Yo necesito amor de Klaus Kinski (Fábula. Tusquets editores, 2012)

klauskinski

Repaso la filmografía de Klaus Kinski que he visionado y me doy cuenta de que apenas he visto títulos y en los que he visto aparece como personaje secundario en la trama: la primera de 1958, Tiempo de amar, tiempo de morir. Y después Espía por mandato, La muerte tenía un precio, Doctor Zhivago, Lo importante es amar y Aquí un amigo. También soy consciente de que tampoco he visto las películas fruto de su relación profesional (tormentosa…) con Werner Herzog: Aguirre, la cólera de Dios, Woyzeck, Nosferatu, Fitzcarraldo, Cobra verde… Casi escuché hablar antes de él como padre de Nastassja Kinski. Su rostro no se olvida. A mí siempre me resultó torturado, desagradable, con ojos donde se siente la locura. Y al hundirme en las páginas de sus memorias ha seguido pareciéndome igual: torturado y desagradable… y una mirada donde se cierne la locura. Pero me ha llamado la atención la sinceridad y brutalidad que destilan estas páginas que al final construyen un retrato sin máscaras de un hombre complicado. No busca ni mucho menos elaborar un retrato amable hacia su persona, al contrario Klaus Kinski se hunde hasta lo más hondo de su alma y desvela sus oscuridades y abismos. Le odias pero también te inspira una pena infinita, un hombre con la tormenta y la violencia siempre encima de su cabeza.

Estas memorias las publicó por primera vez La sonrisa vertical. Y no es de extrañar. Pues Kinski rememora sus actos sexuales con brutalidad y sin sentimiento alguno, llega a tal extremo que a veces provoca la risa en el lector. Pero se nota que es una válvula de escape, una herramienta contra la locura. Sin embargo el trato que reciben las mujeres en las páginas de este libro da miedo… Todas quieren follar ávidas con él, sean doncellas, casadas, viudas, ancianas o jóvenes. Son máquinas sexuales, a veces estas máquinas son dignas de sus alabanzas exageradas. Solo muestra un poco de respeto y algo parecido al cariño con las madres de sus tres hijos reconocidos: Pola, Nastassja y Nanhoi (al que dedica el libro). Hace relativamente poco su hija mayor, Pola, ha escrito un libro de memorias donde acusa a su padre de pederastia y cuenta los ultrajes que sufrió… Y leyendo las páginas de las memorias de Kinski resulta fácil, desgraciadamente, creerla.

Sin embargo sorprende el retrato que surge tras esas memorias. Unas memorias llenas de desgarro, violencia y locura. Comienza su historia mientras realiza unas polémicas representaciones que llevó a cabo en los escenarios teatrales sobre la historia de Jesucristo según su versión y según sus palabras. Y es muy significativo que empiece por ahí, además en un momento en que es vilipendiado por alguien del público y él desata toda su furia. De pronto nos encontramos un texto en las primeras páginas de las memorias que dan el tono exacto de las siguientes páginas (que en realidad son fruto de una pesadilla terrible): “¿A qué llamas tú violento so bocazas? Sí, dentro de mí hay violencia, pero no es negativa. Cuando un tigre despezada a su domador, se dice que ese tigre es violento y se le mete una bala en la cabeza. Mi violencia es la violencia del ser libre, que se niega a someterse. La creación es violencia. La vida es violenta. Nacer es un proceso violento. Una tormenta, un terremoto son movimientos violentos de la naturaleza. Mi violencia es la violencia de la vida. ¡No es una violencia antinatural, como la violencia del Estado que envía a vuestros hijos al matadero, embrutece vuestras mentes y exorciza vuestras almas!”.

Pesadilla terrible que empieza con su infancia. Una infancia en la miseria más absoluta junto a sus padres (una descripción demoledora por angustiosa de su madre) y hermanos. Son unas páginas desgarradoras. Una adolescencia marcada por la guerra y la violencia hasta una juventud en que parece que ‘nace’ con un talento natural para los escenarios y donde experimenta con el teatro adquiriendo una fama casi de leyenda como actor maldito que se atreve con monólogos impresionantes de Shakespeare o sube con los poemas de Francois Villon. Tampoco oculta sus crisis mentales y su dura incursión en un centro psiquiátrico. Su cabeza le juega malas pasadas a lo largo de su vida.

Su relación con el cine también es tormentosa. Solo lo ve como su fuente de financiación y todos los directores, los productores, sus compañeros de reparto son ratas inmundas de las que echa pestes. No se salva ni uno. Por ejemplo, sale mal parado Herzog (madre mía, qué adjetivos le dedica), el único director que repitió varias veces con él (también trabajó varias veces con Jesús Franco pero no le nombra en sus memorias) o tampoco se salvan de la quema clásicos como Billy Wilder o Carlo Ponti o también se ceba con la actriz Maria Schneider. Por supuesto el cine también le proporciona mujeres para sus actividades sexuales. Ni tampoco salva a ni una sola película en la que participase (trabajó en un montón de ellas y en distintas nacionalidades, siempre estaba viajando). De los únicos rodajes que habla algo más largo y tendido pero echando pestes de todos es de los de Herzog (en el fondo creo que son las películas de las que se sintió más orgulloso) y del de Lo importante es amar. Odia todo lo relacionado con el cine: promociones, festivales y premios. Participa en las películas por el dinero que le proporcionan…

No hay paz mental, ni física en la vida de Klaus Kinski. A veces en su furia hace reflexiones que no dejan de ser interesantes (y no le falta razón en algunos de sus planteamientos) pero lo fastidia en la página siguiente comportándose de manera odiosa con alguien cercano. Y solo parece alcanzar algo parecido a la felicidad, pero de nuevo de manera exagerada (desproporcionada, como cada uno de sus actos) a partir del nacimiento de su hijo varón, Nanhoi, alcanzando momentos de un lirismo salvaje. Es como si Kinski se aferrara a la infancia de su hijo (la que él no pudo tener) para redimirse y encontrar algo de paz mental y calma.

Yo necesito amor es un viaje al lado oscuro, al abismo, de un actor de teatro y de cine, Klaus Kinski. Son unas memorias que atrapan y duelen. Klaus desnuda su personalidad sin tapujos, con una sinceridad salvaje. Una personalidad que mejor haberla conocido sólo en las páginas de un libro… Es inevitable que me venga a la cabeza alguna de sus imágenes en el cine y esa mirada y cara crispada. Es como si la locura siempre estuviera presente… si él está cerca.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

11 comentarios en “Yo necesito amor de Klaus Kinski (Fábula. Tusquets editores, 2012)

  1. Me tengo que hacer con ese libro rápidamente. ¡Qué tipo este Kinski! Seguro que su biografía es todo lo que cuentas en tu entrada. Y tienes que ver todo lo que hizo junto a Herzog, una de las parejas director-actor más extraordinarias que se hayan dado, su obra juntos merece figurar con mayúsculas en la Historia del cine. La fuerza de sus películas es descomunal, tanto como el esfuerzo que les costo rodar alguna de ellas. Y tampoco puedes dejar de ver el documental «Mi enemigo íntimo», del propio Werner Herzog. ¿Qué quién era su enemigo íntimo? Precisamente.
    Saludos.

  2. Querido Licantropunk, merece mucho la pena leerlas pues es un retrato al lado oscuro del alma, al abismo, de un hombre. Un retrato sin máscaras. Con lo bueno y con lo malo. Klaus realmente estaba mal pero también muestra unas reflexiones que merecen la pena. Engancha en su delirante discurso sobre la vida. Y sí, tienes toda la razón tengo que ver lo que hizo con Herzog. Llevo rato detrás, sobre todo de Fitzcarraldo pues me leí un libro de Herzog sobre el rodaje que me dejó alucinada. Y también llevo tiempo detrás del documental que comentas que tampoco he visto. Apunto todo y lo meto en mi viejo baúl de películas pendientes.

    Un beso
    Hildy

  3. Querida Hildy, desconocía por completo esta biografía de Kinski. Tomo buena nota ya que es un actor que me ha fascinado desde que de joven ví «Aguirre, la cólera de Dios» con ese kinski desquiciado en la humedad de la selva, yendo a todos lados con su armadura y sus gritos. Tiene unas imagenes que se quedan grabadas para siempre. No dudes en verla, te la recomiendo. Besos. Manel

  4. Querido Manel… ¡cada uno de vosotros me aumentáis las ganas de ver las películas del binomio Kinski-Herzog! Ahora después de estas intensas memorias, me apetecen más. Y sí, es un hombre con un rostro inquietante… No se olvida.

    El retrato que queda de él no es amable en absoluto, es sin máscaras. Y algunos párrafos son de una persona desquiciada que está escribiendo desde el abismo de su alma.

    Besos
    Hildy

  5. Aaaagh! Abrir el navegador y encontrarse este careto (y eso que tiene fotos muchísimo peores…) el lunes in the morning es muy fuerte…!!

    Así que tienes todo un planeta «Santa Klaus Kinski» por descubrir. Valdrá la pena, seguro. Yo no he visto todas, pero sí las más importantes y renombradas y, en especial «Fitzcarraldo» creo que te encantará. Pero todas, en general. Y luego tiene otra faceta, anterior, la de las coproducciones alemanas a nivel europeo, películas como «Gangsters en Londres» o aquella otra de un asesino en serie londinense. Son cintas alemanas ambientadas en Inglaterra, en las que Kinski, casi siempre como secundario, pone el toque inquietante y retorcido… Y luego está, claro «El caballero del dragón», con el imposible reparto de Bosé, Kinski, Harvey Keitel… ¿Dice algo en sus memorias del odio que dedicó a todo el mundo menos a Bosé, por ser este hijo de Dominguín? Eso le impresionaba tanto…

    Besos

  6. Ufff pues yo no lo puedo evitar, me resulta un tipo repulsivo y no creo que su genialidad en el mundo de la actuación pueda exculpar lo más mínimo a una personalidad de ese calibre. Soy muy bruta, ya.

    Sorry, a lo mejor debía yo ser muy joven cuando ojeé estas memorias, y debió ser en la Sonrisa Vertical, claro, colección que escamoteaba a mis hermanos mayores en cuanto se descuidaban. Es posible que mi juicio fuera extremo, ays la presunción de la juventud, pero en cualquier caso nunca he vuelto a desear «revisitar» a este sujeto y sus memorias. Ni nada que tenga mucho que ver con él.

    El último libro que me lo acercó un poco fue La conquista de lo inútil de Herzog,un libro raro aunque lo clasifiquen como los diarios del rodaje de Fitzcarraldo que sí pero no. Herzog otro pirao pero mucho más interesante, en mi opinión, jeje.

    Un beso con capirote!

  7. Sí, mi querido Alfredo, no es la mejor manera de despertar un lunes… ¡menudo rostro! Seguro que cae Fitzcarraldoooo…

    Y en sus memorias ni rastro de los rodajes con Jesús Franco ni con Colomo y demás.

    Qué tipo el Kinski… prefiero cruzármelo solo en alguna película y muy de vez en cuando… ufff. La verdad es que el hombre da muy mal rollo.

    Besos
    Hildy

  8. ¡Querida Marga, sí, leí La conquista de lo inútil… qué libro más interesante! Y también constata otra cosa… Había muchas de las personas del rodaje que estaban como un cencerro pero Kinski superaba a todos… Madre mía.

    Y tienes razón, a mí para nada me resulta un tipo agradable más bien todo lo contrario. Pero es cierto que escribe, como digo, unas memorias sin máscara alguna, desde el abismo de su alma. E impresiona. Pero no es de esas personas que me hubiese gustado alguna vez conocer… lejitos, lejitos…

    Besos de dimensiones gigantes
    Hildy

  9. Ja,ja,ja, me acuerdo ahora de cuando Lee Van Cleef le enciende una cerilla en la joroba en «La muerte tenía un precio», juas, juas, juas… Kinski pone cara de «porque estamos rodando una peli, que si no, te comes el sombrero».
    Anda que el titulito del libro, viéndole el careto, se las trae.
    Más besos

  10. … ando detrás de ese documental. Y sí, el libro es un retrato tan duro, tan sincero y tan oscuro… que seguro perdura en el recuerdo… pero, querido Fernando, de verdad te digo que Kinski es una persona que no me hubiese gustado tener cerca. Creo que mucha energía positiva no transmitía el hombre…

    Beso
    Hildy

    Pd: tu serie de Ideas de verano, genial.

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