La canción de Carla (Carla’s song, 1996) de Ken Loach

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Hay películas que van unidas a un periodo de tu vida. Y precisamente La canción de Carla es una de esas películas. Por aquel entonces estaba con lecturas como Las venas abiertas de América Latina, no me perdía los estrenos de cine latinoamericano, leía novelas de aquellos lares… y escuchaba a un montón de cantautores: desde Victor Jara (que su historia me tenía –me tiene– hipnotizada) hasta Silvio o Pablo Milanés pasando por los tangos de Carlos Montero o Violeta Parra, sin olvidarnos de Chavela Vargas. También era tiempo de las películas de Ken Loach. En un puño. Ladybird, ladybird, Tierra y libertad, La canción de Carla, Mi nombre es Joe, Pan y rosas… Recuerdo la primera vez del Fisahara que tuve oportunidad de ir y ver en una pantalla enorme, bajo el cielo del desierto, Dulces dieciséis. Y hasta ahora he sido fiel (y no desencantada) al cine de Ken Loach. Así no me he perdido Solo un beso, El viento agita la cebada, En un mundo libre o Buscando a Eric… Tengo en espera Route Irish, La parte de los ángeles y su documental El espíritu del 45. Me gusta su cine y su manera de contar historias. Unas me gustan más y otras menos… pero todas tienen algo que me llega, que me toca. Un personaje, una escena o la historia entera…

No había vuelto a ver La canción de Carla y tenía muchas ganas de conseguir el dvd y volver a disfrutarla. Recordaba lo bien que me caía su protagonista, ese conductor de autobuses de vida algo caótica (buena gente) con rostro de Robert Carlyle (y es que fue Ken Loach quien le dio su primer papel protagonista en Riff Raff a este actor al que tengo gran cariño). Y cuando empecé a verla el otro día me di cuenta de lo viva que seguía en mi mente. Y lo bien que me acordaba de ella. Es una historia de amor imposible en dos actos. El primero transcurre en Escocia (cómo me gusta) y el segundo en Nicaragua (Nicaragua, Nicaragüita, la flor más linda de mi querer (…) pero ahora que ya sois libre Nicaragüita, yo te quiero mucho más…).

En el primer acto un conductor de autobuses se enamora de Carla (Oyanka Cabezas), una bailarina callejera nicaragüense que no está pasándolo muy bien. Pero él no puede evitar estar a su lado y tratando de entender la tristeza que arrastra. Y nosotros los espectadores somos como él. Tratamos de entender las causas de la tristeza de Carla. Transcurre el año 1987 y se nos va desvelando que las cosas en su país no fueron ni van nada bien y que huye de un pasado que la duele. George, el conductor, trata de construir una vida con ella, empezar de cero. Pero se da cuenta de que ella tiene que regresar a Nicaragua no solo a ver a su familia y amigos sino encontrar también a su antiguo amor. Saber qué le pasó, qué es de él. Ella tiene que regresar y saber qué queda de ese país por el que luchó… Algo terrible pasó…

El segundo acto transcurre en Nicaragua y nosotros tenemos la mirada de George que intenta entender la situación de ese país cercano y lejano a la vez. Y se nos van desvelando las dificultades, los conflictos, la violencia, los enfrentamientos, la contra… para que no prospere el gobierno sandinista que trata de trabajar por un país más justo y libre. Así como una mano que divide y destroza en forma de Estados Unidos… Los ojos de George se van volviendo tristes y va entendiendo a golpe de violencia el horror de lo que ha vivido su amada y lo que le ocurrió a su compañero en la lucha. Descubre el fuerte vínculo y el compromiso que les unía, la canción que Carla siempre porta y nunca se atrevía a cantar… Y George se da cuenta de que tiene que regresar a Escocia, que esa no es su historia. Y que Carla no puede ir a su lado. Su vida está en Nicaragua. El conductor de autobuses encuentra un aliado inesperado que le termina dando una visión completa (aunque su primer encuentro es nefasto…) con un americano cooperante (Scott Glenn), amigo del grupo de Carla.

Con esta película empieza la colaboración entre Ken Loach y el guionista Paul Laverty…, colaboración que aún hoy continúa… La canción de Carla a la vez que narra una delicada historia de amor imposible, presenta las claves para entender la historia de un conflicto.

Y es que el cine ha dejado películas que recuerdan las dictaduras, las revoluciones y contrarrevoluciones de Latinoamérica que sigue teniendo las venas abiertas (como el mundo)… Así también transcurre en la Nicaragua sandinista, Bajo el fuego de Roger Spottiswoode. Y me vienen a la cabeza películas que me impresionaron como Desaparecido de Costa Gavras sobre la dictadura de Chile, El beso de la mujer araña de Hector Babenco o La muerte y la doncella de Roman Polanski. Ken Loach, junto a su guionista Paul Laverty, se acercan con la mirada del que vive ajeno al conflicto, que vive en otro país distinto y no entiende la situación (solo lo escucha de vez en cuando o lo oye en las noticias… como los demás espectadores)… y le implica en la historia porque conoce a una persona a la que ama y quiere entenderla. Así poco a poco se le va desvelando la historia pasada de su amada, que es la de su país, Nicaragua. Y lo que descubre, le duele en lo más profundo pero termina viendo el rostro real de la amada y su secreto guardado, la canción. Entiende la lucha y la opresión. Y lo que queda aún por hacer… Se da cuenta de que la vida de Carla está en Nicaragua, su país. Escocia solo había sido una huida obligada, un antídoto inútil contra el olvido… que la estaba rompiendo de soledad y desesperación.

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10 comentarios en “La canción de Carla (Carla’s song, 1996) de Ken Loach

  1. Mira qué rojilla ella… (jajajaja).

    Puedo entenderte, hubo una vez en mi vida que escuchaba, leía y veía las mismas cosas que mencionas. Desde entonces, mi amor incondicional hacia un continente -y mira que yo de amores incondicionales nanay pero… alguno debía haber, digo yo- y las risas que me paso al leer las interpretaciones y artículos que hablan de allá. La ignorancia siempre la más osada, como la del protagonista de esta película, aunque la suya viniera desde la mejor intención y estuviera dispuesto a aprender. Nunca es fácil, verdad? aprender sin velos, me refiero.

    Jo, me has puesto ñoña y con unas enormes ganas de volver a verla!

    Y sí, las venas siguen abiertas, goteando sin parar y salpicando. Sólo que descubrieron que bastaba disfrazarlo de confetti para colárnosla a todos y desactivarnos como a niños entretenidos.

    Besote!

  2. Mi querida Marga, qué bueno tu comentario. Yo volví a disfrutar de La canción de Carla. Y como tú siento unos lazos con América Latina, ahora màs fuertes con México lindo pues tengo allí a mi hermana. Y el mundo sigue con las venas abiertas pero hay distintos modos de taparnos los ojos. Como a veces la misma información y cómo llega o cómo se emite es una de las herramientas para paradójicamente encontrarnos desinformados.
    Hoy en día, paradójicamente de nuevo, lo que es un lujo es encontrar a alguien realmente informado, con los puntos de vista necesarios para por lo menos llegar a entender del todo la información.
    Un placer charlar con vos…

    Besos
    Hildy

  3. En realidad la colaboración entre Loach y Laverty, aunque de otro tipo (como actor), empieza con «Tierra y libertad», un año antes… En esta también tiene un papelito, dicho sea de paso.

    Creo que hay un Loach antes y después de Laverty. Con Laverty se vuelve más explícito, más retórico, más discursivo y más demagógico, independientemente de que se coincida o no con lo que se expresa, se critica o se defiende. No hay más que ver «Agenda oculta» y compararla con «Tierra y libertad» o «El viento que agita la cebada» para ver que del discurso sutil y soterrado se pasa al fresco ideológicamente comprometido con tintes nada disimulados de panfleto. Funcionan mucho mejor títulos como «Mi nombre es Joe». En cuanto a su película de Cantoná, es vergonzosa. «Route Irish» es interesante (a decir verdad, la única interesante de esta nueva hornada de cintas «afganas e iraquíes» producto del 11-S), pero por momentos se hace también demasiado política. Y el problema creo que es ese: antes de Laverty, el cine de Loach era un cine con carga de profundidad de contenido político y social. Desde Laverty, el cine de Loach es un cine de tesis, en el que todo queda supeditado a esta, para bien y, en ocasiones, y canta un montón, para mal. No todo vale para sostener una idea. La demagogia sirve más bien a lo contrario.

    En cuanto a «La canción de Carla», todavía no se ha llegado a ese extremo, posee la frescura y la inocencia del enfrentamiento de Carlyle a lo desconocido, y eso ayuda. La búsqueda de una capacidad de entender aquello que no se conoce. Luego Laverty, por ejemplo con Icíar Bollaín, ha dado muestras de que le puede más la política que el guión.

    Besos

  4. …Sí, mi querido Alfredo, y ahí también empezó la relación de Iciar y Paul (que aún continua) y la buena relación de Loach con España…

    Cómo me gusta Mi nombre es Joe.

    Y sí Loach y Laverty son una pareja de profesionales que trabajan juntos y como dúo tienen una serie de claves que facilitan el análisis de su obra. Creo que tienen un punto de vista para ‘mirar’ los temas que tratan y es el que defienden en cada historia. Y con ese punto de vista el espectador puede estar de acuerdo o no.

    Este dúo es cierto que con la película de BUSCANDO A ERIC recibió las peores críticas. Pero te digo una cosa para mí fue un paso curioso en su trayectoria, una rareza en su filmografía. Y yo no la denosté tanto. Incluso la vi con una sonrisa bastante amplia. Primero a mí me encandiló su protagonista y su personaje (Steve Evets). Y me llenó de ternura que unos tíos de un cine tan realista (siempre teniendo en cuenta su punto de vista, su tesis, como bien apuntabas)y con un compromiso social y político se decanten de manera tan sencilla y natural por la comedia y el fantástico. Era como una especie de EL INVISIBLE HARVEY pero en el mundo obrero y en vez de un conejo con un futbolista… ja, ja, ja.

    Y, sí, estoy de acuerdo en acompañar a la película de LA CANCIÓN DE CARLA de los adjetivos frescura e inocencia. Y es todo un acierto contar la película desde el punto de vista del personaje de Robert Carlyle…

    Besos
    Hildy

  5. Yo también soy aficionado al cine de Loach (que cada vez tiene más detractores) y esta historia en concreto siempre me ha parecido muy sugerente, ya que mezcla cosas que atrapan mi imaginación (el viaje a un lugar exótico, una relación apasionada con una lugareña guapa, instintos redentores, conocer conflictos geopolíticos internacionales,…). Como dices, el punto de vista exterior y un poco ignorante que va traabando conocimiento de la realidad que le rodea también está muy logrado.

  6. Hola Hildy…..hace mucho que la vi…..te entiendo….hay peliculas que marcan sea x la razon que sea…Tal vez no sean las mejores, o si, el caso es que x una razòn o por otra se quedan grabadas a fuego….
    El debate sobre la linea que separa el cine de tesis con oficio del mero panfleto me parece interesantisimo. En ocasiones alabamos que no se tome postura en un film y que se deje la iniciativa al esoectador. Pero x otra a mi el cine de tesis me encanta si la pekicula me parece buena. Es decir si hay un buen cineasta y un buen guiòn detras….
    Ken Loach….pues en ocasiones….en otras creo que su afan discursivo le hace olvidar expresarse en terminos estrictamente cinematograficos. Entonces la pelicula me vale como denuncia, pero me aburre como cineasta. No siempre ojo…Sin embargo creo que suele tener muy buena mano con los actores…
    Gracias x tus palabras Hildy, eres un encanto…..en septiembre volvere a dar la turra….
    No obstante, espera….si te gusta el debate sobre el cine de tesis….te remito a una conversacion que mantuve con la ex ministra cuando aun no lo era. Pincha, si te apetece en la barra lateral donde dice la suerte dormida. Y gracias x tus textos, por tu amor al septimo arte y por tu constancia…un abrazo

  7. Querido crítico abúlico, es verdad, es curioso que últimamente y cada vez más al cine de Ken Loach le están saliendo más y más detractores. Unos piensan que está trasnochado, yo pienso que contar y denunciar ciertas cosas nunca está de más, otros atacan a lo simple y maniqueo de su discurso caminando hacia lo demagógico. Yo no lo siento así, creo que efectivamente defiende una tesis o un discurso o un punto de vista de un hecho y así construye la historia. Yo por lo menos no me siento manipulada.
    Con esto no quiero decir que todas sus películas me gusten, como todos los realizadores tiene películas mejores y otras peores pero como decía yo hay algo que siempre encuentro en sus películas que me hace salvarlas (me ocurre lo mismo con otro cineasta diferente, Woody ALLen), bien sea un diálogo, una escena o un personaje…

    Efectivamente en La canción de Carla el ver todo desde los ojos de un personaje que ignora lo que ocurre en un país lejano es lo que da un tono especial y atrayente a la historia.

    Beso
    Hildy

  8. Mi querido Victor, ahora mismo que me voy a leer tu conversación con la exministra… pero corriendo…

    Gracias a ti por los tuyos. Ja, ja, ja esperaré a septiembre, mi doctor dice que unos días más puedo esperar.

    Y, claro que sí, Ken Loach tiene algunas películas bastante más redondas que otras pero cuando atina, atina. Y es cierto tiene un ojo con los actores increíble… En su cine hay interpretaciones que no se olvidan. El debate cine de tesis y cine panfletario… apasionante y complejo a la vez… Yo creo que Loach se encuentra en el justo medio…

    Sería bonito un ensayo o reportaje en profundidad sobre las películas que marcan… Hablar con un montón de personas e indagar qué películas les marcaron y por qué.

    Beso
    Hildy

  9. Me gusta mas el director cuando no se convierte en un demagogo que apela al sentimiento de injusticia eterna para llevarnos a su terreno. Que no es mas que el de un sentimiento político mas o menos disfrazado.

    Especialmente me gusta cuando da rienda suelta a un humor genial para denunciar como si eso no fuera con el, situaciones cotidianas de la clase obrera. Genial sin duda su lloviendo piedras, para mi su película mas conseguida. O cuando entra de lleno en el terreno político a ritmo de triller inteligente sin que sus ideas le lastren. Agenda oculta…..

    O simplemente cuando navega por nuestra guerra civil criticando cruelmente a su bando que era el comunista. Tierra y Libertad, posiblemente una de las mejores peliculas sobre lo que sucedió en un lado del ebro y tiene narices que la haya rodado un ingles y no un español.

    Vamos que me gusta cuando se olvida de la demagogia propia de sus ideas y se centra en criticar sin hacer de ello el tema central de su obra. Cuidate

  10. Mira, querido Plared, que apuntas algo muy interesante. A Ken Loach siempre se le ve como un señor muy serio. Y yo como tú creo que tiene un punto de humor bastante bueno… Sí, Tierra y Libertad me parece una película bastante interesante y una mirada acertada. Hace tiempo que no he vuelto a ella…

    Besos
    Hildy

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