Hace relativamente poco pude ver la primera película que dirigió Clint Eastwood, Escalofrío en la noche (1971), en cuyo guion participaba Jo Heims. Y ahora me he enfrentado a su tercer trabajo como director… y ha sido una agradable sorpresa. Primavera en otoño cuenta una historia de amor. Pero ¿qué la hace especial, distinta y sorprendente? Nos encontramos con una de las películas más desconocidas de Eastwood. De hecho en el momento de su estreno fue un fracaso de taquilla… Y fue fracaso por propuesta desconcertante del director que la rodaba. Clint Eastwood todavía no era tomado en serio detrás de las cámaras, todavía nadie le consideraba un creador capaz y con una manera de narrar cinematográficamente, con una mirada distinta. Nadie podía creer que el chico duro, el de los spaguetis westerns, el de las películas de acción de Don Siegel… el controvertido y violento Harry el sucio… pudiera albergar y fuera capaz de plasmar una historia romántica con una sensibilidad extrema. Y una historia nada plana, delicada.
De pronto la estrella de cine de rostro impenetrable, el más duro, ofrecía una película de autor donde además él no aparecía como actor. Una historia íntima con música del realizador Michel Legrand y su segundo trabajo junto a la guionista Jo Heims (el primero fue Escalofrío en la noche). Clint Eastwood formaba parte del mapa de jóvenes realizadores que estaban cambiando el panorama cinematográfico en Hollywood, el nuevo cine americano… pero no fue tomado en consideración hasta muchos años más tarde. La película fue una propuesta atrevida del nuevo director y en consonancia con los tiempos que corrían… pero rápidamente sepultada.
Parece incomprensible que la estrategia del productor Robert Evans, Love Story (1970) de Arthur Hiller, tuviera un éxito sin precedentes… con una historia de amor que apelaba a la lágrima y bastante plana… y que tres años después Eastwood ofreciera una historia bastante más compleja, bien rodada y sin recurrir a recursos fáciles de lágrima y cursilería para contar una historia de amor más profunda… y sin embargo pasara sin pena ni gloria por la taquilla y quedara sepultada en el olvido.
Primavera en otoño cuenta de manera aparentemente sencilla la historia de amor entre un hombre cincuentón solitario, desencantado y con la vida resuelta y una adolescente hippie que ofrece y no pide nada a cambio, que se limita a vivir el presente… Dos personalidades con dos tipos de vida absolutamente diferentes, que de pronto se atraen y sienten que pueden construir una historia juntos. No sólo les separa la edad sino también las convenciones e hipocresía social, sus estilos de vida diferentes, la intolerancia y los prejuicios, el miedo a los nuevos tiempos… No se prometen amor eterno pero sí intentarlo y vivirlo con intensidad. Como muchos años después en Los puentes de Madison, Eastwood cuenta la historia de dos amantes incompatibles en sus formas de vida que tienen todas las papeletas para no poder estar juntos… y sin embargo viven su historia con intensidad y autenticidad. O no hace falta irse a su otra historia de amor por excelencia sino, por ejemplo, al El gran Torino donde refleja otro tipo de amor entre personas con diferentes pensamientos, orígenes y formas de vida. Eastwood muestra la complejidad de las relaciones humanas… donde nada es blanco o negro y donde el encuentro puede ser posible aunque no un camino fácil.
Así como suele ocurrir con el cine del director crea dos personajes creíbles en una historia que llega con una sensibilidad poco común y una sencillez que se agradece. Sin estridencias. Por otra parte dirige a sus actores protagonistas que se meten de lleno en sus personajes, componen unas personalidades que se complementan y consiguen traspasar con su química la pantalla. Cuenta con el rostro de un actor veterano, un maduro William Holden (maravilloso), desencantado y atractivo (que en un momento dado le dice a su joven enamorada que nunca se madura, uno simplemente se cansa) y una desconocida Kay Lenz que destila naturalidad y frescura.
Por el mismo año también se rodaba otra propuesta cinematográfica de John G. Avildsen (de las que he visto del realizador la que más me gusta y la que más merece la pena), Salvad al tigre, que narraba un día en la vida de un empresario maduro en crisis (magnífico Jack Lemmon)… donde el único momento en que lograba expresar lo que realmente sentía… también era en compañía de una joven hippy. Avildsen conseguía así el momento más auténtico y triste de la película. Mientras veía la película de Eastwood me vino a la cabeza la película de Avildsen y sus puntos de unión.
Primavera en otoño habla de dos personas muy distintas que de pronto pueden construir una historia común. No se sabe hacia dónde les llevará su idilio pero deciden intentarlo…
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Ay,recuerdo esta película bastante bien y me pareció algo ñoña y tópica, pero no me hagas caso porque por aquel tiempo yo andaba medio loco con las películas del viejo Sam,ya sabes,Sam Peckinpah;Grupo salvaje, La huida… A mí nunca me ha gustado mucho ver al viejo Clint de romántico porque no me lo creo demasiado. En Los puentes de Madison…nos sé,no sé, ver a la actriz esa de cara de pollo y él…Y bueno Love Story no sé todavía de qué va, de verdad. Recuerdo que sale un tipo universitario (Ryan O’Neal)que estaba mejor en las películas de Bogdanovich,Luna de papel o ¡Qué me pasa,doctor? eso le digo yo también a mi médico.Y la Ali MacGraw algo mayorcita ya.Pero qué poco romántico estoy últimamente con los asuntos de la gran pantalla.Jolines y Clint corriendo por la orilla de una playa.El otro día me fui a pasear por el paseo marítimo de mi ciudad y pillé un resfriado, te lo juro,amiga Hildy.Y si me vieras la nariz ni te cuento,hija.
Me encantan tus post.Te deseo felices fiestas.
Besos con un gorro de lana,la nariz como el de un muñeco de nieve y el termómetro en la boca.Empiezo bien el año.
Ante todo, Animo Machuca que tu puedes…Tal vez el relativo olvido de esta primavera y de otras que citas como salvad al tigre resida precisamente en su caracter otoñal.
Tal vez la taquilla prefiera ver a dos jovencitos aunque el asunto esté plagado de tópicos.
A mi si me gustan los puentes…tenemos oportunidad de ver a Eastwood desarmado y sin balas en el cargador. Noqueado por un ama de casa. Es tremenda.
Love Story….es que nunca la he visto completa. Demasiados tópicos y demasiada carga de almibar. Muy interesante Hildy. Acabo de estornudar, Machuca me lo acaba de pegar on line…¿será posible? Un abrazo.
Pero ¡mi querido Francisco! tápate bien con la manta, déjate mimar, un poquito de café con leche en la cama… y zumo de naranja con limón y miel… Después del resfriado, como nuevo… recibiendo el 2014 con los brazos abiertos, con la nariz y la cabeza despejada…
Love Story mejor que no sepas de qué va… aunque Bogdanovich se ríe de ella en un divertido gag de Qué me pasa doctor…
Sin duda si el Eastwood romántico no te gusta nada de nada por supuesto que Primavera en otoño… es como la recuerdas. Sin embargo a mí me parece una historia de amor bien contada, sensible y creíble, más compleja que plana… El que corre por la playa es mi querido William Holden… Clint corrió por la playa enamorado en Escalofrío en la noche… pero sabemos la pesadilla que tuvo que vivir…
Sam Peckinpah dirigía en el mismo año 1973 Pat Garrett and Billy The Kid… lo inesperado de Clint fue que nadie esperaba el tipo de película que dirigió…
Besos con unas gotitas de miel
Hildy
Mi querido Victor, bonita manera de definir Primavera en otoño y Salvad al tigre (que es más desencantada y pesimista que la primera)… películas de un caracter otoñal…
Me encantan los puentes… y no soporto Love Story.
La historia entre el fotógrafo y la ama de casa está maravillosamente contada… el proceso de enamoramiento es descrito visualmente de una manera sensible y hermosa.
Para mí, respecto Primavera en otoño, siempre es un placer encontrarme con William Holden… y aquí, como casi siempre, no decepciona.
… me cachis, yo también estoy estornudando y con la nariz roja… Francisco ¡nos hemos solidarizado contigo on line!
Besos con más gotas de miel (¡hay medicina para todos!)
Hildy
Menudo tropezón amiga Hildy,confundir a Clint con Holden. No tengo perdón ni aún estando resfriado. Sí, es verdad que la peli no la recuerdo mucho pero sí Los puentes de Madinson.
Gracias a ti y también a Víctor. Es que cuando estornudo mis virus llegan muy lejos.
Besos querida amiga.
Está visto que no os puedo dejar solos, coñe: Víctor y Machuca se resfrían, y a ti, mi querida Hildy, te crecen los pies como a Alice in Wonderland y se te ponen como los de Frodo Bolsón…
En fin, a mí esta película me pareció hermosa, delicada, y en la corriente de Eastwood de salirse en la dirección de su encasillamiento como actor. Luego ya no fue exactamente así, y picó de todo. Lo que a mí siempre me ha fallado de Meryl Streep no ha sido sus interpretaciones, sino su adecuado perfil «físico» y «de edad» para según qué personajes. Es lo que me chirría de «Los puentes de Madison»: todo me parece perfecto, salvo la química entre ambos, no la veo, no la veo… El tipo hace de fotógrafo de «National Geographic», se supone que está acostumbrado a cierta belleza… En fin, que desvarío. Será que también me estoy contagiando… de los pies.
Besos dosmilcatorceros
¡Menudo jaleo… durante tu ausencia! Tenemos miel y naranjas por todo el ciberespacio para los resfriados. Y nada mis pies como los de Alicia de gigante… pero menos mal que ya no crecen más…, je, je, je.
Y lo has expresado muy bien querido Alfredo, Primavera en otoño es una película delicada…
… Y Los puentes… ay, los puentes… De verdad, yo me creo y siento la química entre ambos.
Besos desde el balcón
Hildy