Razón número 1: la historia de una bailarina y un payaso
… porque Charles Chaplin siempre explicaba desde el principio, sin máscaras, cómo iban a ser sus películas. Aquí con un rótulo nos decía, entre otras cosas, que nos iba contar la historia de una bailarina y un payaso en Londres antes de la Primera Guerra Mundial. Y eso es lo que ofrece Candilejas.
Razón número 2: la herencia de Charlot
… a pesar de la ausencia de Charlot, su espíritu recorre toda la película. Y es que Calvero es un Charlot que reflexiona, que vuelve a sus orígenes, a sus raíces… Calvero explica y completa a Charlot. Calvero es un “comediante vagabundo” (tramp comedian). Son indivisibles e inseparables. En Calvero se encuentra todo Charlot. La risa y la melancolía. La joven dama en apuros. La miseria. La pantomima. La historia de amor imposible. Su relación con los objetos cotidianos… Lo que ofrece un anciano Calvero es la amargura y el desencanto, frente a un Charlot que daba su patadita y seguía adelante. Con Calvero baja el telón…, termina el espectáculo.
Razón número 3: la herencia de Charles Chaplin
Porque el director y artista se desnuda en Candilejas y vuelve a los recuerdos de su infancia y a su preparación en los escenarios de varietés antes de la pantalla de cine. Porque bebe de su memoria y ‘dibuja’ y se ‘inspira’ y de alguna manera el espíritu y forma de vida de sus padres se encuentran presentes.
Porque cuenta su relación con los escenarios y reflexiona sobre el público, sobre la actuación, sobre el miedo al fracaso, a la sala vacía, a ya no hacer reír, a la dignidad del artista, al trabajo bien hecho, al espectáculo debe continuar…
Porque demuestra que tras el cómico, hay un hombre complejo, un artista desencantado…
Porque presiente momentos difíciles. Sus últimos años, prácticamente retirado, y viviendo un exilio de su país de acogida con profundas dosis de amargura.
Razón número 4: la pantomima
Porque Calvero es el rey de la pantomima y lo eleva a arte. Desde su primera aparición, alcoholizado, es un espectáculo de pantomima sin palabras. Sea en sueños, sea en el escenario, sus elaboraciones cuidadas, su lenguaje del cuerpo y del rostro relucen… Porque Charles Chaplin era un maestro cuidadoso y sus números eran trabajo de años y años. Su domador de pulgas es una composición de un espectáculo del pasado, en los escenarios, que también trabajó posteriormente para llevar a la pantalla en uno de sus cortos… hasta convertirse en el espectáculo estrella de Calvero.
Porque su personaje Calvero habla tanto por la boca como con el cuerpo. Así es capaz de transformarse delante de la bailarina en flor, roca o pensamiento.
Razón número 5: la melodía
Chaplin se preocupaba por cada detalle de sus películas. Y la melancolía y el desencanto es quizá su rasgo más llamativo. Y estos sentimientos son acentuados por otro de los aspectos que adoraba cuidar Chaplin de sus películas: la banda sonora y su composición. Así crea la banda sonora, la música de fondo, de Candilejas. Esa melodía emocionante que acompaña a la bailarina que danza. Y esa melodía cuenta una historia de amor imposible.
En la película la melodía es compuesta por el joven compositor Neville (que tiene el rostro del hijo de Charles Chaplin, Sydney Chaplin) para que la baile Thereza (Claire Bloom), la joven desvalida que renace con la danza. Y este personaje, el compositor, es una premonición de Calvero. Porque el viejo payaso consciente de la imposibilidad de su historia de amor, imagina para su Thereza, mirando por la ventana, una historia de amor con un joven y atractivo compositor. Él se inspira en una anécdota que le cuenta la bailarina sobre un joven al que le vendía papel para componer música… y con el cual no cruzó palabra alguna… Calvero imagina y su historia se convierte en realidad… ante la imposibilidad de la propia…
Thereza, la bailarina, es una mezcla de rostros y personajes: se cruza la madre de Charles Chaplin, con el personaje de dama desvalida que tantas veces personificó Edna Purviance, y con el ideal femenino del creador que desemboca finalmente en el rostro de su última esposa, Oona O’Neill.
Razón número 6: Charles Chaplin y Buster Keaton
Candilejas huele a despedida obligada de una forma de arte, de un pasado. De una forma de hacer reír. De unos artistas que conquistaron escenarios y después se convirtieron en reyes del cine silente. Candilejas regala un número especial entre dos grandes. Regala un momento mágico donde Charles Chaplin y Buster Keaton muestran su relación con los cuerpos y los objetos. Y a la vez que nos hacen reír, nos envuelven en una atmósfera de algo que desaparece. Mientras los dos se preparan frente al espejo para el espectáculo, y todos les dicen que vuelven los viejos tiempos, ellos se rebelan con tristeza porque por su arte el tiempo no pasa… Y hacen esta afirmación evidente. Sin embargo, ambos embadurnan sus tristes rostros.
Razón número 7: interiores y entre bambalinas
En Candilejas vivimos en el interior de la habitación alquilada de Calvero. Una habitación que encierra recuerdos, tristezas, esperanzas y sueños… y en esa habitación se instala una joven bailarina herida sin ganas de vivir. Ahí se gesta su universo especial. El universo de la bailarina y el payaso.
Pero también nos empapamos entre bambalinas. Conocemos los entresijos del escenario. Los camerinos, los cambios de escenografía, los nervios del estreno, los ensayos, las pruebas, los miedos y las pequeñas miserias, los desencantos, los éxitos, el compañerismo, las extrañas familias…
Vemos cómo la línea de lo que se cuenta en los escenarios y lo que ocurre en la vida, a veces, es muy fina. Así Thereza representa con su danza la muerte de Colombina y la desesperación de Pierrot y los payasos… para después resucitar. En la vida ocurre lo mismo pero al contrario, el payaso fallece, en silencio y entre bambalinas, frente a una Colombina a la que ha transmitido ganas por continuar… y de esta manera sobrevivirá Calvero.
Razón número 8: la tristeza del cómico
Todos los cómicos de Candilejas encierran tristeza… empezando por el personaje de Calvero. Así se habla de la paradoja de la dificultad de la risa y cómo el que hace reír no tiene por qué ser feliz. Y cómo el cómico sufre también el miedo al fracaso y el miedo a que ya nadie ría sus gracias.
Su compañero, con rostro de Buster Keaton, transmite esa tristeza. Los músicos callejeros encierran tristeza. La dueña de la pensión donde habitan los personajes esconde tristeza y vida dura…
Las propias recreaciones cómicas de Calvero en los escenarios tienen un poso de tristeza y parten de situaciones trágicas.
Y si repasamos la historia de Buster Keaton o Charles Chaplin… no encontramos tanta comedia en sus vidas.
Razón número 9: Alcohol
Calvero y su alcoholismo es una manera de acercamiento a la figura paterna. El padre de Charles Chaplin era alcohólico y murió muy joven de cirrosis. Calvero reflexiona sobre por qué bebe y por qué está metido en un círculo vicioso. De nuevo vincula su alcoholismo al miedo al fracaso, a la sala vacía, a no ser gracioso, a no funcionar en el escenario… Con Candilejas, Chaplin trata de entender la vida de sus padres, es un acercamiento desde el respeto y la dignidad.
Razón número 10: la vida, el deseo, los sueños
Y es que Candilejas es un canto a la vida… a través de una historia fúnebre. Con un suicidio fallido de una joven bailarina y un payaso herido con corazón débil en tiempos de preguerra… Candilejas habla de aferrarse a la vida porque sí. A través de la imaginación y el deseo, para vivir momentos felices, para crear… Y como siempre pasó con Charlot, Calvero sueña y de paso nos hace soñar también a nosotros.
… Candilejas solo es la historia de una bailarina y un payaso en Londres, a principios del siglo XX…, antes de la Gran Guerra.
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¡Hola Hildy! tu comentario me hizo dar ganas de revisitar esta película. Tal vez hoy mismo vuelva a verla y a soñar con su melodía increíble (a veces olvido qué gran compositor era Chaplin, sin dudas no había nada que no pudiera hacer delante y detrás de la pantalla). Ahora me quedo tarareándola, jeje. Un beso grande, Bet.-
Querida Bet, Candilejas es de esas películas que es un placer revisitar más de una vez. Me alegro que te haya apetecido de nuevo volver a mirarla y disfrutar de la historia triste de una bailarina y un payaso. Y la melodía, ay la melodía. Qué bonita es, yo también la estoy tarareando una y otra vez desde que volví a verla de nuevo. Siento un inmenso cariño por la obra cinematográfica de Charles Chaplin… Disfruto de momentos especiales con ella. Y con Candilejas sigo emocionándome.
Besos
Hildy
No es mi favorita de alguien al que considero uno de los mejores directores de la historia del cine (cineasta total, además: actor, guionista, productor, músico), pero las razones que mencionas son más que suficientes para quererla.
Saludos.
Me gusta esa melancòlica frase final que pones, cargada de hermosa ironìa….pues todos sabemos, tu la primera, que no es verdad, es mucho mas….
Con Chaplin me pasa que pierdo la sensaciòn u olvido que estoy viendo una pelìcula…..late todo con tal fuerza…..
Te admiro Hildy…yo no sabria dar una sola razòn….cada vez que veo a Chaplin me siento como Dorothy ante el tornado de Kansas que la lleva a un mundo en este caso tan personal y tan reconocible, tan humano….un genio….un abrazo
Me quedo con la razón número 6 y con algunas otras, algo matizadas, eso sí. Para mí el lastre de Chaplin (además de ser un gran compositor… cuando no copiaba y lo denunciaban por plagio) es su sentimentalismo desbocado, a veces azucaramiento diabético, que me repele (en Chaplin y en cualquiera), especialmente en esta película. Con todo, es más un mito que otra cosa, y los mitos no se discuten. Se viven.
Besos
Sí, querido Licantropunk, es una película que se quiere. Tampoco es mi favorita de Charles Chaplin pero me fascina prácticamente toda su obra, incluso la denostada La condesa de Hong Kong. Y de cada una de sus películas podría encontrar motivos para no cansarme de verlas una y otra vez.
Besos
Hildy
Querido Victor, si tuviera que definir una palabra esta película, Candilejas, sin ninguna duda sería melancolía… Es cierto, es mucho más que la historia de una bailarina y un payaso pero a la vez es eso únicamente. Me encanta cómo has definido lo que supone para ti ponerte ante una película de Charles Chaplin. A mí me atrapa en su universo «tan personal y tan reconocible, tan humano».
Besos
Hildy
… hay que saber también ser sentimental y de eso Chaplin sabe mucho, querido Alfredo, y es sentimental con mucho humanismo a cuestas. Y por eso sus películas se viven. Porque en El chico es sentimental pero tremendamente humana y todos deseamos que Charlot se reúna con el chico, que no les separen más y sufrimos esa separación. Porque en Luces de la ciudad queremos que la ciega le reconozca, una vez ha recuperado la visión, y queremos que le quiera… Porque en El circo nos encantaría que se quedara con la chica pero nos vamos tristes con él acompañándolo en su soledad… Porque en Candilejas deseamos que la bailarina se ponga a bailar y que Calvero no muera entre bambalinas… Creo que Chaplin ha sido sentimental pero nunca una película suya ha sido diagnosticada de azucaramiento diabético. Su número con Buster Keaton siempre me ha divertido y emocionado a la vez. Y por último…, apasionante empaparse de todo lo que ocurrió con La Violetera, Luces de la ciudad, Chaplin y José Padilla.
Besos
Hildy
Y quizás la 11 o la 50 ….Una obra maestra que retrata la tristeza del paso del tiempo. Los cambios de un mundo caprichoso, la melancolía por lo perdido y la ingratitud que quizás no sea tal, simplemente, una ley de vida que cuando nos toca duele.
Ya que esta es una pelicula dolorosa, rodada entre sombras sobre el triunfo y el fracaso, sobre el amor y la falta de el. La admiración y el olvido y ante todo… Sobre la melancolía de lo que se fue y ya…Nunca regresara. Cuídate y excelente articulo sobre una de mis películas favoritas
Como dice Plared, estoy seguro de que aún se podían citar otras 10 más. Creo que a Chaplin nunca se le valora lo suficiente. Creo que solo proyectándole su filmografía podría educar como es debido a un hijo (si lo tuviese).
… Y 100, querido Plared, y es que hay películas que se disfrutan siempre como la primera vez y son muchos los motivos que se unen para que esto ocurra. Sí, tienes razón, Candilejas es la melancolía por lo perdido y es película dolorosa. Tu comentario la define de manera sensible.
Besos
Hildy
Querido crítico abúlico, preciosa manera de educar a los más pequeños. A mí mi abuelo me proyectó en un super 8 a Charlot y ya nunca lo abandoné. Se me quedó en la cabeza. Y lo más increíble, y lo he comprobado varias veces estos últimos años, es que Charlot sigue cautivando a grandes y pequeños.
Besos
Hildy
Pues no sé, Charlot no me gusta, algún trauma infantil debió ser porque no termino de explicármelo. Es un rechazo visceral, algo extraño, ya te digo, se me encoge el estómago y no hay forma.
Yo es que soy más de Keaton, he concluido siempre cuando me miraban raro al contarlo, jajaja.
Beso!
Querida Marga: a mí sin embargo Charlot me llega y me hace palpitar. Pero también admiro, disfruto y me fascina Buster Keaton. Su cara de palo me llena de ternura. Je, je, je, es que yo quiero todo… Como dice bien un dicho popular, sobre gustos no hay nada escrito. Lo que a cada uno le palpita o transmite algo en concreto es un mundo, por eso existen tantas miradas tan diferentes y por eso es tan interesante compartirlas.
Candilejas permite que tú y yo compartamos la mirada pues ahí están juntos Charles y Buster…, qué gozada.
Besos
Hildy
Lamento comunicarles que la música en que se inspiró Chaplín en crear candilejas es de TCHAIKOVSKY.
Bienvenido Patricio. Gracias por el apunte. No sé si te refieres a la melodía principal, al leit motiv de la película, que la autoría es de Charlie Chaplin (pero que has comprobado que se ha inspirado en una obra concreta de Tchaikovsky) o que en algunos momentos de la película que transcurren en el ballet (la protagonista es bailarina) la música de fondo sea de distintas obras de Tchaikovsky.
Beso
Hildy
Hermosa y sublime película, sería divina sino fuera tan humana.
Preciosa definición de Candilejas, Rafael, «divina si no fuera tan humana». Mil gracias
Beso
Hildy
He visto Candilejas 5 veces y la quisiera ir a ver hoy a EAFIT pero no puedo. La segunda vez que la vi fue una aventura para llegar al cine en Georgetown en Washington, no tenía carro, llovía a cántaros, mentí en mi casa para que no supieran por qué iba a llegar tarde, supuestamente tenía una reunión de trabajo. LLoré viéndola y cuando salí tuve que tomar un taxi, carísimo para ir hasta Bethesda a mi casa. Pero cumplí mi deseo y estaba feliz. Mi primer novio me había regalado una caja de música con esa melodía y seguí comprando otras con la misma melodía que adoro. En Lucerna Suiza busqué con mi esposo una más de esas cajitas, caminamos mucho pero la conseguí. Me encantó tu blog. Gracias Helena
Bienvenida Helena. Y, sí, la melodía de Candilejas es pura emoción. Muchas veces regresa a mi cabeza… Y además, es cierto, Candilejas la veas donde la veas… siempre logra emocionar y que te quedes mirando a la pantalla. Es más que la historia de un anciano payaso y una joven bailarina. Es una historia de amor, de muerte, soledad, superación, desesperanza, sensibilidad y fragilidad…
Beso
Hildy
Hildy no puedo creer que a pesar de lo que me encanta Charle Chaplin hasta hoy encuentro algo tan fabuloso como son tus comentarios, eso me hace ser aún mas su gran admirador, y por supuesto un gran fan de ahora en adelante de tu blog con esas descripciones que vas haciendo de la temática haces que uno la vaya viendo en la mente y sea mas clara aún que haberla visto en la pantalla, por supuesto a volver a verla.
Muchas gracias, un trabajo excelente.
Bendiciones.
¡Bienvenido, Vicente! Muchísimas gracias por tu comentario. ¡Y es que Chaplin es un mago y une a gente que ama el cine!
¡Volveremos a ver Candilejas!
Beso
Hildy
Y no pudo haber habido en la vida personal de Charles Clapín un frustrado amor otoñal, que terminó siendo canalizado en un film. Hay tanto de melancolía y desesperanza que aunque no sea tal como se explica en la película, es muy probable que sean vivencias no muy conocidas del autor.
Bienvenido, Manuel.
Efectivamente, hay mucho de Charles Chaplin en Candilejas. Esa melancolía y desesperanza tiene ecos en su dura infancia, conoce bien el ambiente que refleja. Respecto lo del amor otoñal, Chaplin se casó en 1943 con Oona O’Neill. Con ella se llevaba treinta y seis años y estuvieron juntos hasta la muerte de Chaplin. Vivió un largo amor otoñal con ella. Sí, la bailarina es una mezcla de su madre, de los personajes que llevó a la pantalla Edna Purviance y del rostro de Oona.
Beso
Hildy
La película fue expectacular y su despedida de america, el final es desgarrador.
Todo el mundo debería verla, una de las mejores de su filmogrofia.
Bienvenido, José
Sí, es una película espectacular. Y tienes razón, su final es desgarrador, doloroso.
Yo es una película de Chaplin a la que tengo gran cariño. En cierto sentido es un homenaje precioso al Londres de su infancia y al oficio como artistas ambulantes de teatros de sus padres.
Me emociona la secuencia de Chaplin y Keaton juntos. Tierna y divertida a la vez.
Beso
Hildy
Llego hoy, tras empezar a practicar la canción al piano, a esta lectura y no puedo estar más de acuerdo contigo. Siempre he considerado candilejas el canto del cisne hacía una forma de vida que termina. La participación de Keaton junto al director no es sólo un homenaje a una forma de hacer teatro que se apaga, también es un homenaje hacia ese cine mudo del que ambos fueron grandes estrellas, frente al sonoro que se imponía.
Sólo dos películas han sido capaces de arrancarme las lágrimas cada vez que las veo solo con su tema principal y curiosamente ambas hablan en el fondo de lo mismo: mientras que en Candilejas como digo, lo que desaparece es el vodevil frente a un cine mudo (sigo empecinándome en que realmente se trata del cine mudo frente al sonoro) en Cinema Paradiso lo que desaparecen son los pequeños cines provincianos. Ambas películas, por eso, hablan en el fondo del amor al cine y eso es lo que sus bandas sonoras transmiten.
Bienvenido Eduard, me gusta la reflexión final que realizas en tu valioso comentario: que tanto Candilejas como Cinema Paradiso hablan sobre el amor al cine, y eso es lo que transmiten sus bandas sonoras. Música y cine, un binomio inseparable.
Beso
Hildy
Charles Chaplin,para mi, és un genio, però al mismo tiempo,humano i una cosa què en la vida de las persones de exito econòmico , és difícil de encontrar,no olvida nunca sus orígens,en Candilejas el retrata su propio fin, i lo hace,de una manera què solo el puede hacer,el número final con Buster Keaton, no sé puede explicar con palabras
Bienvenido Josep, para mí Chaplin también es un gran artista. Nunca olvidó sus orígenes ni se olvidó a través de su vagabundo de los más desfavorecidos. Sabía bien lo que mostraba. Candilejas es una vuelta a esas calles paupérrimas que conoció en su Londres natal.
El número con Buster Keaton es para verlo una y otra vez.
Beso
Hildy
Yo admiro a Chaplin pero me da mucha pena en esta película, de la pena por él personaje Calvero no podía verla. En 3 días terminé de verla. Me parece muy depresivo el ambiente completo, salvo varias tomas. La verdad como nunca la había visto yo juraba que la bailarina lo rechazaría por el joven y aumentaría más la desgracia de Calvero y por eso no quería terminarla. Alivio cuando vi que ella lo amaba y era el quien se resistía. Como sea es una realidad que provoca muchas emociones el gran Chaplin
Bienvenida Paola, sí, Candilejas es tremendamente triste. El personaje de Calvero despierta infinita ternura. No obstante, es un hombre fuerte, valiente y con capacidad de amar. Sí, Chaplin sabía provocar emociones.
Beso
Hildy