El banquete de los genios. Un homenaje a Luis Buñuel de Manuel Hidalgo (ediciones Península, 2013)

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El periodista y escritor Manuel Hidalgo ‘conversa’ con una fotografía y cuenta una historia. Y a partir de una imagen articula un libro ameno y original lleno de llaves, pasillos y recovecos… La fotografía es obra de Marv Newton y fue atrapada por su objetivo en noviembre de 1972. Recogía una instantánea irrepetible, un grupo de hombres frente a la camara. Todos reunidos en un banquete en el 9166 de Cordell Drive, en Beverly Hills. Ése era el hogar del anfitrión, el director de cine George Cukor. La razón del almuerzo: la presencia de Luis Buñuel en Hollywood. El director de Historias de Filadelfia aprovecha esta situación para invitar a otros colegas de la profesión. Luis Buñuel se encontraba en esos momentos en Hollywood porque su película El discreto encanto de la burguesía clausuraba el Festival Internacional de Cine de Los Ángeles (y  posteriormente ganaría el oscar a la mejor película de habla no inglesa).

En esa fotografía (si la miras de frente y como se puede ver en la portada del libro) se encuentra en el centro Luis Buñuel sentado y a su derecha Alfred Hitchcock y Rouben Mamoulian y a su izquierda George Stevens y Billy Wilder. Detrás de pie, de izquierda a derecha, Robert Mulligan, William Wyler, George Cukor, Robert Wise, Jean-Claude Carrière (guionista) y Serge Silberman (productor). También se encontraba en la comida pero tuvo que irse antes de la fotografía de grupo porque no se encontraba bien del todo (aunque existen otras imágenes que certifican su asistencia), John Ford. Y estaba invitado pero no puedo acudir por problemas de salud, Fritz Lang. ¿Quién no hubiese deseado estar ahí y poder charlar de cine sin parar?

Manuel Hidalgo encuentra así un punto de vista diferente para hablar de la figura y obra del director aragonés. Y consigue unas páginas amenas y un acercamiento singular a Luis Buñuel. Finalmente queda un homenaje (como señala el subtítulo del libro) que puede ser un buen principio para aquellos que no conozcan demasiado al director y una guinda perfecta y curiosa para aquellos que conocen y exploran tanto su obra como su personalidad.

El periodista no solo recrea y cuenta lo que se sabe sobre esa reunión (incluyendo menú, posibles bebidas y conversaciones) sino que crea también un perfil de cada uno de los asistentes y las posibles conexiones con el director español construyendo una interesante red. Por otra parte, también imagina los diferentes motivos para celebrar dicha reunión y las sensaciones que pudo tener tanto el protagonista como los demás asistentes.

La obra cinematográfica de Buñuel y su esencia la examina a través de un exhaustivo análisis del argumento de El discreto encanto de la burguesía. A partir de un paseo por las imágenes de la película (por cierto película que aún no he visto… pero ya imaginada fotograma a fotograma) va extendiendo distintos brazos que van formando un armazón que recoge su legado cinematográfico. Además trata de valorar realmente qué significó esta película dentro de la obra del director. Qué supuso cuando se estrenó, cuál fue el secreto de su posible éxito y cómo puede interpretarse en la actualidad.

También especula con que hubiese sido posible la presencia en dicha comida de Truffaut que elevó a casi todos los presentes a la categoría de autores cinematográficos… y que también poseía varias conexiones con Buñuel (entre otras haber trabajado con actrices como Catherine Deneuve o Jeanne Moreau…).

O finalmente descubre también la presencia de varios ausentes de la fotografía: Rafael Buñuel, uno de los hijos del director, el propio fotógrafo y un periodista que recogió y fue testigo del ‘inmortal’ encuentro.

Y señala las influencias de la figura de Luis Buñuel en otros cineastas del mundo y lo que cuesta bucear esas influencias en los cineastas españoles. Así como la escasa bibliografía escrita por estos lares sobre él… o cómo esa misma fotografía que sirve de portada para su libro, fue empleada para una retrospectiva en el Festival de cine de San Sebastián…

Pero también realiza otra crónica interesante. En qué momento se encontraban estos cineastas ya mayores… (excepto Robert Mulligan el benjamín del grupo), cuál era su situación, si estaban rodando o no, sus últimas películas… Cómo era un grupo de creadores que conformó la Edad de Oro de Hollywood pero que ya estaba pasando el relevo a los directores que estaban conformando el Nuevo cine americano. O explica cómo Buñuel se encontraba en ‘una nueva etapa dorada creativa’ que permitió que pudiera trabajar hasta al final con un productor que le apoyaba y un guionista que trabajaba codo con codo con él. Y narra cómo algunos de los protagonistas de este almuerzo murieron relegados en el olvido, retirados o con muchas complicaciones para realizar sus últimas aportaciones cinematográficas. Y también la confrontación entre cineastas europeos y cineastas de Hollywood. Una confrontación de amor-odio, de admiración y animadversión, de te quiero lejos pero también cerca… Así como un nuevo mapa político y social que también afectaba al mundo del cine y a los temas reflejados y tratados…

Lo dicho, las fotografías hablan, cuentan y Manuel Hidalgo sabe cómo narrar una historia a partir de una imagen congelada. Nos convierte a todos los lectores en ese posible ausente —que no aparece en la fotografía pero que estaba allí— de un banquete de genios…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons

8 comentarios en “El banquete de los genios. Un homenaje a Luis Buñuel de Manuel Hidalgo (ediciones Península, 2013)

  1. Ameno, interesante, didáctico, nostálgico, cinéfilo… Pero no muy original, mi querida Hildy, al menos a mí no me lo pareció. Es un gusto reencontrarse con toda esta gente, volver a leer sobre ellos, verlos todos juntos, mezclados, conectados, pero Hidalgo en este libro, como en general en sus artículos de cine, no destaca por descubrir nada nuevo, ni siquiera en la forma de contarlo. Lo cuenta muy bien, y su gran mérito es juntar en un texto un montón de cosas estupendas y muy interesantes, pero tiene propensión a hablar de lo ya sabido como si lo acabara de descubrir él al mundo, y eso me chirría un poco.
    En todo caso, lo importante y lo que me hizo disfrutar enormemente el libro fue la inmensa talla de toda esta gente, la posibilidad de volver a sumergirse en su vida y en su obra, y, por encima de todo, imaginarse uno mismo en un rinconcito, aunque fuera de camarero, alrededor de todos estos monstruos…
    Por cierto, me sorprendes con eso de que no has visto la peli de Buñuel: la vas a disfrutar a tope; es de esas películas que uno envidia volver a ver por vez primera, y no porque sea algo sublime, sino para repetir la sensación de expectante desconcierto, de escéptica diversión, de asombrada perplejidad, que le invade a uno cuando se enfrenta a Buñuel y su mundo de infinitas posibilidades de sueños y humor ‘somardas’ a lo aragonés.
    Besos, mi querida Hildy.

  2. ¡Muy de acuerdo con todo lo que dices, mi querido Alfredo! Genial ampliación tu comentario sobre el libro de Hidalgo. La originalidad la veo en la idea, en la concepción del libro, en la forma de abordar el homenaje a Buñuel, en cómo estructura el libro…, en esa foto como punto de partida. Después como dices lo que cuenta, el contenido, lo cuenta muy bien y de manera amena.

    ¡No he visto El discreto encanto de la burguesía… otra película de Buñuel que me espera!

    Un beso
    Hildy

  3. Desde luego que es una fotografía mítica por lo que representa. El libro me gustó simplemente por la idea,pero no tanto por el contenido. Eso de coger una foto en donde se encuentran todos esos tipos y te pones a hablar con ella, a reflexionar, a rememorar, a extraer, incluso, experiencias de tu propia cinefilia, etc. Todos deberíamos hacer esto de vez en cuando. Yo lo hago aunque no lo publique en mi blog. Creo que publiqué una con la imagen de Jean-Luc Godard y Truffaut sentados a una barra de bar. Los dos sonríen. Los dos eran amigos en ese momento… en fin, salieron muchas cosas. Y respecto a John Ford,Buñuel cuenta en un libro de entrevistas que tenía «un esclavo negro que lo llevaba en brazos a todas partes». Y después sigue: «Se cagó encima cuando estaba con nosotros». ¿Es cierto? Con Buñuel nunca se sabe. Sí, este libro me gustó por lo que ya te he dicho. ¿Y qué fotografía elegirías tú para escribir un texto,amiga Hildy?

    Besos desde un fotografía.

  4. Mi querido FRANCISCO, ¡muchas, muchas fotografías elegiría yo para escribir un texto! La fotografía (no hacerlas yo, sino mirarlas) es otra de mis aficiones. Y, sí, tengo la seguridad de que las fotografías hablan y cuentan historias.

    Me gusta mucho aunque ya se ha escrito mucho sobre ella (pero como la tengo reciente por una exposición) esa foto de grupo del rodaje de VIDAS REBELDES.

    Besos
    Hildy

  5. En mi generación,cuando íbamos al cine lo hacíamos según los carteles expuestos en el cine.Ay,aquellas imágenes de la película compuestas de una manera arbitraria e inolvidable. Como no existía la crítica inmediata ni internet ni nada de eso no sabíamos absolutamente nada de lo que veríamos. Entonces nos fijábamos en los fotogramas y cada uno se montaba la/su película antes de verla. Esto ya se ha perdido pero no hay que denostar esta costumbre de antaño porque a mí, por ejemplo, me enseñó a imaginar entre fotograma y fotograma, ese paréntesis que hoy se ha perdido en la crítica cinematográfica. Ahora las películas las anuncian en grandes cartelones como armarios y nadie puede leer nada en este trasto; como mucho a algún comentario respecto a lo que la productora se ha gastado.

    A mí siempre me ha gustado esa fotografía donde Bogart está en un entierro bajo la lluvia en La condesa descalza. Quizá me ponga ya en ello. Gracias por la inspiración.

    Más besos desde el interior de una fotografía.

  6. ¡Por favor, escribe ese texto de Bogart bajo la lluvia en un entierro, el de la condesa descalza! Espero leerlo pronto… ¡Me encanta!

    Jo, aquellos fotogramas eran una pasada. Y es verdad que te montabas tu propia película por solo una de las imágenes que te atrajera.

    A mí todavía (cuando se nota que están hechos con cariño y cuidado) me pasa que un cartel de una película es capaz de llamarme la atención (y también puede echarme para atrás)… Hace poco hubo uno precioso de una película francesa del actor Mathieu Amalric, la película se llamaba Tournèe… era la historia de un príncipe sapo…

    Besos
    Hildy

    Besos
    Hildy

  7. Recomendación literaria para no dejar pasar de largo, seguro. Más aún ahora, que estoy inmerso en el universo Buñuel y acabo de revisar «Viridiana», en plena semana santa, como debe ser. Anotamos pues el título. Abrazos.

  8. Mi querido Marcos, es un libro adecuado para estos días de fiesta. Yo también ando envuelta en estos tiempos en el universo Buñuel y llevándome agradables sorpresas.

    Beso
    Hildy

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