Diccionario cinematográfico (199)

 trance

Soñar: hay personajes que sueñan… pesadillas o maravillas. Algunos no salen jamás del sueño y eso les da la vida eterna o hace que se repita siempre una misma desgracia o sentir un mismo miedo. A otros les inducen al sueño… puede ser a través de la hipnosis… El caso es que a veces ocurren fenómenos extraños mientras un personaje está soñando, puede que un espectador, mientras lo contempla, esté soñando con él… En eso consiste el cine en soñar.

Hay sueños maravillosos y sueños fallidos. Maravilloso es vivir la historia de un romanticismo extremo entre Peter Ibbetson (Gary Cooper) y Mary Mimsey (Ann Harding)… un sueño de amor eterno. Dos amantes que no pueden encontrar otra salida que soñarse el uno al otro y sólo ahí en ese espacio alcanzar el amor sublime.

Fallidos son los sueños y pesadillas a través de la hipnosis de los personajes o ellos solitos en sus camas de Trance, la última obra cinematográfica de Danny Boyle. Sueño dentro de un sueño. Pesadilla dentro de una pesadilla. Laberinto inútil de imágenes vacías que se enredan una y otra vez para que el público se olvide en dos segundos de una historia de sueños vacíos e inútiles… Un bucle sin sentido donde el mito de la mujer fatal, el mafioso malvado y el hombre que se dirige a la perdición se convierten en mera caricatura mal hecha y sin gracia.

… Freud analizó el mundo de los sueños… y el cine dio importancia a esos sueños. A veces guardan un secreto o la personalidad de un personaje. El espectador mira… y descubre. Alfred Hitchcock mostraba a sus personajes soñando y a veces en el sueño se encontraba la clave. Nunca hubo sueño más visto que el de Recuerda… porque era un sueño con mirada de Dalí. Y ese sueño lo tiene un atormentado Gregory Peck. Pero también encontramos muchas claves en las pesadillas de Marnie… la ladrona.

O es el mismo Freud (con rostros de Montgomery Clift, atormentando) el que sueña o trata de entender los sueños de sus pacientes. Es Freud quien con su propia complejidad trata de desenredar sus miedos y frustraciones. Quien se topa con la parte más oculta del ser humano. Es Freud el que sufre soñando y es presentado por Huston como uno de sus grandes ‘perdedores’ como un científico y pensador al que nadie cree o toma en serio mientras va elaborando su teoría.

Los sueños sirven para crear una película de terror o para formar parte importante y fundamental de una de ciencia ficción o para convertirse en una película cómica y tierna. Así nadie olvidará a Freddy Krueger, el visitante de las pesadillas de pobres jóvenes adolescentes y hormonados de los años ochenta que sufrirán el castigo de no despertarse jamás además de ser terriblemente asesinados…

Un sueño dentro de un sueño y de otro sueño… cazadores de sueños, manipuladores de sueños… la existencia tan sólo en la mente de un personaje atormentado, sus secretos más profundos, sus miedos… meterse en Origen de Christopher Nolan y no volver a salir jamás.

¿Quién no ha soñado nunca despierto? Adentrarse en esa pequeña obra cinematográfica extraña y encantadora (a punto de realizarse un nuevo remake) que es La vida secreta de Walter Mitty donde Mitty es un soñador empedernido. Un hombre de vida gris que es un héroe en sus sueños… pero de pronto sus sueños se hacen realidad, ¿o no?

A veces un personaje despierta y todo ha sido un sueño. Que se lo pregunten a Alicia… en el país de las maravillas. Otras ese sueño ha sido una premonición…, que se lo pregunten a Edward G. Robinson y el sueño que tiene tan real y vivido con la mujer del cuadro. O hablando de cuadros… esos personajes que de repente despiertan y no saben si lo que tienen en ese momento ante sus ojos es real, como le ocurre al detective McPherson… se duerme ante el retrato de Laura… y cuando abre los ojos ella está ahí como una aparición… Hay personajes atrapados en un sueño por siempre jamás, como le ocurre a James Cole y ese rostro de mujer amada, ¿forma parte del pasado, del presente, del futuro?, mientras trata de buscar el significado de 12 monos…

Ahora mismo quizá esté soñando… mientras tecleo.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

10 comentarios en “Diccionario cinematográfico (199)

  1. Sí, todos queremos ser Edward G. Robinson en «La mujer del cuadro» Al final, todo es un sueño pero la película llevaba camino de tener un final más real y más perverso, como en «Perversidad» Me quedo, no obstante, con ese sueño. Después de todo, la fábrica de sueños fue el cine. Sigamos soñando. Besos.

  2. … Yo no sé con qué sueño cinéfilo me quedaría… o sí, con seguir soñando…
    Así que hago caso a tus palabras…
    Sigamos soñando.

    Besos
    Hildy

  3. El sueño es una de las asignaturas pendientes del cine, que ha fracasado una y otra vez en todos los intentos por retratarlo o utilizarlo (pienso ahora, precisamente, en «Más allá de los sueños», basada en la obra del recientemente difundo R. Matheson). En esto no se salva ni el propio Hitchcock, cuya secuencia del sueño en «Recuerda» está seriamente mutilada, incluso en su concepción, a causa del ego de Dalí. Si en «La mujer del cuadro» el sueño estropea la película, lo mismo ocurre con historias que tratan únicamente de eso, de ensoñaciones, como «Origen», un horror, o «Trance», ídem. Pero, como toda regla, tiene sus excepciones, como por ejemplo:
    – Las secuencias oníricas de David Lynch
    – El momento de «Vivir rodando» en que Peter Dinklage (sí, ese tipo al que nadie hizo ningún caso hasta que ha salido en esa tontería llamada «Juego de tronos») se queja de por qué en los sueños del cine siempre tienen que aparecer enanos…
    – El desenlace de «El gabinete del Dr. Caligari», única vez en que he visto que un sueño realmente esté encadenado a una trama con sentido, narrativo, estético y casi casi filosófico.
    Besos

  4. Comentario ¡exquisito! (que soy muy fina) con aportaciones buenísimas… y la mirada siempre especial con esencia de pesimismo del queridísimo Alfredo… Y te informo de que me ha parecido genial de tus aportaciones la de las secuencias oníricas de David Lynch, que efectivamente es único. Hace poco he visto por primera vez Carretera perdida… y me ha parecido muy pero que muy interesante y en parte por lo ONÍRICO y extraño.

    Otra cosa que quiero decirte es que a mí Peter Dinklage me ganó totalmente (ya sabes que yo me pierdo todas las series así que no he visto Juego de Tronos) en su papel como protagonista en Vías cruzadas de Thomas McCarthy.

    Besos y más besos
    Hildy

  5. Me pasa lo que Woody Allen: me llaman pesimista, pero yo me considero realista… Ya se sabe: un pesimista es un optimista con experiencia…
    No te pierdas a Dinklage en «Declaradme culpable», de Sidney Lumet.
    Más besos

  6. Me apunto, por supuesto, la recomendación… ¿Lumet y Dinklage? Seguro que sale de esto una obra muy pero que muy interesante. ¿Mafía y juicios? Ay, tengo que verla…

    Besos realistas
    Hildy

  7. El problema de la introducción de los sueños en el cine es precisamente porque los guionistas y los directores no recuerdan lo que sueñan.El sueño tiene una estructura muy delicada que muy pocos han sabido plasmarla en el cine,y es entonces cuando resulta maniquea,falsa.Cuando entramos en un sueño rodado por un palurdo vemos que tiene el mismo color y un argumento totalmente racional con todo detalle;esto es falso,los sueños son precisamente cómo lo recordamos y no suele ser nunca igual que nuestra realidad que no deja de ser otro sueño.Ahora vamos a entrar en la literatura.El que mejor ha sabido hacerlo fue Frank Kafka,porque en todas sus historias el gran escritor mezcla sin hacernos notar la línea divisoria entre lo real y lo soñado.Ahora vamos con el cine.El que mejor supo introducir sueños en las películas fue Federico Fellini,él quiso rodar América de Kafka.Fíjate,por ejemplo en Las noches de Cabiria,jamás sabremos lo que es real y lo que es lo soñado y hace de este prodigio de filme una obra maestra que podemos ver miles de veces y cada vez nos dice algo nuevo.Lo mismo ocurre con El año pasado en Marienbad.Luis Buñuel fue otro de los grandes maestros del sueño pero juego con algo de trampa.Su película más radical es El discreto encanto de la burguesía.Aquí vemos al principio cómo Buñuel filma los sueños y la realidad con diferentes colores,por ejemplo,lo sueños.El color es más borroso.El espectador se familiariza con los sueños porque puede apreciarlos,pero Buñuel,en mitad de la película rueda,tanto los sueños como la realidad del mismo color y es entonces cuando el espectador ya no sabe en donde está.A mí,personalmente,me encanta el mundo de los sueños porque es una parte de nuestra vida,quizá,la más importante,pero desgraciadamente es un recurso muy maniqueo por parte del cine.Por ejemplo,no se puede inventar un sueño al gusto del guión.Lo genial es que el director en mitad del rodaje tenga un sueño o una espantosa pesadilla y cuando se despierta decide incorporarlo a la película.En fin que me estoy alargando mucho y me temo que no estoy diciendo nada.

    Besos,amiga Hildy

  8. No me extraña lo que comentas sobre la película de Danny Boyle. Si lo pienso un poco no ha realizado ninguna película redonda, y siempre fracasa por exceso y vacuidad. De sus películas quedan pequeños destellos,nada más.
    Como veo que la película, pese a Rosario, no da mucho de sí,y no la he visto, coincido en que materializar cinematográficamente el mundo de los sueños no es fácil ni ha corrido buena suerte. Otra cosa son las expresiones oníricas y fantasmagóricas como «jennie».
    y otra los flasbascks que se presentan como una ensoñación «anoche soñé que volvía a Manderley». Un repaso delicioso Hildy.

  9. Guau, querido Francisco, el tema cine y sueños, sueños y cine, está dejando buenos comentarios y sobre todo aportaciones maravillosas… y aunque sea complejo reflejar el mundo de los sueños en pantalla y algunos lo hagan mejor y otros tremendamente peor… hay directores que saben visitar lo onírico, la ensoñación. Así nos traes a Fellini (y recuerdo un montón de sueños en sus películas), a Buñuel… y el año pasado en Marienbad de Resnais… Me gusta cómo se va completando esta acepción del diccionario cinematográfico y se va creando un texto colectivo la mar de interesante con reflexiones para no parar… aunque sea tan complejo soñar y recrear esos sueños…

    Sí, Kafka, y esa línea entre lo real y lo soñado… siempre inquietante…

    Besos oníricos
    Hildy

  10. ¡Mi querídisimo Victor, más aportaciones maravillosas al mundo del cine y los sueños, los sueños y el cine! Esto da para desarrollar un análisis y un ensayo fantástico.

    Y es que exploras muchísimo más en este terreno y en cómo filmar un mundo de sueños: la filmación onírica y fantasmagórica de principio a fin que ‘llena’ la atmósfera de una película, con esa maravillosa expresión que es JENNIE. O esos flashbacks que ya son en sí una ensoñación o una pesadilla… como REBECA. Pero dentro de estas dos reflexiones me vienen a la cabeza otra retahíla de películas.

    Besos soñadores y risueños
    Hildy

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