los personajes secundarios estaban muy bien, tanto la chica como su cuñado. Luego vi Marcado por el odio y me hizo recordar mucho esa historia de amor, ese maravilloso Paul Newman en el bar hacia la medianoche y ella pasando por delante con aquel aire de fragilidad, delicada, y él suspirando y saliendo a la calle para acompañarla hasta su casa, que las calles son peligrosas. Desde luego que Stallone no es Newman, pero esa cara curtida y fea pero bella a la vez le hacía más real al personaje. En fin, que podría estar aquí escribiendo y escribiendo. Las demás partes no las he visto para no manchar ese recuerdo que todavía tengo. El cine para mí se va quedando en recuerdo y si no voy al cine es porque las únicas salas que quedan por aquí están en el centro comercial y yo ya no puedo con eso, como tampoco puedo con el público que asiste a esas salas; maleducadas, hablando durante toda la película, ensuciando el suelo de mala manera, y todos ellos oscilando entre los veinticinco y treinta y cinco años. Luego te hacen salir por la puerta de atrás, no sin haber recorrido unos pasillos dignos de la película Corredor sin retorno de Samuel Fuller, y encontrarte en medio de un descampado con sonidos de grillos y preguntándote qué película acabas de ver.

    Bueno, yo que venía para decirte que no puedo dejarte ningún comentario y me sale después este texto un tanto paranoico.

    Besos de cine. Siempre besos de cine.

  10. Aquí el bueno y querido Francisco en defensa de un recuerdo precioso de Rocky. Qué bueno. Ay, Marcado por el odio. Ya lo he dicho alguna vez, nunca he visto ni he ido a un combate de boxeo pero sin embargo las películas de boxeo me gustan mucho. Ay, las salas de cine de los centros comerciales…, ay, las salas de cine en general, ¡vaya a mí me está saliendo un comentario lastimero! Que me alegra mucho cada vez que te pasas.
    Mira la casualidad de las casualidades, la próxima peli que comento tiene como protagonista a Paul Newman y sus ojos azules.

    Beso
    Hildy

  11. No es que eche un tupido velo sobre Creed, pero es que me vería obligado a recuperar las seis de Rocky anteriores. No soy detractor de la saga, ni de Stallone (ni de los dinosaurios de la acción de los ochenta, que bien que me las he pimplado casi todas). Éstas me las embutí de más joven con muchas ganas y varias veces. Creo que de hecho alguna me gustaría aún, sobre todo esos delirios tan locos que tenían la tercera (¡combatía contra Hulk Hogan y Mr. T, por dios!) y la cuarta (¡solucionaba la Guerra Fría conquistando al mismísimo Gorbachov!). Pero creo que ya se me ha pasado la época de volver a verlas y tampoco me apetece mucho buscarlas.

  12. PR FAVOR, MI QUERIDA HILDY, NO COMPARES AL DUKE CON ESTE BODRIO DE ACTOR STALLONE. NO ME EXPLICO COMO PUEDE ESTE SEÑOR TENER FANS…

  13. Jajaja, Jorge, Stallone, a su manera, también se ha convertido en leyenda y su personaje de Rocky ha contribuido a ello. Yo le tengo cariño, y lo digo en serio. Su rostro es ya un icono y como actor, él mejor que nadie sabe hasta dónde puede llegar. La comparación con el Duque viene, como explico, porque en Creed tiene una escena, que me gusta mucho, que va a visitar a su difunta esposa a un cementerio y habla con ella. Y no me preguntes por qué, recordé enseguida a Wayne en La legión invencible en el cementerio hablando con su esposa fallecida, Mary.

    Beso
    Hildy

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.