Jacques Tourneur y el cine propagandístico. Más allá de la ideología…

Los directores que eran artesanos y artistas habitaban el sistema de estudios. En ese maremágnum que era la industria de los sueños algunos dejaban su firma indiscutible. Mostraban que además de ser buenos en su oficio (artesanos) podían ofrecer algo más, un toque que los hacía especiales y reconocibles. Muchas películas de estos directores eran encargos de los grandes estudios… y en esos encargos es donde puede verse cuándo un director domina todas sus herramientas para contar una historia con un estilo propio y trasciende lo que sólo era un ‘pedido’ al servicio de la productora que le tiene bajo contrato. Estos directores tocaban todos los géneros posibles y conectaban más con unas historias que con otras (algunas les eran totalmente ajenas, de otras se apropiaban irremediablemente y se convertían en proyectos cinematográficos personales). Algunas de sus películas son recordadas, reivindicadas y analizadas; otras cayeron en olvido pero a veces cuando se puede recuperar alguna de las olvidadas se descubre algo más de la manera de hacer cine de dicho director.

Uno de esos directores es Jacques Tourneur recordado sobre todo por sus películas especiales de terror (La mujer pantera, Yo anduve con un zombi, El hombre leopardo, La noche del demonio…) o por su paso por el cine negro que analizamos hace relativamente poco. Yo también guardo en mi memoria su paseo por el cine de aventuras con El halcón y la flecha o La mujer pirata. Sin embargo durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial recibió ‘encargos’ de la RKO para realizar un cine propagandístico que dio como resultado dos películas muy interesantes para analizar.

Días de gloria (Days of glory, 1944)

diasdegloria

Hubo un tiempo en que los rusos fueron los aliados de EEUU en la Segunda Guerra Mundial… por lo que la maquinaria de cine propagandístico dejó películas americanas donde sus protagonistas eran nobles rusos que se enfrentaban con coraje al enemigo nazi. Muy lejanos quedaban de la imagen del ruso malvado, calculador y frío que poblaría el cine americano durante el periodo de la Guerra Fría. Sólo por eso ya es interesante recuperar esas películas (otro ejemplo, que ya visitó El viejo baúl de películas fue La estrella del norte de Lewis Milestone). Esta película de Tourneur  tiene además la peculiaridad de que presentó al gran público a un actor joven y bellísimo (futura estrella del firmamento): Gregory Peck. Ya sólo por eso merece la pena verse.

Pero dejemos a Gregory y veamos al Tourneur director que imbuye la película de un espíritu romántico y de ensoñación… convirtiendo el bosque donde viven los guerrilleros en un sitio casi idílico. Ahí va a parar una joven bailarina (Tamara Toumova) que es como una aparición para todos los protagonistas que se encuentran a la espera de llevar a cabo una misión que les supondrá una muerte segura.

La película se desarrolla sobre todo en el escondite donde habitan los guerrilleros (de todas las edades, mujeres y hombres) unidos por un objetivo común: expulsar a los nazis y también en los alrededores, un bosque frondoso. Así se centra en la convivencia del grupo, en su cotidianeidad, en su día a día mientras espera la resolución trágica de su misión. Y la bailarina llega como un elemento extraño que ‘remueve’ las relaciones ya establecidas entre los guerrilleros.

Su delicadeza y sensibilidad, su manera de moverse y de vestir… devuelve algo de poesía al variopinto grupo que olvida, a veces, la sensibilidad a cambio de la supervivencia y las ganas de vencer al enemigo y liberar a su patria. La influencia es mutua. Ella devuelve las ganas de vivir y disfrutar de la belleza del grupo, el grupo hace que ella desee pertenecer a su causa…

Tourneur se mueve perfectamente en el escondrijo creando escenas de gran tensión como la detención del soldado alemán o el intento de huída de éste. Así como logra reflejar una ensoñación romántica y casi etérea cuando la bailarina y el joven jefe (no podía ser otro que el bello Gregory) se descubren enamorados en pleno bosque. El director siempre desarrolló una vena especial para reflejar amores trágicos y complejos. También logra plasmar de manera inolvidable dos muertes: la de la guerrillera enamorada y no correspondida en la soledad del bosque (una manera además de mostrar la maldad de los nazis que disparan sin importarles cuál es el ‘objetivo’ y como diversión). Y la del joven guerrillero Mytia que muere ahorcado por los alemanes pero Tourneur logra reflejar un momento de heroicidad de gran belleza donde el sacrificio del joven es visto por todos sus compañeros y los habitantes de la aldea donde sucede (desde distintos puntos). El momento de la muerte queda fuera de campo… pero sabes a través de la mirada de sus amigos que el final ha llegado. Al joven le muestra como un héroe mártir que no teme a la muerte y que sonríe convencido de su causa a la bailarina que observa en silencio desde el gentío y no puede ser reconocida…

Así Días de gloria merece la pena ser rescatada y mirar más allá de lo propagandístico. Pero también pararse en el fenómeno de este tipo de cine realizado durante la guerra porque precisamente las películas americanas que presentaron a los rusos como aliados fueron luego denostadas y cayeron en olvido por los acontecimientos históricos posteriores (y han sido muy difíciles de ver). Algunas de estas películas además fueron la base de la acusación para que algunos de los profesionales del cine tuvieran que pasar por el comité de actividades antiamericanas y formar parte de las tristes listas negras de la Caza de Brujas…

Berlín exprés (Berlin Express, 1948)

berlinexpress

Berlín exprés es otra interesante película propagandística realizada inmediatamente después de la contienda y que refleja un periodo poco visto en el cine. Y es en una Alemania destruida y ocupada por las distintas potencias aliadas… el camino hacia una posible reconstrucción y colaboración entre todos los aliados para que ese proyecto común sea posible. Así empiezan a verse las dificultades para llevar a cabo este camino, empiezan a vislumbrarse las diferencias entre las distintas potencias (por ejemplo entre americanos y rusos sentando así las bases futuras de lo que sería la Guerra Fría) y lo complejo de construir tiempos de paz.

Tourneur convierte esta película en recomendable no sólo porque es una película de intriga entretenida (con ramalazos de cine negro) sino porque se convierte también en un documento histórico de una época (y porque cuenta con imágenes documentales que muestran de primera mano cómo quedó tras la guerra Berlín y Frankfurt). El realizador refleja un determinado estado de ánimo, un ambiente, muestra destrucción y desolación, desasosiego. Y en ese estado de ánimo construye una intriga. Los protagonistas son los pasajeros de un tren… cada uno de una nacionalidad distinta y con un papel determinado.

Tourneur ya muestra su maestría en la presentación de los personajes en el tren y en el desarrollo del ‘asesinato’ que se produce en el interior y que será el germen del conflicto. Todos los personajes son testigos y por circunstancias forman un equipo de investigación. El realizador sigue mostrando su forma de expresar en imágenes… ese payaso corriendo por un barrio en ruinas. O el descubrimiento de un hombre que se ha suicidado… O esa pelea a muerte dentro de un tonel enorme de cerveza. Así como todas las escenas que se desarrollan en los trenes o en las propias estaciones. O en los locales clandestinos… No hay respiro.

Así Berlín exprés presenta varios elementos a tener en cuenta (y varios de ellos gracias al realizador): la ambientación, la plasmación de un estado de ánimo en una posguerra reciente, la riqueza de las imágenes documentales, el buen uso de las herramientas que conforman una intriga (y que arrastra además un halo de cine negro… en el guion está la firma del hermano de Robert Siodmak, Curt) y, por último, un reparto atractivo donde se pueden ver caras como las de Merle Oberon, un joven Robert Ryan o el veterano Paul Lukas.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

6 comentarios en “Jacques Tourneur y el cine propagandístico. Más allá de la ideología…

  1. He visto solamente la primera y coincido contigo. Es una película a reivindicar, no sólo por ella misma, sino también para captar el cambio total del retrato de los rusos en el cine en apenas dos o tres años. Lo que no me encaja mucho es la pareja protagonista, demasiado peripuestos para una guerrilla en los fríos rusos, pero bueno, creo que la ambientación compensa, y que la trama, aunque se ve venir prácticamente todo, no defrauda ni se pierde en extravagancias. Bastante maja, sí.
    Besos

  2. Sí, querido Alfredo, tiene imágenes y secuencias muy a tener en cuenta. Y efectivamente es interesante a la hora de ver cómo evolucionó el retrato del pueblo ruso en el cine americano. La de Berlín exprés es menos lírica, mucho más objetiva y con algunos elementos de cine negro. Y ambas sirven para ver cómo trabajaba Tourneur como buen director.

    Besos
    Hildy

  3. Un tema más que interesante,amiga Hildy.Hubo un tiempo en Hollywood que se realizaban películas denominadas «B», y esta letra hizo mucho daño. Directores como Tourneur y Siodmak entre otros, fueron relegados un un segundo o tercer término sus películas.Hicieron otras cosas muy interesantes,como lo que expones tú aquí tan bien,y pasó lo mismo. Es un tema para departir durante horas y horas,amiga.¿Te puedes imaginar a Spielberg realizando un documental sobre la guerra de Irak,por ejemplo? Seguro que se llevaría un Oscar.Por cierto,también hay personas de serie B, de esas que son buenas y cariñosas, inteligentes,magníficas,et.,

    Besos «B»

  4. Una remueve por el viejo baúl de películas y descubre muchas cosas que merecen la pena… Tourneur o Siodmak sabían cómo contar una historia fuese un encargo o algo que les llegara de verdad. Cine en las venas. ¡Ay, las personas de serie B…!

    Besos y más besos
    Hildy

  5. Hola, Hildy:
    Coincido en todo en tu comentario sobre “Días de gloria”. Acerca de “Berlín Exprés”, sin duda es un thriller interesante, que mantiene la intriga, bien interpretado y que retrata muy bien el momento histórico. Ese momento justo antes de una guerra fría ya larvada, pero en el que aún se apostaba por la colaboración y la paz. Duraría poco.
    ¡Qué bueno era Tourneur! “Yo anduve con un zombi” y “Retorno al pasado” son dos de mis películas favoritas de siempre.

  6. Sí, querida Lilapop, es verdad que Jacques Tourneur es un cineasta superinteresante. ¡¡¡Qué buena Retorno al pasado!!! Cine negro en estado puroooo.
    Beso
    Hildy

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