Cóctel de películas de estreno: The diary of a teenage girl, V Festival Márgenes y El puente de los espías

The diary of a teenage girl (The diary of a teenage girl, 2015) de Marielle Heller

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Dos maneras muy diferentes de contar una misma historia por dos directoras de cine con voces y miradas reveladoras: despertar sexual femenino con los mismos ingredientes (madre, hija adolescente, novio de la madre). Una sesión continua interesante: Fish tank (2009) de Andrea Arnold y The diary of a teenage girl de Marielle Heller. La primera nos traslada a un barrio obrero británico del siglo XXI y su joven adolescente, además de cabreada con el mundo trata de expresar su pesar a través del cuerpo y el baile (no controla ninguno de los dos), ofrece una relación conflictiva con la madre y una idealización del novio (Michael Fassbender) de su madre hasta que este va desvelando su parte más oscura y mezquina. Andrea Arnold nos cuenta un drama seco y narra con dolor y desgarro ese despertar.

La segunda nos lleva a San Francisco en los años 70 y plena efervescencia de la contracultura. Aquí la adolescente se lleva fantásticamente con su insegura madre y empieza con alegría y entusiasmo su despertar sexual con el novio de su madre, que se muestra de seductor a personaje vulnerable con cierto patetismo y desamparo. Poco a poco el mundo de la adolescente empieza a derrumbarse y los conflictos van haciéndola caer en un caos emocional para terminar saliendo reforzada, madura y más libre. La protagonista tiene un don con el cual se expresa: es una buenísima dibujante de cómic underground y su fuente de inspiración es Aline Kominsky (pareja de Robert Crumb). La adolescente imagina y crea continuamente, dibuja sus experiencias y sentimientos. La directora y actriz Marielle Heller toma como fuente, en realidad, un cómic con el mismo título de la película de la historietista Phoebe Gloeckner (de la escuela Crumb y Kominsky). Y sorprende cómo cuenta la historia donde atrapa realmente el espíritu de una época. Pero además cuenta con un reparto sorpresa donde todos están excelentes en sus roles y en la creación de sus personajes. El trío protagonista es todo un acierto: una maravillosa Bel Powley, como adolescente absolutamente creíble; un bello Alexander Skarsgård dando todos los matices necesarios a un personaje difícil y una sensible Kristen Wiig como madre inestable pero que toma las riendas de su vida como puede.

V Festival Márgenes en la Cineteca

Next (2015) de Elia Urquiza

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Al ver este interesante documental es inevitable recordar Bellísima de Luchino Visconti. De hecho entran unas ganas terribles de mandar un dvd a todos los padres de esas niñas que van incansables a pruebas, clases, castings y trabajos de todo tipo en Los Ángeles con la meta de quizá poder convertirse en estrellas… porque cada vez que surge una Shirley Temple, Deanna Durbin, Liz Taylor, Judy Garland, Drew Barrymore, Anna Paquin, Christina Ricci, Elle y Dakota Fanning… son muchas niñas las que se quedan en el camino, muchos sueños rotos. Muchas atrapadas, con sus padres, en una rueda que parece no tener fin. Lo difícil es retirarse, abandonar a tiempo.

La española Elia Urquiza aborda el film de una manera inteligente. No son entrevistas, no da una imagen tremendista o trágica, no se ríe de las personas que refleja, no caricaturiza. Es una mirada desde el absoluto respeto. Una mirada que sigue sobre todo a cuatro niñas (de una franja de edad que oscila entre los 6 y los 16) en su día a día. Niñas que junto con sus padres se suben al carro de un sueño duro y que parecen imbatibles contra el desaliento, como atrapadas en una rueda, aunque en algunos casos sea ya claro que la meta no va a ser posible. Algunas familias dejan absolutamente todo para trasladarse a Los Ángeles y correr el riesgo… por si alcanzan el sueño. Mientras, visitas a agentes, pruebas, clases, mejoras de imagen y aceptación de todo tipo de trabajos (publicidad, series, televisión, conciertos o el propio documental de Urquiza… lo importante es aparecer). A través de un montaje inteligente, la documentalista construye su discurso crítico y triste de una realidad que trata de comprender. Finalmente te puedes quedar helado cuando escuchas a una niña de 6 años hablar ya de un futuro que la agobia…

Berserker (2015) de Pablo Hernando

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Pablo Hernando explicó en el coloquio posterior a la proyección de la película que la idea de Berserker surgió viendo una escena de Millennium de David Fincher. Cuando el periodista (con rostro de Daniel Craig) investigando un caso recibe de pronto un disparo de la nada… y eso no le hace desistir de continuar. El director pensó qué pasaría si alguien normal con el oficio de escritor o de periodista un día por una investigación ve su vida en peligro por un disparo… ¿no abandonaría? Y entonces nace Berserker y la historia de un fracasado, Hugo Vartán, escritor de novelas que no se venden. Hugo se encuentra con agobios económicos, vive de alquiler y compartiendo piso, tiene que entregar una novela pronto (y la que tiene en marcha no le satisface en absoluto) y sobrevive con un saco de cinco kilos de patatas para comidas y cenas. De pronto surge en su camino una historia que investigar espeluznante, una fotografía y muchas entrevistas que hacer… y que quizá sirvan para dar forma a su nueva novela.

Lo interesante de la propuesta de Pablo Hernando es que construye un thriller sin la emoción, la tensión o el romanticismo de los perdedores del cine noir…, su protagonista es un sinsangre, que no muestra empatía alguna con el espectador ni con los personajes con los que se relaciona, que mata la pasión de la investigación y la emoción de la creatividad, quitando toda la lírica y poesía al nacimiento de un libro. Y a pesar de todo logra que el espectador termine interesado no solo en la trama sino en la suerte que corre el protagonista. Además en Berserker no se descuida en absoluto la forma de contar la historia con algunas decisiones de puesta en escena y recursos cinematográficos brillantes (por ejemplo, cómo mata toda la poesía de la creación literaria al mostrar fríamente el trabajo mecánico en una imprenta).

Pablo Hernando pertenece a una generación de jóvenes cineastas que a pesar de los tiempos difíciles que corren, tratan de seguir haciendo cine, aunque sea al margen, low cost, y que no renuncian a contar historias (uno de sus máximos exponentes es Carlos Vermut con Diamond Flash y Magical girl). Así también buscan nuevas maneras de financiación y distribución para dar a conocer sus proyectos cinematográficos. Este es su segundo largometraje (el primero fue Cabás).

El puente de los espías (Bridge of Spies, 2015) de Steven Spielberg

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Hay algo que no se le puede negar a Steven Spielberg y es su total dominio del lenguaje cinematográfico. Sabe cómo contar sus historias (visualmente son potentes) y además quiere contar Historia. En El puente de los espías narra desde su óptica la Guerra Fría rescatando un canje de espías que sucedió en Alemania del Este. Pero a la óptica de Spielberg se une también el universo de los hermanos Coen (presentes en un guion en el que hubo un trabajo previo de Matt Charman, que aporta una estructura firme): el hombre común enfrentado a situaciones absurdas y extrañas con una presencia de un humor amargo.

Los protagonistas son el abogado común, James Donovan (Tom Hanks); el espía ruso Rudolf Abel (con un sorprendente Mark Rylance); el joven piloto norteamericano Francis Powers y el estudiante norteamericano Frederic Pryor. Pero sin duda la sorpresa de El puente de los espías (además de estar muy bien contada) es la que proporciona el personaje de Rudolf Abel y la relación que establece con James Donovan dando un sentido rico y complejo a la historia que quiere contar Spielberg.

Rudolf Abel toma las proporciones de un mítico personaje literario. Este espía es un hombre común, un artista sensible con pinta de funcionario gris. Y su persona tiene un halo de Bartleby, el escribiente. Con él hay una broma recurrente y es que su abogado siempre le pregunta: “¿No le preocupa?” O “¿A usted no le preocupa nada?”. A lo que él siempre serio, con una actitud parecida (pero nada más alejado a ello) al conformismo, contesta: “¿Ayudaría?”. Y de pronto entre el abogado americano de pura cepa, idealista y hombre firme que cree en el trabajo bien hecho, y el espía ruso igual de concienzudo surge una relación sólida que en un principio parecía imposible. Ambos se entienden. Y de los dos personajes nacen los diálogos clave. Los momentos clímax.

Pero además El puente de los espías es un nuevo relato cinematográfico relevante para entender la Guerra Fría desde el punto de vista americano (y que puede formar parte de un interesante ciclo cinematográfico). Así hay momentos brillantes de la paranoia de la época en esa impagable clase a niños estadounidenses sobre cómo actuar ante el lanzamiento de una bomba atómica o de la crispación y hostilidad ante todo lo que tenga que ver con Rusia y el comunismo. Los momentos visuales virtuosos son continuos desde el arranque de la película que sin una palabra y durante tensos minutos narra la detención de Abel (la presentación del personaje es de quitarse el sombrero) hasta ese muro de Berlín en construcción.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

16 comentarios en “Cóctel de películas de estreno: The diary of a teenage girl, V Festival Márgenes y El puente de los espías

  1. Pues la verdad, Hildy, es que dan ganas de verlas todas. Bueno, en ese caso, al menos hay una que sí he visto, que es la primera que reseñas, la de Andrea Arnold, una propuesta seca y contundente, de las que te aporrea sin preparación previa. Me gustó bastante. Y al resto pues habrá que intentar seguirles la pista, aunque no esté fácil… Un fuerte abrazo y buena (corta) semana.

  2. Pues no he visto ninguna, mi querida Hildy, así que poco puedo contar, excepto que esta faceta alimenticia con ínfulas de profundidad de Spielberg no me gusta demasiado, y menos «desde el punto de vista americano» (esas cosas tipo «soldado Ryan» que me cabrean sobremanera). Lo del dominio cinematográfico sigue siendo cierto en parte (aunque Spielberg es también uno de los directores comerciales más chapuceros), pero su cine tiene una improcedente vocación de parque temático (en este caso, de la Guerra Fría, como «La lista de Schindler» lo era sobre el Holocausto), y me cuesta mucho creer que vaya aportar algo que no hayan contado ya, más y mejor, «El espía que surgió del frío» o la reciente «El topo», que me parece soberbia. En fin, probaremos y te contaré.

    Besos

  3. Pues yo tampoco he visto ninguna salvo la primera, Fish Tank, hace un tiempo y sí, me gustó mucho la forma de mostrar la adolescencia femenina. Ayer dudábamos entre la de The diary of a teenage girl y la de Grandma y ganó esta última por horario. (No está mal, un rato agradable y risueño con la mala leche que se gasta Lily Tomlin y que a mí, personalmente, me encanta, jeje). Pero la de Heller caerá, seguro.

    Por cierto que la mención de esa película dió lugar en casa a un visionado este finde de un documental sobre Robert Crumb que no tiene desperdicio… qué panda de gente rara pero entrañable, o no, según se mire y para cada cuál, jajaja.

    La de Spielberg ufff, es que me da una pereza: la historia, las «barras y estrellas» que me temo, Hanks que se me hace pelín cuesta arriba… Y que yo también creo que hay películas sobre la Guerra Fría más adecuadas que la visión glaseada que pueda mostrarme el señor Spielberg.

    Y el documental sí que me llama mucho la atención. Con la barbaridad que me puede llegar a resultar, y seguro que será mucha, el tema que trata. Me lo apunto.

    Besos!

  4. Querido, querido Manuel…, sí, me gustó mucho en su momento Fish Tank. De hecho luego he seguido a Andrea Arnold con su adaptación de Cumbres borrascosas que también me atrapó su visión. Las demás por un motivo o por otro tienen bastante interés. Bien por la forma de contarlas, por un personaje, un diálogo… me fueron atrapando…

    Beso
    Hildy

  5. Mi querido Alfredo, Spielberg me gana en algunas de sus películas. Efectivamente no soy nada devota de Salvar al soldado Ryan (de hecho el final me chirrió por todos lados), para su reflejo de la segunda guerra mundial prefiero El imperio del sol. Y de La lista de Schindler guardo en mi cabeza un montón de momentos y escenas, no la viví como un parque temático. Analizar La lista de Schindler es un reto interesante. En El puente de los espías creo que realiza una amena historia sobre la Guerra Fría, que efectivamente nada tiene que ver con las dos películas que has mencionado. Va por otro camino…, en unas entrevistas publicadas en la revista Caimán que le hacen a Spielberg tanto Scorsese como Paul Thomas Anderson sobre la película, Steve recuerda una que fue rodada en pleno periodo de la guerra fría (aunque la película se remonta a la segunda guerra mundial) que a mí me gusta mucho, Espía por mandato de George Seaton. Guarda un espíritu clásico y de aventura de un hombre común frente al peligro. El puente de los espías no es el películón sobre la Guerra Fría pero sí una interesante introducción al tema… Y no se le va la vena por el camino de El soldado Ryan… se contiene bastante y además se nota ese humor peculiar de los Coen. Y a mí, como digo, me ha ganado el personaje del espía ruso y el actor que lo interpreta…

    Beso y ya me contarás (¡qué ganas!, jejeje)
    Hildy

  6. Mi querida Marga, mi desconocimiento de la figura de Crumb y su entorno es bastante notable pero tengo un amigo que es un apasionado y me ha hablado de todos ellos. Así que mi ignorancia es un poquito menos evidente, jejeje… pero casi. Qué bueno lo del documental, tiene que ser muy interesante. A mí la película de Heller me ha sorprendido gratamente. Sí, también llamó mi atención la de Grandma. Respecto la de Spielberg me encantó uno de los personajes y ya por eso me metí de lleno en ella, el del espía ruso y me parece que está muy bien contada visualmente, es entretenida.
    El documental es interesantísimo aunque te deja un poso triste… La realizadora no tiene una mirada oscura pero sí articula reflexiones interesantes a través del resultado final… Bajo su aparente simplicidad (su seguimiento del día a día de estas niñas), a mí me resultó muy duro. La niña del fotograma me partió el alma…

    Beso
    Hildy

  7. De los recientes estrenos solo he visto El puente de los espías y En el corazón del mar. Puse de mí a la hora de ir a hacer cola, pero tanto la primera como la segunda me dejaron un poco frío. Hacía muchos años que no iba al cine para ver algo de Spielberg. Lo poco que he visto después ha sido por la televisión y me ha resultado francamente decepcionante. Hook, Amistad, La terminal, la última de Indiana Jones, Atrápame si puedes, War Horse, Lincoln, y ya ni hablo de sus producciones, lejos ya de Regreso al futuro, El secreto de la pirámide, Los Goonies, etc. Me resulta asombroso que este director sse haya colgado tan pronto. Para el año que vine se estrena otra basada en una novela de Roal Dahl; El gigante bonachón y producida por la Disney, en fin. Y la otra, En el corazón del mar, esperaba algo más, ya que la historia en la cual se basó Melville para escribir su magnífica Moby Dick, es magnífica. El resultado; una película para toda la familia quitándole hierro al asunto. En fin, aburrida. Y las otras que reseñas, la verdad, no he visto ninguna, mi querida amiga.

    Besos cabalgando a lomos de una ballena.

  8. Sí, la historia en la que se basó Melville para Moby Dick parece muy interesante… pero reconozco que me ha dado pereza la película, no me ha llamado para acercarme a la sala de cine. Jejejeje, ya sé yo de tu poco aprecio hacia Spielberg, su cine y su papel en Hollywood (con él cambiaron y evolucionaron ciertos conceptos… y para muchos teóricos e historiadores supuso el fin del Nuevo cine americano y la era del taquillazo, el marketing…). Sí, lei lo de Roal Dahl. A mí El puente de los espías me pareció una película entretenida, bien hecha y con un personaje muy atractivo.

    Beso
    Hildy

  9. Pues me ha parecido bastante capriana… para bien y para mal. Me gusta el idealismo del comienzo y no tanto el maniqueismo que va apareciendo hasta ese final redentor -la familia, el tren- un tanto bochornoso… Creo que hubiera sido muy coeniana si la perspectiva fuese la de Abel, viendo cómo un tipo cualquiera se mete en asuntos enloquecidos que le superan sobremanera. En cualquier caso, es significativo ese entendimiento entre esos dos mundos (de cine y de política) tan opuestos.

  10. Sí, querido crítico abúlico, a mí, como he escrito, me ganó para la causa de El puente de los espias, más que el personaje capriano de Donovan (que tiene momentos que también me gustan y que es el que más se enfrenta a instantes del tipo cualquiera ante situaciones extrañas), el del espía ruso. Me pareció además una película bastante entretenida, ¿verdad?

    Beso
    Hildy

  11. Pues he visto la de Spielberg y me parece una película interesante y muy entretenida. Por su temática podía ser una historia mucho más dura o centrada en aspectos más desagradables, como los de las torturas. Pero evidentemente esta no es la intención de Spielberg, que recrea una historia de forma algo más ligera, pero sin resultar necesariamente blando o excesivamente sentimental. Es cierto que el final es típico de este autor, con la familia reunida y demás, pero también podemos comprender cuando Hanks ve desde el tren a unos jóvenes que saltan una valla, allá en la idílica patria, que las imágenes de tiroteos en el muro de Berlín y el resto de lo sucedido, como el incierto destino del espía ruso, van a permanecer en la conciencia no tan ingenua ni idílica del abogado. El cine no tiene porque ser siempre terriblemente denso o complejo, y por eso «El puente de los espias» me parece una obra disfrutable al cien por cien.
    Un beso.

  12. Pues querido Luis estoy de acuerdo en que El puente de los espías es una película interesante y entretenida. Incluso diría que me parece una buena introducción para explicar en qué consistió la Guerra Fría para aquellos que se enfrentan por primera vez a este tema. Y que puede abrir el apetito para luego indagar mucho más en este periodo histórico complejo.
    Beso
    Hildy

  13. Querida Hildy, aquí estoy yo, con un año de retraso, descubriendo «El puente de los espías». A mí me gustó mucho. Coincido con Luis, el lector que me precede en los comentarios, en que no todo el cine tiene que ser denso o súper serio. Y además no creo que la intención de Spielberg haya sido documentar un episodio de la Guerra Fría sino por el contrario contar una historia sobre dos hombres grises en situaciones extraordinarias y en eso se puede tomar licencias para servir su propósito. En efecto me parece que lo central en la peli es la relación entre Abel (qué personaje interesante) y Donovan y cómo este vuelve a ser, para Abel, el hombre digno que se mantiene en pie frente a las injusticias idéntico a aquel que conoció en su infancia, según la anécdota que le cuenta en una de sus entrevistas. Creo que a eso apunta Spielberg, a decirnos que a veces basta con un gesto de dignidad sostenido hasta el final y en ese sentido me pareció una película más que apropiada para los tiempos que corren…
    Vuelvo a desearte un muy feliz año, cargado de cine, de afecto y de ciber-amistades (y ya van a cumplirse cuatro años desde que conocí tu blog, lo recuerdo porque coincidió con mi llegada al pueblo en el que vivo ahora, *suspiro* es mi momento melancólico del año, jaja). Muchos besos, Bet.-

  14. Mi querida Bet, ¡cuatro años ya! Y qué bueno seguir leyéndonos. A mí me enamoró el personaje del espía ruso Rudolf Abel. Y también me gusta cómo Spielberg domina el lenguaje cinematográfico. Lo disfruto.

    Beso gigante (pero gigante)… en este nuevo año
    Hildy

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