Descubriendo más cine musical. Las chicas de Harvey (The Harvey Girls, 1946) de George Sidney/A chorus line (A chorus line, 1985) de Richard Attenborough

La sesión doble de hoy nos lleva a un viaje especial por una época clásica en los musicales, aquellos mimados especialmente por la MGM en el departamento musical bajo la batuta de Arthur Freed; y la corriente, que hoy en día sigue, de llevar a la pantalla grande los musicales que triunfan en los escenarios de Broadway. Así descubrimos la historia de unas chicas que buscaban ganarse la vida en la cadena de los restaurantes Old West Harvey o la vida dura de los bailarines de Broadway en una complicada y larga prueba de selección. Para la primera contamos con un director relacionado normalmente con el colorido, la aventura, la vitalidad y varios musicales en su filmografía. Y en la segunda un director y actor que firma el único musical de su obra cinematográfica y que no salió mal parado.

Las chicas de Harvey (The Harvey Girls, 1946) de George Sidney

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Esta película no se encuentra en la memoria cinéfila de los amantes del cine musical pero sin embargo es una obra cinematográfica con muchas de las características de las producciones del departamento de Arthur Freed. Vitalidad, alegría de vivir, ritmo, estrellas de la canción y del baile, canciones brillantes, bailes, espectáculo y color mucho color. Así es uno de esos westerns que se convierten en musical y se inspira además en un hecho real: en las vidas de las camareras que recorrían el salvaje oeste para trabajar en la cadena de restaurantes Old West Harvey para atender a los viajeros de los trenes… El tema tenía jugo para explotarlo bien y realizar un buen musical pero se queda en una película simpática (que ya es mucho), nostálgica, con algún número para el recuerdo y con un reparto maravilloso de estrellas que protagonizaron musicales inolvidables. Además de contar con la vitalidad y alegría de varias de las producciones de Sidney.

La estrella de la función es Judy Garland que no solo cumple como cantante sino que se muestra pizpireta pero también con esa mezcla de fragilidad y fuerza que derramaba sobre sus personajes. Ella es una de esas chicas que trata de buscarse un futuro, un cambio, en otra parte, en otro paisaje. Y es ella la que lleva la voz cantante en On the Atchison, Topeka and the Santa Fe, la canción que muestra la llegada en tren de las chicas a su nuevo hogar. Y además dicha canción ganó el Oscar aquel año.

Judy Garland es una joven soñadora que se ha atrevido a dar el paso de casarse en un lugar lejano a su hogar, Ohio. A su amor lo conoce a través de unas cartas… pero cuando llega su hombre soñado en nada se parece al que le escribe las cartas. Es un borrachín sin el don de la palabra. Todo tiene explicación. Ha sido objeto de una broma pesada: las cartas eran escritas, en realidad, por el empresario de la casa de citas y juegos de la localidad que ha actuado como si fuera un Cyrano de Bergerac. Un don juan caradura (John Hodiak) que quiere redimirse desde el mismo momento en que aparece en pantalla y para mí el punto más débil de la película tanto por la construcción del personaje como por el actor elegido, que no parece cómodo del todo en su rol. Así el futuro del personaje de Judy cambia: no se casa y entra a formar parte de las chicas de Harvey… pero además tiene ojos para el tipo duro que se ha reído de ella.

Otra de las debilidades de la película es que se podría haber explotado con mucha más riqueza y se queda tan solo en la superficie el enfrentamiento entre las chicas del Saloon, capitaneadas por una genial Angela Lansbury, y las chicas de Harvey, con Garland de líder. Se queda en un enfrentamiento muy plano entre las chicas de mala vida y las buenas chicas con refinadas costumbres. Un enfrentamiento gris sin ricos matices.

Pero entre los encantos de este musical, además de dar esa alegría de vivir que conseguían estos musicales, se encuentra el poder disfrutar no solo de Judy Garland o Angela Lansbury sino de disfrutar del arte en el baile y el increíble lenguaje corporal de Ray Bolger (cuyo papel más recordado es su espantapájaros en El mago de Oz) y ver los primeros pasos de la bellísima Cyd Charisse o descubrir a Virginia O’Brien y disfrutar también de esa secundaria que fue Marjorie Main. Y también otro encanto es reconocer el paisaje y los elementos del western en un musical que podría haberlos aprovechado mucho más como el momento brillante de Virginia O’Brien cantando The wild, wild west en una herrería mientras se prepara para herrar a un caballo ante un desfallecido herrero (Ray Bolger) que teme a estos animales. No faltan los códigos del viejo Oeste: el tren, sus peleas, las ciudades sin ley, los tipos duros, las celebraciones, las dificultades… pero en clave de sol.

A chorus line (A chorus line, 1985) de Richard Attenborough

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Richard Attenborough sorprende con este musical que fue un éxito en el Broadway de los años setenta. La premisa es sencilla: la prueba de selección de un grupo de bailarines para un musical de éxito. A partir de ahí, empieza el espectáculo. Pese a las debilidades en la trama (esa historia de amor puesta con calzador), hay números de danza y canciones (como número estrella, One) tan bien resueltos y momentos tan brillantes visualmente que hace que el espectador, amante del cine musical, disfrute con esta película.

Sigue la premisa del espectáculo debe continuar (que ha dado maravillas como All that Jazz pero que ya tenía antecedentes en La calle 42 en los años treinta) donde se refleja la dura vida de los bailarines (paro, la edad, los prejuicios, la salud, el sacrificio, la fama y la caída…) y las dificultades para levantar un espectáculo musical.

Toda la película transcurre encima de un escenario, en un teatro, durante una prueba de selección. Por supuesto hay un director duro (que actúa casi como un dios, tiene el destino de los participantes en sus manos… y que tiene el rostro de Michael Douglas, es el que dirige la función, la prueba de fuego), un buen coreógrafo que sigue sus órdenes y un grupo de jóvenes con distintos sueños y problemáticas que vamos descubriendo en distintos números musicales.

Hay dos bailarinas que en un momento dado hacen referencia a una joya del cine musical y explican ambas que fue el motivo por el que quisieron dedicarse a esa profesión: Las zapatillas rojas (1948) de Michael Powell y Emeric Pressburger. Esta referencia implica una reflexión sobre A chorus line. Pese a ser una película disfrutable, con muchos elementos del género entre sus fotogramas, no alcanza la maestría e intensidad así como profundidad del clásico de Powell y Pressburger. Porque allí además de la premisa del espectáculo debe continuar, hay profundidad en los personajes y sus relaciones personales (una historia de amor potente) y una buena construcción de los elementos melodramáticos y musicales. A chorus line se queda en la superficie del espectáculo vistoso pero no hay corrientes ocultas bajo los fotogramas perfectamente ejecutados…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

6 comentarios en “Descubriendo más cine musical. Las chicas de Harvey (The Harvey Girls, 1946) de George Sidney/A chorus line (A chorus line, 1985) de Richard Attenborough

  1. Ay madre, el musical y yo… La primera no la he visto (ni la veré).

    La segunda me gustó con moderación, con ese regusto que casi siempre deja Attenborough en sus películas como director, la sensación de cine fallido, de que nunca llega a rematar, a explotar bien las historias. Hay excepciones, claro, pero la mayor parte de las veces se queda a medias. En este caso, a Michael Douglas de coreógrafo no se lo cree ni él, pero, más allá de eso, la buena idea inicial no termina de desarrollarse, creo. Tiene cosas, pero… Al menos es un musical con coreografía y con música propia, que es más de lo que se puede decir de la mayoría de los que se han hecho este siglo.

    Besos

  2. Eso es lo que me da pena de la película de Attenborough, que gusta pero con moderación… El director no se sale de la corrección y lo bien hecho, de la superficie. Efectivamente, Michael Douglas como director omnipresente, pese a su popular rostro en el momento, no es la mejor elección… además de su historia de amor metida con calzador. Pero a pesar de los pesares merece la pena verla, se disfruta, y hay momentos musicales en los que te metes de lleno en la pantalla.

    Besos
    Hildy

  3. Pero buenoooo…..vaya foto…Judy tirando de revolver como si fuese la Welch en las petroleras…Me encanta Judy y la película no la he visto, pero das unas referencias que me hacen anotarla. Esta mujer seguro que me gusta…y lo de soñadora ya se lo hizo en Kansas…ahora en Ohio y en otro registro…
    La otra me parece un quiero y no puedo…no me convence y no se la razón. Tampoco se si la elección de Michael Douglas tiene que ver, supongo que se buscó alguien que diese la imagen de mucho caracter….un abrazo

  4. Las chicas de Harvey no es el super musical que podría haber sido pero sí tiene los ingredientes de calidad del departamento de Arthur Freed, esa sensación de felicidad, y un placer ver a una Judy Garland brillante. Incluso enfrentándose a todos sin miedo… A Chorus Line es una película de momentos, de pronto te la crees y en el siguiente ya no. Douglas ofrece su carisma, como director omnipresente, pero su historia de amor con una de las bailarinas cuesta integrarla en la historia. No obstante, es un musical que a mí me generó simpatía y lo disfruté de principio a fin. Además de contar con un número (y una canción mítica), One.

    Besos
    Hildy

  5. Querida Hildy, dos que me faltan. Hace tiempo que me tropiezo con The Harvey Girls, en cada seguidilla de trailers o documentales sobre musicales siempre está presente. Ahora que me he hecho más amiga de Judy Garland voy a ponerla en mi lista (ya encargué Ha nacido una estrella, de la que hablamos algún día, pero todavía no la recibí). Creo que hasta ahora no busqué verla porque no me llevo muy bien con el western, pero ¡todo sea por la gloria de Arthur Freed!
    Sobre A Chorus Line no he leído más que críticas negativas, así que decidí concentrar mis esfuerzos en otro lado. El tuyo es el primer comentario esperanzador que leo, tal vez en algún momento tome valor y me encuentre con ella.
    Un comentario no relacionado con tu texto: ¡tus lectores hemos recobrado el ánimo! Vi que en tu entrada anterior todos dejamos comentarios de un par de líneas, nos habías dejado sin palabras, jajaja.
    Besos, Bet.-

  6. Jajaja, ¡no me gusta dejaros sin palabras!¡Me encanta leeros! Pero «Qué difícil es ser dios» era una experiencia dura.
    Ya sabes mi amor por el cine musical y estas dos películas aunque no están en la cumbre del género sirven sin embargo para comprender muchos aspectos del cine musical y para realizar interesantes análisis. Además se pasan buenos momentos viéndolas. Ya me dirás qué te parece Ha nacido una estrella cuando te llegue. Creo que Judy Garland está impresionante al igual que James Mason. Mientras estos dos musicales no carecen de encanto. A mí, creo que también lo sabes, el western es un género que me depara buenas sorpresas, me gusta, aunque es inabarcable… por quizá una película que me llevaría a un lugar que no viene marcado en el mapa sería RÍO BRAVO de Howard Hawks.

    Besos
    Hildy

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