La mirada inquietante de André de Toth. Aguas turbias (Dark Waters, 1944) y Combate decisivo (Monkey on my back, 1957)

André de Toth es de esos directores que se encontraban en nómina en el sistema de estudios. Y estaba especializado sobre todo en películas de bajo presupuesto y de los géneros más dispares. Es de esos directores con parche en el ojo como Lang, Ford o Ray… pero de películas de serie B. Y es de esos directores caídos en olvido pero que de pronto pueden ser descubiertos. Yo tan sólo había visto Los crímenes del museo de cera…, una película de terror de Vicent Price de los años cincuenta que tuvo el aliciente en el momento de su estreno del empleo del 3D. Y sin dejar de lado esa mirada inquietante, que suele dominar el terror, descubro en una sesión doble a un director en el que quiero bucear. Porque entre esas películas de serie B hay un montón de buen cine como han demostrado Edgar G. Ulmer,  Joseph H. Lewis, John Farrow, Allan Dwan o  Jacques Tourneur. Así en Aguas turbias nos deja una atmósfera y un ambiente que roza la locura y lo onírico con unos personajes incómodos… Y en Combate decisivo se vuelca en un drama realista y deja el retrato de un hombre desesperado que cae continuamente en el abismo que debe enfrentarse a sí mismo y a su adicción más letal, su dependencia a la morfina.

Aguas turbias (Dark Waters, 1944)

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Aguas turbias entra dentro de la tradición de un cine con tintes góticos donde una dama va perdiendo la cordura o la hacen creer que pierde la razón… La dama en cuestión es encerrada-atrapada en una mansión que se convierte en una cárcel.

Merle Oberon es una heroína hermosa y solitaria que ha vivido una experiencia traumática (un ataque marítimo donde ha perdido a sus padres y donde apenas ha habido supervivientes) y por tanto se encuentra en un estado de debilidad mental. En el hospital le dicen que contacte con sus tíos, a los que no conoce. Ella los escribe a la dirección que tiene en New York pero recibe una contestación desde una plantación de Lousiana donde se han trasladado… y le dicen que la recibirán con los brazos abiertos. Cuando sale del hospital llega a la estación de tren y nadie la espera. Ante el calor, la angustia y la desesperación por la soledad, tiene un desmayo… y es ayudada por el médico de la zona (Franchot Tone) quien la lleva a la mansión familiar y de paso se enamora de ella. Allí la reciben sus tíos que viven con dos hombres siniestros, el administrador y el capataz de la plantación. Y ahí la pesadilla de la protagonista continúa que vive aterrorizada porque siente que poco a poco va perdiendo la razón.

Todo en la casa es extraño e inquietante. Oye voces que la llaman. Las lámparas se apagan solas. Y tanto sus tíos como el capataz parece que no mueven un dedo sin que el administrador ejerza su poder… De pronto la protagonista empieza a crearse una extraña historia en su cabeza y los únicos momentos que vive sin sobresaltos es cuando el doctor la saca fuera de la mansión. Pronto va sintiendo el hogar familiar (junto a sus habitantes) y sus alrededores donde acechan peligros como aguas turbias y pantanosas como una cárcel… o como una amenaza para su vida.

Pero nada es lo que parece…

Y lo que más merece la pena de la película es precisamente la mirada inquietante de la protagonista, la atmósfera asfixiante y los personajes siniestros con los rostros de dos maravillosos secundarios Thomas Mitchell y Elisha Cook Jr.

Combate decisivo (Monkey on my back, 1957)

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En Combate decisivo se continúa la veda abierta por Otto Preminger para tratar el tema de las drogodependencias (El hombre del brazo de oro, 1955). Así el director se enfrenta a la historia real de Barney Ross, un famoso boxeador que después se convirtió en un héroe de guerra para finalmente librar una batalla contra su dependencia a la morfina. Y surge una película muy interesante e intensa donde se refleja perfectamente el deterioro de un hombre dependiente. Barney Ross está perfectamente interpretado por Cameron Mitchell… la película empieza cuando entra voluntariamente en un hospital para someterse a una cura. Se abre una verja y nuestro protagonista se enfrenta en la soledad de su cuarto a los recuerdos, y una flashback recrea su caída. Su deteriodo. Y la película termina cuando esa verja vuelve a abrirse… y el protagonista empieza una nueva vida de la que ya no seremos testigos.

André de Toth, como buen artesano, nos sabe contar perfectamente esta historia donde maneja el lenguaje cinematográfico y los códigos del cine sobre boxeo (casi un género en sí mismo), realismo social, cine negro y cine bélico (sorprendente la crudeza de las escenas que transcurre en Guadalcanal).

Así se va desarrollando la caída al abismo del protagonista… un boxeador que triunfa y se engancha (es lo que le da seguridad) tanto al triunfo como al mundo del juego y las apuestas. Hasta que es vencido y entonces deja el boxeo para dedicarse a llevar un negocio pero sin dejar de jugar ni de recibir malas influencias. Sin embargo es un buen tipo, con buen fondo, pero que sus miedos e inseguridades van minando su personalidad. A pesar de tener una madre que le adora, una mujer que le quiere (a pesar de que sabe que el hombre al que ama no va a poder proporcionarle felicidad, ve su fragilidad desde el principio y trata de huir pero siempre regresa…) y amigos fieles su caída es imparable. Y él es consciente. Cuando pierde su negocio, decide alistarse como marine y durante la Segunda Guerra Mundial, en un combate duro donde se convierte en héroe, padece malaria. Para tratar de frenar sus dolores y malestares le suministran morfina y termina volviéndose dependiente. Por eso su regreso y adaptación a su nueva vida (donde siempre trata de ser un triunfador y de formar una familia junto a la mujer amada) fracasan continuamente. Porque necesita la morfina… y vuelve a contactar con malas influencias que le amargan la vida y él no sabe cómo gestionar su caída ni pide ayuda a la gente que le quiere.

Cuando ya la vida parece que le cierra todas las puertas y la desesperación casi le lleva al suicidio… el nuevo regreso de su mujer hace que quiera ingresar voluntariamente en el hospital para detener su deteriodo… y emprender ese combate decisivo (del título en castellano) contra sí mismo.

Las escenas en el ring, las bélicas y ese destino negro del personaje que va cayendo en los bajos fondos urbanos donde se encuentra entre callejones donde hay otros dependientes, traficantes y un mundo oscuro, decadente ofrecen un relato potente que engancha al espectador y no le suelta en ese viaje ‘al abismo’ que emprende el protagonista…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

11 comentarios en “La mirada inquietante de André de Toth. Aguas turbias (Dark Waters, 1944) y Combate decisivo (Monkey on my back, 1957)

  1. Hola, Hildy, buenos días; hace solo unos días, escribía en mi blog una reseña en la que, entre bromas y veras, despotricaba un poquillo contra los libros estos de ‘Chorrocientas pelis que hay que ver antes de entregar la cuchara’, y similares. Uno de los motivos, obvios, por los cuales no me gustan tales libros es porque son incompatibles con el visionado de pelis como las que nos ofreces hoy en tu cibercasa, y que, en muchos casos, son, al menos, tan interesantes como aquellas otras de más relumbrón y prestigio.

    Un abrazo y buena semana.

  2. «La lleva a la mansión familiar y de paso se enamora de ella». Así, como quien se deja un grifo abierto… Es lo que tiene la economía narrativa, la concentración de cuestiones del argumento en pocos minutos para que la trama no deje de ir hacia delante, y no en espirales como hoy en día… Y qué bien lo hacían, los jodíos…
    Y en cuanto a la segunda, es un tema importantísimo que generalmente se pasa por alto, o que se refiere en exclusiva al Vietnam, es decir, cómo las guerras en Asia familiarizaron con las drogas a la juventud americana y pusieron las bases de muchas cosas que han ocurrido después. Lo cual demuetra, también de paso, que ese cine «artesanal» tenía mucha más miga que los actuales vacíos comerciales.
    Besos

  3. Querido Manuel… lo maravilloso del cine como de la literatura y otras artes es que siempre nos depara tantas, tantas sorpresas y tanto que descubrir… Y ¿verdad que no hay lista que abarque todo? Sin embargo sí que es cierto que a veces te hacen descubrir algún título que desconocías…

    Estos directores-artesanos como André de Toth u otros como Ulmer, Lewis y compañía son un gustazo porque esconden filmografías con películas ocultas y que es un lujo poder verlas.

    Besos
    Hildy

  4. Ja, ja, ja… basta un viaje en coche para unirse sentimentalmente con un personaje fragil y solitario como la protagonista… pero lo bueno de la economía narrativa es que logra también naturalidad el acto de enamoramiento. Al doctor le llama la atención la dama, a la que además tiene que vigilar su salud, y eso le da una excusa para poder verla, visitarla y preocuparse por ella….

    Y genial el asunto que apuntas en tus segunda parte del comentario y que efectivamente esta película refleja muy bien como también lo hace otra de Dimitryk Hasta el fin del tiempo o más recientemente The Master.

    Beso
    Hildy

  5. De estas dos solo he visto la segunda y hace bastante tiempo. Guardo buen recuerdo. Concisa y al grano. Si y con fuerza dramática como apuntas, también.
    Ya quisiera que muchos de los que hoy día van por la vida de autores tuvieran la mitad de oficio que este director. El concepto artesano, incluso buen artesano, parece que lleva una losa consigo. Es como si no lo hiciese bien pero no llegase a ser un gran director con personalidad propia.En ocasiones me parece un tanto injusto. Este director, era capaz de adaptarse a cualquier género, y lo hacía con solvencia.Y eso no lo pueden decir todos.
    No he visto la película de Sanchez Arévalo. El trailer tiene pinta como de «más primos, ahora cinco». Veo que te gustó por razones muy especiales. A ver que tal. Un abrazo

  6. Mi querido Victor, pienso igual que tú, creo que estos directores artesanos no sólo hacían bien su trabajo sino que además terminas, cuando puedes acceder a su obra cinematográfica que puede costar un poco y rescatarles, encontrando joyas ocultas que denotan una personalidad cinematográfica poderosa. Espero poder ver más de André de Toth.

    Y respecto la gran familia española (curiosamente yo no he visto PRIMOS, tan sólo Azuloscurocasinegro y Gordos ya ambas me gustaron) me gustó como dices por razones especiales y porque cumplió con lo que pedía esa tarde, pasármelo bien, salir contenta.

    Besos
    Hildy

  7. Interesantísimo post,amiga que además nos devuelve a la memoria un cine primitivo en técnica pero modernísimo en temas. Ahora ando con La máscara de Dimitrios y otras historias del blanco y negro.Ay,pero qué gris lo veo todo últimamente.

    Besos desde un proyector (como si fuera un caballo)

  8. Me han encantado esos besos… yo te envío unos andando por la luz que sale del proyector hacia la pantalla blanca, ¿qué te parece?

    Me sorprendo siempre al ver películas de directores que no han alcanzado el renombre de otros y sin embargo tienen un tesoro cinematográfico que podemos mirar, analizar y descubrir… Y sí hay ciertos temas que de una manera u otro siempre hubo una manera de reflejarlos y contarlos…

    Besos
    Hildy

  9. Hildy, me ha encantado la entrada y el homenaje que le has hecho a un cineasta irrepetible; lo considero uno de los 100 más grandes y desprecidados por la crítica oficialista. No te preocupes, ahora con tanto entusiamo por las revisiones le harán un monolíto. Al tiempo… Voy muy enredado, sólo me viene a bote pronto esa genialidad que es «Ramrod»(1947), no me acuerdo como se tradujo. El western Noir por excelencia. Veronica Lake junto a Joel McCrea para amarlos eternamente… Inquietante y portentosa: el cine en estado puro. Besos a toda velocidad
    JCA

  10. Mi querido JC, me apunto enseguida Ramrod. Me gusta mucho JOEL MCCREA y creo que es ver cómo Veronica podría haber tenido más suerte en su carrera. Aquí en aquel momento su pareja, el propio Andre de Toth, le ofreció un papel diferente. Me apetece mucho este western noir así que intenteré localizarle. Aquí se llama de una manera muy distinta LA MUJER DE FUEGO.

    Besos veloces
    Hildy

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