No solo informar, cambiar. Matar al mensajero (Kill the messenger, 2014) de Michael Cuesta/Silver city (Silver city, 2004) de John Sayles

En Silver city, cuando se refieren al investigador con rostro de Danny Huston y su pasado como periodista…, explican que él no quería solo informar, sino que quería cambiar el estado de las cosas con sus reportajes. Transformar. Diez años después, en Matar al mensajero, en el discurso final de un desencantado periodista (esta vez el rostro es de Jeremy Renner) mientras recoge un irónico premio…, él dice lo mismo, no quiere solo informar, quiere cambiar. Transformar, contribuir. Silver city y Matar al mensajero no son películas redondas pero sí permiten una buena reflexión sobre la sana bisagra que puede llegar a ser un buen periodismo independiente (algo que es casi misión imposible) para destapar tejemanejes ocultos que hacen el mundo más oscuro e injusto. Un periodismo que sirva realmente para abrir los ojos, para motivar el cambio, para hacer reflexionar, debatir… pero este no es un camino fácil ni de rosas. Es un camino complejo de transitar y el que lo transita puede arrastrar una vida de perdedor desencantado… pero es aquel que descubre y mira.

Matar al mensajero (Kill the messenger, 2014) de Michael Cuesta

mataralmensajero

Matar al mensajero cuenta la historia del periodista Gary Webb, que trabaja para un diario local, San Jose Mercury News, que realiza un reportaje de investigación en el que pone en conexión dos puntos que deberían estar muy distanciados: la CIA que está detrás de la Contra en Nicaragua y la distribución de crack en las comunidades negras en los suburbios estadounidenses. Gary Webb encontró evidencias de que la CIA estaba detrás del negocio de la droga pues le era útil para financiar a la Contra…

Así la película cuenta la peripecia de Gary Webb y su caída. Cómo se convierte en un héroe por haber destapado la caja de los truenos y cómo le tiran al arroyo, con informaciones y rumores perjudiciales sobre su persona y su trabajo como periodista, para que no siga indagando. Es decir, para hacer callar a ese mensajero que trae unas palabras incómodas, que remueven.

Michael Cuesta presenta de manera fría y distante la investigación periodística (de pronto todo encaja, todo es redondo) y la posterior caída (de pronto nada encaja, nada es redondo) no consiguiendo la implicación del espectador pero sí acierta en la forma de reflejar la intimidad del periodista, facilitando una construcción más completa del personaje. El director trata de conseguir el tono de aquellas películas de los años setenta frías pero a la vez impactantes como películas de acción e intriga como Todos los hombres del presidente pero se queda a medias. No obstante, es un buen recurso terminar con la irónica ceremonia del premio al mejor trabajo de investigación, cuando todo el gremio sabe que están hundiendo a Webb (y él mismo también es consciente), y que la última imagen sea el mismo Webb subiendo en soledad una escalera mecánica…

Silver city (Silver city, 2004) de John Sayles

silvercity

Todo empieza con la campaña de un gobernador conservador que está grabando una idílica propaganda sobre el medioambiente al pie de un lago en una localidad de Colorado… y de pronto aparece un cadáver. El jefe de campaña contrata un detective (un antiguo periodista) porque cree que detrás de este descubrimiento, pueden estar los enemigos políticos del nuevo candidato. Durante la investigación, el detective, que actúa más como periodista independiente (así se va desnudando poco a poco su verdadera pasión… aunque le sitúe siempre en un plano de perdedor), descubre los tejemanejes y corrupciones del poder entre políticos, grandes empresarios, la policía, los constructores, los abogados…, de todos los estamentos de la sociedad, donde lo que menos importa es esclarecer la identidad del cadáver y por qué se encontraba en el lago.

John Sayles opta en su manera de contar y estructurar la película y en la manera de presentar a sus personajes por un tono irónico que denuncia. Ante una campaña de un gobernador con dos dedos de frente, se suben al carro del poder todos aquellos que quieren seguir enriqueciéndose y haciendo de las suyas, llevándose lo que sea necesario por delante. Los que pierden siguen siendo los mismos, representados en ese cadáver en el río. Después están los medios de comunicación que o bien son comprados por los grandes magnates y por los que ostenta el poder, luego su papel es meramente figurativo, o los que buscan el meollo de la cuestión que trabajan como clandestinos en una página web. Entre medias el desencantado investigador-periodista que se comunica con los dos mundos del periodismo: a través de su ex novia –en realidad, la mujer de su vida– y su mejor amigo redactor jefe de la web clandestina.

El universo de Silver city es complejo y confuso pero termina de manera potente con esa imagen de un enorme lago en un idílico paisaje en el que empiezan a flotar cadáveres de peces…, ahí bajo el agua están las corrientes ocultas, las turbulencias y basuras que destrozan el bucólico paisaje.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

4 comentarios en “No solo informar, cambiar. Matar al mensajero (Kill the messenger, 2014) de Michael Cuesta/Silver city (Silver city, 2004) de John Sayles

  1. Estoy de acuerdo contigo: a Cuesta, le cuesta (chiste birrioso, lo sé…). En cuanto la historia salta a las implicaciones personales, todo se vuelve previsible y plano, pierde la frescura y el aguijón de la primera mitad. Aun así, en conjunto, es interesante.

    La otra no la he visto, cosa imperdonable tratándose de Sayles, que siempre tiene puesto un ojo en el cine y otro en lo que pasa más allá de él, para mostrarnos la cara B de los que se nos cuenta. «Lone Star» está entre mis impresdindibles, por ejemplo.

    Besos

  2. Querido Alfredo, qué pena que no sea más redonda Matar al mensajero porque como comentamos lo que plantea es muy interesante. Pero es obvio que algo le falta para ser perfecta. Aun así es una película a tener en cuenta, buena para debatir y reflexionar. Yo la de Sayles la vi en su momento y recuerdo que me resultó muy interesante, ahora la he vuelto a ver y me sigue resultando un obra cinematográfica muy pero que muy interesante con un montón de claves para analizar.

    Un beso enorme
    Hildy

  3. Coincido con tu punto de vista de Matar al mensajero: todo se queda un poco ni fú ni fá. Empieza bien, siendo muy interesante, pero termina hundiéndose un poco en el tópico, sobre todo con la historia familiar que me convence más bien poco, planita, planita. Silver City se apunta.

  4. Silver City, querido crítico abúlico, es una propuesta cinematográfica muy pero que muy interesante. Apunta un montón de temas y su manera de contar esta historia a mí me atrapó. Y la de Matar al mensajero, una verdadera pena porque había material para una buena película. A mí la historia familiar no es lo que más me chirría, creo que aporta algo al personaje pero es cierto que tampoco profundiza en ella y sí termina siendo plana.

    Besos
    Hildy

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