Hannah Arendt (Hannah Arendt, 2012) de Margarethe von Trotta

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“Intentar comprender no es perdonar”… no es justificar un hecho o una acción. Es intentar ir al meollo de un comportamiento humano o indagar en el porqué de las cosas para entender por qué se produjeron. A veces ese intentar comprender, y argumentar, hace daño o provoca rechazo visceral o se quiebra la posibilidad de diálogo. Porque en ese intentar comprender pueden surgir verdades que enfrenten al ser humano con su parte más oscura.

Así Hannah Arendt es una defensa, una película tesis, sobre la importancia de pensar. Y de expresar lo pensado. Y de argumentar lo pensado y saber exponerlo. Pensar puede suponer un continuo enfrentamiento con un mundo que prefiere no pensar ni argumentar ni entender ni comprender… y dejarse arrastrar tan sólo por la pasión y las vísceras para enfrentarse a la vida abstrayéndose del pensamiento y el razonamiento y por lo tanto negar la posibilidad de un diálogo constructivo y crítico. También es cierto que dos mentes pensantes pero apasionadas (porque la pasión no esta reñida con el pensamiento… la combinación de ambas puede provocar enriquecimiento) pueden entrar en un bucle de no retorno y sin posibilidad de acercamiento porque ninguno finalmente cederá a un diálogo constructivo. Por lo tanto pensar es un ‘actividad’ humana compleja que arrastra duras consecuencias… pero permite que uno sea consecuente con uno mismo, sea consciente de la complejidad del mundo que le rodea y dude continuamente o sienta curiosidad por donde se desenvuelve… y nunca sienta saciadas las ganas de ‘conocer’ y ‘aprender’.

Barbara Sukowa se convierte en la Hannah Arendt de la directora alemana Margarethe von Trotta (también guionista y actriz) y deja una imagen icónica que muestra perfectamente el acto de pensar: una mujer sola fumando y tumbada en un sillón en absoluto silencio en una habitación. Cualquier alteración de esta imagen: un teléfono, una voz que llama o cualquier sonido exterior, perturba ese acto. Margarethe von Trotta muestra un periodo determinado de Hannah Arendt (1906-1975) para dejarnos su radiografía de una mujer del siglo xx. Filósofa y politóloga (aunque probablemente no aceptara ni le agradase ninguno de los dos términos), alemana y judía, fumadora empedernida… y una de las teóricas del totalitarismo.

Hannah Arendt refleja a la filósofa en un momento en que su vida transcurre tranquila en Nueva York como célebre profesora universitaria y rodeada de un rico y variado ambiente intelectual con otros alemanes exiliados y profesores universitarios norteamericanos que de pronto se siente en la obligación de asistir al juicio de Adolf Eichmann, que fue el encargado de la organización de la logística de transportes del Holocausto, en Israel en el año 1961. Así Hannah se dirigió a la revista The New Yoker para que la enviara como reportera. Fruto de su observación surgieron una serie de artículos en dicha revista y la publicación en 1963 del libro Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal.

Hubo un gran revuelo con los planteamientos de Arendt, sobre todo con dos (como sale, por otra parte, reflejado en la película): por una parte planteaba que Eichmann, era un burócrata mediocre y con escaso nivel intelectual que actuaba porque acataba órdenes de un sistema político y social establecido. Es decir, Eichmann se defendía diciendo que fue fiel al juramento de obedecer a sus superiores y así renegaba de la acción de pensar por si mismo. Él decía que cumplía con su deber que era organizar la logística de los trenes y que éstos salieran a su destino. Y que ahí terminaba su responsabilidad. Para ella Eichmann era un hombre mediocre y anónimo que se alejaba mucho de la imagen del mal que muchos, entre ellos ella, se podían esperar al verle sentado en un estrado.

Y la otra es que cuestionó la actuación de los consejos judíos, unas estructuras de los guetos todavía hoy muy polémicas a la hora de analizar su función en el Holocausto y a la hora de estudiar por qué se formaron y cómo actuaron. Es punto de controversia el analizar cómo los miembros de estos consejos, en los guetos, participaron en las deportaciones.

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Margarethe von Trotta (en su labor de directora y coguionista junto a Pam Katz) presenta dos planos en el retrato de la mujer que plasma en la pantalla. Por una parte muestra a la pensadora que argumenta sus estudios y análisis y que no reniega de lo que piensa a pesar de que el mundo que la rodea se desmorona. Es fiel a su pensamiento y se enfrenta a las consecuencias que provocan sus palabras pero quiere que sus detractores argumenten también sus planteamientos, que no se dejen llevar sólo por el dolor, las vísceras y el apasionamiento. La pensadora a veces es vista por los demás como mujer fría y prepotente.

Y por otro nos muestra a una Arendt amiga de sus amigos. Que no pertenece a ningún grupo ni nación sino que ella sólo es fiel a aquellos a los que quiere. Una mujer con un mundo íntimo e interior rico que ha construido junto a su segundo esposo, Heinrich Blücher. Una mujer sensible, vulnerable, dulce y amigable que ve cómo su forma de pensar le hace perder amistades cimentadas durante años y afianzar otras relaciones. Así a su alrededor pululan otros personajes históricos como la novelista Mary McCarthy, Lotte Köhler, Hans Jonas o Kurt Blumenfeld.

La directora además de centrar la película (primera que veo de su filmografía) en su intérprete, una magnífica Barbara Sukowa, y en emplear un lenguaje cinematográfico sobrio y espartano, toma dos decisiones en la puesta en escena de esta historia. Por una parte que las imágenes que veamos de Eichmann sean las verdaderas (no hay ningún actor que lo represente, sólo en dos ocasiones: cuando le detienen en Argentina y en un momento en el juicio en el que se encuentra de espaldas). Así Arendt como fumadora empedernida sigue casi todo el juicio en la sala de prensa en los monitores (así nosotros vemos también las imágenes reales de Eichmann). Y por otra parte para mostrarnos la complejidad de la pensadora y su formación en el ‘arte de pensar’ recurre al flashback para mostrarnos uno de los episodios más importantes de su juventud (y también controvertido): y es su relación con el filósofo Heidegger, que terminó relacionándose con el nazismo.

Así Hannah Arendt pone sobre la pista (por lo menos a la que esto escribe) sobre un personaje histórico complejo y muy interesante. Y sobre todo deja expuesta la importancia de pensar y el valor de pensar. También deja caer el peligro de una sociedad que aboca a sus ciudadanos a no pensar y por lo tanto inquieta. Curioso es que de los sistemas educativos y universitarios la eterna asignatura que siempre está en peligro de extinción es la filosofía, el arte de pensar.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

11 comentarios en “Hannah Arendt (Hannah Arendt, 2012) de Margarethe von Trotta

  1. No he visto la película pero, por lo que cuentas, sé que va a interesarme. A priori, no obstante, rechazo esa imagen de Eichmann como simple burócrata de la logística ferroviaria. Nadie huye a Sudamérica, se cambia el nombre y vive anónimo quince años de ser así; y lo que es más importante: nadie hubiera perseguido a un simple funcionario del ferrocarril de esa manera, con secuestro de por medio. Eichmann era mucho más, y tuvo el final que merecía. Lástima que otros no le siguieran.
    En cuanto a la cuestión de los Consejos, yo siempre he defendido esa tesis minoritaria de que, a diferencia de Spielberg y su parque temático del Holocausto que es «La lista de Schindler», quedan muchas cosas por contar sobre cómo algunos judíos -seguro que los menos-, antes, durante y después de la guerra, no pocos de ellos en la Administración norteamericana, contemporizaron con algunos elementos alemanes de dudosa conducta. Aunque, me atrevo a decir, que en un contexto de exterminio el instinto de supervivencia puede explicar muchas cosas.
    Besos

  2. Sí, es interesante. A mí me han entrado ganas de conocer más a Arendt y leer precisamente su libro de Eichmann en Jerusalen. Siempre me han interesado tanto las películas como los libros que tratan el tema del Holocausto porque quiero entender cómo fue posible tanta maldad. El planteamiento de Hannah, que no lo he leído, de principio me interesa porque sí que creo que la mediocridad y el poder unidos pueden causar muchísimo mal e irracionalidad sin posibilidad de diálogo o construcción.

    Por supuesto que Eichmann era mucho más que un burócrata, conscientemente llenaba esos trenes de personas que iban a ir a los campos de exterminio, y él diseñó parte de ese proceso de muerte… pero sí me creo que fuera un hombre mediocre con poder…

    Por otra parte también creo que el instinto de supervivencia es tan fuerte que provoca comportamientos que no se tendrían en una situación normal y de paz. De hecho muchos supervivientes de los campos de exterminio terminaron suicidándose por no soportar acciones que tuvieron que llevar a cabo para estar vivos. Nunca se sabe cómo se va a actuar en situaciones extremas.

    LO que me preocupa es cómo evolucionar como ser humano (y terribles guerras posteriores, demuestran que evolucionamos poco respecto maldad y brutalidad) para que situaciones como éstas no vuelvan a producirse y ningún ser humano tenga que vivir el horror.

    Beso
    Hildy

  3. No me he atrevido a ir a verla Hildy. Podría decir sin exagerar que en el campo del pensamiento Hanna Arendt es uno de los pilares de mi formación como persona.
    Tanto su obra como su vida son de una magnitud excelsa.De una riqueza impresionante y muy honda.
    Tengo abrasado y muy subrayado el libro de Eichman así como «los orígenes del totalitariasmo».
    Sin embargo, personalmente me permito recomendar dos obras suyas menos conocidas y que son extraordinarias. La primera es el libro de correspondencia a lo largo de más de 30 años con la novelista Mary McCarthy.
    El segundo es un ensayo titulado «hombres en tiempos de oscuridad».
    Muy rico tu texto y con muchas derivadas…Estoy seguro de que Margarett Von Trottta se habrá tomado el trabajo muy en serio y no como un mero biopic, aunque veo que incide en los dos aspectos más controvertidos y polémicos de su vida: el juicio y su relación Heidegger. Aunque tiene otros tan apasionantes o más ya que su biografía está a la altura de su pensamiento.
    Aun así no me he atrevido a verla, temía una decepción o una simplificación del personaje, cuya complejidad es imposible desarrollar en el espacio de una película.
    Hablé sobre ella en una entrada que está muy conectada con la tuya, la de la película «la deuda». La encontrarás pinchando en la barra lateral.
    No se si al final caeré en la tentación. Dices cosas muy interesantes que animan. Veremos. Un abrazo

  4. Ay, Victor, pues sí sería interesante tu visión porque como dejo claro mi desconocimiento de Arendt y su obra es considerable y reconozco que a mí la película de Von Trotta sí ha hecho que me interese por ella y su pensamiento y sí que he podido vislumbrar su complejidad. Me faltaba información mientras veía la película porque Von Trotta trata muchos aspectos partiendo de que el espectador conoce a su personaje femenino.

    A mí lo que me ha provocado ha sido indagar… y efectivamente, Victor, me había llamado mucho la atención el libro de correspondencia de Arendt con Mary (porque es otro de los personajes de la película que me habían llamado la atención)y ya he visto que además está publicado por estos lares. Apunto el ensayo de hombres en tiempos de oscuridad.

    Pero no sé si un espectador que sepa su vida y sobre todo conozca su obra y pensamiento le parecerá que esta película refleja algo sobre la esencia de Arendt. Ya te digo que desde el desconocimiento a mí sí que ha logrado despertarme el gusanillo sobre ella, su entorno y su obra.

    Trotta decide no realizar un biopic sino tan sólo centrarse en un periodo de vida determinado de Arendt porque sabía que es imposible abarcar en una película toda su vida, complejidad y pensamiento.

    Y en breve leeré el texto que me dices sobre LA DUDA en tu blog. Que como siempre será un placer.

    Si la ves será un lujo conocer qué te parece la película.

    Besos
    Hildy

  5. Pues apuntas una perspectiva que no había contemplado. La posibilidad de abrir el apetito a quienes la conozcan vagamente o no hayan leido su obra. En ese sentido igual la película si que cumple una expectativa primordial para toda persona inquieta y curiosa como es tu caso. El del deseo de indagar y saber algo más. En ocasiones solo por eso ya merece la pena que se jaya hecho
    Pd. la película no es la duda sino la deuda. Un abrazo.

  6. Querido Victor leido tu post de LA DEUDA, una película que pasó sin pena ni gloria pero que como dejas ver daba para interesantes reflexiones y debates. En su momento también escribí sobre ella en el blog. Me ha encantado la galería de mujeres (incluida Arendt) que reflejas. De todas de la que más he leido ha sido de Irene Nemirovski porque fue todo un impacto para mí descubrirla con la novela inacabada Suite francesa. Después me fascinó su relato corto EL BAILE que he leído varias veces y me obsesionó. Tuve la oportunidad de ver un montaje teatral que hicieron sobre él bastante bueno.
    Gracias por recomendarme la lectura del post. Apunto más cosas que aprender. Y tu mirada sobre LA DEUDA.

    Un beso
    Hildy

  7. Hildy, como ando tan liado—últimamente—no me había dado cuenta de esta lectura tan maravillosa que has hecho de un film necesario, vital y reafirmante con un personaje que enlazaría con Hasum —biopic del Nobel noruego— interpretado por un Von Sydow sensacional. Luego, tendríamos «la solución final» (2001) para TV con un Stanley Tucci que hay que pedir un babero para quitarnos las sobras del homenaje y rematamos con «El lector» pues la novela la escribe B. Schlink que tendría que haber ahondado más en todo este turbio affaire. Sé que el amigo Víctor siente devoción por el mentor de esta autora—la obra— y que fue la gran discípula del genial filósofo. Ahora, me voy a poner un poco vacilón como el dos metros que jugó en el Barça de origen gitano y milita en el equipo de la capital Effiel. Donde mis reflexiones más cubistas, inquietantes y descabelladas hilvanan con el film que nos traes a la platea. La cuestión es que esta mujer era la mano derecha y amante de Heidegger. Esta burguesa señora fue una exterminadora de millones de seres humanos. Una intelectual caprichosa y despiadada al servicio del nazismo. No siento ningún afecto, a pesar de todo su acervo científico por Frau Arendt. Comentas la aparición de McCarthy, Lotte Köhler, Hans Jonas o Kurt Blumenfeld, de algún modo se solapa cierta complicidad en toda la entelequia en la mayor hecatombe de la humanidad. La Sukowa está soberbia—que tiempos en la mujer flambeada—menudo sex appeal. No lo ha perdido. La dirección de Von Trotta como bien dices es exquisita. Así como la dirección artística, empero—nuevamente— se ha claudicado en la línea de lo políticamente correcto. Lo dicho no me gusta nada esta señora ni la camarilla que pululaba, pues sabes que yo con los intelectuales me enredo más que con los neonatos. Son superiores y siempre lo hacen muy bien…Todos los citados sabían de lo que se cocía tras la tramoya de la década y lo que se avecinaba. Amiga, Hildy el arte de pensar, a veces puede parecer prosaico y en el fondo es muy Noir: el crimen. En España rodaron una película infumable, pero que le viene al dedo: “El arte de matar”. Porque lo que es irrefutable es el asesinato sistemático de más de 6 millones de judíos y a mi ese asunto me toca muchísimo. Besos desde la brisa mediterránea

  8. Un detalle, Hildy. Errata mental he confundido a Barbara Sukowa con Gudrun Landgrebe. A veces, con tanta hermosura suele pasar factura. Las dos son de la cosecha del 50. Besos rectificados

  9. Mi querido JC, no tengo los conocimientos suficientes sobre Arendt y sus amigos como para tener elaborada una tesis sobre su obra y su comportamiento. Lo que sí te digo es que la película de Trotta hizo que me llamara la atención tanto el personaje, como su entorno y también parte de su planteamiento (mediocridad y poder). Hablo de la Arendt de la película, que creo que en ningún momento justifica o trata de minimizar la culpa de Eichmann en la barbarie sino que trata de comprender (entender) el comportamiento de hombres como él, por qué actuaron de esa manera. Y el ver las reflexiones tan diferentes que despierta la obra y el pensamiento de Arendt deja ver la complejidad de la dama. También poseo grandes lagunas sobre Heidegger y más de su relación con la pensadora…, así que apenas puedo debatir u opinar.

    También te confieso que no conocía a la mujer flambeada, Gudrun Landgrebe. Así que como siempre me traes en tus comentarios un montón de información valiosa. De las películas que me nombras al principio sólo he visto (y leido) EL LECTOR, una novela que me parece muy pero que muy interesante.

    Besos
    Hildy

  10. Otra pequeña corrección a los comentado sobre la Sra. Arendt. Ella nunca fue autora material del exterminio nazi. Es más, lo sufrió. No obstante, sigo siendo muy crítico con su snobismo y elitismo en su planteamientos con los de su condición racial. Así, como los pecados de juventud, que todos perdonamos.Incluso, puede que la Sra. Arendt nos echaríamos unas buenas copas y fumaríamos algún Montecristo. Sigo haciéndome la misma pregunta; si un analfabeto comete una barbarie es inocente. Si un intelectual actúa desde el sillón, la pipa y el vaso de Talisker es un erudito, casi un héroe. Nada Sócrates perdona desde la nada: el mundo sigue en la misma orbita. Ojalá desaparezcan de la faz de la tierra todos estos demonios del nazismo. Besos desde la piscina

  11. ¡Mi querido JC!, planteas una tema muy interesante. Y muy complejo. Desde luego no creo que el tema de la mediocridad, la ignorancia o la erudición e inteligencia exima a una persona de un mal acto que comete. En este caso hablamos de actos tremendamente horribles. Me refiero tan sólo que sí se puede intentar entender o comprender por qué alguien actúa así.

    Por eso hay películas y novelas tan buenas porque no eximen ni justifican un comportamiento bárbaro pero tratan de entender por qué se llega a actuar así. De esta manera quizá en un futuro pueda evitarse un comportamiento similar dentro de unas determinadas circunstancias sociales, económicas y políticas.

    Me viene a la cabeza además de esta película que estamos debatiendo, El lector que ya nombraste en el comentario anterior, Vencedores y vencidos (donde uno de los juzgados es un inteligentísimo científico con cara de Burt Lancaster) o El baile de los malditos (que sigue a un soldado nazi con rostro de Marlon Brando y su actuación durante la guerra).

    Beso
    Hildy

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