Ciencia ficción en los años 70. Almas de metal (Westworld, 1973) de Michael Crichton /Capricornio uno (Capricorn one, 1978) de Peter Hyams

Propongo una curiosa sesión doble de ciencia ficción de los 70. A través de la proyección de dos películas que no son ni perfectas ni redondas pero que muestran diversos elementos de interés tanto en el contenido como en la forma. Y además proporcionan una tarde-noche muy pero que muy entretenida. Por otra parte fue un placer recuperar Capricornio uno porque recordé que fue una película que me impactó cuando la vi de pequeña y conservaba ciertas imágenes que no se me habían borrado de la memoria. Curiosamente ambas cuentan en su reparto con un mismo actor, James Brolin (y ¡cómo se parece su hijo Josh a su progenitor!).

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Almas de metal (Westworld, 1973) de Michael Crichton

No la había visto nunca y eso que en papel estelar e inquietante (pero muy que muy silencioso) se encuentra Yul Brynner (un actor que me gusta mucho) pero sí que había leído sobre ella en el capítulo que dedica al escritor Michael Crichton, José María Aresté en su imprescindible libro Escritores de cine. El libro describe la vinculación tormentosa de varios escritores con el mundo del cine. Crichton (confieso que no he leido ninguna de sus novelas) fue uno de los escritores que probó la dirección (sin mucha fortuna) y realizó varias películas (en las que solía escribir también el guion).  En Almas de metal además adaptaba al cine una de sus novelas.

Película imperfecta que, sin embargo, merece la pena verse (… por lo menos una vez en la vida) porque además del entretenimiento (baza que la hizo ser un éxito de público, nunca lo fue de crítica) plantea un argumento interesante y algunos elementos que se han repetido posteriormente en el cine de ciencia ficción.

La película empieza con un anuncio de televisión que ofrece un nuevo destino a turistas intrépidos hartos de la gris realidad: un parque de atracciones gigantesco que les permite ‘visitar’ otras épocas, otros tiempos. La oferta ofrece tres mundos: el Romano, el Medieval y el Oeste. El reportero entrevista a distintos visitantes que hablan de las maravillas del centro recreativo. Al terminar el anuncio empiezan los créditos y acompañamos a dos amigos a su viaje al parque de atracciones junto a otros turistas. Uno es el veterano (Brolin) y el otro es el que llega por primera vez… los dos eligen el Oeste para su feliz estancia. El veterano explica los trucos para disfrutar de sus vacaciones y le dice al ‘nuevo’ que todos los habitantes de esos mundos son robots. Ahí podrán hacer lo que quieran… hasta matar… pero las víctimas siempre serán robots perfectos, casi humanos. La única manera de saber si se encuentran ante un robot o un humano es mirarle los dedos de las manos (que todavía son imperfectos).

La película plantea la necesidad del ser humano del siglo XX y XXI de coquetear con realidades virtuales (con otros mundos) y así imaginar que escapan de mundos alienantes. Las nuevas tecnologías están empezando a hacer acto de presencia… aunque todavía están en pañales (es una de las primeras películas que emplea efectos especiales no artesanales…). Los protagonistas de Almas de metal se dirigen a una aventura ‘planificada y sin riesgos’ . Luego siguen estando en un estado igual de alienante. No viven por sí mismos con emociones de verdad. Si la creación de estos mundos y este pensamiento ya se habían desarrollado en la literatura de ciencia ficción, ahora es el cine el que atrapa estas claves de un género complejo.

Así asistimos a las aventuras de los dos amigos en ese Oeste inventado donde se meten en peleas en los bares, van al burdel, se convierten en forajidos… Y la presencia de un pistolero sanguinario (Yul Brynner) al que siempre acaban matando y este resucita una y otra vez sin dejar de molestar a los amigos, que están encantados de eliminarle.

Pero el espectador también es testigo de lo que ocurre en la trastienda de ese mundo creado. Y visita las salas de controles y el ‘hospital’ de los robots donde hay todo un equipo técnico que se dedica a que esos mundos ficticios funcionen a la perfección. Sin embargo hay un científico bastante preocupado: está detectando algo que no le gusta. Demasiados fallos inesperados por parte de los robots… Está a punto de ocurrir una rebelión de las máquinas debido a la transmisión de un virus. De tal manera que el parque de atracciones quedará sin control posible. Llega el caos y la violencia.

La diversión de los amigos se transformará en un instante en supervivencia. El pistolero sanguinario calvo y vestido de negro será la amenaza real y constante. Y solo tiene un objetivo: matar a los dos amigos. El novato (que empezaba a entrar en el juego…) pronto tiene que desarrollar su instinto y tratar de no morir. En esa huida, el parque de atracciones se convierte en un lugar siniestro y apocalíptico, en una especie de cárcel o fortaleza sin salida…

En la película de Crichton se plantean muchos temas (ya presentes en la literatura) pero que alimentarán películas del futuro. Los robots demasiado humanos y las realidades virtuales, la rebelión de las máquinas, los parques de atracciones temáticos que fallan… Así vienen a nuestra cabeza Terminator, Blade Runner, Parque Jurásico, Inteligencia Artificial o Matrix

A pesar de su interesante planteamiento el desarrollo de la historia y su estética es bastante light. No se cuidan ni las tramas secundarias ni los personajes secundarios. El novato (Richard Benjamin) es bastante gris pero la verdad que no deja de ser una virtud para lo que quiere contar aun así es difícil contactar con él… El espectador irremediablemente se pone desde el principio al lado de ese carismático Yul Brynner robotizado (rozando la caricatura) y está deseando una y otra vez que aparezca, amenazador. Las posibilidades del parque de atracciones y sus tres mundos podrían haber generado una película potente visualmente pero no es así. Lo que vemos es como si se estuviesen llevando a cabo películas de serie B. Y su banda sonora totalmente olvidable e incluso molesta.

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Capricornio uno (Capricorn one, 1978) de Peter Hyams

Capricornio uno es una película de ritmo trepidante, con persecuciones, conspiraciones secretas, aventuras y adrenalina. También es fallida (no me molesta lo inverosímil en las películas pero aquí roza el absurdo) pero es tan entretenida que a veces te olvidas. Y parte también de una muy buena premisa. Además es puro cine de los setenta tanto en realización como en temática.

Tres astronautas norteamericanos (uno de ellos es Brolin, el más prota) están preparados para volar a Marte en una misión espacial carísima… De pronto cuando se disponen a despegar, les hacen bajar de la nave y los trasladan en avión hasta unos grandes estudios cinematográficos donde tendrán que simular (les amenazan con la seguridad de sus familias) que realmente están realizando el viaje espacial. Los motivos mezclan la política y la investigación espacial. El máximo dirigente del proyecto detectó un defecto que iba a abortar el viaje, no podían arriesgarse después del mucho dinero invertido por el Gobierno a fracasar pues supondría tirar por la borda años de investigación (y perder mucho poder e imposibilidad de financiación futura). Esos tres astronautas tenían que regresar vivos y como héroes nacionales. Pero poco a poco todo se va torciendo y no solo porque aparezca un técnico inteligente, un periodista entrometido y unos austronautas muy íntegros…

Así esta vez sí que la película tiene secundarios carismáticos pero la mezcla de tramas queda un poco en plan batiburrillo paranoico y el mundo de las coincidencias como lo más normal del mundo. Así además de los tres astronautas (que si te interesas por su paradero) nos encontramos con Elliott Gould, el periodista intrépido; Telly Savalas que pasaba por ahí protagoniza la persecución más emocionante con su avioneta; Brenda Vaccaro, de sufrida esposa con personalidad; Karen Black… de guapa y punto…Y entre todos arman una película con demasiados cabos sueltos, un final demasiado abierto pero una sensación de habértelo pasado de miedo.

Capricornio Uno está empapado en ese cine de los años setenta donde los periodistas desvelan tramas donde los poderosos manejan al mundo a su antojo y todos fuéramos marionetas indefensas y donde las conspiraciones paranoicas son el padre nuestro de cada día. Y los enemigos sin rostro salen de debajo de las piedras. Pero aquí es puro divertimento, imita el ambiente y las formas de películas serias como Todos los hombres del presidente, El último testigo o Los tres días del cóndor y deja una película de ritmo trepidante. Contaba con todos los ingredientes para haber ido más allá del entretenimiento…, además partía de una premisa potente y un tema que siempre ha estado presente en la rumorología popular: la posibilidad de que la expedición a la luna hubiese sido un montaje, tal y como en la película se refleja un montaje del viaje a Marte.

… hablando de ciencia ficción Peter Hyams se atrevió años después a realizar la segunda parte de  2001. Una Odisea del espacio (con el título de 2010: Odisea dos… que tiene un grupo de espectadores que la defienden como secuela. Yo no la he visto).

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

9 comentarios en “Ciencia ficción en los años 70. Almas de metal (Westworld, 1973) de Michael Crichton /Capricornio uno (Capricorn one, 1978) de Peter Hyams

  1. «Capricornio Uno» posee uno de mis diálogos favoritos de todos los tiempos. Dice Gould: «Me llamo Caulfield». Y le responde Savalas: «Yo no tengo la culpa de eso».
    Bueno, por partes. Me gusta mucho «Almas de metal». No quizá por la forma, que es bien cutre como cuentas tan bien, pero sí por lo que plantea. ACostumbrados como estamos hoy en día a películas de buena factura sin fondo, esta es el caso inverso. Todas esas películas que citas no hubieran podido existir sin esta, esto está claro, y eso le confiere un valor, una importancia y un plus como precursora que merecen un reconicimiento que sería dudoso otorgarle por otras razones estrictamente de calidad.
    En cuanto a «Capricornio Uno», sus defectos son todos los que señalas, y puede que incluso alguno más, pero tiene una virtud que no poseen las películas actuales que comparten planteamientos erróneos con ella: la ausencia de pretensiones, la honestidad de la propuesta, su voluntad de no vender motos, de no parecer lo que no es, la ausencia de un soporte publicitario que cree expectativas que luego la película no puede cumplir. Esta ofrece lo que ofrece, y punto.
    En cualquier caso, con defectos y todo, buen programa doble para dejarse llevar un buen rato. Entretenimiento imperfecto, sí, pero en ningún caso vacío.
    Besos

  2. … te leo punto por punto y asiento una y otra vez…
    Yo me hice este programa doble el sábado por la noche y me lo pasé… ¡de película!

    Besos
    Hildy

  3. Pues estoy también bastante de acuerdo. En estas películas se parte deuna premisa en parte fantasiosa pero se terminan diciendo más de una verdad. y están realizadas con oficio.
    Creo atisbar por donde va Alfredo e incluso tu misma Hildy. A ver si acierto. Estas modestas perlículas de género no pretenden ser el último grito en nada. Ni mostrarnos la grandeza del universo para dejarnos con la boca abierta.
    Personalmente,no puedo tomarme en serio una película en la que:
    – se usa un extintor como propulsor para avanzar por el espacio…
    – Se solventan los problemas al estilo pito pito gorgorito…
    – está planteada como un videojuego en el que has de ir superando diferentes pruebas o pantallas, cada una más dificil que la anterior.
    – Plagia a Amenabar (que por ciertto también plagiaba)con una lamentable lectura espacial de su última película. Vamos que esto es «lo imposible 2: ahora en el espacio» y con tsunamis incluidos.
    Podría seguir, pero he de confesar que el ridiculo momento Barbarella con striptease incluido me dejó noqueado.
    Para eso me quedo con estas dos películas que no intentan engañar a nadie ni se nos presentan como la última frontera de la ciencia ficción.
    Por cierto, en esa idea de mostrar a los astronautas como obreros de la construcción incluso «Abyss» le da cien vueltas.
    Vaya, disculpa Hildy, pero es que como no pienso hablar de ella, me he desahogado en tu casa. Un abrazo

  4. Ay, Victor de mi alma, veo que Gravity te ha decepcionado tremendamente…

    Pero me has hecho pensar en algo.
    Muchas veces, es cierto, que el envoltorio publicitario y de Marketing que rodea algunas películas, como Gravity (y otras muchas), lejos de beneficiar, produce el efecto contrario. Acompañadas de troprecientos mil reportajes sobre su realización, descripción de sus maravillas, entrevistas por doquier, reseñas y críticas señalando sólo lo positivo sin resquicio alguno a la mirada contraria, el acompañamiento machacante de frases como: ¡increíble!, ¡la mejor película de todos los tiempos! ¡Nuca el espacio se reflejó de tal manera! ¡Sandra Bullock en el mejor papel de su carrera!… hace un flaco favor. Porque no hay nada peor que ver una película sintiéndose uno obligado a tener la sensación de ver la octava maravilla del mundo…

    De todas formas a mí Gravity me gustó porque me hizo disfrutar, emocionarme y angustiarme. Me pareció una película de aventuras, muy, muy sencilla que parte simplemente de la idea de REGRESO A CASA CON MUCHOS OBSTÁCULOS QUE SUPERAR…

    Je, je, je… por cierto tu comparación con Barbarella, qué fuerte. Yo me quedé impactada con la película original… no me podía creer lo que estaba viendo. Es tan absurda que ahí reside su encanto.

    A lo mejor con este programa doble, se te pasa la decepción…

    Besos espaciales
    Hildy

  5. Me temo que estoy con Víctor en esto a piñón. No añado más porque, rompiendo lo que es mi costumbre, próximamente hablaré de una película actualmente en cartel. Y entonces ajustaremos cuentas.
    Besos & abrazos

  6. Pues si Alfredo,mucho me temo que en esto estamos más solos que la bullock y Clooney en el espacio sideral.
    No me resisto…ese momento en el que se aleja de ella debió doblarse «me voy a por un nexpresso, ahora vuelvo y te digo que botones hay que pulsar». Un abrazo a los dos.

  7. ¡Queridos míos, no estáis solos! Os lo digo yo.

    Sniff, sniff… pero yo sigo sosteniendo en do mayor que Gravity no es una mala película y que yo me lo pasé muy bien. ¡Quiero regresar a casita, ya! El espacio me abruma…

    Siempre nos quedará tomar un buen café… en compañía de George.

    Besos siderales
    Hildy

  8. Primero: que Michael Crichton fue un gran novelista de entretenimiento de calidad. En sus novelas apreciamos grandes conocimientos científicos y gran tensión.Como director no diría tanto. Almas de metal le pilló en un tiempo donde los efectos especiales eran todavía bastante cutres. Si le pilla ahora sería otra cosa, pero bueno,es una película memorable,sobre todo porque muestra por primera vez el parque temático que se pondría de moda un pelín más adelante. Crichton dirigió El gran robo al tren o algo así,con Sean Connery y basada en otra de su novelas.Aquí el ritmo vuelve a estar de parte de este escritor y otras como Coma y Runaway.Capricornio uno no la recuerdo pero sí otra de Peter Hyams, Atmósfera cero,interesante remake de Solo ante el peligro en clave de ciencia ficción.Y no quiero ni hablas de 2010, porque mira que llega a ser mala a pesar de que está basada en una novela de Arthur C.Clarke.Creo,mi querida Hyldy que con el género de ciencia ficción en el cine siempre habrá un malentendido por parte de los críticos porque en la mayoría de ellos conocen muy poco este género literario y el cinematógrafo tiene tendencia a hacer envejecer casi todo lo que toca.En fin, quedamos en una galaxia lejana para seguir hablando.

    Besos extraterrestres.

  9. ¡Cuántas aportaciones buenas a este post! Además de lo que dicen Alfredo y Victor…, tus conocimientos literarios aportan más nueva luz al post…

    Y sí, querido Francisco, creo que la ciencia ficción es un género cinematográfico complejo pero cuando sale bien… ufff.

    También sé que soy bastante ignorante respecto a literatura de ciencia ficción (aunque poquito a poco y con alguna que otra obra y relato trato de solventarlo…). Y que sería apasionante un ensayo sobre cine y literatura de ciencia ficción y sus conexiones… o desconexiones.

    Creo que te divertiría mucho Capricornio Uno. Es una peli buena para recuperar. Sobre en tardes donde tu cabeza quiera viajar a otras partes.

    Besos desde un meteorito que se dirige al planeta tierra
    Hildy

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